Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

VI

Oscar

Ouch. En serio, tengo que aprender a decir que no, pero había sido totalmente imposible. Esos tres pequeños monstruos sacaron sus labios inferiores y parpadearon sus inocentes ojos, y caí más rápido que un hombre gordo en un buffet. Sin ofender a los hombres gordos. Son bastante abrazables. 

Estoy bastante seguro de que dormir en la casa del árbol había sido idea de los niños, incluso aunque enviaran a Luisinha a preguntarme. Con una voz así de dulce, ellos sabían que iba a ser incapaz de resistirme. Tengo que encontrar algún otro mecanismo de defensa para el futuro.

No quería abrir los ojos, pero esos estúpidos pájaros cantando alegremente estaban haciendo imposible que me volviera a dormir. 


-Estúpidos pájaros - Gruñí. Sentí que algo se movía junto a mí. Lentamente, moví mi mano hacia abajo y sentí un pequeño cuerpo cálido. Era demasiado pequeño para ser Arthur o Max, así que tenía que ser Luisa. Mi toque provocó que se acurrucara más hacia mí.


El sonido de la puerta trasera de mi casa abriéndose y cerrándose me forzó a abrir los ojos para enfrentarme al mundo real.


-Buenos días, Oscar - Susurró Max mientras entraba a la casa del árbol y volvía a acostarse. Sonreí en respuesta. Arthur estaba tumbado junto a él, todavía durmiendo pacíficamente.

-Hey, Bella Durmiente - Dijo Lando. Estaba sosteniendo una bandeja con panecillos, dos cafés, y unas cuantas cajas de jugo. Noté que él estaba totalmente vestido para trabajar.

-Será mejor que estés hablando de alguno de los niños - Respondí desorientado. Las mañanas y yo no éramos los mejores amigos. Me obligué a mí mismo a sentarme, reacomodando a una todavía adormilada Luisinha, para que así ella descansara su cabeza en mi regazo.

-Nope. Lo siento koalita - Replicó - Max es el único despierto. Dudo que aprecie que lo llame de esa manera - Sonrió. Me pasó un café - Tengo que ir a trabajar pronto. Dejaré algo de dinero en caso de que necesites comprarle algo a los niños - Sacudí mi cabeza, tomando un trago del café.

-Si les compro algo, será porque quiera hacerlo. No tienes que pagar por ello - Él picó con una pajilla uno de los jugos antes de dárselo a Max.

-Tienes que dejarme hacer algo. No puedo dejarte a mis hijos sin pagarte algo a cambio.

-Puedes ayudar a Arthur con su práctica de rugby - Ofrecí. Tomé uno de los panecillos calientes y lo agité en frente de la nariz de mi hijo. Él tarareó y abrió los ojos.

-Trato hecho - Rio Lando - Pero tengo que comprarle algo también. Es lo justo - Arthur se sentó y gruñó, estirando sus brazos con un panecillo en su mano.

-Vaya, qué noche.

-Está bien - Acepté - Por cierto, gracias por el desayuno.

-De nada - Sonrió antes de sentarse a mordisquear su panecillo. Max gateó hacia mí y golpeó levemente a su hermanita en la nariz. 

-Luisinha - Canturreó quedito.

-Shh - Susurró ella - Lui está dormida

-Me voy a comer tu panecillo - Le advirtió juguetón.

-No - Se quejó, pero con una sonrisa en el rostro.

-Entonces será mejor que te levantes - Respondió sonriendo. Era un buen hermano mayor. Luisinha suspiró y abrió sus ojos.


Los cinco desayunamos juntos antes de que los niños entraran a ver caricaturas. Lando me ayudó a traer todas las almohadas y sábanas hacia adentro para no tener todas las cosas regadas por la casa.


-Será mejor que me vaya. Entre más pronto entre, más pronto podré salir - Me dijo, tomando sus llaves. Lo seguí hasta la puerta para verlo irse - Y añadiré algo más a nuestro trato - Fruncí el ceño. ¿Qué más podría querer? - Una vez a la semana los niños se quedarán con mis padres. Eso significa que tú y yo estaremos atrapados saliendo uno con el otro.

-¿Me estás invitando a salir, Norris? - Pregunté sin rodeos.

-Por supuesto que no, Piastri - Dijo con esa maldita sonrisa torcida - Vamos a estar saliendo como amigos, y si terminamos en la cama después de todo, que así sea.

-No hago eso en la primera cita - Me quejé, cruzándome de brazos. Lando bufó impacientemente.

-Te llevaré a más de una, genio - Rápidamente miró su reloj - Tengo que ir a trabajar - Besó mi mejilla - Te veré esta noche.


Esa era la segunda vez que ese hombre me besaba. Cerré la puerta y toqué mi mejilla. No estaba seguro de cómo sentirme al respecto. No estaba acostumbrado a tener a alguien que me tratara tan... amablemente. En realidad, solo había tres hombres a los que había dejado entrar en mi vida en el pasado voluntariamente, Mark, Kimi y Mick.

Papá Mark y yo éramos muy cercanos, pero ninguno de los dos éramos demasiado afectuosos. Nos abrazábamos cada vez que lo necesitábamos, y eso era todo. Kimi era el segundo esposo de Papá Sebastian, así que habíamos convivido lo necesario, pero nuevamente, no éramos afectuosos con el otro. Bueno, Kimi no lo era con nadie realmente. Finalmente, Mick siempre me trató como a un hermano menor. Si no hubiera sido por él, no hubiera podido ser capaz de taclear a ese sujeto diabólico tan fácilmente, el chico sabía cómo tirar abajo a alguien.

Ahora estaban Liam y Lando. Liam era un gran amigo. Él siempre parecía estar de buen humor, y era el mejor vecino que un padre soltero podría pedir. Sabía que, si necesitaba cualquier cosa, él estaría ahí en un segundo. 

Y Lando era... bueno, ahora era una parte de mi vida cotidiana. Él constantemente se presentaba en cualquier momento, sin importar si le pedía que estuviera o no. Después de pensarlo un poquito, decidí que realmente me gustaba tenerlo cerca... pero no iba a decirle eso. Ya tenía el ego suficientemente inflado.

Dejando todos aquellos pensamientos de lado, vestí a los tres chiquitines y conduje hacia el centro con un par de planes en mente.


-¿Qué estamos comprando, papá? - Preguntó Arthur mientras caminábamos por la ferretería.

-Me siento algo desastroso hoy, así que vamos a pintar el cuarto de juegos - Arrojé tres pares de overoles tamaño infantil al carrito. Luego encontré un par para mí y los cascos que hicieran juego.

-¿Nos dejarás ayudar? - Preguntó Max.

-No sería divertido si hago un desastre yo solo - Sonreí, mientras tomaba rodillos, brochas y todo lo demás que necesitábamos.


Arthur y Max fueron los encargados de escoger el color de la pintura. Tomó alrededor de una hora obtener todo porque los chicos estaban tan indecisos. Finalmente llegaron a un acuerdo sobre un tono naranja que me recordaba el color de una papaya. Después de ello tomamos algunas pegatinas para ponerlas al final.

Antes de ir a casa, me detuve en una cafetería para almorzar, pues no tenía ganas de cocinarnos algo hoy. Luisinha y yo nos sentamos enfrente de Max y Arthur en la mesa. Una joven mujer patinó hasta nosotros para tomar nuestra orden.


-Tus hijos son adorables - Dijo efusivamente.

-Oh - Comencé, pero me detuve cuando vi que Max miraba hacia abajo tristemente, así que mi lengua se le adelantó a mi mente para contestar - Gracias. Pienso lo mismo - Él alzó su cabeza y sonrió, así que le guiñé el ojo. 


Sabía cómo se sentía tener solo un padre. Sebastian nos dejó a Mark y a mí cuando tenía más o menos la edad de Luisinha, pero al menos yo podía verlo de vez en cuando. No sabía mucho sobre la relación de Max y Luisinha con su mamá, pero había llegado a creer que ella estaba completamente fuera de la película por alguna razón.

Cuando finalmente llegamos a casa, los niños se pusieron rápidamente sus overoles. Tuve que enrollar el de Luisinha un poco, pero los tres lucían endemoniadamente lindos. Cubrimos los pisos con plástico, y tapé todo mientras los chicos abrían la pintura. Sabía que estaba buscando problemas al permitirlo, pero no le tomé importancia.

Max y Arthur tuvieron una explosión. Estaban cubiertos en pintura, por supuesto, pero al menos habían puesto la mayor parte en las paredes. Sorprendente, ellos habían hecho un trabajo bastante excepcional una vez que les recordé que lo hicieran sin prisas. Luisinha estaba sentada en mis hombros para alcanzar las partes altas. Ella chorreaba pintura sobre ella y sobre mi casco. Sabía que iba a tomar una eternidad quitar la pintura de su piel, pero al menos se entretuvieron entre ellos.


-Creo que podemos finalizar el día - Anuncié unas horas después. Me di la vuelta para encontrar a los niños tirados en el plástico y pintándose diseños tontos unos a otros en sus overoles. No me sorprendía que me hubiera tomado tanto. Mis ayudantes me habían abandonado.

-Parezco un Oompa Loompa - Dijo Max, mirando sus manos naranjas. Reí al darme cuenta que, si fuera un tono más oscuro, se parecería bastante al tono de los hombrecitos de la película de 1971 de Willy Wonka.

-Quítense esos overoles y traten de limpiarse tanta pintura como puedan. Los llevaré afuera y los ducharé con la manguera - Estaba agradecido de que Lando tuviera suficiente sentido común como para mandarles más de un conjunto de ropa para el día. 


Los niños subieron corriendo y yo iba detrás de ellos con un paño mojado siendo arrastrado por el suelo en caso de que chorrearan. Las manchas naranjas no se verían bien en mis pisos de madera ni con los muebles que tenía.

Los pequeños tuvieron tanta diversión limpiándose como cuando estuvieron pintando. Max me informó que él y Luisa jamás habían tomado un baño en patio trasero antes. Tenían jabón por todos lados.


-¿Qué les estás haciendo a nuestros hijos? - Me congelé una vez que escuché la familiar voz aterciopelada. Me olvidé que le había dado una llave.

-¡Nos está regando! - Dijo Luisinha. Me giré y sonreí por un segundo antes de recuperar mi seriedad habitual. 

-En serio, Norris, ¿Cómo permites que tus hijos vayan por la vida sin haber tomado un baño afuera? Es inconcebible

-Ellos están naranjas - Contestó - Supongo que no mentías sobre la advertencia de anoche.

-Nope - Dije, sacudiendo mi cabeza - Pintamos el cuarto de juegos. Ahora toma algo de jabón y ayúdame.


Él enrolló sus mangas y comenzó a trabajar. Max y Arthur encontraron divertido cuando él cepillaba sus cabezas como si fueran mascotas o algo. Tomé una toalla y envolví a Luisinha en ella. Poco después los chicos entraron con sus dientes tiritando, así que les ayudé a abrigarse también. Lando decidió que él iba a cocinar la cena mientras todos nos poníamos ropa seca.

Cuando regresé a la cocina, pude escuchar a Max contarle a Lando sobre su día. 


-Oscar puso a Luisinha en sus hombros para que pudiera alcanzar hasta arriba. Así fue como cayó pintura sobre él. Debiste haber visto, papá. Oscar dijo que Arthur y yo hicimos un buen trabajo.


El sonido del timbre me sacó de escuchar a escondidas. Estaba aterrado de pensar con cuál vecino iba a tener que lidiar. Tenía la esperanza de que Sérgio no viera el auto de Lando y decidiera invitarse por su cuenta. Abrí la puerta para encontrarme a un furioso Liam Lawson en uniforme. 


-Hey - Dije preocupado. Nunca lo había visto enojado antes - ¿Pasa algo malo?

-Atrapé a alguien merodeando alrededor de tu casa. Dice que te conoce - Respondió, buscando a su lado y jalando al perpetrador para verlo - ¿Te parece familiar? - Sabía exactamente quién era.

-Te dije que iba a hacer que te detuvieran si te aparecías por acá - Aparentemente mi amenaza llegó a oídos sordos.

-Es bueno verte también, Mariquita - El rebelde muchacho contestó con una sonrisa natural.

-¿Mariquita? - Me asusté cuando ambos, Liam y Lando, replicaron. No sabía que Lando estaba detrás de mí. Arthur bajó brincando por las escaleras. Sus ojos se abrieron cuando vio quién estaba en la puerta. 

-¡AH! ¡Tío Logan!

Arthur Lorenzo! - Gritó de vuelta, imitando su tono emocionado - Te abrazaría, pero este fino oficial sintió la necesidad de esposarme. ¿Un poco de ayuda por aquí, Oscar?

-Liam, puedes soltarlo. Este... - Me detuve, tratando de encontrar la palabra adecuada - Único y especial jovencito es mi hermano menor, Logan Hunter Sargeant. Nuestro padre estaba claramente bajo los efectos de la anestesia cuando lo nombró - Él sonrió. 

-Pues perdona, no todos podemos tener nombres tan perfectos como Jack.

-¿Jack? - El dúo de hombres contestó al mismo tiempo. Esto se estaba poniendo un poco tétrico.

-¿Qué se supone que estás haciendo aquí, Log? ¿No se supone que estabas en rehabilitación? - Pregunté. Con el matrimonio Räikkönen-Vettel de viaje todo el tiempo, Logan había adquirido unos cuantos malos hábitos. El chico era un problema de pies a cabeza.

-Estoy limpio - Anunció con aires de suficiencia mientras Liam le quitaba las esposas de mala gana. Me pregunté qué le habría hecho para encabronarlo tanto - Sólo necesito un lugar para quedarme por unos días antes de mudarme a los dormitorios. Me voy a la Universidad.


Hice un ruido con mi garganta que sonó a un gemido de derrota. Amaba a mi hermano, pero él viajaba en el tren de la locura y siempre recogía nuevos pasajeros en el camino. Habíamos aprendido eso de mala manera. 


-Aquí están las reglas. No fumar, no beber, y no maldecir en frente de los niños a menos que quieras perder todo tu dinero. Si nos arrestan por alguna de tus brillantes ideas, tú tendrás que sentarte junto a la marimacha la próxima vez - Logan me miró confundido. 

-¿Niños? ¿Hiciste aparecer más mientras estaba en rehabilitación? ¿Y quién es el bombón que no se decide si mirarme a mí o a tu trasero? - Lando se acercó entonces.

-Soy Lando Norris. Tu hermano secuestra a mis hijos de vez en cuando para ser su niñero - Sonrió, mientras alzaba su mano para estrecharla con la de mi hermanito.


¿Lando me estaba viendo el trasero?


-Él siempre ha tenido formas extrañas de conocer hombres - Contestó Logan. Solté un grito ahogado. 

-Tú, pequeña...

-Oh, en serio - Interrumpió Lando - Bueno, justo estaba haciendo la cena. ¿Por qué no vienes y me cuentas todo al respecto? - Estaba a punto de abofetearlo - Hay suficiente por si quieres unírtenos, Liam. Estoy haciendo pescado y papas fritas*.

-Creo que he tenido suficiente por un día, gracias - Dijo Liam, mirando fijamente a mi hermano. En serio tenía que averiguar lo que le había hecho.

-¿Por qué estás tan encabronado? - Preguntó Logan lo que yo quería saber - Yo era el que tenía su trasero siendo perseguido por la calle porque te negabas a creer que no era un criminal - Juro que había humo saliendo por las orejas de Liam 

-¡Tu trasero estaba en mí auto, el cual tú robaste!

-Tomé prestado - Corrigió suavemente mi hermano.

-¿Eso es un no para el pescado? - Preguntó Lando, claramente entretenido con la situación.

-Mete tu trasero en la cocina - Contesté, claramente no muy entretenido con la situación.

-¿'Encabronado' es una mala palabra? - Preguntó Arthur - Si es así, me deben cinco libras.


Tomé a Arthur por el hombro, girándolo y dirigiéndolo al comedor donde Max y Luisinha estaban sentados pacientemente en la mesa. Me dejé caer junto a ellos y puse mi cabeza en mis manos. Estaba estresado y preocupado por lo que podría pasar en el futuro. 


-Estaba bromeando sobre las cinco libras, papá - Dijo Arthur dulcemente.

-Ven acá - Contesté, jalándolo hacia un abrazo. Entonces me giré hacia Max y Luisinha - Les advierto a ustedes dos. Mi hermano está aquí. No hagan nada de lo que él les diga sin venir primero conmigo.

-Caramba, Oscar, haces que suene como si fuera algún tipo de delincuente - Dijo Logan. Se dejó caer en una silla frente a nosotros - Hola niños. Soy su tío Logan.

-Log, estos son Max y Luisa. Son buenos niños, y planeo asegurarme de que se mantengan de esa manera - Advertí. Logan tenía el poder de persuasión hecho un arte, así que sabía que los niños estaban en peligro de ser corrompidos - ¿Y qué le pasó a tu cabello? - Solía ser más claro que el mío. Ahora estaba principalmente oscuro, casi negro, pero con mechas azules y rojas mezcladas.

-No pude decidirme por un color - Dijo encogiéndose de hombros.


Aparentemente Liam decidió no quedarse porque Lando regresó solo a la habitación en la que estábamos unos cuantos minutos después de que mi hermano entrara.


-Liam tenía que volver a la estación - Dijo. 


Luego de un rato, Lando finalmente terminó de preparar la comida y le ayudé a ponerles a todos un plato en la mesa. Cuando me di la vuelta, Logan estaba peleando con Max en una guerra de pulgares. Él hizo trampa usando su otra mano para mantener su pulgar abajo.


-¡Hey! - Se rio él.

-¿Qué? - Contestó mi hermanito - Nunca prometí jugar limpio.

-Tengo que enseñarte cómo pelear sucio si vas a jugar con él - Le ofrecí, poniendo un plato delante de Max.


La cena fue mejor de lo que esperaba. Lando trató de sacarle información a Logan, pero él no era de las que escupían todo a la primera. Prefería mantener la mayor cantidad posible de herramientas para negociar en el futuro. Aun así, él disfrutó contándole algunas de las diferentes cosas que hicimos mientras visité a Papá Sebastian durante nuestro último verano juntos.


-No es sorpresa que esté secuestrando niños estos días. Él robó el perro de nuestra vecina y lo mantuvo cautivo hasta que su esposo aceptó dejar de cortar el césped de enfrente sin camiseta. No se metió en problemas porque todos estuvieron de acuerdo de que fue hecho por el bien de la comunidad - Explicó.


Lando estaba absorbiendo todo. Prometí que se la regresaría pasando tiempo con sus hermanos más tarde. Estaba seguro que Carlos estaría feliz de contarme cualquier cosa que Lando no quisiera que supiera. Él y los niños se fueron tan pronto como la cena terminó. Los iba a llevar al hospital para conocer a su pequeña prima antes de que terminaran las horas de visita. 

Nos invitó para que fuéramos con ellos, pero no había forma de que involucrara a Logan con los Todos-nos-cambiamos-el-apellido-pero-seguimos-siendo-Perez-Verstappen todavía, y no iba a dejarlo solo en mi casa.

Arthur se fue a la cama no mucho después de que los Norris se fueran. Había sido un largo día, así que no podía culparlo. Mi pequeño estaba deshecho.


-Creo que tenemos algunos asuntos que resolver - Logan me arrojó una almohada - ¿Vamos afuera?

-Log, yo no... - Una almohada me golpeó la cara - Afuera. Ahora - Gruñí.


Lo de las almohadas no duró mucho. Las plumas estabas volando por todo mi patio cuando mi hermano se abalanzó sobre mí. Luchamos en el césped como una pareja de locos, pero ya había sido demasiado. Finalmente lo inmovilicé sobre el pasto. 


-Tú pediste esto - Hice una pedorreta en su mejilla. Él gritó y trató de quitarme de encima.

-¡Os! ¡Ugh, sabes que odio eso! - Maniobró para empujarme de encima - Casi tanto como tu odias esto - Metió su dedo en la boca antes de llevarlo a mi oreja.

-¡Tú, idiota! - Estaba en lo cierto. Odiaba eso con pasión. Estábamos en nuestra pequeña pelea por lo que ninguno de los dos notó la patrulla de policía de Liam estacionándose en mi casa.

-¿Qué está pasando aquí? - Preguntó con autoridad, alumbrándonos con su linterna.

-Bueno, pero si es el Oficial Buenote - Logan sonrió.

-Tuve una llamada por una riña doméstica en el vecindario - Contestó, ignorando la burla de mi hermano. Ya había empezado. Logan no tenía aquí ni un día y ya tenía a los policías sobre mí.

-¿Cuál de los vecinos nos delató? - Pregunté. Liam sacudió su cabeza. 

-Sabes que no puedo decirte eso - Contestó, pero señaló la casa de Sérgio al mismo tiempo. Sérgio. Debí haber sabido.

-Gracias Liam. Ya nos vamos adentro - Me levanté y me sacudí algunas plumas de mi cabello.

-Buenas noches, jóvenes - Regresó a su auto y se fue.

-¿Quién vive ahí? - Preguntó Logan, viendo hacia la casa de Sérgio.

-Se llama Sérgio. Supongo que sigue enojado porque frustré su intento por meterse en los pantalones de Lando - No es como si no tuviera un montón de pantalones para elegir.


Logan acomodó su cabello multicolor con su mano derecha, aunque parecía haberlo desordenado más. Pero debía admitir que el corte que se había hecho lo hacía ver bastante atractivo.


-¿Se la quieres regresar? - Debí haber dicho que no.

-¿Qué tienes en mente? - Diez minutos después, estaba vestido todo de negro con una caja de polvos pica-pica en la mano - ¿Quiero saber, al menos, por qué tienes esto?

-Yo voy a distraerlo. Te vas a escabullir por la parte de atrás y rociarás eso en la cama y en su ropa. Iba a decir que fueras por su ropa interior, pero por cómo suena, parece no usarla - Susurró, ignorando por completo mi pregunta.


Vi desde los arbustos como Logan se dirigía hacia la puerta de Sérgio y tocaba. No podía escuchar lo que estaban hablando, pero parecía una acalorada conversación. Mis ojos casi se salen de sus cuencas cuando Logan tomó la cara del tipo y presionó sus labios firmemente contra los de Sérgio. Este chico haría cualquier cosa por una broma. 

Sigilosamente me apresuré hasta la parte de atrás de su casa y abrí el cerrojo con una tarjeta de crédito. No era mi primera vez haciendo este tipo de cosas. El cuarto de Sérgio no era como lo esperaba... excepto por los espejos en el techo. Todo lo demás parecía inocente e inmaculado. 

El polvo pica-pica se mezcló perfectamente con sus sábanas blancas y el edredón. Me encogí cuando encontré sus juguetes en vez de ropa en el cajón de arriba. No estaba consciente de que él alguna vez necesitara un remplazo para alguno real.

Cuando estuve a salvo fuera de la casa, le di la señal a Logan. Hice una muy buena imitación de ave, si se me permite decirlo. Logan se encontró conmigo dentro de mi casa. Se estaba tallando la boca con el dorso de la mano y su expresión lo decía todo. 


-¿Qué te tomó tanto tiempo?

-¡No me dijiste que fueras a besarlo! - Susurré incrédulamente.

-¡Fue lo único que se me ocurrió! - Se quejó - Ahora si me disculpas, voy a desinfectar mi boca y después podré terminar mi noche - Se detuvo antes de haber caminado demasiado lejos y se dio la vuelta - Buenas noches, Mariquita - Sonreí. 

-Buenas noches, Log - Tener a mi hermano cerca por unos días no parecía tan malo después de todo. Eché el cerrojo y fui a mi cuarto para alistarme y así irme a la cama. Mi cabeza acababa de tocar la almohada cuando mi teléfono vibró. Era un mensaje de texto de Lando.


"Dulces sueños, Jack"


Sacudí mi cabeza, pero no pude evitar sonreír un poco. Eso me recordaba: tenía que ponerle un rollo de cinta adhesiva a la boca de mi hermanito tan pronto como fuera posible.

---------------------------

*Fish and Chips, en español llamado "Pescado y Papas Fritas" es tal y como su nombre lo indica, un plato basado en pescado y papas (o patatas) fritas. El pescado, originalmente bacalao, es rebozado en una mezcla de harina y huevo (hay variaciones que agregan o quitan especias y que en vez de usar huevo usan cerveza), y es servido junto a papas cortadas en bastones y freídas hasta quedar crujientes. 

El plato puede ser acompañado de una diversidad de cosas dependiendo de cuál sea el área geográfica donde se consuma. Algunos de estos pueden ser la salsa tártara, guisantes enteros o en puré, salsa de tomate, etc.

Como dato curioso, originalmente la receta del pescado rebozado provino de los judíos que escaparon de España y Portugal a Reino Unido durante la época de la inquisición, los cuales usaban el rebozado para mantener el pescado "fresco" y así poder comerlo frío los días sábado (Que debido a su religión es un día de descanso y no se puede cocinar o hacer otras tareas). 

Por su parte, las papas o patatas fritas tuvieron un auge cuando un farmacéutico hizo una campaña de concientización sobre como este tubérculo era comestible y podría ser de gran ayuda en caso de que hubiera una temporada de hambruna.

Se dice que el platillo de pescado rebozado y bastones de papas fritas comenzó a rondar alrededor de 1860. Pero que tuvo un mayor impulso debido al aumento de actividad pesquera que hubo en la región, así como el hecho de que la Segunda Guerra mundial racionó muchos alimentos, pero el pescado no era parte de estos. Lo cual lo popularizó en todos los niveles sociales.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro