La fiesta termino y todos se fueron marchando y despidiendo de mí.
Vinieron muchas personas significativas para mi empresa y eso me parece genial.
—Llevare a mamá—Dijo Kendall.
—Hasta luego, Chris—La abrace.
—Chao, Scarlett —Sonrió—Despídeme de mi hijo—Asentí.
Salieron de mi casa y Tristan bajo las escaleras.
—Oye, ¿Puedo quedarme hoy aquí? Ya sabes, Austin llevara a su novia y seria incomodo—Reí.
—Esta bien, hay mucho espacio—Se quito el saco y lo dejo sobre el mueble.
Se intentó quitar la corbata pero no podía.
—Yo te ayudo—Reí y me acerque a él.
— ¡Ya me voy, muñeca! —Grito Austin.
— ¡Nos vemos luego! —Grité y le quite la corbata a Tristan.
El sonrió mirándome, mordí mi labio inferior.
Él se desamarro el cinturón del pantalón y se lo quito lentamente.
— ¿Me ayudas con los botones? —Señalo la camisa.
Puse mis manos sobre su pecho y desamarre los primero botones, introduje mis manos debajo de su camisa tocando su cálida piel.
Él sonrió.
—Scarlett—Me llamó Jack.
Lo mire.
—Ya...Me iba—Me separe de Tristan.
—Te acompaño—Le dije y lo seguí a la salida.
— ¿Sabes que no puedo creer? —Dijo mientras caminábamos a la salida.
— ¿Qué? —Le pregunté.
—Que yo llevo un año insistiendo y tú lo conoces a el de un día y ya estas a sus pies... ¿Por qué no me dices que no quieres en tu vida y listo? —Suspire.
—Lo conozco desde mucho más tiempo que a ti y...No quiero que te vayas de mi vida—El rodo los ojos.
—Ya estamos grandes, Scarlett...Tienes veintiséis años deberías decirme las cosas en la cara—Fruncí mi ceño.
— ¿A qué te refieres? —Pregunté.
—Estoy enamorado de ti y te doy todas las indirectas que hay, pero tú las ignoras... ¿Yo no te gusto? —Tomo mi rostro entre sus manos.
— ¿Por qué no me habías dicho eso? —Le pregunte.
—No respondiste mi pregunta—Baje la mirada.
—Jack, yo solo te veo como un amigo—Él se separó de mí y asintió.
Salió de la casa.
—Maldición—Murmure dirigiéndome a la sala pero Tristan me asusto ya que estaba parado justo atrás de mí. —Me asustaste—Tome mi pecho.
—Te lo dije, le gustas—Lo mire y estaba enojado.
—Yo no lo sabía—Le dije.
—Eres muy ingenua—Fruncí mi ceño.
—No soy ingenua—Le dije enojada.
Me dirigí a las escaleras enojada.
—Espera—Lo escuche. —Solo estoy enojado...No quería decirte eso—Me gire y lo mire.
— ¿Por qué dudas de mí? —Le pregunté incrédula.
—Lo siento—Subió las escaleras hasta mi—Yo nunca he sentido esto por alguien...No te enojes—Me sonrió.
Asentí.
—Ayúdame a terminar de cambiarme—Reí y termine de quitarle los botones, pude ver su formado cuerpo y se nota que hizo ejercicio en la cárcel. — ¿Te estas divirtiendo? — Mire sus ojos.
—Si—Sonreí, él se la termino de quitar y me abrazo.
—Yo te ayudare con ese vestido—Me cargo y yo reí.
Abrió la puerta de mi habitación y me puso en el piso.
Me puse de espaldas a él para que bajara la cremallera.
Él la bajo lentamente.
Deje que el vestido se deslizara por mi cuerpo y lo levante del piso.
Lo puse sobre mi escritorio.
—Lindo trasero—Me gire para mirarlo—No lo pude evitar—Sonrió.
—Cállate —Sonreí y me dirigí al armario para vestirme.
—No, no, no y no—Me alejo del armario.
— ¿Qué? —Le pregunté.
El soltó mi pelo y yo lo moví un poco.
Acaricio mi mejilla y se acercó a mí.
Sus labios chocaron con los míos delicadamente y mi pulso se aceleró instantáneamente. El beso se volvió acelerado a los segundo.
El tomo mi cintura y me cargo, rodee mis piernas en sus caderas y se dirigió a mi cama.
Me acostó lentamente sobre ella sin dejar de besarme y beso mi cuello.
Mi móvil empezó a sonar cuando empezó a succionar.
Gemí.
—Debo...Contestar—Le dije a Tris.
—Puede esperar—Paso su lengua por mi cuello y yo gemí de nuevo.
—No, solo dame un segundo—Se quitó y agarre mi teléfono, es mamá. —Hola, mamá—Le hice una seña a Tris para que hiciera silencio, el sonrió.
—Hola, hija. Estoy en camino para tu casa, ya que no pude ir a la fiesta—Me dijo.
—No, mamá. Tranquila—Le dije.
—No, iré...Estoy por llegar—Colgó.
—Mamá viene—Le dije—Vístete—El hizo un puchero.
—Espera un rato más—Se acercó a mí y me pare.
—Vístete—El sonrió. —Tengo algunas camisas de Jack aquí—Busque en el armario y saque una.
Lo mire y estaba enojado.
— ¿Por qué tienes camisas de Jack? —Preguntó.
—Las deja a veces—Lo mire.
El gruño y se la puso.
Me vestí rápidamente con mi pijama.
Tocaron el timbre y mire a Tristan que seguía enojado.
—No te enojes, prometo que solo es mi amigo—El mordió su labio.
— ¿Lo prometes? —Yo asentí. — ¿Sigues siendo mía? —Asentí de nuevo.
El sonrió.
Baje las escaleras y le abrí la puerta a mi padres.
—Hola, hija—Me abrazaron.
— ¿Cómo están? —Les dije cerrando la puerta.
—Muy bien ¿Ya ibas a dormir? —Pregunto papá.
—No, para nada. —Tristan bajo las escaleras y mis padres lo miraron. —Él es Tristan—Les dije.
—Se me hace conocido—Dijo mamá.
—Fue mi amigo hace bastante tiempo, seguro es eso—Mamá asintió.
—Seguro—Rio.
—Mucho gusto—Le extendió la mano a papá y el la tomo.
—Lindo chico—Dijo mamá.
Él se puso a mi lado.
—Te contare todo sobre nuestro viaje a África—Dijo mamá.
Suspire y me senté en el mueble con Tristan.
Sería una larga noche.
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