Luego de aquella noche las cosas se tornaron un tanto incomodas para ambos. HoSeok no podía si quiera ver a TaeHyung a la cara y el rubio lo percibía. Lo que hacía que el castaño se sintiese tan incómodo con lo sucedido, era que se sentía expuesto. TaeHyung solo lo había visto haciendo algo natural, algo normal, que todos los chicos hacían, pero HoSeok se sentía incómodo por lo que estaba pasando por su cabeza mientras efectuaba dicho acto, la realidad era que él estaba pensando en TaeHyung mientras se daba placer a si mismo y eso, le atormentaba la conciencia.
No dejaba de pensar en que tenía que salir de aquella casa lo más pronto posible, que el encierro le estaba afectando, y no era para menos, hacía meses que no tenía contacto con ninguna otra persona que no fuese su secuestrador.

Aquella mañana de sábado TaeHyung se había levantado muy animado, la noche anterior se había quedado hasta tarde preparándolo todo, quería que fuese especial, prácticamente estuvo dos horas internado en la cocina, pero le agradó el resultado, era un bonito pastel. Fue por velas, infló algunos globos y envolvió cuidadosamente el presente.
Puso todo en una bandeja y caminó hasta la habitación donde HoSeok aun dormía, solía despertarse tarde últimamente, eso a TaeHyung le encantaba, le hacía pensar en que el castaño comenzaba a sentirse seguro, nadie que tuviese miedo o se sintiera amenazado podría dormir tan tranquilo.
Entró, soltó los globos de helio para que se fueran hacia el techo, puso el paquete de regalo sobre la mesa pequeña junto a la cama y comenzó a tararear muy suavemente para que HoSeok despertase. El castaño muy lentamente comenzó a moverse y refregar sus ojos, luego los entreabrió y volvió a cerrarlos por la claridad que entraba por la ventana.
Después de unos segundos, aún con los ojos cerrados y sus cabellos completamente alborotados, se sentó en la cama y TaeHyung le puso la bandeja con el desayuno.
Al abrir sus somnolientos ojos manifestó una gran sorpresa, sin duda el rubio se había esmerado, en aquella bandeja había de todo y estaba tan bien decorado.

—¿A qué se debe todo esto? —Preguntó HoSeok sorprendido.

—A tu cumpleaños. —El rubio lo miró un tanto confundido.

—¿Hoy es 18 de febrero? —Preguntó confuso.

TaeHyung se quedó pensando un momento y salió corriendo hasta el almanaque, allí se cercioró de la fecha y regresó.

—Si, hoy es 18 de febrero. —Respondió con su respiración agitada.

Por un momento el castaño lo había hecho dudar, pero no era de extrañarse teniendo en cuenta que HoSeok no estaba muy al tanto de los días ni la hora.

—Feliz Cumpleaños. —Musitó Tae mientras sostenía en sus manos un pequeño presente envuelto en un hermoso papel brillante color celeste.

HoSeok hizo a un lado la bandeja y desató el listón, antes de fijarse de su contenido, miró a TaeHyung y le sonrió cálidamente.

—Gracias, seguramente te ha llevado mucho tiempo preparar todo esto, te lo agradezco.

TaeHyung se limitó a devolverle la sonrisa y no dijo palabra alguna, es que simplemente no podía hacerlo, por dentro su corazón estaba saltando de felicidad.

HoSeok sujetó el regalo entre sus manos y volvió a sonreír.

—¿Se supone que soy yo? —Preguntó mientras observaba el pequeño muñequito de tela detalladamente.

—No soy muy bueno cosiendo, pero quería hacer algo por mi mismo. Lo siento, está horrible, puedes tirarlo si quieres.

—Es hermoso. —Interrumpió—. Es hermoso que te hayas tomado el trabajo de hacer algo para mi.

HoSeok no dejaba de observar el pequeño muñequito y sonreír, parecía un pequeño muñeco vudú, tenía un ojo mas grande que el otro y sus pelos de lana eran un desastre. Pero para él, era el mejor regalo de cumpleaños que había obtenido en su vida. Era fácil ir y comprar algo, siempre había obtenido regalos caros comprados apresuradamente a último momento, incluso muchos les dejaban la etiqueta para poder alardear con el precio, muchos creían que asi iban a ser más queridos por HoSeok y se iban a terminar beneficiando de su amistad.

—¿Hay algo especial que quieras hacer por tu cumpleaños? —Preguntó TaeHyung luego de que el castaño finalizara su desayuno.

—Hay algo, pero...dudo que se pueda, asi que no, no quiero nada.

—Tan solo dímelo, haré lo posible para que se concrete, ¿qué deseas hacer?

—Llamar a casa. No sabes cuánto deseo hablar con mis padres, decirles que estoy bien y que no se preocupen por mi.

—Uhm...

TaeHyung analizó las posibilidades, si HoSeok llamaba podía ser peligroso, incluso podría delatarlo en menos de segundos gritando el nombre de su secuestrador, e incluso si no lo hacía, el llamar y decir que se encontraba bien, solo haría que incrementaran su búsqueda, pero...en el momento en que vio la tristeza en el rostro de HoSeok, ya no pudo pensar claramente, es que ¿cómo podía negarse?, el joven estaba sufriendo y si tan solo podía hacer que su expresión de tristeza cambiase en ese instante lo haría y ello de cierta forma lo asustó, ¿qué le estaba ocurriendo?, sin duda TaeHyung había estado obsesionado durante años con un desconocido al que él creía conocer, pero ahora podía sentirlo muy dentro de sí...se estaba enamorando, no de una ilusión, no de un idol, no de J-Hope, se estaba enamorando de aquél joven que tenía en frente, el HoSeok real.

Sin responderle, se dirigió a la cocina con la bandeja vacía, la depositó sobre la mesa y fue en busca de un teléfono celular viejo que prácticamente no utilizaba. Luego lo configuró en modo privado para que no saliese su número, respiró profundo y se dirigió a la habitacion.

—Aquí tienes. —Le dijo estirando el brazo y entregándole el teléfono.

HoSeok lo miró sorprendido y su expresión de tristeza cambió completamente, primero de asombro y luego de felicidad.
HoSeok cerró sus ojos un instante como pensando en qué decir, y marcó el numero.
Mientras el móvil llamaba, este estaba tenso y mantenía su mano fuertemente cerrada en un puño.
Entonces alguien atendió su llamada.

—¿Hola? —Dijo una voz masculina.

—¿Papá? —Respondió HoSeok con la voz quebrada, apenas podía hablar.

—¿Hosy?, ¿Hosy eres tú? —De pronto ya no se escuchaba más que llanto.

—Papá, soy yo, estoy bien, ya no llores por favor.

—¿Dónde estás?, por favor hijo...

En ese momento, HoSeok había quitado disimuladamente el altavoz y TaeHyung ya no lograba escuchar nada, a lo que pensó en que la llamada se había cortado o el hombre simplemente no podía hablar de la emoción al saber que su hijo estaba con vida, pero ambas opciones fueron descartadas en cuanto HoSeok respondió.

—Si.

—...

—Si.

—...

—No exactamente...

—...

—Cerca.

—...

—Si.

Y eso fue lo último que dijo, ya que en ese instante TaeHyung le arrebató el teléfono de sus manos y cortó la llamada. HoSeok le estaba dando pistas a su padre para que lo encontrase. Esperaba que no hubiese sido nada puntual, solo había dicho tres "si", un "no exactamente" y un "cerca". Sin duda la llamada había sido algo muy arriesgado.
HoSeok no dejaba de llorar, escuchar la voz de su padre luego de tanto tiempo había sido una emoción muy fuerte para él. Lo extrañaba muchisimo y deseaba tanto abrazarlo. El saber como su familia estaba sufriendo, le había partido el corazón, aun así, no podía no agradecerle a TaeHyung.

Poco a poco se lo iba ganando. Tal como había dicho YoonGi, si él obtenía lo que quería, lo dejaría ir. Pero...¿Por qué la idea de acercarse a TaeHyung se le hacía cada día menos desagradable?

—

Lali🍓