6
CAPÍTULO 6:
Una ducha con el Secu.
Bajamos a la recepción, Adonis caminaba con la mirada al frente y era seguro con cada paso que daba, yo por mi parte lo seguía mientras calculaba mis oportunidades de escapar.
-¡¿COMO PUDISTE DEJAR QUE SE HOSPEDARAN SIN PAGAR?!-el grito de un hombre nos hizo detener en seco.
Oímos un llanto femenino y lo reconocí como el de la recepcionista que hoy iba a follar con Adonis y que ayer giraba un cuchillo entre sus dedos tratando de intimidarnos.
Quise seguir avanzando directo a la salida ignorando todo el escándalo, pero Adonis sujetó y tiró de mi mano haciéndome chocar con su pecho.
-¿Qué es lo que te pasa...- pregunté, pero me cubrió la boca y se inclinó impidiéndome hablar.
-Shh...shh-susurró y cuando no luché, tiró nuevamente de mi mano llevándome de regreso a la habitación y allí me soltó y juntó sus cosas. -Tenemos que irnos, ahora- dijo con seriedad y tanta oscuridad en su voz que di un paso atrás. Lo observé entrar al baño y salió con un jabón y un shampoo que se guardó dentro del pantalón.
Apenas pude contener la carcajada cuando volvió a atrapar mi mano entre la suya y nos sacó del edificio por la salida de emergencia.
La calle trasera no estaba embarrada, la tierra probablemente se había secado durante la noche, lo cual era bueno porque Adonis no tuvo que ayudarme esta vez y yo no tuve que soportar tener sus manos en mi mientras me llevaba en silencio hasta su auto.
Me dejó libre por un segundo en el que pensé que podría salvarme si corría, pero aparte del hotel y las peligrosas personas que se alojaban dentro, no había nada ni nadie a quien pedirle ayuda.
Me rendí solo por el momento, ya tendría mi oportunidad- me prometí, mientras lo observaba meter sus pertenencias en el baúl del auto y como supuse que el juego del silencio era solo dentro del edificio hablé.
-¡¡Ni siquiera tuve tiempo para ducharme!!-le grité al darme cuenta de que ni siquiera eso me daría.
Él me ignoró y volví a mover la boca para hablar, pero se giró como si supiera que me iba a volver a quejar.
-Ya súbete al auto- su forma de mirarme me miedo, pero no me importó lo suficiente. Mi cuerpo quería una ducha y no iba a dejar de molestarlo hasta que me la dé.
-No me voy a subír-murmuré odiando no haberlo dicho más alto y con más fuerza, sin embargo él le escuchó. Cerró el baúl, caminó hasta mí y me empujó contra el auto, mi espalda se golpeó contra la puerta y me mordí a tiempo los labios, ahogando un grito de dolor.
Sus manos subieron y se posaron alrededor de mi cuello, no dolía, pero me tenía retenida.
-Que te haya dado algo de libertad, no significa que ya no estes secuestrada. Sigues viajando y por si no te queda claro...- sus dedos subieron a mi nuca. -Conmigo no se juega. Yo estoy al mando, no tú. Ahora, sube al auto, abrochate el cinturón y cierra el pico- me ordenó y mi mente solo procesó una palabra, Libertad.
¿Qué entenderá este idiota como libertad? ¿Sabrá que libertad es algo que no tengo permitido desde el puto momento en que me dijo "Mueve tu trasero y súbete al auto o te vuelo los sesos"?
Es un maldito drogadicto, pero ya lo decidí, le regalaré un diccionario para que se entretenga en la carcel y aprenda lo que realmente es la libertad.
-¿Algo más?-pregunté con los dientes apretados y viéndolo con odio, su forma de mirarme no cambió.
-Sí- habló bajo y acercó más su rostro al mío. -Prepara tu culo, esta noche serás mía- no reaccioné, eso lo molestó mucho más -¡Y ya sube al coche!-gritó y me le reí en la cara.
-¡Si no me sueltas el cuello no podré hacerlo, idiota!-estaba cabreado y lo sabía, pero si este era loco yo lo era aún más.
-¡Eres insoportable!-me gritó de regreso, pero no me soltó.
-¡Eso te pasa por secuestrarme!
¡Ahora me soportaras, porque hasta que yo no obtenga mi ducha, mi baño de burbujas y mi libertad no me calmo!- le hice saber, él tiró de mi rostro hasta el suyo, estábamos demasiado cerca.
-Cállate- susurró con la respiración agitada, pero no pude.
-¡Suéltame!- volví a gritarle y vi una lucha en sus ojos que me dejó sin habla.
-¡Solo hazlo, no quiero golpearte!- me gritó, quise quitarme sus manos del cuello, pero no me lo permitió. En su lugar cerró sus ojos, creí que iba a intentar besarme, pero empezó a contar. Cortó los centímetros que nos separaban, recargó su frente en la mía y cuando llegó a cero abrió los ojos viéndome más sereno.
-Súbete al coche y cállate, cielo-la forma tan calmada en que lo dijo me hizo dar escalofríos, pero me soltó y sin objetar abrí la puerta y me subí al asiento trasero del coche, él la cerró con suavidad y me imitó subiéndose del lado del conductor.
Seguimos nuestro viaje hacia donde sea que me esté llevando, las ventanas estaban cerradas y el calor era insoportable, pero al idiota no parecía importarle ya que dejó en todo el camino las ventanas altas.
Los minutos pasaban, me sentí sofocar poco a poco cada vez más y cuando ya no lo resistí, interrumpí el silencio.
-¿Podemos frenar? No me siento bien- le pedí y escuché un bufido de su parte, pero no frenó, solo siguió.
Rendida y cansada me acosté en el asiento, apoyé mi cabeza sobre mis manos y cerré los ojos, dormir me ayudaría.
. . .
Sentí que me movía, pero estaba muy acolarada y con sueño para darle importancia.
-Despierta-dijo una voz masculina que reconocí al instante.
Me froté los ojos y los abrí, Adonis estaba viéndome desde arriba.
-¿Qué quieres?- gruñí algo adormilada y abonbada por la temperatura que hacía dentro del auto.
-Ya puedes bañarte- anunció y pestañé abriendo grandes los ojos ante la noticia, pero por la ventana solo ví ruta y nuevamente me los tallé, encontrándome en la siguiente ventana con un río.
Esto no era cierto, no puede hablar en serio.
-No me ducharé aquí, ni siquiera hay ducha, es un
río- me quejé viendo con desconfianza el agua, Adonis chasqueó la lengua y sonrió.
-Pues mal por tí, porque si no te bañas aquí, no lo harás hasta el próximo motel- explicó y sacudí la cabeza diciéndole que no.
No me bañaré en un río, no soy una indigente...
No, pero eres una secuestrada- me recordó esa parte exceptica de mí y bufé reconsiderando el baño, creo que esta vez le daré la razón, aunque...
-¿Cuanto falta para el próximo motel?- pregunté, quizás haya una segunda oportunidad más adelante.
Él se lo pensó y aguardé en silencio conteniéndome de gritarle que se apresuré.
-Como tres días-dijo sin más.
-¡¿QUÉ?!-grité, esto no es real, no puedo estar tres días más sin bañarme. ¡Aún siento el pegote del café sobre mí!¡Maldito Rodo!
Él asintió afirmando y señaló mi ropa.
-¿Te desvistes o te desvisto
yo?-dijo mofándose de mi situación y me quité el zapato y se lo lancé.
Lo atrapó en el aire.
-Atrévete a tocarme un solo pelo y te corto las bolas, hablo en serio- lo amenacé.
-Veo que alguien se levantó con el pie equivocado-dijo con mostrandome su típica sonrisa maliciosa y el zapato -Ya báñate, ten- me lanzó una bolsa y una toalla.
Dejé la bolsa sobre mi regazo, la abrí y allí estaban el jabón y el shampoo que se robó del motel, pero también ropa y ropa interior femenina que más bien parecían hilos. La parte de abajo donde se supone que debería entrar mi trasero apenas se veía y la parte de arriba tampoco se quedaba atras, el sostén era completamente trasparente con algunos detalles de encaje negro que haría realzar mis pechos y enseñárselos al mundo.
La ropa también era muy demostrativa, estas constaban de una falda a cuadros como si fuera una colegiala y para arriba una pupera muy escotada de color blanco.
-No me voy a poner esto- le aclaré imaginando cómo se vería todo junto y ni siquiera la ropa interior me gustó.
Él puso los ojos en blanco y me arrojó mi zapato.
-¡Ya bañate!-se alejó y se sentó a la orilla del río -¡¿Y?!- gritó y cuando me acerqué, se me quedó mirando.
-Vete al auto- le ordené acomodando la ropa y la toalla en la orilla.
Él negó lentente con la cabeza mientras chasqueaba la lengua y movía el dedo índice de un lado a otro.
-No- dijo.
-Por favor- no puedo creer que le esté suplicando, pero ya me vio en topless, necesito al menos mantener una pequeña parte de mí en privado.
-O me dejas mirarte o me ducharé contigo-propuso y sacudí la cabeza, jamás se lo permitiría.
Odio que las personas me vean desnuda, la última vez que estuve así frente a alguien, nuestra relación no terminó nada bien y dolió más de lo que podría contar con los dedos.
Apreté fuerte los ojos y comencé a contar en silencio recordándome el plan y diciéndome que estoy fallando con esto de convencerlo y todo porque el idiota siempre encuentra maneras de fastidiarme y arruinarlo.
Tengo que tener más paciencia- concluí y solté todo el aire en un largo suspiro.
Me dí la vuelta para no tener que mirarlo y de espaldas a él, aunque podía sentir sus ojos puestos en mí, me quité la ropa, empezando por lo que él ya había visto y que no me molestaba mostrar. Me quité primero la campera sabiendo que vería mi espalda y no la cicatriz en mi vientre. Continué por el zapato que me quedaba, metiéndolo dentro de la bolsa para no olvidarlo y deslicé lentamente la falda tubo por mis piernas arrojandola dentro de la bolsa con el resto de la ropa sucia.
Ahora solo me quedaba la ropa interior que me dejé puesta hasta la orilla donde me quité el sostén y me metí al agua. Solté un grito, el agua estaba helada y sus carcajadas no tardaron en escucharse.
-¿Está fria?- me dieron ganas de salír del agua y partirle la cara de un fuerte golpe, es obvio que el agua está fria, maldito idiota.
-No, está hermosa- le dije fingiendo una sonrisa y hundiéndome hasta las rodillas.
Tomé el jabón y llevándolo conmigo aferrado a mis pechos me metí más en lo profundo, así el vuela sesos no me espiaba.
Lavé toda la parte de arriba sin detenerme demasiado en mis pechos para que él idiota no se excitara y me quité la ropa interior, pero como no supe dónde dejarla y no podía regresar a la orilla sin que el viera todo de mí, la hice una bolita y se la lancé dandole justo en la cara, pero a él no pareció importarle.
Todo lo contrario, el muy asqueroso olió mis bragas y empezó a desnudarce.
-¿Qué...qué haces?- él me ignoró y se quitó por completo la ropa.
Desvié la mirada a un lado, en estos últimos días había visto más su pene que el de cualquier otro y no necesitaba verlo de nuevo.
-¿No es obvio? Acepto tu invitación- se metió viéndome con una gran sonrisa y nadó hasta mí. -Te falta una parte ¿Quieres que te pase jabón por ahí abajo o prefieres que lo haga con los dedos?-susurró en mi oído y me quedé con la boca abierta.
Este tipo es un descarado.
¡Hola! El mensaje de abajo es viejo, pero no me atreví a borrarlo, no tengo la fecha exacta de la primera publicación de este cap, pero estaba contenta. Por lo general nunca uso tantos signos de exclamación ni de pregunta y me alegra que mi yo de hace unos años no tuviera ningún respeto por la ortografía ajjajaja a ella le importaba una mierda todo, no sabe que ahora me está dando un infarto cada vez que corrijo estos caps😂😂
¡¡Hola hola!!
¡¡¡¡¿Cómo están hermosuras?!!!!
¿Disfrutando de su fín de semana? ¡Pues yo sí! ¡¡Estoy muy felíz la historia ya tiene muchas lecturas!!
¡¡Gracias!! ¡¡Gracias!! ¡¡Gracias!!
No sé como agradecerles el apoyo enorme que me están dando
¡¡¡Los quiero!!!🖤❤️🖤
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro