Capítulo 11 Nueva Cantante
De pronto, sentí que estaba en una nube, y un líquido cálido se paseaba por mi espalda, el dolor que tenía en el principio, fue desapareciendo. Luego mis piernas tenían la misma sensación, después que aquel líquido recorriera, el frio me empezó a invadir. Abrí mis ojos rápidamente, todo se sentía muy real como para ser un sueño.
Para mi gran sorpresa, me topé con el rostro de Edrick Lee a pocos centímetros del mío
-¡Ahhh!- me levanté del susto quedando de rodillas y provocando que él retrocediera, me mirara al pecho y sus mejillas se enrojecieran
Bajé mi mirada justo en el mismo lugar que él y descubrí que estaba sin camisa y mi pantalón más arriba del muslo. Volví a gritar y me cubrí con lo primero que encontré. Sentía que mi presión aumentaba, mi corazón saldría volando de mi pecho y mi cara estaba completamente roja de la vergüenza
-¡¿Qué rayos estabas haciendo?!- le pregunté gritado
-No lo sé, tal vez sanándote. Te caíste del tejado- me dijo, desconcertándome un poco y con un pañuelo blanco en la mano
Miré a mi alrededor y me di cuenta que esa no era mi habitación, está era mucho más grande y sus colores eran de un azul oscuro con negro y algunos detalles en blanco, yo me había cubierto con una cobija blanca que cubría la cama antes de que despertara
-Ya estoy muy bien, gracias ¿me pasas mi camisa? Por favor- le dije y él asintió tendiéndomela
-¿Segura que ya no te duele nada?- me preguntó mientras yo me colocaba la camisa, dejando la sabana debajo para luego halarla y sentarme en la cama
-Si ya no me duele na...- dije sin terminar, ya que él se acercó demasiado a mí sin quitar su mirada de mis ojos, pasando su brazo por encima, dejándome estupefacta. Él se alejó y me mostró de nuevo el pañuelo recién humedecido, para luego colocarlo a un lado de mi rostro con suavidad ¿Qué estaba pasando? ¿La ida a su estudio de grabación le afectó el cerebro y ahora me trata bien?
-¿Por qué?- pregunté, tratando de salir del asombro, pero él solo se encogió de hombros, para seguir con el pañuelo. No sabía que era lo que me había colocado y tampoco iba a preguntar, ya tenía suficiente con estar en lo que parecía su habitación y el verme sin camisa. Él bajó el pañuelo a mi cuello y eso hizo que me alarmara
-Ya estoy bien, no me duele nada. ¿Vez?- le dije tomando su mano para alejarla de mí y luego mover mis brazos arriba de mi cabeza y mi cuerpo lo giré de un lado a otro, sorprendiéndome yo misma de que en verdad no me dolía nada.
-Bien, entonces ve a arreglarte. Vamos a salir- me dijo levantándose de la silla que estaba en frente de la cama y dejándome más sorprendida de lo que estaba ¿Había escuchado bien o él dijo "Vamos a salir"? Definitivamente le cambiaron el cerebro en el estudio de grabación, bueno eso no sonaba muy lógico, ya no sabía en qué pensar. Desde esa caída las cosas se pusieron más raras de lo normal
Edrick Lee
La esperé por media hora, sabía que ella estaba debatiendo en su mente por mi cambio de actitud, ni siquiera yo podía comprender lo que me pasaba. Verla caer por mi culpa, me asustó demasiado y en lo único que le agradezco a mi madre es el que me haya enseñado como sanar los golpes fuertes de una persona. No me lo perdonaría si a esa chica le pasa algo
La vi salir de su habitación y se veía tan hermosa como siempre, no se lo había dicho, ni tampoco lo haría, pero su estilo y forma de ser era algo que me llamaba la atención. No me esperaba que ella se vistiese igual que siempre con una camisa al cuerpo color lila, un pantalón jeans, gomas deportivas y su cabello suelto. Naturalmente cuando un hombre le dice a una chica que saldrán, esta hace todo lo posible por verse mejor que antes, pero Alicia no le toma importancia a eso.
-¿Vas a usar eso?- le pregunté, quería ver su reacción
-Si ¿Algún problema?- me respondió fulminándome con la mirada a lo que enmudecí
Íbamos en el auto y no sé por qué razón sentía que los nervios me comían por dentro, ella solo estaba sentada a mi lado en el puesto del copiloto con su vista perdida en la ventana. Desvié mis pensamientos y me concentré en la vía. Solo esperaba que esto funcionara, sino estaría perdido
Cuando llegamos, solo quedaba una hora para que la prensa llegara y el ceño de Alicia se frunció, parecía extrañada por el lugar a donde la había traído por lo que dijo sarcástica
-Que bien, me trajiste a tu estudio de grabación para alardear de tu talento. Eso si algo impresionante-
-Tal vez, pero no lo sabrás hasta que entres- le respondí engreído, provocando que ella soltara un quejido de fastidio y bajara del auto. La verdad, me encantaba hacerla molestar, ella se veía tan bien cada vez que volteaba los ojos, arrugaba la nariz y subía una esquina de sus labios
Cuando entramos, pude ver la cara de impresión que tenía Alicia, parecía impactada con el lugar, ya que miraba a todas partes con sus ojos más abiertos de lo normal, pero cada vez que yo giraba la cabeza para verla mejor, ella regresaba a su posición neutral, como si nada importase
-Edrick ¿Por qué tardaste tanto? Tenemos una grabación pendiente y la chica que cantará contigo ni siquiera está presente- me recibió mi manager alterado
-Te equivocas, ella ya está aquí-
-¿A sí? ¿Quién?- me preguntó incrédulo, yo solo esperaba que no me matase por esto y respondiera positivamente
-Es ella- le dije señalando a Alicia
-¡¿Qué?!- me respondieron ambos al unísono
-¿Te has vuelto loco? Yo no canto, nunca lo he hecho, ni siquiera en la escuela, solo lo hago cuando tengo mucho en que pensar. De verdad soy terrible en esto- me dijo negándose por completo y mirándome como si fuera un bicho raro
-Te equivocas. Yo te oí cantar en tu habitación y lo haces excelente, mejor de lo que alguien se puede imaginar- le contesté sin pensar
-¿Me estabas espiando?- me preguntó, por lo que se veía, ella estaba molesta y sorprendida a la vez y su pregunta hizo que recapacitara a lo que había dicho
-Bueno... yo... La verdad es que... me asomo a tu habitación todas las noches para oírte cantar, por eso sé que lo haces genial- le dije demasiado nervioso, trabando las palabras y colocado mi mano rascando mi cuello, no sabía cómo ella iba a reaccionar y eso era lo que me temía
-¿Cómo te atreves a espiarme? y eso es porque tu locura me ha dado mucho en que pensar y ahora sí que perdiste la cordura. No lo haré, olvídalo- me respondió atónita. Ahora si estaba en problemas, si ella no aceptaba, entonces si estaba perdido y de seguro todo lo que había emprendido hasta ahora se vendría abajo
-Chica, no sé quién eres, pero si Edrick dice que cantas increíble, es porque es verdad. Él no traería a cualquiera cuando su carrera pende de un hilo. Tu eres nuestra salvación en estos momentos, por favor acepta- le dijo mi manager sorprendiéndome, nunca pensé que la aceptaría sin ni siquiera escucharla o conocerla antes
-Pero... Bien, ya qué. De todas formas no tengo absolutamente nada que perder y lo digo literalmente- dijo ella haciendo una pausa al principio y luego fulminándome con la mirada, sabía a que se refería
Nos adentramos al estudio, le di la letra de la canción, yo canté primero para que ella se ubicara en el ritmo y luego era su turno, yo aún estaba nervioso, solo esperaba que a mi manager le gustara su voz. Ella parecía asustada, sus labios temblaban al colocarse frente al micrófono con los audífonos puestos. Cerró sus ojos, respiró profundo luego los abrió y el manager colocó la música. Ella empezó a cantar con la hoja en mano, sorprendiéndome cada vez más. Su voz se oía mejor que cuando la escuché la primera vez, ella se deleitaba y sentía la música, por lo que se metió tanto en la canción que nos dejó perplejos.
Cuando terminó, ninguno de los dos lo podía creer, ella en verdad había estado fantástica, nunca había escuchado mejor voz que esa, por lo que no le quité la mirada de encima
-Eso fue...- dije tratando de salir de la impresión
-Horrible. Yo se los dije, no soy buena para esto- respondió con una expresión de frustración
-Todo lo contrario, no había escuchado una voz tan angelical como esa ¿Por qué no cantabas antes? Deberías trabajar para mí y suplantar a este tonto- dijo mi manager con una sonrisa enorme, haciendo que ella también riera
-Aún sigo aquí- le dije en respuesta a la última frase
Ensayamos un par de veces y cuando salimos, escuché la voz chillona he irritante de alguien que venía acercándose a nosotros
-¡Amorcito!-
Escuchar esa palabra me dio repugnanciay a Alicia le dio gracia, ya que soltó una pequeña risa, pero no podía hacer nada más que sorprenderme en ese momento ¿Qué hacia ella aquí? Ninguno de nosotros llamó a la rubia oxigenada Clara Calvin
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