La profesora McGonagall se presentó ante ellos y despues de explicarles algunas cosas, los hizo pasar al gran comedor. Tam contempló maravillada el cielo nocturno y las velas flotantes. Uno a uno fueron pasando a ser seleccionados.

—¡Malfoy, Draco!

—¡Slytherin!

—¡Nott, Theodore!

—¡Slytherin!

—¡Granger, Hermione!

—¡Gryffindor!

—¡Weasley, Ron!

—¡Gryffindor!

—¡Bones, Susan!

—¡Hufflepuff!

—¡Boot, Terry!

—¡Ravenclaw!

—¡Potter, Harry!

—¡Gryffindor!

En cuanto el niño que vivio fue seleccionado a la casa de los valientes, Tam contemplo a unos gemelos muy parecidos a Ron, cantar: "¡tenemos a Potter!, ¡tenemos a Potter!".

—¡Ryddle, Regulus!

Así como paso con Potter, los murmullos comenzaron. Regulus practicamente corrió hasta el banquillo y en cuanto el sombrero rozo sus cabellos, exclamo:

—¡Gryffindor!

Vio a su hermano ir emocionado a dicha casa y ser recibido con una sonrisa por Potter y Weasley. Regulus la miró y le sonrió.

—¡Ryddle, Tam!

Y si con su hermano hubo murmullos, con ella hubo un silencio muy incomodo. Parecía como si todos aguantaran la respiración para saber el resultado. En cuanto se sentó en el banquillo y le colocaron el sombrero, una voz se escucho en su cabeza.

—Vaya, llevaba años sin toparme a una Hatstall.—murmuró el sombrero.—simplemente maravilloso

—¿Cómo sabes que soy una Hatstall si aún no me preguntas nada?

—Si no fueras una Hatstall mi mayor problema sería decidir entre dos casas y ahora te tengo a ti, que encajas en todas y a la vez en ninguna.

—¿Gracias?

—Eres leal, perseverante y muy justa, podrías ir a Hufflepuff; Eres inteligente, tanto que solo he conocido a alguien más aparte de ti con tus conocimientos y destrezas, serías una buena Ravenclaw; Eres valiente y osada, una iconica gryffindor; Pero por sobre todo, eres astuta, una perfecta Slytherin.

—¿Dónde pretendes ponerme?

—En Hufflepuff no temen al trabajo pesado, en Ravenclaw encontrarás retos intelectuales, en Gryffindor resaltarás por sobre los demás debido a su gallardia, y en Slytherin encontrarás a tus verdaderos amigos.

—No respondiste mi pregunta.

—Tu madre hizo grandes cosas en su casa, al igual que tu padre.

—¿Conociste a mi padre?

—Lo hago. Identico a tu hermano. Con el la tuve facil, es un Gryffindor en toda la extensión de la palabra, pero tú...

—¿Quién es la otra persona que te sorprendieron sus conocimientos a parte de mi?

—Albus Dumbledore. En realidad, sin temor a equivocarme, creo que lo rebasaras en poco tiempo. Pero ahora la pregunta es, ¿dónde te pondre?

—Me gustaría ir con Reggie.

—Sí...los hermanos juntos, muy lindo pero...creo que tu lugar es otro...sí, ya lo tengo.

—¿Qué?

—Harás cosas grandes, Tam Ryddle. Te impulsarán a la grandeza y obtendras a tus verdaderos amigos.

—¡No quiero ir a la misma casa que él!

—Una lastima, en verdad te pareces mucho a tu tío, solo que sin rastro de maldad. Tú, Tam Ryddle...serás la salvación.

—¡No te atrevas! ¡Te calcinare!

—¡SLYTHERIN!—Grito finalmente el sombrero.

La mesa verde y plateada rompió en estruendosos aplausos. Tam se dirigió a su mesa mirando de reojo a la mesa de Gryffindor donde su hermano la miraba con el ceño fruncido. Suspiro pesadamente y se sentó entre un niño de cabello platinado y otro de cabello negro, quedando frente a un niño moreno que la miraba sonriente.

—Bienvenida a Slytherin. Soy Draco, Draco Malfoy.—se presentó el niño platinado.

—Tam Ryddle.—estrecho su mano.

—Theodore Nott, un placer.—saludó el de cabello negro y también estrecharon sus manos.

—Blaise Zabini.—sonrió el moreno.

—Mucho gusto.—murmuró.

Albus Dumbledore dio el discurso de bienvenida, advirtiendo a los alumnos de no ir al Bosque Prohibido y de no subir al tercer piso si no deseaban tener una muerte horrorosa.

—¿Es advertencia o un incentivo para cualquier Gryffindor?—pensó Tam con una ceja enarcada, puesto que era bien sabido que los Gryffindor amaban meterse en ese tipo de situaciones.

Durante la cena Tam se sintió sorprendentemente a gusto. Theodore comía mientras leía un libro que se ofreció a colocar en medio para que ella también pudiera leerlo. Draco le servía algunos postres mientras parloteaba sobre lo idiota que era Harry Potter; Y Blaise hacía bromas respecto a las locuras que decía Dumbledore.

Tam no tuvo oportunidad de ver a su hermano hasta el día siguiente, cuando se dirigió a su última clase que era Pociones con el profesor Severus Snape, jefe de su casa y un hombre sumamente frío. Se sentó junto entre Theodore y Blaise, detrás de ella estaban Draco entre Crabbe y Goyle. La clase inicio igual que con los otros, con el pase de lista.

—Harry Potter...nuestra nueva celebridad.—masculló Snape con frialdad mirando al niño—Ustedes estan aquí para aprender la sutil ciencia y arte exacto de hacer pociones —Hablaba casi en un susurro. Snape tenía el don de mantener a la clase en silencio, sin ningún esfuerzo—. Aquí habrá muy poco de estúpidos movimientos de varita y muchos de ustedes dudarán que esto sea magia. No espero que lleguen a entender la belleza de un caldero hirviendo suavemente, con sus vapores relucientes, el delicado poder de los líquidos que se deslizan a través de las venas humanas, hechizando la mente, engañando los sentidos... Puedo enseñarles cómo embotellar la fama, preparar la gloria, hasta detener la muerte... si son algo más que los alcornoques a los que habitualmente tengo que enseñar.

Hermione Granger, una chica de cabello enmarañado, estaba sentada al borde de su silla, lucía desesperada por demostrar que no era un alcornoque.

—¡Potter! ¿Qué obtendré si añado polvo de raíces de asfódelo a una infusión de ajenjo?

El niño miro a Regulus y Ron, quienes lucían igual de confundidos que él.

—No lo se, señor.—contestó Harry.

—Evidente la fama no lo es todo...Regulus Ryddle—llamó al chico y este asintió, intimidado—¿Dónde buscarías si te digo que me encuentres un bezoar?

Hermione Granger levantaba la mano insistentemente mientras que Regulus mordía su labio con nerviosismo.

—No lo se, señor.—respondió Regulus.

—¿Cuál es la diferencia, Potter; entre acónito y luparia?—pregunto volviendo a Harry.

—No lo sé—respondió con calma.—pero parece que Hermione si lo sabe, ¿por qué no le pregunta a ella?

Tam no pudo evitar pensar que Hermione Granger era una niña que buscaba resaltar insistemente y que Harry Potter era un imprudente.

—¡Silencio!—ordeno Snape ante las risas y miró esta vez a la mesa de los Slytherin, deteniendose en Tam.—Señorita Ryddle, quiero que responda las tres preguntas.

Pudo sentir la mirada preocupada de sus compañeros, pero Tam sonrió dulcemente causando un estremecimiento en todos los presentes.

—Si añade polvo de raíces de asfódelo a una infusión de ajenjo obtendra una poción para dormir conocida como Filtro de Muertos en vida. Si desea encontrar un bezoar deberá buscar en el estomago de una cabra y sirve para salvar a alguien de la mayoria de los venemos. Por último, no existe diferencia entre acónito y luparia, puesto que son la misma planta, solo es un diferente modo de llamarla.

El salón se sumergió en un profundo silencio mientras que los Slytherin sonreían con orgullo. Tam pudo contemplar un pequeño brillo de orgullo en los ojos del profesor, quien asintió.

—20 puntos para Slytherin.—anunció y miró a todos con el ceño fruncido.—¿Por qué no estan anotando todo?

Tam giró su rostro para ver a su hermano, quien la veía, al igual que Potter, Granger y Weasley, con una expresión de enfado.