¡Te odio!
Cuando me acostó en la cama me coloqué en posición fetal dandole la espalda.
-Cariño... -Puso su mano en mi hombro.
Con un rápido movimienro quité su mano y me alejé de él tratando de ignorar el dolor en mi pierna.
-No me toques -Dije volviendo a mi posición.
-Lore... Se que me pasé un poco pero...
-¿Te pasaste un poco? -Me senté y voltee a verlo furiosa -¿Te pasaste un poco?
-Si -Se acomodó en la cama -Se que no debí hacer eso, pero vamos -Se defendió -Intentaste matarme ¿Lo olvidas?
-¿Y sabes por qué he intentado matarte? ¿O por qué he intentado matarme a mi misma? -Se me quedó viendo sin comptender a donde quería llegar. -Porque te odio.
-Lorena no...
-¡Te odio! -Mis ojos se llenaron de lágrimas. -¡Te odio!
-Porfavor sólo... -Tocó mi mano. La alejé rápidamente.
-¡Te odio! ¡Te odio! ¡Te odio!
No sé si fue porque mis ojos húmedos no me permitian ver bien o en realidad vi que unas lágrimas se asomaban en los ojos de Christian.
Suspiró. Se puso de pie y salió de la habitación.
Me volví a acostar en la cama y lloré hasta quedarme dormida.
***
Escuché un sonido metálico, como el de una máquina para quitar tornillos. Me desperté y vi a Christian saliendo del baño con la puerta del botiquín (que tenía un espejo enfrente) bajo el brazo.
-No quiero que tengas que tatuarte otra cosa en el cuerpo para cubrir tus cicatrices -Dijo sin mirarme y salió de la habitación.
Puse mi muñeca frente a mi y observé el Fénix. Yo no le había dicho que me puse el tatuaje para cubrir la cicatriz. Pasé mis dedos por una de las plumas de la cola del Fénix, sintiendo como mi piel se levantaba en esa parte. Probablemente la había tocado cuando me violó.
Me di cuenta de que tenía un pantalón de pijama. Christian me lo había puesto mientras dormía, en parte agradecí que no me dejara desnuda de la cintura para abajo.
Obviamente aún tenía la cadena amarrada a mi tobillo, y ésta a su vez a la cama.
***
Estaba acostada boca arriba mirando el techo cuando Christian entró de nuevo a la habitación. Cuando se acercó a la cama giré mi cabeza hacia el otro lado de la habitación, hacia la puerta del baño. No quería verlo.
-T-Te traje algo de comer... -No contesté -Lorena...
-No quiero.
-Se va a enfriar...
-Por mi que se pudra.
De la nada me tomó del brazo y me jaló con fuerza para que volteara a verlo.
-Nunca aprecias nada de lo que hago por ti Lorena.
-¿De lo que haces por mí? -Me burlé -Tienes razón -Me senté en la cama y me soltó el brazo -Christian, te agradezco profundamente que me violes, que me tengas secuestrada y que tortures a Jake -Sonreí hipócritamente.
-Lorena, no me refería a eso y lo sabes...
-¿Sabes? No es la comida lo que quiero que se pudra, eres tú.
Cerró los ojos suspirando y tocó el tabique de su nariz -No quiero hacer esto pero si es la única forma de que comas...
Agarró el plato de comida y salió de la habitación. 2 minutos después escuché los gritos de Jake.
Maldito
Me acosté de lado y me tapé los oidos con fuerza. Seguía escuchandolo.
-¡Maldita sea Christan! -Me giré hacia la puerta -¡Bien! ¡Comeré! -A los pocos segundos los gritos cesaron.
Christian volvió a entrar. De vuelta con el plato. Tenía una sonrisa en el rostro.
-¿Ves que fácil es? -Me preguntó y me extendió el plato.
-Te odio -Susurré mientras empezaba a comer. Escuché su risa, creyó que era una broma.
Terminé de comer. Le di el plato y lo fue a lavar.
Cuando subió de nuevo se sentó en la cama y yo me recorrí lo más lejos de él haciendo una mueca por el dolor.
-Déjame ver tu pierna -Puso una mano en mi rodilla. La quité inmediatamente.
-No me toques.
-Lorena tengo que revisarla. -Intentó poner su mano de nuevo en mi pierna.
-¡No quiero que me toques! -Me puse de pie y casi me caigo al suelo por el dolor.
Christian rodeó la cama rápidamente y me agarró por la cintura.
-¡Que no me toques! -Me sacudí pero solo logré que me tirara a la cama y se pusiera sobre mí con cuidado de no poner su peso en mi muslo.
-Solo quiero que estés bien.
-¡Entonces desaparece de mi vida! -Dije sin siquiera pensarlo.
Tragué saliva al ver su expresión. Me dio michisimo miedo. Su ojos mostraban un odio y dolor que jamás había visto. Se puso de pie y salió de la habitación dejándome ahí. En cuanto regresó amarró mis manos con las esposas y las acomodó en la cabecera de la cama como la primera vez que me violó ahí, impidiendome que las moviera. Mis manos estaban sobre mi cabeza.
-Quieras o no voy a cuidarte, y más sabiendo que yo te lastimé. -Dijo. Fue al baño y regresó con alcohol y vendas.
-No, no ¡No! -Grité mientras me quitaba el pantalón y daba pequeñas patadas, lo máximo que podía dar gracias a mi estúpido dolor en la pierna.
-¡No la toques imbécil! -Gritó Jake desde el sótano.
Christian ni siquiera se inmutó. Se sentó sobre mi pierna izquierda haciendo que me fuese imposible moverla. Pasó mi pierna derecha sobre sus muslos. Abrió el alcohol.
-¡No! -Grité -¡Para!
-¡Lorena! -Volvió a gritar Jake- ¡Te voy a matar hijo de puta!
Christian puso la gasa en mi herida y la vendó.
-Tu novio ladra mucho pero le es imposible morder -Se burló.
Me quitó las esposas y me limpié las lagrimas. Llevó el alcohol al baño de nuevo.
-¿Cómo está?
-Igual que en la mañana, con la excepción de que tiene otros dos moretones en las costillas gracias a tus ganas de no comer.
Miré mi pierna vendada.
-¿Y mi herida está muy mal?
-Bueno... Pareciera que intentas que esté lo peor posible -Rió pero yo lo miré inexpresiva -Está... Bueno, le dejé un gran moretón que ahora se tornó amarillo, y te la abrí un poco, pero sanarás.
-¿No crees que necesite ir a un doctor?
-¿Por eso lo haces? ¿Para tener una oportunidad de salir?
-En realidad... Nunca lo había pensado... -Dije con honestidad.
-Si bueno -Le restó importancia -Te digo que se muchas cosas sobre medicina y eso, no creo que en algún momento vayas a necesitar un doctor.
Como me encantaría que tú si lo ocuparas... Pensé.
Pasaron varios días. Christian procuraba no tocarme más que en la noche cuando me abrazaba dormido o cuando miraba mi herida.
***
Ya estaba mejorando mi pierna. Ya podia caminar más o menos bien y ya no necesitaba una venda.
Después de cenar me dormí casi al instante, por algún motivo me sentía muy cansada.
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