Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

"¿Ahora qué?"

Después de confesarle aquello a Christian vi en su cara la sorpresa. Abrió su boca ligeramente y los ojos le brillaron con intensidad.

– ¿Qué?

Sonrió, a continuación me quedé inconciente gracias a los golpes.

Cuando desperté me di cuenta de que mis manos estaban amarradas a la cabecera y un pedazo de tela tapaba mi boca impidiendome hablar.

Intenté moverme pero los movimientos fueron demasiado bruscos causandome una ráfaga de dolor por todo el cuerpo.

Dejé de moverme en cuanto escuché gemidos de placer que provenían de la sala.

Eran los gemidos de una mujer.

Intenté gritarle para que me ayudara pero cada parte de mi cuerpo dolía, incluso en lugares en donde yo desconocia de su existencia. Además de que la tela me impedía sacar sonido alguno de la boca.

– ¡Oh por Dios, Tom! –. Gritó de placer la chica.

¿Tom? No podía ser cierto, Thomas está muerto... Bueno, eso también lo pensaba de Christian, pero no, yo vi su cuerpo, yo lo enterré; no podía estar vivo...

Me sacudí más sin éxito, golpeé la pared con todas mis fuerzas pero los gemidos de la mujer eran más fuertes que mis débiles golpes.

Recargué mi cabeza en la almohada cansada por los movimientos y me quedé dormida.

***

Abrí los ojos lentamente. Me di cuenta de que tenía un ojo hinchando pues no lo podía abrir del todo.

Intenté moverme cuando sentí mis muñecas libres de ataduras pero el dolor de mi cuerpo era casi insoportable. Giré mi cabeza hacia el baño, Christian estaba lavándose los dientes.

Me giré boca abajo y me arrastré sobre la cama para acercarme lo más posible a la puerta.

– Ayuda, – susurré ya que mi garganta ardía como el infierno. Tragué saliva con dolor y esta vez lo hice más fuerte – ¡Ayuda!

– Lorena, ¿qué haces? –. Preguntó Christian saliendo del baño.

– ¡Ayuda! ¡Por favor!

Christian me tomó por el hombro y me hizo quedar boca arriba para mirarlo.

– ¿Qué haces?

– Había una chica aquí...

– Ella ya no... – negó con la cabeza y volteó a verme –.  ¿Querías que te escuchara?

Genial. Mi única oportunidad ya se había ido.

– ¿Qué hacía una chica aquí?

Suspiró. – Después de que me golpearas en la cabeza... Me la abriste... Tuve que llamarle para que me cosiera ya que yo no alcanzaba, también me ayudó con mi herida en la mano. – levantó su mano izquierda, estaba vendada, me recordó a la vez que me vendó la mano porque había golpeado la pared. Ahora apenas y se notaban las heridas en mis nudillos.

– Pero pudo haberme encontrado.

Sonrió burlón. – ¿En serio crees que la hubiera dejado subir?

– ¿Qué hubieras hecho se me hubiera visto? –. Pregunté imaginándomela siendo apuñalada por él.

– No lo sé – se encogió de hombros  –, pero dudo que le hubiera dicho a alguien, le tengo mucha confianza.

– ¿Por qué gemía?

– ¿Estás celosa? –. Se rió.

– ¿Tuviste sexo con ella? ¿En mi casa? –. Me asqueé imaginándolos sobre mi sillón, teniendo sexo. El sillón en donde había visto películas con Jake, abrazados.

– No te enceles cariño, no es lo mismo para mí estar con ella que contigo.

Entonces fue cuando uní los cabos.  Ella le cosió la cabeza, tuvieron sexo, él le tenía mucha confianza.

– Ella es la doctora de la que me hablaste... – asintió con una sonrisa de satisfacción, le encantaba ver que su amada era inteligente. – ¿Por qué no te quedaste con ella? Alguien que te ama...

Pareció dolido, puesto que yo no le tuve que decir "Alguien que te ama, no como yo, que siempre intentaré alejarme de ti", para que entendiera a lo que me refería.

– Ella.... Es... – buscó las palabras adecuadas – Digamos que... Un poco posesiva, tal vez a Tom le hubiera encantado, pero a mí no, además jamás amaré a alguien como a ti.

Mire mis brazos llenos de moretones. –Deberías de demostrarme un poco menos tu amor.

– Sé que me pasé un poco, pero de verdad me hiciste enojar hasta que... – se le iluminó la cara y supe en lo que estaba pensando. Cerré los ojos suplicando que no lo dijera, cosa que no pasó – No puedo creer que vaya a ser papá.

– Yo no dije eso, dije que estoy embarazada. – lo corregí.

– Es lo mismo, si tú no... Espera... – me miró seriamente y yo desvíe la mirada. –Me dijiste que... Tú y Jake no lo habían hecho, y tú no eres tan puta como para haberlo engañado con otro.

– Gracias. – dije con sarcasmo.

– ¿Me engañaste? ¡Me dijiste que sólo habías estado conmigo!

– ¿Qué querías que te dijera? –. Alcé la voz. – "¡Oh Chris! También estuve con Jake, espero no te moleste" ¡Maldición Christian! ¡Te conozco! ¡Sabía que ibas a lastimarlo sólo por decirte eso!

– ¡Si tú...! –. Respiró hondo cerrando los ojos. – Ok, tienes razón... ¿Cuántas veces estuviste con él?

– Una... – me miró levantando una ceja sin creerme. – Sólo estuve una vez con él, la noche antes de que llegaras, por eso estábamos desnudos...

– ¿Hace cuanto no te baja?

– Desde octubre... Debía bajarme más o menos por el 27...

Sonrió radiante. – Eso significa que hay un 90% de probabilidad de que sea mío, él estuvo contigo sólo una vez, yo estuve contigo muchísimas veces más ese mismo mes – cerré los ojos al darme cuenta de que tenía mucha razón –. Hay unas pruebas de embarazo que te dicen cuanto tiempo embarazada llevas con exactitud, podríamos asegurarnos con eso.

– O podríamos ir a un doctor. – sugerí.

– Ja ja –. Dijo con sarcasmo. – No soy tan estúpido, cariño.

Yo creí que si lo eras. – susurré en español con la intención de que me escuchara.

No me contestó, sólo puso los ojos en blanco y salió de la habitación.

Una media hora después regresó con otra prueba de embarazo una que, como dijo, te decía el tiempo que estabas embarazada.

Sin hablarle tomé la cajita y entré al baño cerrando la puerta de golpe.

El resultado salió positivo de nuevo, diciendo que tenía de 10 a 11 semanas de embarazo. Hice las cuentas.

Cerré los ojos intentando no llorar.

Llevaba embarazada desde octubre.

Tiré la prueba a la basura y salí del baño sin levantar la vista.

– ¿Y? –. Sonaba ansioso por escuchar la respuesta. Lo ignoré y me senté en la cama. – ¿Cuánto tiempo lleva nuestro bebé? –. Se mostraba la emoción en su voz.

– 3 meses.

Se tapó la boca sin poder contener la emoción.

– ¡Mi bebé ya tiene 3 meses!

– No es tu bebé. – dije entre dientes recostándome en la cama.

– ¿Qué? –. Preguntó porque no me escuchó.

– No es tu bebé. – repetí poniéndome de pie.

– ¿Cómo de que no?

– A ver genio, recuerda que también estuve con Jake.

– Es verdad, olvidé que eras tan zorra.

– ¿Zorra? ¿ZORRA? –. Me enfureció que me llamara así. Quería gritarle todo lo que pensaba pero era tanto que no podía. Se puso frente a mí pero yo me mantuve en mi lugar levantando la barbilla.

–Eso eres, una zorra.

– ¡Pinche pendejo de mierda! –. Grité furiosa. – ¡Con la única persona con la que he estado por placer es mi prometido! –. Frunció el ceño. – ¿Te cuesta tanto trabajo entenderlo, idiota? ¡Con la única persona con la que he deseado estar es con mi jodido prometido! –. Enterré mis uñas a las palmas de mis manos ignorando el dolor que me provocaba en éstas y en los músculos de mis brazos que aplicaban presión.

Sonrió. – En la única cosa en la que tienes razón es en que Jack está jodido.

Sin poder evitarlo alcé mi mano con la palma extendida y le di una cachetada.

Fue tan fuerte que mi mano quedó marcada en su mejilla. Giró su cabeza hacia un lado por la fuerza del impacto.

Cuando me miró de nuevo casi me encojo del miedo al ver sus ojos echando fuego, pero me obligué a mantenerme en mi lugar.

Levantó el brazo con el puño cerrado apuntando a mi cara. No desvíe mi vista de sus oscuros ojos.

Esperé el golpe.

Respiró ruidosamente y lentamente bajó el brazo.

– Ok... Creo que me merecía esa bofetada.

Es lo mínimo que te mereces. Pensé.

Deseaba golpearlo como él me había golpeado a mí, torturarlo como había torturado a Jake.

– Perdóname. – dijo de repente sorprendiéndome por sus palabras.

Me quedé mirándolo con la boca abierta.

– Por todo... Por todo lo que te he hecho, por lastimarte, por llamarte... Como te llamé, por... – se interrumpió, no iba a decir aquella palabra que tanto odiaba. – Pero... – me sonrió diabólicamente – No me molesta para nada torturar al Rubio.

Caminó hacia la puerta de la habitación.

– ¡No, Chris! –. Caminé cojeando sintiendo como rafagas de dolor recorrían todo mi cuerpo. –¡Chris!

Abrió la puerta y se detuvo para mirarme. Mis ojos se llenaron de lágrimas. Puso los ojos en blanco.

– Ayúdame – fingí una mueca de dolor.

No me creyó. Caminé unos pasos hacia el soportando el dolor que recorría todas mis piernas e hice como si me fuera a caer al suelo. Vi en su rostro duda entre creerme o no.

Cuando estuve a una distancia aceptable de él me dejé caer al suelo pensando que me atraparía en el aire. A veces me sorprendía su manera de actuar, ¿por qué? Porque me dejó caer.

Sentí un dolor punzante cuando mi hombro chocó contra el suelo.

– ¡Lorena! –. Me agarró por la espalda pegándome a su pecho. Entrecerré los ojos. – cariño.

– Chris. – susurré. Cerré los ojos y, sin proponérmelo, me quedé dormida por el cansancio que me había provocado hacer todo eso.

***

Abrí los ojos tratando de acostumbrar mi vista a la luz del sol.

A mi lado derecho estaba Christian acostado de lado, recargando su cabeza sobre su mano. Viéndome directamente. Sonrió al ver que ya había despertado.

Lo miré con el ceño fruncido. – ¿Cuánto tiempo llevas observandome?

Sonrió. – Dos horas.

– ¿Cuánto tiempo llevo dormida? –. Pregunté llevando mis manos a mis ojos, al tocarlos sentí que uno de ellos estaba aún hinchado.

– Dos horas. – respondió sin dejar de sonreír.

Aparté las manos de mis ojos sonriendo. Había logrado lo que quería, mantenerlo alejado de Jake.

– ¿En serio? –. Asintió – Chris. – me acomodé para mirarlo sintiendo mucho dolor en todo el cuerpo.

– ¿Si?

– ¿Puedes... Traerme un té? Por favor...

Sonrió mostrándome los dientes.

– Claro. – Saltó de la cama y salió de la habitación.

Me incorporé lentamente tratando de no gritar por el dolor provocado por ese acto. El dolor había incrementado notablemente en mis horas de descanso.

Me di cuenta que estaba vestida con unos panties y una blusa de tirantes de quejaba ver una pequeña barriga que no había notado antes, o no había querido notar.

– No... – susurré sintiendo como mis ojos se llevaban de lágrimas.

No quería tener un bebé, no en esas condiciones. ¿Y si lo abortaba?

Pensé en los pros y contras de que el bebé fuera de Christian.

Pros:

1- Christian me cuidaria más y me maltrataria menos.

2- Seguramente él lo cuidaría más que a nada en el mundo.

3- Tal vez dejaría ir a Jake si pensaba que yo y el bebé nos quedaríamos con Chris.

Contras:

1- Tendría en la conciencia que el bebé fue producto de una violación.

2- Christian tendría otro ser humano con quien amenazarme para que me quedara con él.

3- ¿Y si el bebé era una niña? ¿Si se parecía a mí, Christian sería capaz de abusar de ella sólo por su obsesión conmigo?.

Después pensé en los pros y contras de que el bebé fuera de Jake.

Pros:

1- Sería muy lindo tener un hijo con el amor de mi vida.

2- Jake y yo tendríamos más motivos para escapar.

3- Seria producto de un acto de amor y no de una violación, técnicamente podría considerarse como "un hijo deseado", claro, si escapábamos antes de que naciera, Jake y yo lo cuidaríamos y amaríamos.

Contras:

1- Christian sería capaz de matar a Jake de puro enojo.

2- Tal vez nunca conocería a su verdadero padre.

3- Podría maltratar al niño como me maltrata a mí o peor aún, tratarlo como trata a Jake.

Suspiré pestañeando para que mis lágrimas no escaparan de mis ojos.

Me di cuenta que no importaba de quién era el bebé, de cualquier forma no podría criarlo estando en aquellas condiciones.

– ¿Por qué a mí?

Miré mi muslo derecho. Me había quedado una cicatriz que se notaba, sería permanente, de las tijeras que Christian me había enterrado. Una gran mancha morada la rodeaba. La toqué con la yema de mis dedos con delicadeza.

Me dolió al instante, no la cicatriz, el moretón a su alrededor.

No quería que mi hijo/a me viera así, tampoco quería que estuviera su pequeño cuerpo así, como el mío, o el de Jake.

Gruñí de frustración.

¿Ahora qué?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro