Capítulo 10
Baek ya nos había dado las posiciones por lo que estábamos adentro de la cancha a la espera de que los árbitros del el Okey y que empiece el segundo set.
-Concentrate Tn- dijo Elle con un deje de burla- si lo haces bien, luego de esto te dejaré que vayas a esa cita.
- ¡Que no es una cita!- respondí algo alterada y sonrojada- es sólo una salida para devolverle el favor por ganar la carrera- expliqué inflando los cachetes enojada.
- Me suena más a una cita- respondió Lisa.
- Si, ustedes dos solos, adolescentes hormonales yendo a tomar un café- agregó Suna.
- Dejen de molestar Y concentración en el partido!!- fija ya sin poder verlas, escuchaba sus risas de victoria burlándose de mi.
Dirigí mi mirada hacia las gradas, aún el pelinegro no había aparecido. Solté un suspiro y frunci el ceño. ¡parezco una colegiala enamorada! En teoría iba al colegio, pero apenas conocía al chico.
Mire cuando el árbitro principal fue a su puesto y se colocó el silbato en la boca. El tiempo paso al igual que los puntos se fueron dando, el marcador estaba muy parejo y ellos tenían a una chica que hacía remates buenos dados hacia las líneas laterales.
Estábamos 23 a 24 abajo. Un sólo punto faltaba para que ellas ganarán el set. Elle salió para cambiar con la libero, ellas tenían el saque. Para mala suerte nuestra, la pelota fue flotaba y Myong por más que logró recibirla, esperamos que se desviara. No logramos alcanzarla.
Fuimos a los bancos a descansar un poco. Mire al equipo contrario quienes festejaban y descansaban un poco.
-¿Es nueva verdad?- pregunté en voz alta.
- vino de Japón- respondió Eliz al escucharme, todas volteamos a verla, prestando atención- jugaba en la Liga profesional y a los quince ganó las nacionales en sub 18- explicó.
- Otra niña prodigio- dijo Myong.
- Tamb8en se encuentra en la lista y pelea por la corona- Misa agregó- lo escuché de algunas de sus compañeras hoy más temprano.
- Eso será más problemas- aviso Shimizu.
- Eliz, ¿cómo van los puntajes?- pregunto Elle. Mire hacia las gradas notando cuando el pelinegro ya había llegado, este se había acercado y note cuando mi padre le hablo, por lo que se acercó a ellos.
- Park estaba en el primer puesto con diferencia de cinco puntos- aviso. Eso hizo que volteara la vista a las demás.
- No es mucho- dije frunciendo el ceño.
- Hay que agrandar la brecha- asintió la castaña capitana del equipo- Suna.
- Ataques por cuatro y seis- nos miramos. - Bajemos los tiempos, que sean rápidos, jugadas inesperadas y que no logren levantar.
- Cero y uno por tres- dijo Elle feliz- puedo con eso.
- Uno y dos en puntas- miramos a Suna quien sonrió algo sádica.
- De acuerdo, vamos a destruirlas- todas sonreimos cómplices y miramos a las rivales.
Narrador omnisciente
- Oh, Sung Jin-Woo- dijo el mayor mientras veía al pelinegro, su mejor corredor- ven, siéntate aquí- le señaló.
- Entrenador Park- saludo el contrario con una sonrisa y miro a la mujer a su lado, también la conocía por fotos- sra Park supongo.
- No es necesaria tanta formalidad- soltó una risa la mujer. El pelinegro miraba a la mayor, sin duda se notaba que no era de Corea.
- ¿Vienes a ver el partido?- pregunto el hombre al contrario.
- Si de echo- lo pensó unos segundos, conociendote sabría que aún no le dijiste nada a tus padres- quería pedir permiso para salir con su hija luego del partido.
Ambos adultos se quedaron estáticos, no lo esperaron y menos de Tn. El hombre miraba al pelinegro mientras este sólo sonreía algo nervioso y radicaba su nuca. En cambio la mujer estaba con una sonrisa mientras chillaba emocionada.
-¿Quieres... invitar a mi hija a salir?- pregunto el hombre.
- En realidad.. señor ella me invitó- sonrió con suficiencia.
Recordó por un momento cuando ella le había contado de sus padres. En muchas ocasiones se había imaginado una situación parecida, él hablando con ellos para poder salir con la chica.
Pero hacia diez años ellos habían muerto luego de ir a una mazmorra. Ella se había quedado sola y la enviaron a Corea del Sur. Parecía... irreal el verlos ahora.
Estaban vivos, por que las mazmorras no existían y los cazadores tampoco. Y por haceres del destino, ellos estaban juntos y gracias a eso, también estaba ella.
- ¿Mi hija te invito?!- pregunto la mujer algo exaltada- no es verdad, chocaran los planetas.
- Amor no exageres- dijo el hombre entre risas. Luego soltó un suspiro- esta bien joven Sung, le dejaré salir con mi hija, pero si...
- No pienso hacerle daño señor- sonrió algo nostálgico y miro hacia la cancha, el tercer set había ya empezado. Miraba a la chica jugar con pasión y centrada en lo que hacía- nunca me lo permitiría.
Park por un momento vio algo diferente. Su mirada y la forma en la que veo a a su hija era diferente. Sentimientos ocultos y que habían sido enterrados que sólo ciertas personas podían notar.
Giro a ver a su esposa quien también noto lo mismo. Ambos se vieron y sonrieron. No sabían del todo quien era Sung Jin-Woo, pero estaban seguros que no se iría muy pronto.
- ¿Qué es eso?- pregunto el pelinegro cuando miró al equipo. Las dragonas, su aura había cambiado y se notaba la sed de sangre que desprendian todas las chicas.
- Bueno- sonrió con suficiencia- significa que las leonas ya perdieron el partido- palmeo uno de los hombros del pelinegro- lo llamamos las llamas del dragón.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro