Capítulo 5 Desaparecidos
-Vine por... Alicia- le dije, tratando de no sonar extrañada
-Creí que estaba contigo- me respondió Makensy preocupada
-Tal vez se quedó dormida en la mansión-
-No lo sé, se supone que soy la despreocupada, pero algo en todo esto no está bien. Ayer la llamé y no me respondió, al igual que Jackson o tú- me dijo Makensy cerrando la puerta con llave
-¿De qué hablas? ¿Ella no te respondió?-
-Baja la voz, mi mamá no lo sabe, sé que sospecha algo, pero no sabe nada. Vámonos. Iré contigo a la mansión-
-De acuerdo. Andando- le dije para empezar a caminar hacia la parada de autobuses
Cuando llegamos a la mansión, encontramos a una gran multitud en la entrada, a parte de los empleados, había algunas patrullas de policías y varios reporteros, eso hizo que mi corazón se acelerara, me preocupé mucho más. Se supone que Jackson estaba a cargo, así que no sabía lo ocurrido. Todos estaban muy asustados, tenían expresiones de tragedias otros de curiosos.
-Allí está Perry Parck- me dijo Makensy, señalándomelo a lo lejos, él estaba casi en la entrada. Los policías no permitían el paso a nadie, ni siquiera que pisaran la entrada.
Makensy me tomó por el brazo, halándome hasta Perry Parck. Él parecía traumado, era la primera vez que su sonrisa o sus ojos juguetones no se encontraban allí. Era extraño todo lo que estaba pasando
-Makensy, que bueno que estás aquí ¿te enteraste de lo sucedido?- dijo él ignorando por completo mi presencia
-No y ¿Dónde está Jackson y Alicia?- preguntó ella mirando hacia atrás de Perry Parck, esperando verlos. Perry Parck, bajó la cabeza en señal de tragedia, eso me dejó más paranoica
-¿Qué sucedió?- le pregunté lo más seria posible
-Sofía fue la primera en llegar, ella encontró el celular de Alicia en el suelo, justo en la entrada. La mansión estaba abierta. Ella tomó el celular y entró extrañada de eso. Continuó caminado y vio las llaves de la entrada y la tienda en el camino, esta vez no la tomó sino que le dio curiosidad de ir a la mansión. Cuando llegó a la puerta trasera, encontró la mochila de Alicia y la puerta derribada en el suelo agujereada por varias balas. Ella se asustó, salió de allí y llamó a la policía- dijo él tratando de explicar
-¿Cómo sabes eso?- preguntó Makensy, yo aún me encontraba aturdida, pensando en que los habían matado allí dentro
-Porque cuando llegué, Sofía estaba contándole a la policía lo sucedido. Ellos no los han encontrado por ningún lugar. Al parecer se los llevaron. Aún están investigando y los Jones ya vienen de regreso- dijo Perry Parck dejándome más traumada
Makensy se derrumbó en llanto sobre Perry Parck, haciendo que él la abrazara. Yo me encontraba aturdida, miré a todo mí alrededor, solo veía como todo pasaba en cámara lenta, las personas hablaban y caminaban a mí alrededor
-Katerine- escuché a lo lejos
-Kat... Katerine- se me acercó Alex, apartando a la multitud
-¿Es cierto?- fue lo primero que dije al verlo, mis ojos se estaban inundando en lágrimas
-Sí. Lo siento mucho. Sé que pronto los encontrarán- me dijo él cabizbajo
-Es mi culpa... Es mi culpa- fue lo único que pude decir una y otra vez mientras sentía una presión en mi cabeza y llevé mis manos directas a ella
Realmente era mi culpa, si hubiese esperado a Alicia como me dijo, no hubiese desaparecido. Si no hubiese salido con Alex esa noche, mi mejor amiga no estuviese perdida. Sentí como la presión en mi cabeza aumentaba, mi pecho se apretaba y mis lágrimas se negaban en salir, haciendo que mi cuerpo se debilitara, todo a mí alrededor se oscureciera y lo último que vi fue el rostro borroso de Alex
Jackson
Empecé a escuchar de lejos, como el aire golpeaba algún cristal, el suelo era frío y temblaba de vez en cuando, mi cabeza me dolía fuertemente al igual que mi cuerpo ¿Qué estaba pasando? Y ¿Dónde estaba Alicia? Abrí mis ojos lentamente y vi solo blanco, hasta que mi vista se acostumbró a la luz. Me encontraba acostado boca abajo en una especie de depósito, me giré para tener mejor visión, quería saber si Alicia estaba conmigo. Observé algunos autos, en especial uno negro, que estaba cerca de mí, habían varias cajas, y a mi derecha la pude ver. Estaba acostada de lado con medio rostro pegado al suelo y con sus ojos cerrados. Quise acercarme pero algo me detuvo, estaba atado de manos y pies a uno de los autos y por más que intentara no podía soltarme. Volví a observar a mí alrededor y vi que había una pequeña ventana donde veía las nubes pasear. No lo podía creer, tal vez me estaba volviendo loco o en verdad íbamos en un avión. Mi mareo se hizo más fuerte y el dolor era más intenso, a tal punto que todo se volvió completamente negro y caí al suelo.
-Ali...cia- fue lo único que pude susurrar antes de caer
Alicia
Me desperté, sintiendo que estaba acostada en algo suave y acogedor, aún no había abierto mis ojos, pero de seguro estaba soñando. Nunca me había sentido más cómoda, excepto por la parte de que sentía un poco de frio en mi pecho y otro poco en mis piernas. Eso no era normal, así que inmediatamente abrí mis ojos y vi que me encontraba en una enorme habitación, era incluso más grande que la sala de estar de mi casa. Todo estaba de color blanco y dorado, me encontraba acostada en una cama con cortinas, las sabanas era completamente suave, casi parecía de seda o realmente lo eran, su color era blanco con bordes dorados.
Me senté en la cama con el ceño fruncido, completamente extrañada, este sueño era de lo más raro. Cuando hice el intento de levantarme, por poco me caigo al suelo, tenía unos tacones altísimos y plateados, miré mis piernas y vi que una tela negra que cubría una de ellas, y la otra solo estaba a un poco más arriba de medio muslo, me levanté lo más rápido que pude, vi un espejo gigantesco cerca de unas puertas, supuse que era el armario, por lo que corrí al espejo y al verme grité lo más fuerte que pude, esto no podía estar pasando.
Tenía puesto un vestido negro con detalles en plateado, el top era completamente descubierto, se me veían más de la mitad de mis senos y parte de mi estómago, era largo, pero abierto para mostrar mi pierna izquierda hasta más arriba de la mitad de mi muslo, tenía un maquillaje que resaltaba mis ojos, fue lo único que me gustó.
Estaba más que aterrada, nunca en mi vida me vestiría así, esto no era un sueño si no una pesadilla. Retrocedí unos pasos hacia atrás y uno de los exagerados tacones se enredó con una alfombra blanca que había en el suelo, haciéndome caer, golpeándome la espalda, sacándome el aire y regresar a la realidad, todo estaba pasando realmente.
Lo primero que hice fue quitarme esos exagerados tacones que no me dejaban caminar, luego abrí las puertas al lado del espejo en busca de algo que me cubriera y encontré un camisón para invierno, traté de buscar algo más práctico, pero no lo había, así que me coloqué el enorme camisón, cubriéndome desde cinco dedos más arriba de la rodilla hasta siete dedos más abajo del cuello. Había buscado algunos zapatos bajos, pero por desgracia solo había tacones exagerados
Salí del lugar con mucho sigilo, no sabía dónde me encontraba, pero tampoco me quedaría allí, además tenía una misión en mente y era buscar a Jackson. Me sorprendí que al abrir una de tantas puertas, me encontré con un lugar más grande que la mansión de los Jones, todo era de color oro, plata, y blanco, tanto que podía reflejarme en el suelo ¿Dónde rayos estaba?
Caminé con cuidado, ocultándome detrás de cada columna que encontraba, tratando de que si alguien aparecía no me viera. Seguí caminando lo más rápido que podía, pero tenía un enorme problema, no sabía dónde estaba Jackson, así que tenía que empezar probando suerte, nada perdía con intentarlo.
Bajé dos pisos por unas escaleras que encontré y vi dos puertas doradas, no sabía cuál de las dos abrir, pero tenía que decidirme pronto si quería encontrar a Jackson. De pronto escuché algunas voces por las escaleras que se acercaban a mí, empecé a desesperarme y sin pensar, abrí la segunda puerta para luego cerrarla, recostar mi espada a ella y cerrar mis ojos en señal de relajo
-Te tardaste mucho en llegar- escuché a un hombre hablar dentro de la habitación
Eso hizo que me sobresaltara y abriera los ojos de una vez, mi corazón se aceleró demasiado, no sabía quién me había hablado, pero quien haya sido me había descubierto. Miré a mí alrededor y vi un hombre de espaldas y este se volteó, haciendo que yo me sorprendiera más de lo que ya estaba, era completamente imposible que él estuviese allí.
Mis ojos se abrieron de par en par, sin creer lo que estaba viendo. Ahora sabía que lo imposible se hace posible, no sabía que estaba sintiendo en ese momento
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