Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

9


CAPÍTULO 9:

Fracaso en la huída:


Nos habíamos quedado mirando, pero yo no lo miraba a él, ni siquiera miraba nada, solo pensaba en que casi mata a otro hombre con un pene de madera.

Adonis, mi secuestrador, me salvó.

Si lo analizaba, la situación era muy graciosa, solo que no lo era.

Su mano tocó mi cuello haciéndome salír de mis pensamientos y enfocarme en él.

—¿Él te hizo esto? —sus dedos se deslizaron por mi cuello y fueron bajando hasta mis pechos.

Me aparté.

—Responde—¿Desde cuando le importan las marcas en mi cuerpo?¿Desde cuando le importo yo?

—¿Para qué? No es como si te preocuparas— me alejé y él me sonrió, no fue una sonrisa bonita, presumida sí.

—Estás en lo correcto, no me preocupo porque no me interesas, pero la persona que me paga por tí si se preocupará y me matará si sabe que te han tocado— me dijo y como si me tuviera repulsión quitó su mano bruscamente. —Contestame— insistió.

—No— le dije.

Si le digo que el otro me violó sabrá que soy bulnerable y al carajo con mi plan.

—¿Segura? Él tiene la costumbre de golpearles la cabeza y violarlas— me contó y quise ir y patear al tipo que yacía desmayado en el suelo, pero no me moví.

—No me hizo nada— le aseguré.

—Bien vamos, aún no te hice mía y solo tengo tres días y medio para llevarte, tenemos prisa— gruñó, se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la salida.

Necesito pastillas— pensé mientras me apresuraba a alcanzarlo.

—Necesito una farmacia— le pedí. Sus pies frenaron y se giró en mi dirección.

Caminó con paso apresurado cortando la distancia entre nosotros hasta quedar a pocos centímetros de mí.

—¡Si no te tocó ¿Para qué quieres una farmacia?!— me gritó y le di la excusa que más rápido se me ocurrió.

—Me bajó la regla.

—Maldita, se suponía que sangrarias por primera vez conmigo en una cama no porque te bajó la maldita regla—! egó con la cabeza. —Vamos, hay una farmacia a un par de kilometros— murnuró de mal humor, tiró de mi mano entrelazando nuestros dedos y salimos de esa horrible y muy mal cuidada casa de muñecas.

Me subió a su feo coche y seguimos con el viaje, pero yo no podía sacarme al otro hombre de la cabeza ¿Por qué me había hecho eso?¿Se lo habían ordenado?

Los kilómetros pasaban y varios minutos después Adonis frenó el coche.

—Ya vuelvo— me informó, tomó la llave del auto y comenzó a trabar las puertas.

—Espera, yo voy— me adelanté y negó.

—No soy idiota, sé lo que planeas y no va a resultar— sin darce cuenta las llaves se le calleron y fueron a parar debajo del asiento.

Piensa, piensa Amnesia.

Una distracción, solo eso necesitaba.

¡Lo tengo!

Me acerqué peligrosamente a él y con mis labios cerca de los suyos repetí sus palabras:

—El primero era de prueba, el segundo solo placer— rocé nuestros labios, él rió y me besó de verdad.

Nuestras lenguas se entrelazaron, sus manos subieron a mi nuca y cabello y me atrajo más cerca.

Le seguí el maldito beso, apenas unos segundos más y luego lo corté echándome para atrás.

Él se pasó la lengua por los labios y me guiñó el ojo.

—Ya vuelvo— dijo y con eso salió, pero no entró directamente a la farmacia, antes sacó un bidón del baúl.

Esperé a que se metiera en la farmacia y tomé las llaves de debajo del asiento.

Era tanta la emoción y el miedo a que me descubra que mis manos temblaban y no lograba meter la llave en la cerradura del coche.

Cuando al fín lo logré, la giré y encendió justo cuando él salía.

—¡Espera!— gritaron y reí

Arranqué y bajé el vidrió dándole una hermosa vista de mi dedo corazón.

—¡Que te jodan, idiota!— aceleré el auto y por el espejo retrovisor pude ver como tiraba los tampones al piso, los pizoteaba y gritaba enojado.

Solo tengo que conseguir otra farmacia.

Aceleré un poco más y sonreí arrepintiéndome de todo lo malo que dije de este auto. La chatarra tiene un super motor, aceleré un poco más llevando el motor a quinta y seguí mi camino, pero el auto comenzó a hacer explosiones y me ví obligada a aparcar a un lado de la ruta.

¡Maldita chatarra! ¿No le alcanza para comprarse un auto mejor? — todos mis buenos pensamientos acerca del auto se esfumaron.

Así y en este estado nadie puede escaparse.

Miré hacia atras y solo avancé menos de cinco cuadras, pero me sentí tan libre.

Bufé y comencé a caminar de regreso, ahora solo podía esperar que el Vuela sesos no me hiciera algo peor que el otro hombre.

—¿Ya lo rompiste? — preguntó al verme llegar y gruñendo asentí con la cabeza.

El idiota se empezó a carcajear.

—No entiendo de que te ríes, es tu auto, idiota.

—Me río de tí, no puedo creer que fueras tan ingenua como para creer que dejaría caer las llaves para que tu te escapes— rió —Eres un tonta, ahora sostenme esto y camina— me dio el bidón de antes y lo dejé en el suelo.

Pesaba demasiado.

—Es combustible— me explicó. —Los autos llevan combustible ¿Sabías?

Chasqueé la lengua y él se rió.

—Ten, aquí tienes las pastillas— sacó un blíster del bolsillo de su pantalón y me abalancé sobre él quitándoselas de la mano, leí la inscripción y me llevé una a la boca. —¿No me agradecerás? —fingió estar dolido y hasta hizo puchero y todo.

No me dió ternura.

—No, no te agradeceré ¿Cómo sabías que las necesitaba? — quise saber. Él se pasó la mano por el pelo y miró sus pies.

—Porque ví lo asustada y nerviosa que estabas, además de que no dejabas de acariciarte la panza, ahora vamos— ordenó recogiendo el bidón y lo seguí.
—Eso y que ese golpe de tu cabeza no pasa desapercibido.

¿Tan obvia pude ser?

Ambos nos quedamos callados las cinco cuadras hasta el auto, era mejor así, yo no quería hablar...

—¿Te dolió? —la pregunta me sacó de mis pensamientos y respondí lo primero que se me ocurrió.

—A toda virgen le duele su primera vez, idiota—me quejé manteniendo mi mentira de ser virgen.

—Conmigo hubiera sido diferente, pero yo me refería al golpe en tu cabeza— explicó y rodé los ojos. —Aún hay algo que no entiendo— dijo y se giró en mi dirección, nuestros ojos se encontraron —¿Por qué no me acusaste con el policía? —me preguntó como si no fuera conciente de la mirada amenazante que me echó en el río.

—Porque me amenazante con tus ojos y eres tan pendejo que se pusieron a hablar como si fueran amigos de la infancia, además ¿Haz visto a la gente de aquí? Todos dan miedo— contesté enojada.

—Eres una tonta. Si yo fuera tú ya se hubiera enterado toda América del Norte— dijo y se me ocurrió una idea.

—Llévame a la estación de policias y lo haré, serás famoso ¿Qué tal este encabezado? ADONIS: IDIOTA, QUE SE CREE GUAPO CON SUS TATUAJES Y PIERCING, ES ARRESTADO DE UNA VEZ POR TODAS. POR FAVOR, INFORMENLE A TODA AMÉRICA DEL NORTE, ES QUE EL CAPULLO SE CREE TAN INTERESANTE COMO PARA QUE TODOS DEBAN SABERLO— le saqué la lengua, él se rió y se aclaró la garganta.

—Está bueno, no perfecto, pero me gusta, aunque yo lo corregiría por algo como esto: ADONIS, DIOS GRIEGO Y DUEÑO DEL CORAZÓN DE MUCHAS HA SIDO ARRESTADO LUEGO DE HECHAR EL MEJOR POLVO DE SU VIDA, se quedaron todos pasmados— su burló haciéndome reír.

—Eso es imposible, no hecharías un buen polvo ni aunque fueras el hombre con el miembro más grande del mundo— me burlé, él rió y se acercó a mí, aunque ya estaba cerca.

En algún momento la distancia se había desvanecido.

—Esto, Preciosa, es enorme, hasta pesa. No sé si es el más grande, pero de que la tengo grande no hay duda— Se inclinó a mi oído y continuó susurrando. —Y se que te encantaría que me metiera entre tus piernas y te hiciera gritar una y otra vez hasta llevarte al climax— tomó mi mano y metió mis dedos en su boca, pero yo ya sabía cómo quitarmelo de encima.

—Fuí al baño y no me las lavé, suerte— le deseé y rápidamente quitó su mano de mi boca y empezó a escupír. —Te la creiste, idiota.

—Aún así me meteré entre tus piernas.

Estás muy mal de la cabeza.

—Al único lugar que te meterás será al auto— le indiqué porque eso es lo único que obtendría.

—Todas se rinden en algún momento, tu no eres la excepción.

—Tienes razón, pero también seré la primera en meterte un pie por el culo si intentas tocarme un solo pelo— el Vuela sesos estaba advertido, si lo intentaba un pie es lo que obtendría.

Me alejé para que de una vez llene el tanque y me recargué con la espalda en el coche.

—Amor, creeme, luego de que te toque solo pedirás más— murmuró mientras se alejaba.

—¡Ya ponle combustible al auto!— quería irme, necesitaba la ayuda del viaje para distraer mis pensamientos.

—A sus ordenes señorita— le mostré el dedo corazón, el idiota sé seguía burlando de mí.
—Amor, espera. Ahora te chupo el dedo, pero primero haré esto.

Lo odio.

Con personas como él es fácil que tu día, semana, mes y el resto del año se arruíne de un momento al otro.

—Con esto tiene que ser suficiente, supongo— se dijo así mismo y me lanzó el bidón vacío el cual aenas pude atrapar.

Mi mente seguía en esa casa, con ese hombre sobre mi, las luces apagadas, nuestros cuerpos desnudos, el abrazándome, su lengua rozando mi cuello...

Corrí a un árbol y me incliné intentando vomitar, pero ya no había nada en mí estómago.

—¿Estás bien? — Adonis vino detrás de mí, sostuvo mi pelo hasta que las arcadas se detuvieron y me acarició la espalda.

Asentí con la cabeza, me alejé intentando que me deje de tocar y aún con los ojos lagrimosos repetí el asentimiento está vez más decidida y hasta bromeé para dispersar la tensión.

—Creo que si me volaste los sesos.

Él sonrió y me dio una botella con un líquido trasparente.

Dudé y él lo notó.

—Es agua mezclada con mis espermas, estoy seguro que te gustará, soy muy dulce, sabes— rápidamente negué y le pasé la botella.

Él rodó los ojos.

—Es agua que compré. Cuando esta noche te haga el amor no quiero sentir el gusto del vomito, así que bebe — me ordenó, abrió la botella para mí y la acercó a mi nariz.

No tiene olor, eso es bueno, tampoco tiene color, ese es otro punto a mi favor y además estaba cerrada.

La olí una vez más, solo por si acaso y me la llevé a los labios.

—Anda bebela—alentó.

Bebí un trago, escupí para quitarme el sabor de la billis y una vez con la boca limpia bebí.

Estaba rica, refrescante y me sentí bien. No tenía comida en el estómago, pero al menos con agua no me desmayaría.

Seguí bebiendo, casi hasta la mitad, en algún momento lo perdí de vista y lo encontré cuando él depositó besos en mi cuello.

De inmediato me alejé.

—Sabía que te gustaría— su sonrisa crecio —Sabes, eres a la primera que le doy de tomar esto— en cuanto lo dijo le arrojé la botella a la cara logrando empaparle la ropa por completo, pero no se molestó.

—Era solo agua, tu misma comprobaste que estaba cerrada — negó con la cabeza. —Eres muy desconfiada

¡Claro que sí!

—Tienes razón, soy muy desconfiada y lo lamento. Lamento no confiar en mi secuestrador, lamento que mi sentido de la razón me diga que no es seguro confiar en tí— estaba enojada, este hombre lograba sacarme de mis casillas.

—Yo si confiaba en tí— soltó dejándome con la boca abierta.

—¿Bromeas no? —mi voz salió entrecortada.

Él negó

—De verdad confié en tí, hasta que me robaste el coche he intentaste huír abandonándme en la nada— con eso se dio la vuelta y caminó hasta el auto. Bajó el capó, revisó el vehículo y se subió.

Consideré la idea de huír, pero no tenía a donde ir y no había nadie a quién pedir ayuda.

De mala gana caminé hasta el asiento trasero y la puerta estaba trabada, le dí la vuelta al auto para entrar por la otra puerta y esta también estaba trabada por dentro, bufé, abrí la puerta del acompañante y me senté.

En cuanto lo hice pude notar la forma en que sus manos apretaban muy fuerte el volante

Estaba enojado.

Este es el momento,si quiero que el confíe en mi para luego escaparme tengo que aprovechar esta situación.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro