1. ¿Es que acaso no pudisteis despertarme antes?
13 de julio de 1977
Chelsea Smith
Hoy era un día como todos los días desde que comenzaron las vacaciones, debía reconocer que si no fuera por las chicas las cosas hubieran sido bastante aburridas. Por ejemplo, hoy sería un día bastante interesante, ya que Marlene vendría a buscarme para ir con las chicas a una fiesta Muggle, la verdad es que no sabía si sería muy buena idea, pero al final accedí.
Mis padres ya estaban al tanto y eran los que más me animaban a salir con mis amigas, no sé si lo hacían porque querían que me lo pasara bien o simplemente para tenerme lejos de casa. No tenía ni idea, pero tampoco le estaría buscando una respuesta.
Marlene vendría a buscarme sobre las ocho de la tarde para pasar un poco más juntas, y todas iríamos a dormir a casa de Marlene, según nos dijo ella. Aunque tal vez eso no sería así, pero rezaba por ello.
La verdad es que tenía muchas ganas de divertirme con ellas, hacía semanas que no las había visto y ya tenía muchas ganas de estar con ellas.
Lily, Dorcas, Ali, Pandora, Mary y Marlene eran mis mejores amigas en Hogwarts, lo bueno de todo es que compartía habitación con Pandora, así que no me sentía sola. Aunque debíamos reconocer las dos que nos la pasábamos más en la habitación de Marlene, Dorcas, Mary y Lily.
—Hija —me senté en la cama, ya que había estado acostada viendo la pared, rezando para que pasara las horas y poder encontrarme con mis mejores amigas.
A Marlene la había conocido la primera justo antes de entrar al tren porque al ser las dos unas despistadas nos habíamos chocado.
A las demás las conocimos en el tren y bueno, a la última que conocí fue a Pandora, ya que nos sentamos juntas una vez que nos adjudicaron nuestra casa a cada una.
—¿Si mamá? —le regale una pequeña sonrisa.
Tenía muchísima suerte de tener a mis dos padres conmigo, eran dos personas demasiado buenas y muy comprensivas. Sabía que podía contar con ellos para cualquier cosa, porque jamás me darían la espalda. Siempre sabían qué decirme, independientemente de la situación en la que me encontrara. Los amaba demasiado a los dos y esperaba de que nunca me faltaran.
—¿Quieres que te traigamos algo? Iremos a comprar unas cosas y bueno, tal vez a pasar un poco de tiempo con los Potter.
Sí, mis padres y los padres de James Potter eran mejores amigos en Hogwarts, pero después de Hogwarts tuvieron que tomar caminos separados, hasta que se reencontraron justo en mi primer año de Hogwarts.
Me llevaba bastante bien con los Merodeadores, pero con James ya no tanto. Tal vez porque estaba demasiado cansada de que hablara de Lily, además era demasiado pesado y no aceptaba un no como respuesta. La pobre Lily no sabía que más hacer, yo una vez le sugerí que lo golpeara donde más le dolía, pero ella no era muy a favor de la violencia.
También odiaba demasiado que trataran mal a Severus, él no tenía la culpa, aunque tampoco era muy amiga de él desde que me entere de que le interesaban las Artes Oscuras.
La verdad es que no era una persona muy sociable y solo me llevaba bien con ciertas personas, entre ellas se encontraban las chicas, los Merodeadores, Regulus y Barty. Ese chico cuando quería podía ser un verdadero idiota. También me llevaba bien con Frank Longbottom, un chico encantador y un poco tímido cuando se trataba de Alice.
—No gracias —ella me sonrió mientras se acercaba a mí a darme un beso en la mejilla.
—Bien, te prometemos que no tardaremos —asentí—. Aunque ya sabes como son Euphemia y Fleamont, seguramente nos quedemos a dormir ahí. Si eso pasa, puedes traer a las chicas para que no estés tan sola, ¿vale? —asentí.
—Gracias mamá, por favor tener mucho cuidado.
—Siempre mi pequeña —papá también entro por la puerta con una gran sonrisa, para acercarse a mí y darme un pequeño abrazo.
—Te quiero mi dulce niña —sonreí. Papá era una persona demasiado cariñosa con los suyos y bueno, yo había salido todo lo contrario.
Yo no era muy de dar abrazos, los chicos solían decir que era un poco malhumorada, porque no sonreía casi nunca, pero si lo hacía aunque no lo creyeran.
—Yo también papá —sonreí.
—Bien, con cuidado todas en la fiesta, ¿vale? —asentí— Cualquier cosa no dudes en avisarnos y papá irá de inmediato contigo.
—No te preocupes papá, todo irá bien —él asintió y se alejaron un poco. Los dos me miraron con una gran sonrisa.
—Te queremos pequeña —sonreí.
—Yo os quiero mucho más —los dos salieron de mi habitación y unos minutos después escuché la puerta de la entrada ser abierta para que segundos después estuviera cerrada. Por lo que me dio a entender que se habían ido.
Suspire acostándome de nuevo, porque aún faltaba bastante para que Marlene viniera a buscarme, así que decidí que lo mejor que podría hacer es dormir un rato porque mi cuerpo me lo pedía a gritos.
—Chelsea —hice una mueca dormida cuando sentí que me movían delicadamente. Le di la espalda a la persona desgraciada que osaba despertarme, pero de pronto sentí mi cuerpo en el suelo, por lo que me queje demasiado fuerte, mientras escuchaba algunas carcajadas.
Me levanté viendo mal a las chicas, mientras ellas seguían riéndose de mí desagracia.
—Me dolió Marlene —me queje.
—Se te pasará, bella durmiente. Ahora vamos a arreglarte que ya son las nueve de la noche porque la señorita no se puso una alarma.
Abrí los ojos de golpe sorprendida y al mirar el reloj efectivamente eran las nueve de la noche.
—¿Es que acaso no pudisteis despertarme antes?
—Marlene lleva una hora intentándolo y parece que estuvieras muerta, la única solución que nos quedaba es que ella te tirara de la cama —volteé los ojos.
—Vete a bañarte, mientras nosotras nos ocupamos de buscar algo para que te pongas —asentí y fui corriendo al baño.
—¡Cuidado no te caigas! —volteé los ojos y me metí a bañar. Intente ducharme lo más rápido posible, así que en diez minutos ya estaba fuera del baño viendo aún a las chicas buscándome algo. Suspire y las ayude en la búsqueda.
Al final optamos por un vestido azul con un corte en el lateral, enseñando un poco de mi piel y la espalda descubierta. Las chicas olvidé mencionar que también llevaban vestidos cortos y bastante lindos que les quedaba a la perfección.
Una vez lista, todas salimos de mi casa, eso si, no sin antes ver que todo estuviera bien. Cerré la puerta con llave y subimos al coche de Marlene, que era demasiado grande y sorprendente, cabíamos todas.
—No preguntéis de donde lo he conseguido —todas asentimos confundidas.
—Miedo me da preguntar, así que no diré nada —hablo Dorcas.
—Por eso mismo no preguntéis —le di un golpe en la nuca a Marlene, ya que yo me encontraba en el asiento del copiloto— ¡Auch!
—¿¡Lo has robado!? —ella me miro ofendida.
—¡Claro que no! ¿Por quién me tomas idiota?
—Por ti, obviamente —ella me miro aún más ofendida.
—Callaros las dos y Marlene arranca de una vez —Marlene se quejó y arranco el coche.
Pusimos la radio porque la fiesta no es que estuviera relativamente cerca.
Así que estuvimos escuchando la radio y cantando a todo pulmón todas las canciones que salían, mientras reíamos a carcajadas por como hacía la gracia Marlene.
Sería una noche bastante interesante, lo único que esperaba es que todas nos lo pasáramos muy bien y que no hubiera ningún problema.
NOTA DE LA AUTORA
¿Qué os pareció el primer capítulo?
Estoy tan emocionada por esta historia, espero que os guste tanto como a mí escribirla.
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