Madison Owen era una chica dulce, con un brillante futuro por delante. En la preparatoria todos conocían su nombre, era popular por su belleza natural y gran carisma. Nadie tenía razón para asesinarla.

O eso creían.

Luego de un campamento de fin de semana, los noticieros y periódicos se llenaron con la imagen de Madison, en su búsqueda. Días después su cadáver fue encontrado por un chico que recién llegaba al pueblo, sin conocer el lío en que se metería.

La asesina pudo haber sido su mejor amiga. Su novio. El chico extraño de la clase. Su vecina. Su primo. El chico nuevo. Su exnovio. O cualquier otra persona. Al parecer, cada uno tenía una razón.

La investigación se abrió para revelar quién había asesinado a Madison, pero, en vez de ello, se revelaron otros secretos de aquel pequeño pueblo. 

Al final, todos eran culpables de algo.