Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XXI

Lando

¿Qué tan difícil puede ser hablar con el padre de un chico? Era un hombre adulto queriendo casarse con el amor de su vida, no algún adolescente nervioso tratando de tener suerte en la noche de graduación. 

Luego de decirle a mi chico que tenía un viaje de negocios fuera del país para evitar preguntas, ahora estaba en Melbourne, paseándome de un lado a otro en frente de la casa donde Oscar pasó su infancia, tratando de convencerme de tocar la puerta. 

Mark y yo habíamos empezado en buenos términos, si recordaba bien. De cualquier forma, había un pequeño atisbo de duda de que él no me diera su bendición; esa de que él pensara que no soy suficientemente bueno para su familia.


-¡Norris! - Su voz me hizo saltar. No lo escuché venir hacia afuera - Vas a hacer un hoyo en mi recibidor. Trae para acá tu trasero - Aclaré mi garganta nerviosamente. 

-Es bueno verle de nuevo, Mark - Todavía estaba en uniforme; eso significaba que tenía acceso fácil al arma. 


Sabía que no iba a matarme. Era un hombre con hijos. De todas formas, un disparo en la pierna o algo así no sonaba como algo que tampoco quisiera experimentar. Tomé aire y lo seguí hacia dentro, cerrando la puerta detrás de mí.

Me indicó que me sentara en el sofá. 


-¿Cómo están los niños? - Preguntó educadamente.

-Están genial - Contesté - Los chicos se las han arreglado para mantenerse fuera de los problemas la mayor parte del tiempo. Arthur no tuvo problema para adaptarse a una nueva escuela. Creo que estar en la misma clase que Maximilian le ayudó, y Luisinha hizo un montón de amiguitos en preescolar. Estoy seguro de que mi casa estará a reventar de niñas de tres y cuatro años en poco tiempo - Mark soltó risitas, pero no me relajaron. 

-¿Te gustaría algo de beber? - Preguntó.

-Estoy bien, gracias - Contesté. De todas formas, creo que me lo echaría encima.

-Entonces vayamos al grano - Dijo Mark, inclinándose hacia delante en su silla - No viajaste por más de un día solo para decir hola - Mierda.

-No, señor - Contesté educadamente - Estoy aquí para pedirle su bendición.

-¿Para qué? - Preguntó, A pesar de que ambos éramos conscientes de que él sabía la respuesta.

-Espero casarme con Oscar y ser un padre para Arthur - Contesté - Ellos ya son parte de mi familia. Quiero hacerlo oficial.


El hombre me miró de arriba a abajo, y el cuarto se llenó de un silencio tenso. Finalmente, tomó el control remoto y encendió la televisión. Estaba confundido. ¿De verdad iba a ver un juego en un momento como este? Entonces, tomó un control remoto que estaba aparte. Sin decir palabra, encendió una película casera.


-Sebastian, probablemente ahora no sea un buen momento - Dijo el Mark en la pantalla tensamente.

-Mi bebé está teniendo un bebé. ¿Crees que voy a perderme esto? - Respondió quien supuse era Sebastian desde atrás de la cámara. Un Oscar adolescente estaba apretando sus dientes y tomando respiraciones profundas a través de su nariz. Se veía como si estuviera lista para matar a alguien y se sostenía de las barras de la cama de hospital - ¡Sonríe, cielo! - Oscar miró mal a la cámara. 

-Mamá - Gruñó. Sebastian retrocedió.

-Me moveré fuera del camino - Dijo. Hizo eso, pero mantuvo la cámara hacia Oscar mientras Mark llegaba a su lado.

-Papá - Oscar se veía en pánico ahora - Papi, no puedo hacer esto. No puedo tener un niño. Lo echaré a perder. Soy demasiado joven y demasiado estúpido para ser una mamá.

-Osito - Mark se las arregló para acercar una de sus manos y sostuvo una de Oscar - Yo era demasiado joven y demasiado estúpido para ser un papá, pero mira lo bien que resultaste.

-¡Tendré un bebé de un hombre misterioso! Difícilmente, eso es algo que puedas presumir - Contestó, aún más asustado que antes. Mark sacudió su cabeza. 

-Eres el chico más valiente que conozco, y estoy tan malditamente orgulloso de ti - Oscar se veía verdaderamente conmovido por un momento, antes de que apretara sus ojos, cerrándolos. Mark gimoteó - Ese es un buen agarre, Ossie.


Mark no se apartó del lado de su hijo mientras el doctor la guiaba a través del obviamente doloroso proceso. Oscar, siendo Oscar, no lloró ni una vez.


-¡Es un niño! - Anunció el doctor. Oscar estaba jadeando.

-Tráiganmelo. Quiero darle un pedazo de mi mente - Dijo débilmente.


Tan pronto como las enfermeras lo limpiaron, lo llevaron y colocaron gentilmente el movedizo bulto azul en sus brazos. Él miró hacia abajo y no dijo nada al principio, solo lo observó. Se olvidó de todos en la habitación, mientras una lágrima se deslizó por su mejilla.


-Hola - Dijo suavemente. Entonces, dejó salir una risita acuosa - Debo decir, hago malditos bebés adorables - Mark soltó una risita junto a él.


No aparté la vista del televisor, aún y aunque el video ya había terminado. Fue tan... gratificante, que él me enseñara eso, el poder ver el inicio de Oscar y Arthur con el dúo que eran y al que yo tanto adoraba.


-Gracias - Dije sinceramente.

-Solamente pensé que, si tu ibas a ser el padre de mi nieto, te gustaría saber cómo llegó aquí - Dijo Mark. Apagó la televisión - Oscar es un hombre adulto. Él nunca haría nada que no fuera lo mejor para él o para Arthur. Va a ser demasiado terco para escuchar, de todas maneras. No necesitas mi bendición, pero te la doy de cualquier forma.


Lo habría besado, pero seguramente me dispararía por eso.


-No se arrepentirá, señor. Le prometo que nadie lo amará más de lo que yo lo hago - Me puse de pie y sacudí su mano. Su agarre fue más firme de lo normal.

-Más te vale - Advirtió - Probablemente, deberías decirme cuándo cumplen años esos niños tuyos. Si voy a estarlos visitando más seguido, necesito programar mis días libres con tiempo.


Sonreí y le escribí las fechas. Inclusive, él me añadió la suya. No eran Oscar y Arthur uniéndose a mi familia; éramos mis hijos y yo uniéndonos a la suya.


-¿Cuándo planeas preguntárselo? - Me preguntó mientras salía.

-Yo espero que en cuanto vuelva - Contesté - Solamente tengo una persona más con quien hablar.

-Buena suerte - Me dijo - Hacer que él acepte será difícil - Me dio una palmada en la espalda - Te veo pronto, hijo - Entonces, regresó dentro de su hogar.


¿Por qué? ¿Por qué tenía que decirme eso, justo cuando pensé que no tenía nada más de qué preocuparme? Fui hacia el auto alquilado y volví. Eso me daba unas horas para soltar la tensión de la posibilidad de que Oscar pudiera decir que no. La pura idea me causaba náuseas; ni siquiera pude disfrutar mi almuerzo o cena.

Al día siguiente fui directamente a la escuela primaria. Afortunadamente, Charles estaba a punto de hacer sus rondas, así que me dejó usar su oficina para hablar con Arthur. Se veía un poquito nervioso cuando espió hacia dentro, pero se relajó un poco cuando me vio detrás del escritorio.


-¿Estoy en problemas?

-No - Sonreí - Entra. Quiero hablar contigo - Cerró la puerta detrás de él y se sentó en una de las otras sillas, luciendo un poco confundido. Me puse de pie y tomé la pequeña caja de mi bolsillo. Caminé alrededor del escritorio y me arrodillé para quedar a su nivel - Quiero pedirle a Oscar que se case conmigo. Como sé lo mucho que lo proteges, necesito tu permiso primero - Abrí la caja, enseñándole el anillo - ¿Qué dices, Arthur? ¿Me puedo casar con tu papá?

-¡Sí! - Contestó inmediatamente - Maximilian y yo seremos hermanos de verdad, y voy a tener una hermana - Entonces, frunció el ceño - Luisinha va a necesitar una hermana también - Solté una risita. 

-Una cosa a la vez, chico. Necesito que tu papá se case conmigo primero - Él se encogió de hombros.

-Papá te ama. ¿Por qué no lo haría? - Esa era una maldita buena pregunta.

-Nosotros, los adultos, podemos ser complicados a veces - Expliqué - Deberías volver a clases. Tío Carlos los recogerá hoy. Irás a casa con él después de la práctica de rugby. Asegúrate de mantener nuestra pequeña charla en secreto.

-Sí, señor - Prometió y se dirigió a la puerta - ¿Lando? - Se detuvo - ¿Qué pasa si papá dice que no? - Preguntó.

-No importa lo que pase, siempre te voy a querer y a considerar como mi hijo. Seguirás siendo el hermano de Maximilian y Luisinha inclusive si tu apellido es Piastri - Expliqué. Sonrió y me abrazó antes de correr hacia sus clases. Charles me atrapó antes de que saliera de su oficina.

-¿Qué es lo que te tiene sonriendo como un idiota?

-Nada - Solté una risita - ¿Estás seguro de que estás bien con cuidar a los niños esta noche?"

-Es lo justo - Contestó - Tú y Oscar cuidaron a Oliver la otra noche mientras salimos. Ahora es nuestro turno de devolver el favor. Eso y que Carlos está buscando jugar videojuegos con los niños.

-Solamente no corrompan a mis niños - Bromeé.

-No prometo nada - Dijo Charles con una sonrisa traviesa - Ahora, largo. Tengo niños que asustar.


Tenía la bendición de Mark y el permiso de Arthur. Maximilian y Luisinha ya habían hecho saber que querían a Oscar como su otro papá y a Arthur como su hermano, y el resto de mi familia probablemente me repudiaría si no hacía eso posible.

Proponérselo a Oscar no era algo que me tomara a la ligera. Había pasado incontables horas tratando de hacer llegar las palabras para decir y cómo las diría, pero seguía insatisfecho. Todo necesitaba ser perfecto; al menos necesitaba ser perfecto para nosotros. Una propuesta típica no lo haría. 

Finalmente decidí que todo en nuestras vidas sucedía porque tenían que ser. Pedirle que se casara conmigo tenía que ser de la misma manera.

Tuve que seguir mi día como de costumbre. Oscar no sospecharía nada. Tal vez no podía saber cómo iba a soltar la pregunta, pero sabía cuándo. Con algo de suerte, esta noche podía ser una de las mejores de mi vida.

Cuando casi fue la hora de ir por los niños a la escuela, le mandé un mensaje de texto.

"Hola. Realmente no sé cómo decir esto, pero tengo a tus hijos conmigo, y estaba pensando que tal vez te gustaría tenerlos de regreso. Llámame."

Mi teléfono sonó muy poco después.


-¡Hey, trasero lindo!

-¿Qué diablos hiciste con nuestros hijos? - Reí.

-Carlos llevó a los niños a la práctica de fútbol y Charles tiene a Luisa.

-¿Así que pensaste que sería divertido traer de vuelta todo eso de Oscar Piastri, Secuestrador, otra vez?

-¿Logré que me llamaras, o no? - Contesté presuntuosamente.

-Zorro.

-Deberías estar emocionado - Sonreí - Vas a pasar la tarde conmigo.

-Estoy en éxtasis - De acuerdo, eso fue sarcástico.

-Deberías. Te voy a llevar a cenar. ¿Qué te gustaría?

-Pizza. Tengo un antojo.

-Pizza será. Llegaré en cuanto salga de la oficina - Le dije - Te amo.

-También te amo.


Íbamos a tener pizza la noche en que me le iba a proponer. Si él había nombrado a su hijo como un rey de ficción, obviamente esto iba a ser lo adecuado.

Cuando llegué a recogerlo, noté las ligeras bolsas debajo de los ojos de Oscar. Estaba exhausto. 


¿Bebé, no has estado durmiendo? - Suspiró y sacudió su cabeza.

-Este negocio del libro me ha estado manteniendo despierto. Cada vez que tengo una idea, tengo que sentarme a escribirla, así no la olvidaré. Desafortunadamente, tengo mis mejores ideas cuando estoy tratando de ir a dormir.

-¿Te quieres quedar? - Pregunté. No quería hacerla sentir mal - Podemos simplemente ordenar la pizza, si quieres.

-Eso sería grandioso - Contestó en agradecimiento.


Logan estaba fuera por el día. Oscar dijo que iba a revisar el campus. Liam iba a ir con él, por supuesto, para mantenerlo 'lejos de los problemas'.

Ordené la pizza mientras Oscar se ponía cómodo. Salió de su cuarto usando un par de pantalones de pijama y mi vieja playera. Su artículo de vestir favorito tenía mi nombre en su espalda. Eso me hizo sentir bastante bien.

Después de que comimos, puse un DVD y me acurruqué con él en el sofá. Ya que él se estaba cayendo de sueño durante la cena, me imaginé que sería algo bueno para él solamente relajarse. Estaba suficientemente seguro de que iba a estar fuera de combate en unos minutos. 

Suspiré. No iba a ser capaz de proponérmele si estaba inconsciente.

Una vez que la película terminó, la volví a poner. Estaba prestándole más atención a Oscar, de todas formas, así que no importaba. Estaba durmiendo tan profundamente, y por primera vez, ni siquiera habló. 

Tomé esa oportunidad para deslizar el anillo fuera de mi pantalón. Lo miré y suspiré de nuevo. Tal vez no era la noche indicada, después de todo. Volví a mirarlo. Se veía tan precioso, durmiendo pacíficamente, usando mi pecho como una almohada. Su mano izquierda estaba acomodada ahí, con su dedo desnudo burlándose de mí. No pude resistirlo más.

Cuidadosamente, tanto como para no despertarlo, tomé el anillo de la caja y lo deslicé en el dedo correcto. Quería ver cómo se veía. Encajaba perfectamente.

Por supuesto, para mi horror, Oscar se despertó en ese momento.


-Mierda - Pensé exactamente lo mismo - No quería quedarme dormido - Rápidamente, escondí la caja, pero no había nada que pudiera hacer con el anillo mientras él se sentaba, estirando sus brazos por arriba de su cabeza - Voy por algo de beber. ¿Quieres algo?


Solo pude sacudir mi cabeza mientras se dirigía a la cocina. Doble mierda. Oscar dejó el cuarto, sin saber sobre el anillo que llevaba con él. Esperé, aguantando la respiración.


-¿Norris? - Vino de regreso, sin la bebida. Sus ojos estaban pegados a su mano - ¿Qué diablos es esto? - Tomé su mano y pretendí inspeccionarla. 

-Parece como un anillo de compromiso.

-¿Cómo llegó a mi dedo? - Preguntó impacientemente.

-Puede que yo lo haya puesto ahí - Confesé. Me miró feo. Eso no podía ser bueno.

-¿No se supone que debas hacer una pregunta específica antes de hacer eso?

-Estabas dormido - Discutí.

-Oh - Contestó - Bueno, eso es comprensible. Un hombre se le propone siempre a una persona inconsciente - Me puse de pie.

-Esto es toda tu culpa, sabes. He estado estresado toda la semana. Primero, cuando fui a obtener la bendición de Mark hasta Australia, después, cuando fui a pedir el permiso de Arthur, y finalmente, cuando llegué aquí y estaba aterrorizado por ser rechazado por ti. Planeaba preguntártelo en el momento perfecto, pero entonces te dormiste, así que al menos quería ver cómo se veía en tu dedo, pero entonces despertaste, y... - Oscar interrumpió mi balbuceo.

-¿Vas a hacerme la maldita pregunta o no?

-¿Perdón? - ¿Él quería que me le propusiera?

-Espero no creas que vas a tener este anillo de regreso, porque no dejará mi dedo a partir de ahora - Contestó.

-Oscar- Tomé su rostro en mis manos - ¿Te casarías conmigo?


Me sentí tan malditamente vulnerable. Independientemente de lo que acababa de decir, él seguía siendo la persona más impredecible que conocía. La jodida pausa no estaba ayudando.

Finalmente, sonrió hermosamente y asintió.


-Sí.

-¿Qué? - ¿Sí? ¿Así nada más?

-Si quieres, puedo esperar a que vayas a dormir y escribírtelo en la frente - Contestó.


Lo besé. Enrollé mis brazos a su alrededor, chocando su cálido cuerpo contra el mío y lo besé hasta la muerte. Él se iba a casar conmigo. Necesitaba decirlo en voz alta.


-Te vas a casar conmigo - Lo besé de nuevo - Vas a ser el papá de mis hijos - Y otra vez - Y vas a despertar cada mañana junto a mí y me llamarás zorro.

-Suena bien para mí - Dijo Oscar. Y presioné mis labios con los suyos otra vez. Con su boca moviéndose contra la mía, no quería nada más que cargarlo a la cama, pero él se apartó - Necesitamos ir por nuestros niños - Suspiré y asentí. Él sonrió - Tu pediste el permiso de Arthur. Es lo correcto que yo pida el de Maxi y Luisa. Después, los mandamos a la cama y haremos un buen uso a ese seguro de la puerta de tu habitación - Sonreí.

-Suena bien para mí.


No les dijimos a Carlos y Charles sobre el compromiso todavía. Queríamos decirles a los niños primero. Me di cuenta que de vez en cuando, Arthur trataba de echar un vistazo a la mano de Oscar, pero él era bastante bueno manteniéndola discretamente oculta.

Cuando llegamos a mi casa, los mandamos a ponerse sus pijamas antes de sentarnos en la sala.


-¿Qué sucede? - Preguntó Max, Oscar contestó - Sabemos que tú y Arthur quería prestarse a los padres del otro - Él asintió tímidamente - ¿Estaría bien para ti si mejor hacemos todo esto oficial? - Arthur se veía emocionado, Luisinha confundida, y Max se veía esperanzado.

-¿Qué quieres decir? - Preguntó. Oscar se arrodilló delante de mis hijos, muy parecido a lo que yo había hecho con Arthur.

-¿Puedo ser su papá? - Preguntó sencillamente, para que así Luisinha pudiera entender.


De repente, Maximilian enrolló sus brazos alrededor de su cuello y enterró su cara contra él. Oscar lo abrazó de vuelta. Ambos tenían lágrimas en sus ojos, y los dos estaban peleando para mantenerlas a raya. Cuando finalmente se soltó, Max simplemente asintió.


-Realmente me gustaría eso.

-¿Qué hay de ti, Señorita Luisinha - Preguntó Oscar

-Sí, por favor - Contestó con una gran sonrisa tonta. Oscar rio y la besó sonoramente en la mejilla.

-Gracias, a los dos - Les dijo - No saben cuán feliz me hace eso. Arthur estaba a punto de brincar de la emoción en el sofá.

-¿Se van a casar? - Él le enseñó el anillo.

-¿Cómo te sientes con el apellido Norris?

-Arthur Lorenzo Norris - Dijo, intentándolo - Parece que encaja bien - Amaba a ese chico.


Juntos, arropamos a los niños. Luisinha sonrió cuando Oscar besó su frente.


-Buenas noches, papi - Susurró. Oscar estuvo a punto de romperse.

-Buenas noches, bebé.


Podíamos escuchar a los chicos platicar desde afuera antes de que los enviáramos a su cuarto. Para la diversión de Maximilian, Arthur estaba pensando en los diferentes nombres para llamarme.


-¿Papi? ¿Papá? ¿Pa? ¿Padre? ¿Father? ¿Papà?

-Métete a la cama - Sonrió Oscar. Los chicos se acomodaron en sus literas. Oscar empezó con Arthur mientras yo arropaba a Max. Entonces, cambiamos. Arthur me sonrió en cuanto me vio.

-Me alegra que haya dicho que sí - Susurró.

-A mí también - Contestó - ¿Ya me has elegido un nombre? - Asintió.

-Buenas noches, papá - Ese sonaba bien - Oh, y si no podemos tener otra hermana, ¿Qué te parece un gato? Creo que hay uno llamado Percival en la tienda de mascotas que le podría gustar a Luisinha - Sonreí y besé la parte de arriba de su cabeza.

-Buenas noches, hijo.

---------------------------

Cada día que pasa me pongo más sentimental por el final de esta historia.

Actualización final 4/6

¡Gracias por leer!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro