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"No, no puede ser"

Un movimiento rápido me despertó de repente. Cuando abrí los ojos me di cuenta de qué fue lo que me despertó.

Aún estaba abrazada a mi prometido, él, seguro despertó de un salto, porque su respiración era muy rápida y estaba sudando.

– ¿Qué pasó? –. Pregunté un poco adormilada.

Negó con la cabeza. – Thomas...

Lo abracé con más fuerza. – Ya no está, murió...

Cada vez tranquilizaba más su respiración. – Lo sé... Pero... Aun recuerdo cuando... Lo asesiné, cuando... – dejó de hablar por tanto tiempo que creí que no seguiría. – Sus ojos... Parecía que estaba agradecido, feliz de que lo hubiera hecho...

– De seguro quería que pasaras por esto, no lo dejes, – lo besé en los labios. – ¿Qué quieres desayunar? –. Volteó a verme extrañado por el drástico cambio de tema –, prepararé Hot Cakes – dije al ver que no me contestaba, solo asintió –, quédate aquí...

Salí de la cama y me puse una bata.

Después de unos 20 minutos volví a la habitación, Jake estaba acostado tapándose los ojos con un brazo.

– Siéntate mi amor. – dije. Me obedeció. Puse la charola sobre sus piernas. Me sonrió, supe lo que quería así que acerque mi cara para que pudiera besarme.

Tomó la charola y la dejó en la mesita de noche. Lo miré extrañada. Volvió a sonreír, rodeó mi cintura con un brazo y con un movimiento rápido me acostó en la cama y se puso sobre mí.

Empezó a besarme. Sentí su lengua introducirse en mi boca, hice lo mismo con la mía. Giramos y me senté sobre su cintura.

"No aguanto el momento en el que lo hagas conmigo por que quieres"

Dejé de besarlo y puse mi frente en su pecho. Mis piernas estaban a cada lado de su cintura. Él tenía sus manos sobre mis muslos. Jake sabía que me había acordado de algo que me había sucedido hacía 8 años, pero no, era algo que Christian me había dicho. Algo que deseaba y jamás se cumplió, solo le había hecho pensar que sí.

Seguí besándolo. Giramos y él se puso otra vez encima de mí. Empezó a besarme en el cuello mientras acariciaba mis piernas. Solté un pequeño gemido.

"Esperé tanto para que hicieras ese ruido"

Abrí los ojos. Jake volteó a verme sonriendo y yo le devolví la sonrisa antes de que volviera a besarme en los labios. Desabrochó mi bata y empezó a subirme la pijama. Sus manos rozaban con mi piel causándome un escalofrío. Sujeté sus muñecas con fuerza y dejó de besarme. Negué con la cabeza. Él asintió cerrando los ojos y se quitó de encima. Se sentó en su lado de la cama y puso la charola en sus piernas.

– ¿Y tú que vas a comer? –. Preguntó como si no hubiera pasado nada hacía minutos antes. Me enojaba que lo hiciera y a la vez no. Sabía que le molestaba no poder hacer el amor conmigo, pero a la vez lo entendía, y siempre estaré muy agradecida por eso.

– ¡Oye! – exclamé sentándome a su lado –, no todos son para ti...

– ¿Quién dijo que le gustaría que subiera de peso?

Puse los ojos en blanco – Jake, son 7 Hot Cakes...

– ¿Y?

Volví a poner los ojos en blanco y los dos nos reímos. Comimos.

***

–¿Qué vamos a hacer para mi cumpleaños? –. Le pregunté mientras lavaba los platos.

– Yo se que podemos hacer... – se acercó a mí por atrás y puso sus manos en mi cintura.

– Jake...

– Sólo bromeaba – rió pero no me soltó –. Podemos ir a algún lugar romántico, un restaurante quizás... – recargó su barbilla sobre mi hombro.

– Me encantaría, hace mucho que no vamos a un restaurante romántico.

Me soltó. –Cuando termines ven a sobarme los pies, ¿no?

Me giré a verlo tratando de parecer enojada, pero mi sonrisa me delataba. – ¡Jake!

Rió. – ¿Sabes que te amo?

– ¿Sebes que te eme? –. Lo arremedé haciendo caras graciosas.

Salió de la cocina riendo.

***

– Oye amor... – Jake estaba atrás de mi tocando mis manos que estaban recargadas en el barandal de la terraza.

– ¿Si?

– Hay que ir a comprar comida, ya casi no tenemos. – miré sobre mi hombro para encontrarme con su rostro.

Me miró fingiendo molestarse. – ¡Arruinas el momento romántico!

– ¡No lo voy a arruinar en un par de días cuando tengamos comida! –. Contraataqué.

Sonrió, me hizo girar para que estuviéramos frente a frente.

– Por eso te amo. – desde hacía años Jake y yo siempre nos repetíamos una y otra vez que nos amábamos.

– ¿Por qué? – pregunté rozando mis labios con los suyos. Me cargó y me sentó sobre el barandal. Abrí mis piernas para que puediera acercarse más a mí. Miré sobre mi hombro. Estábamos en el segundo piso, si caía chocaría contra un piso hecho de rocas –, puedo morir, ¿sabes? –. Volteé a verlo de nuevo. Me abrazó por la cintura.

– No te dejaré caer. – rodeé su cuello con mis brazos.

– Te toca hacer la comida.

Puso los ojos en blanco. – Tienes una manía de arruinar los momentos románticos – reí haciendo mi cabeza hacia atrás, en realidad confiaba que Jake no me soltaría –. En verdad te ves hermosa cuando haces eso. – sonreí.

Me bajó. Salió de la habitación y fue a la cocina, yo me dirigí a la sala y prendí el televisor. Unos minutos después sonó el teléfono de la casa (que se ubicaba a un lado del sillón).

– ¿Hola?

~Hola mi amor ¿Cómo estás?

– Bien mamá y ¿ustedes?

~Bien, estamos de luna de miel por segunda vez ~Las dos reímos, era obvio que tenía que disfrutar con los millones que le había dado.

– ¡Mándale saludos a mi suegra! –. Gritó Jake desde la cocina.

Reí. – Ma, Jake te manda saludos.

~Dile que yo también le mando saludos.

– ¿En dónde están ahora?

~En África ¡Hace muchísimo calor!

Reí. – ¿Está papá?

~Si, bueno, esta ocupado bebiendo 5 litros de agua ~Las dos reímos .

– Dile que lo amo.

~Si, oye, queríamos felicitarte por tu cumpleaños.

– Pero es mañana...

~Lo sé, pero no sabíamos si estarías en casa o saldrían a festejar a algún lado.

– ¡Ah! Si, vamos a salir, te amo.

~Nosotros a ti hija, oye, ¿Cómo te está tratando Jake? ¿Es bueno contigo?

– Mamá, lo conoces desde hace 6 años, es mi prometido...

Supe que había puesto los ojos en blanco. ~Sólo quería asegurarme de que tu padre no tuviera que matarlo...

Reí. – Todo va bien por aquí – escuché que Jake me hablaba para avisarme que ya estaba lista la comida –, Te amo mamá, me tengo que ir...

~Ok, hablamos luego, te amo.

– Y yo a ti.

Colgué.

– ¿Qué pasó? –. Jake llevaba dos platos en las manos y los puso en la mesa. – ¿Hablaron de que tan buen yerno soy?

Reí. –Claro, – dije alargando la "a". – ¿Qué comeremos hoy?

– Pollo con puré de papa.

Puse los ojos en blanco. – Pareciera que es lo único que sabes preparar...

– ¡Oye! ¡No te puedes quejar! ¡Amas mi pollo con puré de papa!

– Eso si...

– ¿Ya ves? Entonces no digas nada. – nos sentamos en la mesa.

– No se como le haces para hacer de comer tan rico... – dije terminándome por completo la comida.

– Procuro que no se queme nada, como tus hot cakes...

– ¡Oye! –. Le pegué de broma en el brazo.

– No es cierto, sabes que te amo...

– Solo por eso limpiaras los platos...

– ¿Por qué te amo?

Asentí. Puso los ojos en blanco mientras sonreía, pero no dijo nada, se puso de pie y empezó a limpiarlos.

Me metí a bañar cuando él se puso a ver la televisión. Cuando salí del baño fue al clóset y saqué un Baby Doll rojo que tenía guardado hasta el rincón, lo había comprado el día que Jake me invitó a una cena romántica. Quería agradecerle por todo lo que había hecho por mí. Pero en cuanto me lo vi puesto en el espejo me lo quité, supe que no estaba preparada para eso. 3 años después sabía que al fin era el momento. Jake no era Christian. Christian estaba muerto, al igual que su hermano. No nos molestarían de nuevo.

Me lo puse y me cepillé un poco el cabello.

– ¡Jake! ¡Amor! ¡Ven! –. Lo llamé con un tono coqueto. Subí una rodilla a la cama y la otra pierna la mantuve en el suelo. Quería hacer una pose sexy para él.

En cuanto me vio abrió los ojos como platos y me sonrojé.

– ¡Santo Dios! –. Exclamó acercándose a mí. – ¿Cuando compraste eso?

– ¿No te gusta? – fingí ponerme triste –, tal vez debería quitármelo...

– Sí, – puso sus manos en mi cintura – pero no te pongas algo más.

Sonreí. Pasé mis brazos al rededor de su cuello y empezamos a besarnos.

Me cargó por la cintura y me acostó delicadamente sobre la cama. Acarició mis piernas mientras yo enredada mis manos en su cabello.

Me quitó el Baby Doll. Me dio un beso en la zona entre los pechos, tomó ambos lados de mi tanga y volteó a verme.

– ¿Estás segura? –. Asentí. Estaba más que segura.

Quedé completamente desnuda ante él. Estaba a punto de taparme con los brazos cuando él se empezó a quitar la ropa. No me iba a lastimar, lo sabia, no tenía porqué cubrirme frente a él.

Se acostó sobre mí y mientras nos besábamos me penetró. Enterré las yemas de mis dedos en sus brazos y dejó de moverse para verme a los ojos. Asentí para que supiera que no quería que se detuviera y lo besé. Sus movimientos eran suaves, era justo lo que necesitaba, alguien tierno.

Después de un rato sentí como sea corrió dentro de mí. Los dos gemimos de placer.

–Te amo. – dijo con su frente pegada a la mía.

– Yo también te amo. – le di un beso tierno en los labios.

Se acostó a mi lado y me abrazó por la espalda acercándome a él. Recargué mi cabeza sobre su pecho y subí una de mis piernas a sus muslos, la detuve justo antes de llegar a su entrepierna.

Jake respiraba más agitado que yo.

Me besó la nuca.

Unos minutos después me quede dormida, escuchando su agitado corazón.

***

Me moví un poco, los rayos del sol pegaban en mis párpados aún cerrados. Seguía en la misma posición en la que me había quedado dormida. Los dos aún estábamos desnudos. Lo abracé con fuerza pegando más nuestros cuerpos.

–. No sabía que me extrañabas tanto.

Abrí los ojos de golpe, en un segundo estaban completamente húmedos. Me incorporé. Sin poder evitarlo mis lágrimas resbalaban ya por mis mejillas.

– No, no puede ser – no podía respirar –, tú estás muerto...

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