Capitulo 13
A pesar de las situaciones, la navidad llegó a Hogwarts no sin antes llevarse a Justin Finch-Fletchley y a Nick Casi Decapitado, a la enfermería, petrificados. Debido a que los ataques no cesaban, la mayoria de los alumnos optaron por irse a sus casas. En Slytherin solo quedaron Draco, Blaise, Theodore, Crabbe, Goyle y Tam, esta última no es como que tuviera más opciones. La mañana de navidad todos se levantaron emocionados a abrir sus regalos.
—¡Abre el mío primero, Tammy!—exclamo Goyle alzando la mano.
—¡No! ¡El mío primero!—replico Crabbe de la misma manera.
—¡Ambos!—exclamaron al mismo tiempo.
—Ya, ya, los abriré al mismo tiempo.—dijo Tam con una sonrisa y ambos chicos sonrieron emocionados.
Las personas solían considerar a Crabbe y Goyle como unos gordos sin cerebro, más Tam los consideraba dos chicos de muy buenos corazones. Ciertamente eran orgullosos y algo creídos, igual que Draco, pero Tam los conocía más allá de la superficie. Había visto a Crabbe cuidar a una familia de patitos una noche de tormenta y acompañarlos de regreso al lago, también a Goyle protegiendo a los niños de primero de otros alumnos. Y por sobre todo, ambos chicos siempre le regalaban postres a Tam y la acompañaban a donde ella quisiera las pocas veces que estaba sola.
Eran buenos chicos y Tam se encargaría de que siguieran así.
Abrió los regalos de ambos con un movimiento de varita y ante ella se mostraron un arnés de piernas precioso con espacio para dos dagas, una en cada pierna, ese era el regalo de Crabbe y el Goyle eran dos dagas pequeñas con empuñadora dorada.
—¡Vaya!—exclamo genuinamente sorprendida—¡Es hermoso! ¡Muchas gracias, chicos!—sonrió emocionada.
Todos continuaron abriendo sus regalos como cada año. Tam sonrió con cada uno de los presentes.
Draco le había regalado un dije de dragón para la pulsera que le regalo el año pasado.
Theodore le regaló un paquete de libros de Artes Oscuras Griegas y Egipcias, así como también un dije en forma de libro para su pulsera.
Blaise le regaló una bolsa de galeones, una fotografía suya y un dije en forma de beso para su pulsera.
Severus le envió dos libros de Pociones Prohibidas Avanzadas y una bolsa de galletas de mantequilla.
Pansy le envió un kit pociones de lujo.
Daphne nuevamente le envió tres conjuntos de ropa y otro lindo vestido.
Por último y para sorpresa de Tam, Lucius y Narcisa Malfoy le enviaron obsequios.
Lucius le envió una capa con un broche del emblema de la familia Malfoy así como un libro de hechizos de defensa.
Narcisa le envió unos pendientes de oro blanco con perlas, una caja de chocolates y una foto enmarcada donde salía ella con toda la familia Malfoy en esas vacaciones.
Tam sonrió emocionada, sintió que nada podía arruinar ese día.
(...)
Por la tarde, casi cayendo la noche, Tam se encontraba leyendo uno de los libros que le regalo Theodore cuando decidió que era momento de comer un aperitivo. Se levanto del pecho de Theodore, quien se había quedado dormido en la cama y con mucho cuidado salió de la habitación intentando no despertar a Theodore.
Al bajar las escaleras se encontró con Crabbe, Goyle, Blaise y Draco platicando junto al fuego. Frunció el ceño, confundida y se acercó a ellos.
—Blaise—lo llamó y este dio un respingón, asustado.—¿Qué estás haciendo aquí?
—¿De qué hablas?—intervino Draco confundido.
—Sev vino por ti hace rato para llevarte el resto del día con tu madre. ¿Qué paso?
—¡Ah! ¡Sí, este...!—Balbuceo confundido.
Tam y Draco intercambiaron una mirada.
—Olvídalo, ¿de que hablaban?— cuestiono fingiendo indiferencia.
—¿Tú si sabes quién está haciendo los ataques, Tam?—pregunto Crabbe.
—Ya les dije que no sabíamos pero insisten en el tema.—explicó Draco con un suspiro.—Mi padre dijo que la Cámara fue abierta hace unos veinte años, pero la verdad nunca se supo quien fue.
—Yo tampoco se quien fue, pero tengo una mejor pregunta.—hizo una pausa y se colocó peligrosamente cerca de Crabbe—¿Por qué no me lo preguntas tú mismo, Reggie?
Tam hizo un movimiento de varita e inmediatamente la apariencia de Crabbe, Goyle y Blaise, cambio a la de Regulus, Harry y Ron. Lanzo un Incarcerous no verbal, amarrando a los tres chicos al sofá. No había sido difícil deducir que eran ellos, no cuando era una legeremente.
—Me sorprende que no te dieras cuenta, Draco.—comentó Tam y el chico se sonrojo.
—¿Qué pasa aquí? —pregunto Theodore bajando las escaleras.
Los tres Slytherin se plantaron frente a los tres Gryffindor, quienes los miraban con odio. Tam soltó un suspiro de pesadez, en verdad esperaba que hoy fuera un día tranquilo.
—Poción multijugos, un nivel demasiado alto para cualquiera que no sea yo...o Granger, aunque supongo que algo debe haber salido mal como para que ella no esté aquí.—comentó Tam mirándolos con frialdad.—¿Dónde están los verdaderos Blaise, Crabbe y Goyle?
—Desmayados en el pasillo. —contestó Ron con altanería.
—Tam...detén esto.—dijo Regulus con la mirada más seria que se le hubiera visto antes. Ella sabía a qué se refería.
—¡Yo no soy la que causa los ataques, Alphard!—replicó molesta.
—¡Se que eres tú! ¡Eres de Slytherin y hablas con las serpientes!
—¡Tú también hablas con ellas!
—¡Sí! ¡Pero yo no tuve clases privadas con el profesor Quirrell/ Voldemort el año pasado!
—¡Púdrete!
—¡Ya!—Intervino Theodore dando un paso al frente.—No solo han irrumpido en una sala común externa a la suya, sino que aparte estan acusando a una de nuestras compañeras, nuestra Reina, de ser la causante de los ataques sin tener ni una sola prueba. Ahora, si no quieren que llamemos a Snape para que descuente a Gryffindor todos los puntos que tienen, lárguense.
—¿Estás loco?—replico Draco, furioso—¡Deberíamos llamar a Snape y hacer que haga justamente eso! ¡Ellos no lo hubieran pensado dos veces si fuéramos nosotros!
—Sí.—dijo Tam.—pero no somos como ellos. Somos mejores. —se giró a verlos— Draco, Theodore, vayan por nuestros amigos. Yo me hare cargo.
Ambos chicos obedecieron y salieron de la sala común sin mirar atrás. Tam se sentó frente a Regulus, ignorando deliberadamente a los otros dos Gryffindor. Ambos hermanos eran muy parecidos, la única diferencia podría ser los ojos grises de Alphard y los azul grisáceo de Tam.
Harry no pudo evitar analizar a Tam. La niña era muy bonita y la realidad es que el nunca creyó que ella fuera la causante. De hecho, tanto el cómo Hermione les dijeron a Ron y Regulus que eso era poco probable. Era cierto que era una niña fría con todos y que poseía una doble personalidad al portarse encantadora con los profesores, pero, por alguna muy extraña razón, Harry desde el primer momento que la vio no pudo evitar pensar que ella tenía un buen corazón.
Era verdad que a veces la veía con recelo y que la primera vez no pudo evitar sentir miedo de ella, después de todo era una Slytherin y todos le decían que ellos eran malos. También era verdad que a veces tenía sus dudas respecto a ella, pero creerla capaz de unirse a Voldemort o de matar a alguien...no. Harry estaba seguro de que Tam Ryddle no era así.
El la veía tal como ella era por fuera, una linda niña pura, con un corazón también puro.
Tam lo volteó a ver. Había leído sus pensamientos y tuvo que hacer un gran esfuerzo por no sonrojarse ante sus palabras. Verde y azul grisáceo, chocaron. Regreso su vista a su hermano. Nunca pensó que Regulus la vería con odio.
—No quiero que vuelvas a hacer algo como esto, Regulus.—ordenó desatándolos.
—¿O qué?—espetó groseramente.
—O la próxima vez no te protegeré. —Respondió y con un movimiento de varita los apareció fuera de la sala común.
Tam suspiró nuevamente y con el corazón desolado se sentó frente al fuego.
¿Algún día podría volver a ser feliz con su Reggie?
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He vuelto con mis memes;)
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También empezare a hacer algunas encuentas pero pretendo hacerlas por Twitter, los amo!
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