Vi como a Allan le trajeron un trozo de pan para comer y a mí y a Bella nada, me moría de hambre y de sed, como Bella y Allan, pero me merecía algún favorcillo por parte del Gran Jefe, pues yo ya había elegido.

Unas horas más tarde, Jennifer, fue a la celda de Bella y Allan llevándose a Bella con ella, me asusté por lo que podría hacerle el Gran Jefe, pues él, cuando se refiere a los castigos no miran los sexos de la gente, le dan igual si castigan a un chico o una chica, el castigo va a ser de la misma intensidad.

Luego, unos minutos más tarde, Jennifer fue a mi celda.

- Agente Himin, ¿qué está pasando?- Pregunté a Jennifer.

- Sólo te puedo decir que el Gran Jefe me ha dado órdenes de sacarte de la celda y llevarte a comer algo-. Respondió sin perder la compostura delante de Allan.

No me extrañó, lo extraño de todo esto es por qué no me dejó salir antes, no dejarme ahí encerrada como una rata de alcantarilla. Me desató y me llevó a mi habitación, me gustó sentir de nuevo el tacto el agua chocando con mi piel y también la comida que me llevó Jennifer a la habitación estaba muy rica.

- ¿Qué ha pasado con Bella?- Pregunté a Jennifer que me estaba mirando con cara de asombro al engullir tan rápido mi plato de sopa.

- El Gran Jefe la ha echado de la agencia, la razón es por lo que le hizo a él-. Respondió recogiéndose el pelo en una coleta.

- A sido lo mejor que le ha podido pasar, y más, con lo que se avecina-. Al decir esta frase, Jennifer me miró extrañada, como si no entendiera la razón por la que decía aquello-. Sólo dime si estás conmigo-. Añadí al ver su reacción a la frase anterior.

- No estarás pensando en montar una rebelión en...-. La interrumpí.

- ...contra del Gran Jefe, ¿estás conmigo?- Pregunté.

- Mi respuesta es afirmativa, es hora de que pague por lo que le hizo a mi sobrina ese mal nacido-. Respondió, a lo que sonreí satisfecha.

- Ahora he de ir a soltar a Allan, me debe un favor-. Dije mientras me iba corriendo por los pasillos.

Al llegar a los calabozos con las llaves en mi mano, no dejaba de pensar en lo que le diría a Allan para que se uniera conmigo, claro está, tenía que reunir a más gente, pero gente que estaba descontenta por los malos comportamientos del Gran Jefe, así lo podríamos derribar, mil personas contra una persona tenía un porcentaje muy elevado de ganar. Me paré en frente a la celda de Allan, cuando vio que alguien se paró, levantó su rostro, un rostro que se tornó sorprendido por mi repentina visita.

- No sé lo que está pasando fuera, pero no puede ser nada bueno-. Dijo en cuanto me vio.

- Digamos que a Erick le viene su puesto muy grande-. Dije con una sonrisa pícara.

Entré a su celda, le cogí de la barbilla y le obligué que me mirara, en esos momentos algo se me removió en el estómago, pero no le di mucha importancia.

- ¿Cómo pudiste hacerme eso?- Pregunté casi con lágrimas en los ojos.

- Hay cosas que no las entenderías, pero te puedo decir algo, y es que ese te quiero que te dije en mi casa, ¿recuerdas? Pues lo decía de verdad-. Dijo mirándome.

- No me digas eso, no me lo voy a creer, ya no soy tan ingenua-. Dije apartándome de él.

- Tienes razones para no creerme, pero digo la verdad-. Se excusó.

- Yo ya no sé en qué creer, ni sé si debo creerme de mí misma-. Espeté.

- Dime que es lo que quieres hacer, te ayudaré-. Dijo cambiado de tema.

- Contaba con tu ayuda desde el primer momento-. Miré para otro lado para ordenar mis pensamientos-. Ayúdame a montar una rebelión en contra de tu hermano, cuanta más gente, mejor.

Allan se cayó y miró para otro lado-. No me digas que te vas a rajar-. Bufé-. Gallina...

Me miró con una mirada retadora-. Cuenta con Jimmy-. Añadió tras darle un último sorbo a su bebida.

- ¿Quién es Jimmy?- Pregunté.

- Un antiguo amigo mío-. Contestó.

- ¿Es cómo tú?- Volví a preguntar.

Él se rió y le acompañé hacia una cabina de teléfono en la calle, pues en la agencia no podíamos tener móviles, tras echarle una moneda prestada por mí y teclear unos cuantos números, el tal Jimmy contestó.

- ¿Quién me llama a estas horas de la noche?- Preguntó con voz furiosa ese chico.

- Jimmy, soy yo, Allan-. Contestó Allan con una sonrisa.

- Joder tío, me has interrumpido mientras estaba con mi chica en la cama, y no precisamente durmiendo-. Dijo ese chico al otro lado de la línea, lo podía escuchar todo porque gritaba mucho.

- Tío, ¿puedes quedar en el bar de la esquina cerca de una agencia? Tengo que contarte una cosa en el que te hará artífice-. Preguntó Allan.

- No, si quieres quedar cerca de ella dichosa agencia, tiene que ser en el parque que hay al lado-. Contestó un poco molesto-. Pero no tiene que ser ahora, pues quiero terminar lo que he empezado-. Añadió riéndose.

- Vale, mañana por la mañana a las 10:00h en ese parque-. Concluyó Allan y luego colgó.

- Ese chico grita mucho y es muy obsceno, a nadie le interesa si estaba o no haciendo lo que esté haciendo-. Dije un poco incómoda.

Tras ello nos fuimos a dormir a nuestras respectivas habitaciones.

Al día siguiente me levanté a las 09:00h para poder estar puntual, me aseé y me vestí. Al abrir la puerta me encontré con Allan.

- ¿Qué estás haciendo aquí?- Pregunté asustada.

- Jimmy traerá algo ara desayunar y he venido a recogerte, como un caballero-. Dijo todo orgulloso de lo último que dijo.

Lo miré mal y nos fuimos para aquel parque, al llegar, ahí estaba, un hombre guapo, alto, con una gorra y una bolsa con tallos en las manos, al ver a Allan, dejó la bolsa en el banco y lo abrazó, se notaba que hacía mucho tiempo que no se veían.

- ¿Qué tal? Asesino ladrón-. Preguntó riéndose Jimmy.

- Pues bien, huyendo de los cacos, como siempre-. Contestó riéndose y con una pizca de orgullo.

Jimmy me miró-. Allan, ¿quién es esa chica que te acompaña?- Preguntó curioso pero a la vez con morbo.

- Es la que me hizo llamarte-. Contestó mirándome con la mirada con la que me miraba antes.

- Sí, soy Juliet, y según Allan te necesitamos-. Dije seriamente.

- ¿Para qué me quieres?- Preguntó con un gesto serio en su rostro.

- ¿Conoces a Erick? Más conocido como el Gran Jefe, el jefe de la agencia-. Pregunté sentándome en el banco.

- Sí, es el hermano de Allan-. Contestó sin cambiar su rostro.

- Quiero comenzar una rebelión contra él, creo que es el momento de que pruebe de su propia medicina, que pago por todo el sufrimiento que ha causado a todos los agentes, se lo merece-. Relaté.

- Y ahí es donde entras tú, Jimmy-. Intervino Allan.

- Queremos que entres en la agencia, que te hagas su amigo, alguien en quien confiar y todo lo que te diga nos lo trasmites por cartas-. Le expliqué a Jimmy.

- Cuando tengas algo que lo podremos utilizar en contra de él lo que tienes que hacer es quedar en este mismo banco cuando lo digas o lo creas necesario y que nos lo transmitas por carta, cuando nos lo des, te piras y nos quedamos nosotros leyéndola, luego esa carta será quemada aquí, en este mismo banco, ¿te parece bien?- Preguntó Allan con una voz segura y seria, nunca lo había visto de esa manera, aquello me puso los pelos de punta.

- Todo entendido, esta misma tarde llegaré, no, mejor, llegaré ahora para buscar trabajo, si os parece bien, claro está-. Dijo Jimmy.

- Como quieras, eso ya lo decides tú-. Le contesté.

Después de esa larga charla con Jimmy, nos fuimos a pasear para ver cómo Jimmy se metía sin ningún problema en la agencia. Mientras, nosotros estábamos paseándonos por aquel parque con un silencio muy incómodo.

- Estos dos días, cuando estaba atado de manos a lo alto, me he dado cuenta de que mis sentimientos hacia ti...-. Le interrumpí.

- No quiero hablar de esto ahora, Allan-. Dije molesta.

- Pero yo sí quiero hablar sobre esto-. Dijo intentando explicarse.

- Pero yo no-. Le grité mientras me paré en seco-. No quiero ser la misma tonta que ayer fui, no quiero volver a mi pasado, ahora no-. Dije mientras miré al banco donde quedamos con Jimmy-. Allan, mira hacia el banco-. Le dije a Allan.

Al mirar los dos, Jimmy nos hizo un gesto con la gorra y así entendimos que él estaba dentro, todo estaba saliendo como en un principio lo había planeado.

 Escrito por Swiftie5sos13