Capítulo 10
Una rara sensación se instaló en mi estómago, me sentía nerviosa y a la vez preocupada. Eran casi las doce de la noche y James aún no llegaba, sé que era estúpido pero estaba preocupada por el, me levanté de la cama rápidamente y me dirigí a prepararme un café. Además de la preocupación también estaba nerviosa por lo que había ocurrido en la tarde. Y como si lo hubiese llamado con el pensamiento, el apareció.
—Hola— murmuró y se sentó en el sofá.
—Hola— sonreí—¿Quieres café o algo?
—Me encantaría—dijo y yo le tendí una taza—Gracias, ¿Cómo te fue con Ashley?
— Bien—sonreí y me senté junto a el— ¿Y tu que hiciste? ¿Cómo te fue?
—Yo—carraspeó con la garganta—Estuve haciendo unas diligencias y se me hizo tarde.
—¿Puedo preguntarte algo y prometes no enojarte?— el asintió—Cuando esas chicas fueron a la casa, el día que me golpearon, ellas dijeron que tu vendías mujeres, ¿eso estabas haciendo?
—No— respondió rápidamente— Eso lo hice un par de veces, y no es que yo las vendiera, era un intermediario.
—¿De la persona que me tiene secuestrada?
—No, el sería incapaz de hacer eso.
—Pero me tiene secuestrada—murmuré— En fin, no vendes mujeres.
—Exacto, no lo hago— cerró sus ojos.
—¿Te acostaste con ellas?
—Sí, pero fue hace mucho- se encogió de hombros.
No sabía que decir, ni mucho menos que hacer, en si, no entendía el porqué había hecho esa estúpida pregunta. A mi no me importa sí se acuesta con ellas, o sí. Quisiera golpearme por no saber cerrar la boca, ya había pasado por momentos así de incómodos.
—¿Recuerdas nuestros planes de mañana?— dijo después de unos minutos de silencio.
—No me dijiste cuales eran.
—Es por que son sorpresa tonta.
—Si los recuerdo.— reí
—Entonces nos vemos mañana—besó mi frente—Buenas noches.
—Buenas noches—dije sonriendo tontamente.
(...)
Mi mirada seguía perdida en la carretera, nunca había ido muy lejos, y una parte de mi estaba preocupada por saber a donde me llevaba James. La noche anterior había sido un caos, yo realmente no había podido dormir, me estaba dejando confundir demasiado, en un momento James se comportaba como un idiota pero luego era amable conmigo y eso me molestaba, prefería que se comportase siempre de una sola manera. Una parte de mi estaba segura que si empezaba a sentir algo de atracción hacía el era por el maldito encierro al que estaba sometida, por que probablemente si yo estuviese teniendo una vida normal en la ultima persona que me fijaría sería en el.
—¿Estas bien?
—Si, ¿porqué?
—No sé es que generalmente hablas mucho.
—Creí que te molestaba eso.
—En parte, pero me molesta más que no hables.
—Entonces hablaré—sonreí—James, ¿Tu crees que algún día me liberaran?
—No lo sé Dani, yo soy un simple guardaespaldas.
—Me alegra no ser como los secuestrados que viven tras una reja—suspiró—pero de verdad necesito recuperar mi vida, mi familia.
—Todo va a estar bien—dijo sin despegar su vista del camino—Por fin llegamos.
Miré por la ventana y nos encontrábamos frente a un parque de diversiones, quise gritar de la emoción, la única vez que había visitado uno fue a los tres años y no lo recuerdo, lo sé porque ví unas fotos que tenía en mi habitación antes de estar secuestrada.
—Esto es genial—grité y el rio— Hace años no visitaba uno.
—La vamos a pasar genial, pero espera me estaciono Dani.—dijo divertido al ver mi intención de bajarme del auto rápidamente.
En cuanto se estacionó bajé rápidamente, y prácticamente corrí hasta la entrada, estaba demasiado emocionada, y mi querido acompañante lo notó motivo por el cual también se dirigió rápidamente a la entrada.
—Esto es genial—dije y el solo rió. Se acercó a la taquilla y compró los dos brazaletes que nos darían acceso a todo el parque.
— Muy bien, vamos.—dijo tomando mi mano y caminando hacía la entrada. En ese lugar el chico encargado nos colocó los brazaletes y los validó, de esta forma pudimos entrar, quería gritar de la emoción.—¿A donde quieres ir primero?
—A la montaña rusa— grité emocionada.
(.....)
Llevábamos aproximadamente seis horas en el parque de diversiones, y a decir verdad yo estaba realmente emocionada y aunque en ocasiones James recibía llamadas que le cambiaban el humor, volvía a ser amable conmigo.
—¿Quieres comer algo?
— Si, ¿y tu?
—También— se encogió de hombros—Pero no acá, vamos a un restaurante cercano.
—Claro.
Salimos del parque y nos dirigimos hacia el parqueadero, subimos al auto y arrancó el auto hacia un restaurante que supuestamente era cercano, pero la realidad era otra, el restaurante era algo alejado. En cuanto llegamos pude ver que llegamos a un sitio no tan elegante pero no tan común como un McDonalds.
—No sé si estoy vestida para este sitio.
—Estas perfecta, como siempre—sonrió y tomó mi mano para entrar. En cuanto llegamos a la entrada, su celular recibió una llamada y se alejó de mi, no sin antes indicarme que pidiese una mesa para dos personas.
—Hola— dije tímidamente.
—Hola linda, ¿En que te puedo ayudar?—dijo un chico bastante atractivo.
—Necesito una mesa.
—¿Mesa para una, Linda?—sonrió—¿O necesitas compañia?
— Para dos—dijo una voz firme a mis espaldas.— Y no, no necesita tu compañía, por que esta chica esta conmigo.
—¿Eso es cierto?— preguntó desafiante.
— Si—respondí rápidamente—Estamos juntos.
—Síganme—dijo el mesero, y en el camino James entrelazo nuestras manos.
—Gracias— dijo James en cuanto llegamos.
—¿Que desean ordenar?— dijo una chica en cuanto nos sentamos.
—Yo quiero un filete y una limonada— hablé rápidamente, en verdad me estaba muriendo del hambre.
—¿Y tu guapo?—pregunto sonriendo.
—Yo quiero lo mismo que mi chica, y añádele una porción de papas.
—Esta bien, en un momento— dijo un poco molesta y se fue.
—¿Tu chica?— dije divertida.
—No tenía ganas de coquetear—se encogió de hombros.
—Si tu lo dices— reí. A los pocos minutos regresó la chica con nuestra cena, de mala gana me la dio a mi, pero en cambió a James se la sirvió bastante coqueta, quería reír y gritarle que no fuese tan regalada pero eso solo subiría el ego de mi acompañante.
—Buen provecho— dijo James antes de empezar a comer.
—Buen provecho— sonreí.
El resto de la cena fue divertida, aunque nosotros nunca habíamos tenido la perfecta relación, o mejor dicho la mejor convivencia, los últimos días habían sido únicos, y más que todo el día de hoy. James se había comportado como un caballero y me encantaba la ídem, adoraba saber que el no era solo un secuestrador, sino que también tenía sentimientos.
En estos momentos nos encontrábamos en el auto camino hacía casa, estaba realmente agotada, y solo quería colocarme la pijama y acostarme a dormir a pesar que no eran ni las nueve de la noche. En cuanto llegamos subí casi corriendo al departamento y me cambié, aunque mi ropa del día de hoy era cómoda yo era de las que creían que no existe nada como estar en pijama.
Me encontraba en la cocina preparándome un té, ya que este me ayudaba a dormir, no sabía donde se encontraba James y en verdad no tenía cabeza para pensarlo, estaba demasiado cansada.
—Hoy la pasé bien—dijo James haciéndome sobresaltar—¿Te asustaste?
—¿Tu que crees?— dije girándome y encontrándome con su mirada profunda y su rostros muy cerca al mio.— Obviamente me asustaste, no debes aparecerte así.
—Quería asustarte— rió y yo sentí como mis piernas flaqueaban nunca le había escuchado una risa tan real.— ¿Cómo la pasaste hoy?
—Fue increíble — sonreí.—De verdad muchas gracias por todo, hoy fue un día inolvidable.
—Para mi también, hace mucho no lo pasaba bien.
Yo no sabía que decirle, tenerlo tan cerca me ponía demasiado nerviosa, y más cuando usaba esas camisas tan ajustadas a su increíble cuerpo.
—Gracias por hoy— dije nerviosa.
—No hay de qué Dani—dijo acercando su rostro al mío.—¿Sabes algo?
—¿Que cosa?
—A la mierda las reglas—dijo y me besó rápidamente, me tomó unos segundos asimilar la situación pero le pude seguir el ritmo, el beso fue apasionado, al parecer era algo que ambos queríamos, ya que la pasión exploto. Rápidamente sentí como me subió sobre la barra de la cocina y como mis piernas se abrieron para que el se posará ahí y nuestro beso siguiera, estaba apunto de quitarme la camiseta pero su celular sonó lo que hizo que nos separáramos.
—¿Alo?— dijo sin alejarse de mi— ¿Que mierdas quieres Ethan? ¿Qué?—dijo molesto y finalmente se alejó de mi.
— Buenas noches— murmuré incómoda.
—Me importa una mierda- dijo alterado al teléfono y finalmente me miró para murmurar un buenas noches Dani y finalmente se retiró para su habitación dejándome ahí sumida en mis pensamientos, terminé de preparar mi té, aunque en verdad sabía que con lo sucedido anteriormente se me haría más difícil dormir.
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¡Hello! Acá tenemos un nuevo capítulo, es medio largo y quizá algunos lo encuentren aburrido, pero en fin, estaré actualizando más seguido ya que tengo tiempo, espero les guste y que me ayuden con un voto, ¡Muchas gracias! ¡Nos leemos pronto, un abrazo!
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