-Cariño, despierta... -Dijo jalándome ligeramente el brazo hacia arriba. Abrí los ojos lentamente y lo voltee a ver sin pararme, tenía un curita en la frente. Sonrió -Te traje algo de comida, ven. 

Volvió a jalarme del brazo. Me sacudí logrando que me soltara y le di la espalda -No quiero.

-Pero... Amor... -Tocó mi brazo -No has comido desde hace casi 24 horas...

-¿Y desde cuando te importa si como o no? -Le pregunté sin mirarlo.

-Lorena... Come, por favor... -Sin esperar respuesta agarró mis hombros y con fuerza me hizo ponerme de pie. Sin soltarme me llevó a la cama. Cuando me senté me extendió el plato con comida que había dejado en la mesita de noche. 

-¿Qué es eso? -Pregunté viendo la comida.

-Sopa de tortilla... ¿Nunca has probado una? -Escuché un tono de burla en su voz.

-Obviamente-Lo voltee a ver -Jake me la ha preparado cientos de veces -Sonreí y él dejó de sonreír. Perfecto. -Pero... ¿De dónde sacaste los ingredientes para prepararla? No teníamos casi nada...

-Bueno... -Se sentó enfrente de mí. -Mientras dormías fui a la tienda y compré lo necesario para un par de meses -Volvió su estupida sonrisa.

Había salido... Había salido y por dormirme no me di cuenta... Pude haber escapado... Que estúpida fui...

-¿Qué? 

-Si, creí que sería más sencillo si iba a comprar mientras tú dormías...

Cerré los ojos sin poder creer que me dejó sola y yo no me había dado cuenta.

-¿Y Jake? -Pregunté volteando a verlo.

Puso los ojos en blanco -¿Qué tiene ese idiota?

-¿Le diste de comer?

Se alzó de hombros -Le di el pastel que no quisiste, aunque no creo que se lo pueda comer -Se rió.

-¿A qué te refieres?

-¿Quieres ver a que me refiero? -Asentí con el ceño fruncido -¿No intentarás nada? -Me iba a llevar con Jake. Negué con la cabeza. -Bien.

Se puso de pie, sacó unas llaves de su bolsillo trasero y abrió el candado que rodeaba la pata de la cama; no el que rodeaba mi tobillo.

Me jaló del brazo. Salimos de la habitación, yo arrastraba la cadena. Bajamos las escaleras. 

-Antes... -Dijo deteniéndome en la sala -Le vas a llamar a mamá y a papá -Voltee a verlo -Harás lo mismo que hace 8 años... -Fuimos a la cocina, vi que tomó un cuchillo filoso y regresamos a la sala. Marqué al celular de mi madre.

-¿Hola?

-¿Mamá? -Christian puso el teléfono en altavoz.

-¿Qué pasa hija? ¿Estás bien?

Tragué un nudo que estaba en mi garganta. Sentí el cuchillo en mi cuello. -Si, estoy bien, sólo...

-¿Solo qué? -Preguntó preocupada al ver que dejé de hablar. Una lágrima resbaló por mi mejilla. Sentí el cuchillo tocar mi piel desde mi hombro hasta mi codo.

-Te quería avisar que... Jake y yo vamos... A viajar a Groenlandia... Y... Queremos que sea un viaje sin teléfonos...

-Entiendo... ¿Cuándo regresan?

-No... No lo sé... Tal vez en unas semanas, queríamos quedarnos un mes...

-Ok, entonces hablamos en un mes. Te amamos Lorena.

Aun sentía las lágrimas caer por mi rostro -Yo también a ustedes. -Cerré los ojos.

-Adiós cariño.

-Adiós mamá... -Rezaba por que ese adiós no fuera el último.

Christian colgó y se paró frente a mí. Sabia lo que quería.

-Ni creas que te voy a abrazar como aquella vez -Dije fulminándolo con la mirada.

-Tengo que decirte que me gustaba más la tierna Lore que me abrazaba cuando estaba triste, la que no me golpeaba -Rió.

-Si, bueno, la tierna Lorena desapareció después de dos años de violaciones -Sonreí hipócritamente.

-Creo... Que sería mejor si después ves a Jack, no creo que ahora sea el mejor momento.

-¡No! -Dije casi suplicando. Cuando vi que sonrió traté de sonar más seria -Ahora es el momento indicado...

-¿Segura? -Me preguntó limpiando las lágrimas que habían dejado mojadas mis mejillas. Asentí. -Bien.

Tomó mi mano y me llevó a la puerta del sótano. La abrió. Bajamos lentamente la escaleras, casi no había luz, más que un foco en el centro de la habitación, justo a lado de una columna. 

Ahí estaba. Su espalda pegada a la columna. Sus brazos rodeándola, estaba amarrado de las muñecas, aunque no pude ver con qué estaba amarrado. Tenía su barbilla pegada en el pecho, su cabello rubio le tapaba los ojos, podía ver que tenía el labio roto y un moretón en la mejilla. Su cuerpo no estaba mejor. No tenía camisa. Estaba todo lleno de moretones y uno que otra cortada debajo de su pecho. Tenía puesto un pequeño short que ocasionalmente usaba para meterse a la playa. Supe que Christian se lo había puesto. Sus piernas también estaban llenas de moretones y cortadas.

-¡Jake! -Corrí hacía él. Me senté sobre mis rodillas. Vi como mis lágrimas caían en sus muslos. -Jake -Sujeté su rostro y lo levanté lentamente. Tenía un ojo morado e hinchado. -Jake -El mar de lágrimas me impedían verlo bien.

-¿Lorena? -Su voz se escuchaba como si tuviera vidrios en la garganta.

-Si mi amor, aquí estoy -Dije buscando un lugar en su piel donde pudiera tocarlo sin lastimarlo.

-Lorena -Tosió-Huye.

-No, no me iré sin ti.

Me miró fijamente a los ojos. Los suyos estaban mojados pero no lloraba, sabia que no queria mostrar debilidad ante Christian, yo tampoco quería pero no podía evitar llorar al verlo en aquellas condiciones.

-Por favor... Lorena... Huye... 

-No Jake, no te...

-Si tu escapas es como si yo escapara -Dijo interrumpiéndome -Sabré que estás a salvo y... -Volvió a toser haciendo una mueca de dolor -Por favor, al menos inténtalo... -Acercó su frente y yo acerqué la mía hasta que estuvieron pegadas -Ahora...

Me alejé de él extrañada. Giró su mirada hacia su izquierda (mi derecha). 

-Te amo Jake -Le di un beso.

-Y yo a ti.

Giré lentamente mi cabeza hacia el lugar en donde había señalado con los ojos. Sobre una pequeña mesa había unas tijeras. Me puse de pie.

-¿Ya? -Preguntó Christian como si estuviera aburrido de vernos. 

Con un rápido movimiento corrí hacia las tijeras, di media vuela y estiré el filo hacia Christian.

-¿Qué haces? -Preguntó levantando las manos hacia mí.

-Te voy a matar -Dije, aunque ni yo estaba muy convencida de poder hacerlo.

-No cariño, suelta eso, vamos arriba.

Tragué saliva y bajé lentamente las tijeras pero no las solté. Caminé hacia Chris. Sonrió. 

-Espera... -Me agaché a lado de Jake y le di otro beso en los labios.

-Si, si, vamos -Me tomó del hombro. Rápidamente me giré y le enterré las tijeras entre el hombro y el pecho.