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Capítulo 20

Era la situación más incómoda en la que he estado, estaba demasiado nerviosa...Su tatuaje es por mi ¿Por mí?

—Yo...Lo siento, creí que bromeabas—Se disculpó Austin. —Ya me voy—Agarró su mochila dandome una ultima mirada y salió de la casa.

Mi corazón estaba muy acelerado y que me mirara así me ponía más nerviosa.

— ¿Por mí? —Me digné a preguntar al ver que no diría nada.

—No quiero hablar de eso, tengo cosas que hacer—Se dirigió a la habitación.

—Espera, Tris—Tomé su enorme brazo y él se giró a verme, me acerqué a él y su respiración estaba más alterada.

— ¿Tris? —Murmuró por el mote que había utilizado—Mí madre es la única que me puede llamar así.

—Lo siento...No quería...—Me interrumpió.

—Ella y tu—Me acerqué más a él y tomé su cuello para que bajara más hacia mí.

Besé sus labios pero él se separó.

—No—Mordió su labio.

—Sí—Me volví a acercar a él pero él se alejó.

—Ya dije que no—Suspiré.

—Once...Cinco me mandó a buscarte —Habló Seis y él asintió. Me miró de nuevo mordiendo su labio inferior.

—Ve a la habitación—Asentí y me dirigí a la antigua habitación.

Odio este lugar.

Luego de varios minutos escuché gritos de Tristan en la habitación de alado.

Eran tan fuertes.

Tengo que ver qué pasa.

Abrí la puerta de la habitación y escuché que los gritos no eran de la habitación de alado. Venían de la habitación donde me castigaron por primera vez.

Entré y vi a Cinco darle latigazos mientras él estaba amarrado, su tatuaje estaba cubierto por un especie de tela gruesa, supongo que para que no tocaran esa zona.

En la habitación estaba Siete, Seis y Uno.

Verlo sufrir así... ¡Joder!

Está siendo castigado por mí, por estar conmigo...Yo soy su pecado.

Me arrodillé en el piso observándolo mientras mis mejillas se empapaban por las lágrimas.

Lloro por mi secuestrador, me gusta mi secuestrador, me besé con mi secuestrador... ¿Qué está pasando conmigo? Yo no era así.

Observar su sufrimiento me hace sentir tan mal.

—Once, creo que ya es suficiente—Dijo Cinco...Parece no querer hacer esto.

—No lo es...Remueve mis pecados, hazlo por las veces que yo te he hecho lo mismo.

—Te voy a terminar matando, Once—Habló Cinco en un hilo de voz.

Tristan no tenía ni fuerza y eso me causaba tanto dolor.

Siete lo desamarró y lo ayudó a sentarse haciendo que conectara su mirada con la mía.

— ¿Por qué esta aquí? —Susurró sin fuerzas.

Todos se giraron a mirarme.

— ¿Qué haces aquí? —Preguntó Uno enojado.

Se dirigió a mí y yo solo observé a Once.

Uno me agarró el brazo levantándome del piso.

—Déjame...Yo sé el camino—Salí de la habitación para seguir llorando en la habitación.

DOS DÍAS MÁS TARDE

Ya no podía soportar no verlo...Quiero saber cómo está pero no ha venido.

Entran a mi habitación y veo a Cinco.

—Hola—La saludé cuando dejó mi ropa en la mesa.

—Hola—Respondió e iba a salir.

—Espera—Ella me miró— ¿Tristan está bien?

— ¿Por qué haces como si te importara? —Habló enojada cruzandose de brazos.

—Porque sí me importa—Confesé.

Ella mordió su lengua y suspiró.

—Ven—Me llamó.

Fruncí el ceño.

—Que vengas—La obedecí y salimos de la habitación.

Me llevó a la habitación de Tristan.

—Unos minutos—Asentí y entré.

Vi a Tristan acostado en su cama.

Me miró confundido.

— ¿Qué haces aquí? —Preguntó finalmente.

—Cinco me dejó venir—Se veía terrible.

—Eso es raro—Me acerqué a él y tomé su mano.

—Lo siento tanto—Intentaba no llorar...Pero mis ojos cristalizados me delataban. —Yo no quería...Yo no quería lastimarte, Tris—Mordí mi labio aguantando un sollozo.

—No me lastimaste, Scarlett... Me hiciste más fuerte—Acarició mi mano. —Yo debía ser castigado... Rompí una de mis propias reglas—Limpié las gotas que caían por mis mejillas.

— ¿Estas enfadado conmigo? —Él negó con la cabeza.

—Pero creo que debo detenerme... Ya no puedo volver a besarte, ni coquetearte...Ni nada, Scarlett—Suspiró—Me gustas demasiado pero eso me está matando...—Lo interrumpí levantándome y alejándome de él.

¿Cómo se atreve a decirme eso? Eso me está matando a mí y que me diga que le gusto me va terminar de consumir.

Soy tan estúpida por pensar que puedo estar con mi secuestrador...Soy tan estúpida.

—Scarlett—Me llamó pero yo no me giré porque vería lo mucho que me duelen sus palabras.

Limpié las lágrimas que salían sin parar de mis ojos.

—Por favor, Scar...No me hagas esto tan difícil—Lo miré.

—Ya me tengo que ir —Avisé.

—Scarlett—Suplicó haciendo que algo dentro de mi se rompiera.

—No, Tristan...Ya para, me gustas demasiado y que digas que yo también te gusto hace que me gustes más, pero me rompe el corazón tan solo pensar que no estés conmigo...Me llena de coraje, Tristan. Estoy tan enojada conmigo por permitir que esto sucediera—Solté rápidamente.

Escuché un disparo y luego otro...Gritos.

Observé a Tristan buscando una respuesta, él se levantó rápidamente y se puso un pantalón, abrió un cajon y agarró una pistola.

Salió de la habitación y yo lo seguí.

Habían cinco chicos con armas y los chicos aparecieron junto a nosotros.

—Es ella, chicos—Me señaló uno de los chicos y seguido de eso Tres le disparó.

Empezaron a disparar y yo me empezaba a desesperar.

Los chicos lograron quitarles las armas y los agarraron poniéndolo delante de Once.

— ¿Qué quieren? —Habló enojado.

—A ella—Me miró uno de los tres chicos que quedaban vivos.

— ¿Quién te mandó? —Preguntó Once.

—Ella vale mucho...No necesito que alguien me mande—Cerré mis ojos cuando Cinco le disparó.

Creo que algo de sangre llegó a salpicarme.

— ¿Nos volvemos a encontrar? —Le dijo Cuatro a uno de los chicos.

— ¿Dos? —Preguntó Once.

—Dejé de ser Dos hace mucho tiempo, Once...Soy Carlos—Escuché la risa de Uno.

— ¿Quieres robarnos el trabajo? —Habló Uno con sarcasmo.

—Puede ser...Pero no soy el único que quiere a tu trabajito—Lo miré.

— ¿A qué te refieres? —Preguntó Tristan y apuntó su cabeza.

—Tu sexy y hermosa secuestrada cuesta mucho...Su familia cada vez es más millonaria —Carlos hizo un rápido movimiento y tumbó a Tristan al piso.

Lo empezó a golpear y los chicos golpeaban al otro chico.

No sabía que hacer...Estaba asustada. ¿Por qué nadie ayuda a Tristan?

Vi a Tristan y el chico lo apuntó con una pistola, entre en pánico y al ver que nadie iría a defenderlo agarré la pistola de Cinco que estaba en el piso. Apunté la cabeza de Carlos y sin pensarlo disparé.

Él cayó al piso y todos dirigieron su mirada hacia mí... ¿Qué hice?

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