Capítulo 2
Cerré los ojos tratando de soportar el ardor que provocaba el alcohol en mis heridas, una lágrima salió de mi ojo y Ethan me miró disculpándose. Desde el momento en el que entramos a la habitación me indicó que me pusiera ropa más cómoda y que me sentase en la cama mientras él iba por el botiquín para curar mis heridas.
— Lamento que esto haya pasado, no puedo creer que ese idiota haya dejado que esto pasara.
— El me odia Ethan— negué con la cabeza— No entiendo porqué tiene que ser él quien este pendiente de mi, no entiendo porqué no me vigilas tú.
— Me gustaría Dani, pero el jefe no me deja.
— Esto es horrible, no entiendo porqué me tienen acá encerrada, ya van seis años.
El me miró y no dijo nada, y siempre era así, siempre que yo decía algo acerca de mi secuestro el se quedaba callado, ya que si decía algo probablemente sería lo ultimo que dijese.
— Voy a hacer algo por ti, para que no enloquezcas.
— ¿Que cosa?— dije emocionada.
— Voy a traerte una televisión, con cable y todo eso.
— ¿En serio? ¡Eso es genial!— lo abracé— Eres increíble.
— Lo sé, lo sé.— sonrió — Además hablaré con James, no dejaré que esto suceda de nuevo, ¿vale?
— Gracias.— sonreí.— Por todo.
— Ahora ve a descansar, ¿si? Te traeré en la mañana algunos analgésicos para el dolor.— dijo saliendo por la puerta de la habitación y colocando el seguro.
Me metí en las cobijas, en realidad me enrollé en estas, cerré los ojos y entonces ocurrió, estaba llorando y no podía controlarlo, de todos los días que llevaba encerrada acá este había sido el peor de todos, ni siquiera el día que me habían secuestrado había sido tan horrible como este. El llanto me agotaba y cuando me di cuenta ya me había quedado dormida.
Desperté gracias al calor que estaba haciendo, al sol que se filtraba a través de la persiana y al dolor que me generaban los golpes, estiré la mano para tomar el reloj que se encontraba en la mesa de noche, abrí mis ojos con dificultad para ver la hora y mi sorpresa fue enorme, eran las once de la mañana.
— Maldición.
Me levanté de la cama y vi los analgésicos que Ethan había prometido junto a un vaso con jugo y una nota.
"Espero que hayas descansado lo suficiente, ahí te dejo los analgésicos y en la tarde vengo a instalar el televisor, puedes bajar a desayunar o a comer algo si quieres, el cuarto no tiene seguro. Ethan" Sonreí inconscientemente al leer la nota, Ethan se comportaba muy bien conmigo.
Me coloqué una sudadera para ir a desayunar y luego me bañaría, me miré al espejo y mi aspecto era deprimente, tanto mi ojo como mi labio estaban demasiado hinchados, salí emocionada y me dirigí hacía la cocina.
— Buenos días — dije en cuanto vi a la cocinera. Martha era la señora encargada de la cocina, y del aseo de la casa en general, era un señora de mediana edad y muy amable.
— Hola Danielle, hace mucho no te veía — dijo sonriendo tiernamente. — ¿Que te ocurrió en el rostro?
— Me caí — dije sentándome en el taburete de la cocina.
— ¿Te caíste? — elevó una ceja — Fue James, ¿cierto?
— ¿James? No, ya te dije fue un accidente.
— Haré como que te creo. — suspiró — ¿Quieres pancakes, fruta y jugo para el desayuno?
— Si, por favor.
Martha me sirvió el desayuno, y salió de la cocina ya que tenía que arreglar la casa porqué habría visitas. Desayuné y lave los platos que había ensuciado pero cuando iba a salir de la cocina una figura masculina apareció frente a mi.
— Danielle — susurró y el aliento a alcohol entro por mi nariz.
— Hola.
— ¿Cómo estas? — dijo tomando mi rostro entre sus manos.
— Bien James, si me disculpas tengo que ir a bañarme.
— No. — acercó su rostro al mío. —Es mi culpa que tengas el rostro destrozado, no sabes como lo siento.
¿Se estaba disculpando? Era más que obvio que estaba demasiado borracho.
— No pasa nada, sé que me odias.
— ¿Odiarte?
— Si — suspiré .
— Yo no te odio — balbuceó las palabras. — Eres exasperante, pero no te odio, hasta me pareces atractiva. — dijo acercando sus labios a los míos generando un pequeño roce.
— James — susurré y el junto más nuestros labios.
— ¿Danielle? — gritó Ethan entrando por la puerta haciendo que nos separáramos. El nos miró divertido, y yo solo sentía que mi rostro se estaba tornando rojo, no podía creer que mi primer beso iba a ser con James.
— ¿Vigilas a Danielle? — preguntó James. — Creo que estoy demasiado borracho y no podré hacerlo.
— Claro — se encogió de hombros. James salió de la cocina caminando de lado a lado, mientras yo intentaba tranquilizarme por lo ocurrido hace unos instantes. — ¿Que ocurrió?
— ¿De qué o qué?
— No te hagas la tonta, yo te vi.
— No pasa nada Ethan. — me encogí de hombros.
— No puedo creer que el te fuese a besar así llena de moretones e hinchada — se rió. — Pero en fin, vamos a instalar el televisor en tu cuarto.
— ¿Lo trajiste?
— Claro que si, te lo prometí, además el jefe me lo permitió.
— ¿Cuando conoceré al jefe?
— Cuando el quiera — se encogió de hombros. — Ahora, vamos, creo que ya lo debieron subir a tu habitación.
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¡Hola! Acá el segundo capítulo, espero les haya gustado y pronto se vienen más cosas, ¡Nos leemos pronto! Un abrazo. <3<3
pd: se que el primer capitulo tiene algunas incoherencias, pero pronto las corregiré.
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