19
¡¡Ay!! ¡Muchas gracias!, se que hay muchos fanfics con muchas más lecturas, pero cuando subí esta historia no esperé que les gustara tanto, así que esto es demasiado :') ♡ ¡Amarles! ♡
•
JungKook había estado la noche anterior vigilando los alrededores, a pesar de que no encontró a nadie viviendo en la supuesta casa del sospechoso, no pensaba rendirse. Por la mañana siguiente, se preparó un café, se puso el abrigo y cargó su arma reglamentaria dispuesto a salir de nuevo hacia la casa de Kim TaeHyung. En la estación de policía había un gran revuelo por una noticia que había llegado en la mañana y varios oficiales caminaban con prisa de un lado a otro cargando papeles y murmurando. JungKook caminó en silencio y hasta podría decirse sigiloso por el medio de aquél pasillo transitado. Sabía que la noticia que había dejado a sus compañeros revolucionados, lo había cambiado todo y que no debía salir a patrullar, más bien debía quedarse en la oficina, pero no podía con su genio, él necesitaba seguir buscando al sospechoso. Cuando estaba a punto de salir, el oficial que estaba al mando, lo tomó del hombro y lo llevó a su oficina.
—Sabes muy bien que anoche nos ha contactado el supuesto secuestrador del idol y rastreamos el número, J-Hope está en Japón, te necesitamos aquí en la oficina, no en las calles, hay que seguir buscando información respecto a aquella llamada y no te veo concentrado, sigues con aquella idea fija en la cabeza de que ese tal Kim es quien tiene al idol secuestrado, pero es imposible. —El oficial observaba a JungKook y le hablaba en un tono de voz firme, sabía que no era tarea fácil hacerlo entender.
—Disculpe pero sigo pensando que hay algo sospechoso, ¿Por qué el supuesto secuestrador llamó a la oficina central de la policía Coreana y no a los padres del chico?, ¿Por qué no puso su número en privado? eso cualquier novato lo sabe, aparte no exigió recompensa alguna, es absurdo.
—Es obvio lo que quiere. — Dijo el oficial superior mientras encendía un cigarrillo—. El sujeto quiere fama, no le interesa ninguna recompensa, le debe resultar gratificante que no se hable de otra cosa en los medios que no sea del secuestrador anónimo de J-Hope, actualmente el mundo entero está al pendiente, no es algo descabellado, ya han hecho algo parecido antes, la gente por fama es capaz de cualquier cosa.
—No lo sé, hay muchas cosas que no me cierran.
—Tu afán por ser tú quien encuentre al culpable, te está cegando Jeon, deja de ser tan terco.
—Supongamos que es como usted dice, ¿qué procede?, no podemos quedarnos con los brazos cruzados.
—Bueno, nosotros estamos ayudando a la oficina central de Japón, pero ahora el caso deriva directo a dicho país, por mas que J-Hope sea Surcoreano, quienes deben encargarse ahora, son las autoridades Japonesas, desde aquí no podemos hacer mucho.
JungKook se quedó en silencio pensando, quizá si era cierto lo que dijo su superior respecto a lo terco que era, cuando algo se le metía en la cabeza era muy difícil hacerlo cambiar de opinión, pero aun así le era casi imposible quedarse con los brazos cruzados, para él era muy importante aquél caso, se encontraba entre la espada y la pared, ya que por otro lado, él tenía superiores que obedecer y no quería una marca negativa en su legajo.
JungKook se despidió educadamente y se dirigió a su gabinete, allí tomó su computadora y se puso a buscar información, tenían un código de rastreo y cada oficial investigaba y analizaba cada cámara de vigilancia a kilómetros a la redonda de donde al parecer aquél llamado había sido efectuado, aun así, en una ventana en paralelo, escribió en el buscador central el nombre de Kim TaeHyung, quería saber todo respecto a ese sujeto, no estaba listo para descartarlo aún.
.
—¿Ya lo has hecho? —Preguntó nervioso.
—Así es querido amigo, ya está hecho.
—¿Todo salió como lo planeamos?
—Si, YoonGi, quédate tranquilo, todo salió a la perfección.
—Muchas gracias, no se como podría agradecerte.
—Ya estamos a mano, ya no te debo ningún favor. —Respondió el muchacho de acento raro.
—Asi es mi querido Yuki, ya estamos a mano, por cierto... te has deshecho del teléfono ¿verdad? —Preguntó YoonGi frunciendo el ceño.
—Por supuesto, ¡Baka! —Yuki se había sentido ofendido, él no era un improvisado.
—Aquí es "Babo".
—Lo se. —Yuki sonrió, había echado mucho de menos a YoonGi, no lo veía desde la escuela secundaria, él había cursado en Corea del Sur como estudiante de intercambio durante todo un año y se habían hecho muy amigos. —Bueno ya, cuídate, espero ya no estés involucrado en más problemas, no estaré siempre para salvar tu culito.
—En todo caso, el de mi amigo, no se para qué me molesto tanto, debería dejarlo y que se arregle solo.
—Pero no lo harás, porque eres un buen chico, si fuese mujer, estaría perdidamente enamorada de ti.
—No empieces con tus estupideces.
—Oh Yoongi Oppa, ¡kimochiiii!
—Ya cállate. —YoonGi cortó la llamada y en seguida tanteó en la ranura del teléfono público para ver si alguien había dejado alguna moneda olvidada, pero estaba vacío. Pensó que para hablar de un tema tan delicado, era mejor utilizar un teléfono público, quizá se estaba sintiendo paranoico. Este había intentado comunicarse con TaeHyung, pero no había podido, tomó su celular para chequear si tenía algún mensaje nuevo, pero solo vio llamadas perdidas de Park Jimin. El chico lo había estado citando y ofreciéndole prácticamente el mundo con total de que le de información respecto al paradero de HoSeok, pero primero tenía que hablar con TaeHyung, el problema es que no tenía ni la menor idea de donde encontrarlo, la situación lo tenía cansado, ¿debería recurrir al plan B?, temía que sea muy arriesgado, dicho plan involucraba por completo a Park, YoonGi sabía que siempre iba a ser mejor que a HoSeok lo encuentre su amigo y no la policía, ya que con Jimin, podía negociar, con la policía no solo TaeHyung terminaría en prisión, sino que él también por ser cómplice. YoonGi tomó su teléfono y escribió un mensaje de texto.
—Hey, Jimin, ¿Puedes hoy?, tengo que hablar contigo.
—Espérame donde te dije ayer, pasaré por ti.
Las horas pasaron y YoonGi salió de la estación de subte en donde había estado durmiendo esos días, si, su trabajo de fines de semana aún no le alcanzaba para pagar ninguna renta. Se cercioró de tener aquel pequeño sobrecito que guardaba en el bolsillo de sus viejos jeans y continuó su camino hacia donde el odioso de Park Jimin lo esperaba. En su mente iba maquinando su plan diabólico y estaba seguro de que funcionaría, no veía la hora de resolver todo aquel embrollo y poder salvar a su querido amigo, de un triste final en prisión.
En cuanto llegó, vio el auto de Park estacionado, este le hacía seña de luces para indicarle que se acerque, no se quería bajar por miedo a que lo reconozcan.
YoonGi, se asomó por la ventanilla a medio bajar y Jimin palmeó el asiento del acompañante para que este se suba.
—Vamos a mi departamento, allí podremos hablar mejor. —Dijo el pelinegro a medida que aceleraba con prisa.
Eso era justo lo que YoonGi quería, por el momento todo estaba saliendo a la perfección.
En cuanto se pudo divisar aquel gran edificio, YoonGi bajó el vidrio de la ventanilla del automóvil y se quedó boquiabierto, nunca había visto algo tan lujoso.
Ambos entraron directo en la cochera, allí los esperaba un hombre para estacionar correctamente el automóvil y ellos se dirigieron al ascensor que los dirigía al piso correspondiente.
YoonGi pensó que incluso el ascensor era mas valioso que la casa de todos los que conocía, tenía pequeños grabados en oro y todo era de vidrio, se podía ver las luces de la majestuosa ciudad todo al rededor, se quedaba perdido en cada detalle mientras Jimin lo observaba con el ceño fruncido. 《¿A caso este sujeto nunca se ha subido a un ascensor?》 pensaba.
Al llegar, Jimin se dirigió por el pasillo con prisa y se paró frente a la puerta más grande que estaba situada en aquél amplio piso, apoyó su dedo pulgar en la pantalla y la puerta se abrió. Estaba dispuesto a entrar cuando vio que YoonGi no estaba detrás, asi que asomó su cabeza por la puerta y lo llamó, este estaba perdido en cada detalle, miraba los cuadros y los jarrones de decoración con la boca abierta, no se podía creer estar en un lugar asi, todo se veía increíble y era solo un pasillo, se sentía tan poca cosa entre todos esos lujos, se sentía como un verdadero don nadie, ¿cómo podía ser que algunas personas lo tenían todo y otros no tenían nada?
《La vida es tan injusta》, pensó.
—¿Vienes o no? —Volvió a decir Jimin con fastidio
Este aclaró su garganta y se dirigió a donde el pelinegro se encontraba, esta vez procuró no detenerse a observar nada, no había venido a admirar el arte y las riquezas, tenía que concentrarse en asuntos mas importantes.
Jimin lo hizo sentarse en una gran sillón y puso algunas bebidas frente a la pequeña mesa.
—Iré al grano. —Musitó YoonGi.
—Perfecto. —Respondió el contrario expectante mientras le daba un sorbo a su Coca-Cola.
—Esto es muy sencillo, tú me prometes que no llamarás a la policía, luego llegamos a un arreglo monetario y te digo lo que quieres saber, de esa forma J-Hope será libre, tú tendrás a tu amigo y yo tendré dinero, todos ganamos.
—A ver si entendí... a cambio de dinero tú me dirás dónde está mi amigo, pero no sin antes prometerte que no iré corriendo a la policía a denunciar a quien sea quien tiene a HoSeok.
—¡Oh! Jimin, si que captas rápido las cosas. —Dijo YoonGi en tono de burla.
—¿Y cómo sabes que una vez que me lo digas, no iré a la policía?
—Solo se que no lo harás, te ves como un chico al que se puede confiar, veo en tus ojos que eres alguien de palabra. —Respondió YoonGi con una leve sonrisa.
Aquello le sonaba demasiado sencillo a Jimin, hasta se podía decir que él ya estaba considerando que YoonGi era un ingenuo, una vez teniendo la dirección, llamaba a la policía y terminaría no solo recuperando a su amigo, sino también el dinero, ya que evidentemente YoonGi y el secuestrador, terminarían en prisión. Jimin quería que quien se había atrevido a secuestrar a su amigo, cumpla con una condena, ya que aquello no podía quedar impune.
—De acuerdo, ¿eso es todo? —Pregunto el de cabello oscuro algo escéptico.
—No, eso no es todo, ¿podrías traerme Coca de dieta? —Preguntó YoonGi en medio de un sonoro bostezo.
Park puso sus ojos en blanco y se levantó directo a la cocina en busca de lo que YoonGi le había pedido, en ese instante, este aprovechó, metió con prisa las manos en el bolsillo, sacó aquél pequeño sobre con el polvito de color blanco y lo vació por completo en la bebida de Jimin.
《Me crees muy idiota, ¿verdad Park?, pero aquí, el único idiota...eres tú》
—
Gracias por el cariño que le dan a mi historia, sus comentarios bonitos me animan a seguir escribiendo♡
Lali🍓
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro