Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Prueba de embarazo

Cuando escuché varias canciones dejé el aparato de nuevo en la mesita de noche y fui al baño.

Me quedé viendo el escusado, donde ya había vomitado una vez.

Maldición.

Pegué mi cabeza a la puerta abierta del baño y lentamente voltee a ver la caja que me había dado Christian, la única que no me había gustado recibir como regalo de navidad.

Suspiré y lentamente caminé hacia la mesita.

Tomé la caja y leí las instrucciones. Fui al baño caminado lentamente. Me quité el collar de oro blanco y lo dejé sobre el lavamanos al igual que el brazalete.

No puedo creer que esté a punto de hacer esto. Mierda.

Seguí las instrucciones al pie de la letra.

Esos 5 minutos esperando el resultado me parecieron una eternidad.

Me quedé sentada en el suelo frente al escusado sin dejar de mover mis pies y mis manos.

¿Es bueno si es positivo o malo? ¿Y si es de Jake? ¿Y si es de Christian? Fuera de quien fuera para mí sería muy malo.

Tenía miedo de lo que pudiera ver en aquel pequeño aparato.

Miré el resultado.

Sonreí sin poder evitarlo y empecé a llorar de la forma más silenciosa que pude.

Una media hora después, cuando mis lágrimas dejaron de salir y mi respiración se tornó nuevamente normal, me puse de pie lentamente.

Tenía que salir de ahí, tenía que salir con Jake de ahí.

Miré el escusado. Tiré la prueba al bote de basura.

Me acerqué. Tomé la tapa del tanque del inodoro y lo moví un poco, después lo levanté, estaba un poco pesado pero podía con él.

Lo volví a dejar en su lugar y le llamé a Christian.

Abrí la puerta y me quedé parada ahí viendo como caminaba hacía mí sin apartar la vista de la mesita de noche.

– ¿Te hiciste la prueba? – asentí –, ¿Qué te dio como resultado?

– Negativo. – dije mirándolo a los ojos. – Te dije que no estaba embarazada, solo es un retraso, suele pasarnos a veces.

– ¿De más de dos meses?

Asentí sin alterarme. – Suele pasarnos a veces. – repetí. – Como sea. – cambié de tema encogiéndome de hombros. – Quiero bañarme, ¿puedes quitarme la cadena?

Asintió.

Salió de la habitación y cuando regresó con la llave me la quitó dejándome sola en el baño.

– Oye... – se recargó en el marco de la puerta cruzando sus brazos y los pies a la altura de los tobillos. Voltee a verlo. – ¿y si te compro otra prueba? Creo que hay posibilidades de que te haya salido negativo cuando en realidad es positivo.

Puse los ojos en blanco. – Si quieres... – no le prestes mucha atención a lo que me decía. – pero te advierto que obtendré el mismo resultado que obtuve hoy... Lo sé.

Movió la boca hacia un lado y salió por completo del baño.

Cerré la puerta. Tomé la tapa del tanque del inodoro con mis manos y la sostuve con fuerza. Me pegué a la pared, y me coloqué a un lado.

Respiré tan hondo como pude preparándome para lo que estaba a punto de hacer, aquella era (probablemente) mi última opción para escapar.

– ¡Christian! –. Grité tratando de sonar como si lo necesitara. – ¡Christian! ¡Ayuda!

Unos segundos después entró corriendo al baño.

En cuanto abrió la puerta lo golpee con la tapa en la cabeza. Cayó al suelo e intentó incorporarse, lo golpee dos veces más hasta que se rompió la tapa, no logré golpearlo con la fuerza suficiente para que se desmayara.

Mierda.

En el suelo, y su cabello, había mucha sangre.

Salí corriendo del baño sin esperar un segundo mas, crucé la habitación sin detenerme y bajé las escaleras directo a la cocina.

Tomé el cuchillo más filoso que vi y regresé a la sala cruzándola para ir a la puerta.

Tomé la perilla e intenté girarla pero no cedió. Bajé la mirada, pero mi vista pasó de largo la perilla y llegó hasta el suelo. Había una cerradura que unía a la puerta y la pared evitando ser abierta. Me agaché y la tomé entre mis manos desesperada. Giré mi vista hacia la puerta de mi habitación y vi a Christian bajando lentamente las escaleras con una mano en la parte de atrás de su cabeza y la otra sobre el pasamanos de madera.

Me levanté y vi que había otra cerradura en la parte de arriba de la puerta.

Por aquí no podré salir. Piensa Lorena, piensa ¿Por dónde puedo salir?

Voltee hacia mi izquierda y vi la gran ventana que estaba a un lado del comedor.

En cuanto llegué al lado mas corto de la mesa vi que Christian llegó al contrario, él estaba entre la barra de la cocina y la mesa, y yo entre la mesa y la pared. A mi lado derecho (justo en el centro de la larga mesa) se hallaba la ventana.

Christian vio mis intenciones y caminó hacia mi gran oportunidad. Yo rodeé la mesa del otro lado evitando que se acercara lo suficiente a mí. Puso sus dos manos en la mesa y me di cuenta que la dejó manchada de sangre.

– No podrás escapar Lorena. – dijo mirándome con los ojos inyectados de sangre.

Piensa, Lorena. ¿A dónde más puedo ir?

Había otra ventana a lado de la puerta, un poco más pequeña, pero yo podía entrar fácilmente.

Miré la gran ventana tras Christian, no tenía cerradura, entonces tal vez la otra ventana tampoco.

Rodeé el sillón y llegué a la ventana. Sin mirar atrás quité el seguro y la abrí. Puse mi rodilla sobre la base. En cuanto quise tomar impulso Christian me tomó por el cabello jalando mi cabeza hacia atrás con violencia lastimando mi cuello por el brusco movimiento.

Solté un grito pero me ignoró. Empezó a jalarme hacia las escaleras.

– ¡No! ¡Christian! –. Llevé una mano a su muñeca y la apreté con fuerza.

Recordé que en la otra mano aún tenía el cuchillo, calculé por una fracción de segundo y llevé el cuchillo a su mano encajándolo con toda la fuerza que la incómoda posición en la que estaba me permitió.

Soltó un grito y al instante sentí un dolor agudo en el cuero cabelludo donde me había jalado.

Mi cabeza calló al suelo. Volteé a verlo, vi como se sacaba 3 centímetros del cuchillo de su mano izquierda.

Me arrastré de nuevo hacía la ventana intentando ponerme de pie en el acto.

Sentí una presión sobre mi tobillo izquierdo. Me jaló con fuerza haciendo que mi barbilla golpeara contra el suelo mordiéndome la lengua. Al instante sentí el sabor de la sangre pero lo ignoré.

Me giré para patearlo pero me jaló de nuevo con tanta fuerza que mi pie se desvió hacia el techo.

Siguió jalándome por el pie de nuevo a la habitación, con cada escalón me raspaba más la espalda y me golpeaba la cabeza contra éstos.

Me soltó en cuanto cerró la puerta del cuarto tras de sí, se puso a un lado de mí y vi como hizo un pie hacia atrás para agarrar impulso para patear mi abdomen. Por instinto di media vuelta sobre el suelo lo más rápido posible y sentí el impacto en la espalda.

Me puse boca abajo con mis manos pegadas al piso a cada lado de mi cabeza, traté de incorporarme pero se sentó sobre mí y jaló mi cabello con fuerza. Hizo movimientos bruscos con él y de un momento para otro soltó mi cabeza y se quitó de encima. El cabello me cayó en la cara cuando intenté incorporarme de nuevo. Entonces me di cuenta de lo que había hecho. Me había cortado el cabello un poco más abajo de los hombros con el cuchillo. Mis largo mechones rubios y azules cayeron al suelo, rodeándome.

Me tomó del hombro y me hizo girar con violencia. Se sentó a horcajadas de mí y me dio un puñetazo en la mejilla tan fuerte que mi cabeza cayó al suelo.

Me tomó del cabello jalando mi cabeza para que quedara frente a él de nuevo. Me dio otro puñetazo en la otra mejilla.

Después otro en la sien, otro en el ojo, en el labio, siguió golpeándome por lo que me pareció una eternidad.

– ¡Maldición! –. Golpe – ¡Estúpida perra! –. Golpe. –¡Solo quiero que me ames como yo te amo! –Golpe.

Quería hablar pero no podía, además que no dejaba espacio suficiente entre un golpe y otro para que pudiera escucharme.

– Chris. – susurré sintiendo que me iba a desmayar.

En cuanto hablé me soltó y se quitó de encima.

– ¿Por qué hiciste eso? –. Me preguntó.

¿Hacer qué? ¿Intentar huir del monstruo que me ha torturado física y mentalmente por casi una década? ¿Por intentar ser feliz con mi prometido? ¿Qué es exactamente lo que no entiendes, idiota?

Intenté mirarlo pero me pareció imposible, mis ojos se habían hinchado tanto que me costaba trabajo mantenerlos abiertos.

Intenté arrastrarme a la puerta pero mi cuerpo cayó rendido.

– Yo no quería hacerte esto, tu me obligaste. – dijo casi en un susurro. Volteé a verlo.

¿Me echaba la culpa de querer alejarme de él? ¿De querer alejarme de mi violador? ¿Ahora qué? ¿Me iba a decir que después de todo yo lo provoqué para que me secuestrara y violara?

Estaba sentado con la boca tapada y lágrimas en los ojos.

– Chris –. En mi mente pasó la imagen de Jake, ahora lo iba a lastimar por mi culpa, de nuevo. Tenía que distraerlo, sabía que en cuanto tuviera la oportunidad se desquitaría con él, no podía dejar que bajara al sótano.

– Sabes que no quiero hacerte daño Lorena. – sus lágrimas escaparon recorriendo sus mejillas llenas de sangre, no supe si la sangre en su rostro era suya o mía. –Pero tú me obligas, cuando pienso que sientes algo por mí... Intentas alejarte...

– Chris – sentí que yo también iba a llorar, no por el dolor ni por mí, sino por Jake, lo que le pasaría después de lo que acababa de hacer.

– ¿Por qué me hiciste hacerlo Lorena? ¿Por qué intentaste escapar?

– ¡Porque estoy embarazada! –. Solté.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro