Epilogo

Tam Maia Black caminaba elegantemente por los pasillos del salón de eventos del Ministerio de Magia. Se estaban celebrando diez años desde la caída de Lord Voldemort. La gente a su alrededor la saludaba emocionados al pasar, mirandola con admiración. 

Despues de todo, no por nada tenía le titulo de "Salvadora del Mundo Mágico".

Su largo vestido negro de escote profundo y sin mangas, se envolvía perfectamente en su figura, haciendo que la chica soltara una sonrisa de arrogancia, conocedora de lo que su preciosa figura causaba en tanto hombres como mujeres.

—¡Tía Tam!—exclamó emocionado un pequeño niño de cabellos negros alborotados y ojos castaños.

—Mi precioso Tommy.—saludó Tam besando la mejilla niño.

—Hijo, no interrumpas a tía Tam cuando se pavonea frente a la gente. Le quitas el flow.—se burló Regulus cargando a su hijo.

Tom Black, hijo de Regulus y Hermione Black, era una perfecta combinación de sus padres, con solo cinco años ya era más listo que la mayoría de los de su edad.

—Ya cállate, Reg.—riño Hermione apareciendo enfundada en un vestido rojo.

—Hola a ti también, hermanito.—saludó Tam con una sonrisa burlona.—¿Dónde estan Harry y Daphne?

Todos habían hecho sus vidas tranquilamente. Harry Potter se había casado con Daphne Greengrass, puesto que se habían enamorado durante aquel año en que Tam se escapo de Hogwarts. Ahora tenían una pequeña hija llamada Tam, en honor a ella y que tenía la misma edad que el hijo de Regulus y Hermione.  Por otra parte, Luna Lovegood se había casado con Ginny Weasley, mientras que Ron Weasley se caso, sorprendentemente, con Pansy Parkinson y tenían un hijo llamado Hugo.

—Dijeron que llegarían algo tarde.—explicó Regulus y Tam asintió comprendiendo.

—Mi amor.—saludó una voz a sus espaldas, tomandola de la cintura.

—Hola, Blaise.—dijo Tam besandolo. 

—¿Y no hay beso para nosotros?—dijo Theodore apareciendo junto a Draco.

Tam sonrió y gozando las miradas de envidia de la comunidad femenina, se besó afectuosamente con sus tres maridos.

Porque sí, Tam Maia Black se había casado en una costosa y lujosa boda en Las Vegas con sus tres amores. Draco Malfoy, Theodore Nott y Blaise Zabini. Y puesto que nunca se pusieron de acuerdo sobre que apellido usaría Tam, optaron por usar el de ella, por lo que ahora eran Black.

—¿Y los niños?—pregunto Tam buscandolos con la mirada.

—Jugando en el patio con James.—respondieron los tres.

Si algo era seguro es que Tam absolutamente jamas tendría hijos propios. Sacar algo de su vagina era un tema no discutible con ella, pero eso no fue impedimento para que consiguiera descendencia. Despues de todo, no por nada era considerada junto a Hermione como las brujas más inteligentes en más de un siglo. 

Se había encargado personalmente de crear una poción efectiva para tener exactamente tres hijos y que estos nacieran a través de un complicado proceso que para todos era un misterio. Sin embargo, despues de muchos problemas, Tam y sus esposo obtuvieron sus tres descendientes, y lo mejor de todo es que los tres niños poseían la sangre de los cuatro.

El primer hijo era Logan, de cabellos platinados como Draco, ojos verdes como Theodore, piel blanca como Tam y sonrisa coqueta como Blaise. El segundo hijo era Derek, de cabellos negros como Theodore, piel morena como Blaise, ojos azules como su madre y comportamiento identico al de Draco. Por último estaba Marcus, un niño completamente identico a Tam, tanto por fuera como por dentro. Los tres niños tenían 7 años. Habían nacido diferencía de segundos.

—Vamos adentro, ya van a dar el discurso.—dijo Hermione.—Creo que Harry ya llego, pobrecito, con lo poco que le gusta hablar en público.

—5 galeones a que se le cae el papel con el discurso.—dijo Regulus y los tres esposos de Tam ingresarona a la apuesta.

Tam y Hermione rodaron los ojos y todos entraron al salón. Se acomodaron en sus respectivas sillas y desde uno de los ventanales, Tam observo con una sonrisa como su hijo Marcus bailba con la pequeña Tam, para despues pasarla a Derek y despues a Logan, y así sucesivamente.

—Si mi hija termina como tú.—dijo Daphne apareciendo a lado de Tam.—con tres maridos extremadamente millonarios, te amaré eternamente.—se burló Daphne y ambas rieron.

Harry apareció en el podio con unas hojas en la mano, antes de llegar al microfono se le cayeron, soltó una maldición y se agacho a recogerlas.

—Se los dije.—dijo Regulus entre risas.

—Buenas noches a todos.—saludó Harry.—Bienvenidos sean al aniversario del fin de la guerra. Primero que nada, quiero agradecer a todos por venir y reafirmar que ninguno de nosotros seguiríamos vivos si no fuera por nuestra querida Tam—la señalo y ella saludo a la multitud—quien con su valentía y astucia, perfecta combinación de Gryffindor y Slytherin, nos salvó a todos. Principalmente a Regulus y a mi, quienes cada año parecía un nuevo reto para ver cuanto tiempo sobreviviamos.—todos rieron.—así que gracia Tam, gracias por no abandonarnos, por salvarnos y por no matarnos ante nuestra estupidez. Por favor, alcen sus copas.—dijo alzando la suya propia.—¡Por Tam Black! ¡La salvadora del mundo mágico y la bruja más poderosa que existe!

—¡Por Tam Black!—exclamaron todos los presentes alzando la copa y bebiendo de ella.

Tam sonrió con cariño, mirando a su alrededor como todos conversaban felices. Eso es lo unico que ella siempre había deseado.

Un mundo en paz, donde pudiera vivir con toda su familia.

Draco la coloco sobre sus piernas y fue besada por sus tres esposo, sintiendo revolotear mariposas en su estomago. Soltó un suspiro de placer y volvió a sonreír. Zeus sobrevolo las mesas, lanzando un precioso canto en honor a su dueña y ella río encantada.

Era feliz.

FIN

Y llegamos al final de la novela! ¿Qué les parecio?

Por cierto, en mi perfil encontraran una nueva novela, The first Kinght. Espero les guste:)

Recuerden que si tienen dudas o preguntas pueden hacerlas aquí y las respondere en un apartado más adelante.

Los amo!