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Capitulo 5

Tam había intentado hablar con su hermano, en verdad que sí, pero el simplemente la ignoraba. Estaba furioso con ella por haber sido mandada a Slytherin.

—¡Te estas convirtiendo en él, Tam! ¡Prometimos seguir los pasos de nuestra madre y no lo estas cumpliendo!

—Fui seleccionada a Slytherin, pero eso no significa que me volveré una bruja oscura, Reggie. No seas un maldito Gryffindor prejuicioso, por Merlín. Se supone que eres mi hermano y me conoces mejor que nadie.

—Pues ya no lo sé. Estas actuando como uno de esos estúpidos Slytherin. Ya no se quién eres.

Esa había sido la última vez que habían interactuado, desde entonces habían pasado muchas cosas. Harry Potter había sido nombrado el nuevo buscador del equipo de Quidditch, el más joven y talentoso en un siglo. También Harry, Regulus, Ron y la chica Granger, Hermione, se habían vuelto amigos despues de salvar a la chica de un trol.

Por otra parte, Draco, Blaise y Theodore siempre estaban cerca de ella, haciendo que sobrellevar la actitud de su hermano fuera un poco más llevadero.

Draco era amable y cariñoso con ella, siempre pendiente de que comiera sus tres comidas al día y de que descansará bien.

Blaise era risueño y atento, su mayor propósito era hacerla, muy contra su voluntad, peinarla con preciosas trenzas y hacerla reír.

Theodore era el más serio entre los tres, siempre callado, dando comentarios sarcásticos y brindando sonrisas de lado de manera escasa. Sin embargo, con Tam siempre era galante y le daba su espacio. Solía llevarle la bolsa a todas sus clases y era más de acciones que de palabras.

Aquella tarde del domingo se encontraba en un árbol en frente del Lago Negro leyendo tranquilamente un libro. Theodore estaba recargado en dicho árbol con Tam recargada en su pecho, colocando un brazo alrededor del cuello de ella y leyendo también un libro. Draco y Blaise estaban acostados en el regazó de Tam con los ojos cerrados, disfrutando la brisa.

—Señorita Ryddle.

Los cuatro salieron de sus propios pensamientos y miraron como frente a ellos se encontraba el director del colegio, vestido con una elegante túnica plateada y mirándolos con una sonrisa amable que no engaño a ninguno de los cuatro Slytherin.

—Jóvenes Malfoy, Zabini, Nott, espero no les importe que les robe un rato a la señorita Ryddle.—sonrió.

Los tres miraron a Tam, quien asintió y se levantó del lugar. Prometiéndoles verlos en la sala común, partió junto a Dumbledore. Caminaron en un silencio incomodo hasta el castillo, donde ingresaron al despacho del director. El hombre la invito a sentarse, quedando uno frente al otro, separados únicamente por el escritorio.

—¿Caramelo de limón? —ofreció amablemente.

—No, gracias.

Dumbledore si tomó uno de los caramelos y le sonrió afablemente. Tam lo contempló con rostro inexpresivo.

—Dime, Tam. ¿Cómo te ha ido? ¿Cómo te sientes en Hogwarts? —preguntó Dumbledore.

Si Tam se sorprendió con la pregunta, no lo demostró.

—Muy bien, director. Gracias por preguntar.—sonrió dulcemente.

—Veo que te has unido a algunos miembros de tu casa.—comentó y ella asintió.

—Draco, Blaise y Theo son muy lindos conmigo.—admitió sin quitar su sonrisa.

—Pero no son tus amigos.—soltó uniendo sus manos.

—¿Disculpe?—lo miró sin dejar de sonreír, pero internamente molesta.

—No son tus amigos, sino tus seguidores. ¿No es así, Tammy?—sonrió con los ojos centellando detrás de sus lentes.

Tam soltó una fría carcajada y lo miró con una sonrisa de lado.

—Sabe...siempre he pensado que si mi tío llego hasta donde llego...es porque usted lo convirtió en el monstruo que fue.

—¿De qué estas...?—la miró asombrado y ella se levantó del asiento.

—Si no tienes nada bueno que decir, me largo. Tengo cosas que hacer.—se dirigió a la puerta.

—Debes guardarme respeto, soy tu superior.—regaño molesto.

—Superior mi persona.

Ella salió del despacho azotando la puerta. Dumbledore suspiró pesadamente. La llegada de Tam Ryddle al Colegio Hogwarts provocó en el profesorado una cierta incertidumbre sobre su comportamiento, pues, aunque para todos era notable que su hermano tenía el mismo caracter bromista y carismático de su padre, de ella no se sabía exactamente como era.

Al ser seleccionada en Slytherin y ser sobrina de Voldemort, las tensiones incrementaron, pero inmediatamente desaparecieron en cuanto iniciaron las clases.

Tam Ryddle enseguida destaco por ser una estudiante brillante, educada, encantadora y ansiosa de conocimiento, lo que consiguió que ganará la simpatía del profesorado. Nadie más que Minerva McGonagall notó lo mismo que él.

Tam era prácticamente idéntica a su tío.

Y Dumbledore lamentó tener que deshacerse de ella lo antes posible.

(...)

—¿Qué quería el cabecita de algodón? —pregunto Blaise en cuanto la vio entrar a su habitación.

—¡Ese maldito es más abyecto de lo que Voldemort jamás fue! —exclamó Tam furiosa.

—¿Abdyecto? —pregunto Theodore sin dejar de leer su libro.

—¿Podrías por favor no decir su nombre? —imploró Draco, pálido.

—Es una persona despreciable, vil. —explicó Tam y se sentó en la cama de Theodore.— Y no dejaré de decir su nombre por dos razones: Primero, es mi tío y no le temo; y Segundo, porque decir su nombre no me matará.

—¿Y qué dijo el hombre abyecto?—cuestionó Blaise con burla.

—En realidad no hablamos mucho, pero insinuó que ustedes no eran mis amigos, sino mis seguidores.

—¿Eso que significa? —Draco la miró confundido.

—Que el idiota cree que Tammy será la próxima Señora Oscura.—se burló Theodore cerrando su libro.

—¿Es broma?—Draco enarco una ceja.

—Bueno fuera. —resoplo Tam.—Lo peor es que sus pensamientos solo rondaban en maneras para deshacerse de mí antes de que, según él, fuera demasiado tarde.

Tam nunca le había contado a nadie que era una Legeremente de nacimiento, ni siquiera a su hermano, pero Draco, Blaise y Theodore habían sabido ganarse su confianza rapidamente.

—Quizá deberías pedirle ayuda a Snape. Dumbledore va a intentar leer tu mente si es que ya te tiene en la mira. —opinó Theodore.

Tam analizó lo dicho por Theodore. Era cierto que leer la mente de los demás no era difícil para ella, pero quizá fuera bueno empezar a cuidar su propia mente. Con un asentimiento, dio a entender a todos que iría mañana con Snape a pedirle ayuda.

Debía aprender Oclumancia.

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