"Siempre le he pertenecido a Christian."
– Christian... –sólo eso pude decir antes de que se acostara sobre mí y me callara con un desesperado beso. Me había obligado a abrir las piernas y ahora sentía su miembro tocándome la entrepierna. Intentaba empujarlo pero me era imposible.
Cuando me penetró apreté los ojos con mucha fuerza. Christian gemía mientras me besaba el cuello. Sus movimientos eran veloces y violentos. Lo empujé con fuerza para que se alejara de mí, pero sólo pude hacer que se incorporara y me mirara a los ojos.
– El bebé –dije desesperada para que dejara de penetrarme–, vas a lastimarlo... –negó con una sonrisa.
– Sé que podemos hacerlo aunque estés embarazada y a la criatura no le pasará nada...
– Pero... Yo leí que... –intentando seguir con mi mentira de manera notablemente desesperada.
– Basta. –ordenó antes de introducir su lengua en mi boca. Cerré mi mandíbula con fuerza apretando su lengua entre mis dientes. Christian empezó a gritar como podía intentando alejarse de mí, pero yo no se lo iba a permitir, no señor. Con sus manos sujetó mis pechos y enterró sus uñas. Abrí la boca para gritar por el dolor, ahí fue cuando pudo alejarse de mí. Me dio un puñetazo en la mejilla tan fuerte que el impacto causó que mi cara girara hacia un lado. Escupió la sangre que salía de su lengua sobre mi abdomen, manchándolo de rojo. Puso sus manos en mi cintura y volvió a penetrarme tan rápido como podía. Puso su mano en mi cuello y lo apretó a tal grado que mis pulmones ya no recibían nada de aire.
– ¡No, Thomas! ¡Detente! –. Cerré los ojos sintiendo como varias lágrimas se escapaban de mis ojos, sentía que la sangre estaba en mi cabeza y que ésta explotaría en cualquier momento. Christian disminuyó la velocidad de sus penetraciones hasta detenerse (sin salir de mí) y me soltó el cuello lentamente.
– No soy Thomas... –dijo dolido. Abrí los ojos, con temor, sólo para ver los suyos color avellana. Por un momento realmente creí que quien estaba abusando de mí era su hermano.
– Te estás volviendo como él... –susurré con la voz temblándome. Negó con la cabeza y tocó mi a dolorida mejilla con delicadeza.
– Yo no soy como él. –me dio un delicado beso en los labios y siguió penetrándome, pero esta vez más lento.
Cerré los ojos de nuevo. Tenía los puños cerrados y mis uñas empezaban a lastimarme las palmas de las manos, pero eso no me importaba, sólo quería que se detuviera, quería golpearlo, pero sabía que eso únicamente empeoraría las cosas. Entonces abrí los ojos pero bajé la mirada hacia su pecho, que se movía acercándose a mí y después se alejaba al mismo ritmo del movimiento de su cintura para penetrarme. Quise apretar los dientes pero me contuve de hacerlo. Me forcé a no hacer ninguna emoción de mi rostro, como si no sintiera nada.
Si Christian cree que no me hace sentir nada no se va a excitar. Le fascina que yo finja que me gusta, no pienso hacerlo por ningún motivo. Aunque no lo quiera admitir, le gusta verme peleando con él, probablemente, conociéndolo, cree que no quiero que abuse de mí porque "podría llegar a gustarme", sí, es demasiado idiota para pensar eso... Pero si ve que que no provoca ni una sola sensación en mí... Va a "apagarse".
Quería sonreír, pero me contuve. Poco a poco Chris se detuvo (de nuevo sin salir de mí) para mirarme extrañado.
– ¿Sucede algo? –. Me preguntó dándome un rápido beso en los labios. Levanté la mirada hasta sus ojos y me quedé mirándolo sin decir nada y sin cambiar mi serio rostro. Me movió hasta ponerme de lado, se acostó atrás de mí, levantó mi pierna con su mano y volvió a penetrarme.
Mierda, es más listo de lo que pensé, si no ve mi rostro podrá imaginarse que lo disfruto, o que simplemente cierro los ojos. Podrá continuar excitado.
Suspiré de una manera ruidosa y bostecé un par de segundos después. Christian empezó a ir más rápido apretando sus dedos contra mi pierna que mantenía agarrada. Cómo no me podía ver me permití cerrar los ojos e intentar pensar en otra cosa. Jake fue lo primero que me vino a la mente. Christian había hablado con un tal Eugene para que lo golpeara... Eso significaba que estaba vivo, y que me buscaría. Sentí cómo, debajo de mis párpados, mis ojos se llenaban de lágrimas. Jake estaba vivo, sabía que no se daría por vencido jamás.
Algo asqueroso y tibio dentro de mí, junto con un ruidoso gemido de placer de parte de Christian, me hicieron salir de mis pensamientos. Me quedé acostada de lado mientras Christian se paraba de la cama y empezaba a caminar por todo el cuarto.
– ¿Sabes qué es lo mejor de que estés embarazada, cariño? –no me moví ni un centímetro–. Que podemos hacerlo sin condón.–respondió como si yo no hubiera sabido lo que diría, la respuesta estaba asquerosamente acomodada en mi entrepierna, como demostración de que yo aún le pertenecía a Christian. Tenía ganas de gritar y llorar.
En realidad siempre le pertenecí a Christian, y yo estúpidamente me dejé creer que él ya no podría controlar mi vida, que sería feliz con Jake, con otro hombre por fin. Ahora él lo acaba de demostrar, nunca podré ser de alguien más, siempre seré su muñeca, con la que se puede desquitar de sus apetitos sexuales. Siempre le he pertenecido a Christian.
– Cariño, necesitas una ducha... –me dijo tocándome el hombro, pero aún así no me moví. Pasó sus brazos por detrás de mis piernas y mi espalda para cargarme. Me metió a la regadera. Abrió el agua caliente que me cayó directo sobre la cabeza, para mi sorpresa el agua salía desde el techo. Hice el cuello hacia atrás dejando que el agua me cayera en el rostro. Christian cerró la llave del agua y me llenó el cabello de shampoo. Sin moverme me mantuve viendo una de las paredes. Jaló mi cabeza un poco para que quedara mirando al techo. Abrió el agua caliente de nuevo con cuidado de que el shampoo no me cayera en los ojos. Cuando terminó regresé la vista hacia la pared que tenía frente a mí–. Estás muy callada... –dijo rompiendo el silencio intentando que le dijera algo, pero no lo hice, no quería que volviera a escuchar mi voz, como no deseaba volver a oír la suya. Tomó el jabón y lo pasó por todo mi cuerpo, lo dejó en su lugar, se puso detrás de mí rodeándome con los brazos hasta tocar mis pechos. Movió sus manos con morbo por todo mi cuerpo con la excusa de enjabonarme bien. Se puso frente a mí y se colocó en cuclillas. Me dio un beso en el abdomen y pasó sus resbaladizas manos desde mi talón hasta mi muslo interno con deseos de subir un poco más. Cuando se incorporó colocó su mano derecha en mi nuca y me acercó a él–. Bésame. –ordenó, pero yo ni siquiera era capaz de mirarlo a los ojos, me forzaba a no moverme y me costaba el doble de trabajo el evitar pegarle en la cara. Me besó e introdujo su escurridiza lengua en mi boca; yo se lo permití, no apreté mis labios para evitarlo, pero tampoco los abrí para que la metiera hasta mi garganta.
Piensa en Jake, piensa en Jake, él te está buscando, él está vivo.
Suspiré cuando Christian se alejó de mí para abrir la llave del agua, cuando se dio la vuelta dejé que el agua se metiera en mi boca y escupí sin que se diera cuenta, aun sentía su asquerosa lengua dentro de mí. Para enjuagarme volvió a pasar sus manos por, absolutamente, todo mi cuerpo. Salió de la regadera para agarrar las toallas.
Jake está vivo, sólo piensa eso...
Christian me rodeó con la toalla y me obligó a salir de la ducha.
– ¿Te vas a cambiar o yo te cambio? –preguntó cuando estuvimos frente a la ropa seca y perfectamente doblada sobre un mueble de mármol. Una vez más no le contesté. Escuché que suspiró–. Lorena... Contéstame...
– Dijiste que te irías un par de horas por algo del trabajo... –hablé por fin mientras él me terminaba de vestir.
– Te estaba probando, ¿sabes?, por un momento realmente creí que no intentarías... Oh, bueno... que no podrías escapar. Pero entonteces apareciste por una ventana de la que ni siquiera me acordaba, y de una manera ridícula y tierna intentabas salir...
Bajé a la planta baja sin mirarlo, fui a la cocina, abrí el refrigerador y bebí directo de una jarra llena de agua.
En toda la tarde no volví a dirigirle la palabra a ese maldito, él intentaba sacarme platica, pero parecía que le estaba hablando a una pared. Empezó a dolerme la cabeza cuando estaba anocheciendo así que decidí irme a la cama temprano.
Cuando desperté en la madrugada Christian estaba acostado atrás de mí abrazándome por la cintura. Moví su brazo muy lentamente para no despertarlo. Con el mismo ritmo me levanté de la cama y me puse las pantuflas.
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Feliz Navidas a todos!!! :3 ❤️❤️❤️ este es mi regalo de mí para ustedes jeje 🎄🎉❄️
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