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¿Estarían hablando de...?
Owen decidió mantener su actitud positiva el segundo día de clases. Esa vez no iba a permitir que nadie lo ignorase. Él no era ningún asesino o mala persona, no merecía que lo tratasen de aquella manera. Se encargaría de llevarse bien con el máximo de personas que pudiera, así como en sus escuelas anteriores.
La puntualidad no era de sus mejores virtudes. Llegó nuevamente tarde a la primera clase. El único lugar vacío que había era a un lado de la chica de cabello anaranjado. Owen notó que no era una chica muy sociable ni muy parlanchina. Quizás algo de compañía no le vendría mal.
—Dos días seguidos, ya es un récord —comentó Owen al llegar a su lado.
Ella le lanzó una mirada corta. Tensó sus labios en una sonrisa incómoda y regresó su atención a la ventana. Tenía su barbilla recargada en una mano, ignorando completamente lo que el profesor escribía en la pizarra. Era atractiva con esa nariz curva y ojos castaños. Owen presentía que era el tipo de chicas que podían tener a decenas de chicos detrás de ellas, pero que son tan intimidantes que pocos eran los que se atrevían a hablarle.
—Podrías decirme al menos tu nombre —insistió Owen mientras obtenía su cuaderno y pluma de su mochila. Su compañera lo miró de reojo y continuó sin decir nada. —¿No? De acuerdo.
—Joven Sparks, —llamó el profesor—le agradecería que no conversara con sus compañeros mientras intento dar clase. Literalmente es el único que está hablando.
Se escucharon algunas risas por lo bajo. Owen le sonrió al profesor y asintió como si nada. Él era bueno en Física, tan bueno que las clases generalmente le aburrían. Por ello buscaba conversación con cualquier cosa que se moviera.
En otras clases como Literatura o Historia era el alumno más callado. Ni siquiera prestando atención lograba comprender del todo. En Literatura solía confundir los mensajes de los libros y en Historia confundía las fechas. Su cerebro no había sido diseñado para esas materias.
Después de algunas explicaciones que Owen ya conocía, la clase terminó sin mayor novedad. Su compañera de banco fue la primera en salir. No comprendía por qué tanto rechazo hacia él si lo único que había hecho era socializar, así que la siguió. Quizás fuera del salón de clases ella era alguien distinta, más amigable.
Cruzaron un par de pasillos hasta llegar a la cancha de fútbol. Ella iba completamente inmersa en sus pensamientos, mientras Owen admiraba a su alrededor lo enorme que era la preparatoria. Su clase comenzaría dentro de diez minutos, así que tenía tiempo para hacer ese pequeño tour no intencional.
La chica de pronto se detuvo en seco, causando que Owen chocase con ella sin querer.
—¿Necesitas algo, freak?
Owen pidió disculpas mientras se alejaba un par de pasos. Era la primera vez que escuchaba la voz de su compañera. Le sorprendió escuchar el acento que tenía, no esperaba que fuese alguien extranjera.
—Lo siento —se disculpó una vez más—. Es solo que no entiendo por qué me ignoras. Tal vez hice algo mal o no sé. Ni siquiera me has dicho tu nombre.
Ella rodó los ojos. Claramente no tenía ánimos para hacer nuevos amigos. De cualquier forma, Owen no estaba dispuesto a darse por vencido esta vez.
—¿Por qué insistes tanto? Te ignoro porque no me interesas —aclaró con desinterés.
—Me gusta tu acento, ¿de dónde eres?
La chica frunció el ceño ante el cambio de tema. Rodó los ojos y dio media vuelta para continuar su camino a través de las canchas. A varios metros de distancia se veía a un equipo entrenando, Owen no distinguió de qué eran, ya que no tenían ningún uniforme puesto.
—Listen, si no me dejas de seguir, llamaré a alguien de seguridad y te dejarán en detention al menos dos semanas por acoso —anunció la chica sin mirar atrás.
Owen detuvo su caminar. La chica continuó.
—¿Tienen esa clase de seguridad aquí? —cuestionó con verdadero interés.
—Yeah —habló ella sin dejar de caminar—. Tenemos zero tolerance ante bullying y acoso. Es mejor que te vayas acostumbrando a respetar el espacio personal.
Owen no pudo formular su siguiente pregunta, ya que la campana sonó y la chica ya se encontraba a varios metros de distancia. Su día ya había comenzado mal, pero no dejaría que nada no arruinase. Al menos su siguiente clase sería con Félix y él no lo ignoraría.
Se giró para regresar a los pasillos hasta que cayó en cuenta que una ruta más rápida sería por detrás de las gradas. Ahí estaba seguro de que se encontraría a alguna que otra pareja con necesidades carnales, no obstante, le era indiferente. Prefería llegar a tiempo.
Casi al llegar a la puerta para ingresar nuevamente al edificio, Owen reconoció ese acento peculiar de la chica de cabello anaranjado. Se le escuchaba alterada. Owen nunca pensó que ella pudiese alterarse por algo.
Dio unos pasos atrás hasta llegar a las gradas nuevamente. La poca luz que se filtraba por ahí le dejó ver a Owen a la pareja que se encontraba a un par de metros de él besuqueándose y gimiendo como si no hubiera mejor lugar para hacerlo. Pero eso no fue lo que llamó su atención. Fue el hecho de que aquella intrigante chica con la que compartía Física estaba discutiendo con alguien más. Alguien alto, musculoso y castaño. Owen no pudo distinguir muy bien los rostros, sin embargo, reconocería ese acento y cabello anaranjado donde fuese.
—Tenemos que arreglar esto, Jude. —Era la voz del chico. Owen supuso que quizás era su novio. O hermano. Se hablaban con aquella confianza que tenían dos personas cercanas. —Si descubren que mentimos-
—No lo harán, Brad—rebatió ella con molestia. Owen al fin supo su nombre: Jude. —En el campamento no éramos tantos y nadie nos vio aquella noche.
—Alguien nos vio: Ray.
—That isn't for sure. Estaba oscuro esa noche. Pudo haber creído que éramos animales o el viento. Si nos hubiera visto, ya le habría dicho a la policía y te aseguro que estaríamos en la cárcel por kidnapping and homicide.
Hubo un silencio.
Owen tradujo lo último en su mente: secuestro y homicidio. ¿Estarían hablando de...?
—No tardarían en unir puntos —coincidió Brad. Owen contuvo la respiración. Estaba agradecido con el anonimato que la oscuridad detrás de las gradas le daba. —Sabrían que cuando salimos de las tiendas estaba Madison y cuando regresamos... ya no. ¡Mierda!
—Ray es el único que nos puede delatar. We need to make sure that he doesn't.
Owen escuchó aquellas palabras de una manera tan seria que fue casi siniestro. Si estaba interpretando correctamente la conversación, Jude y Brad no solo estaban relacionados con la desaparición de Madison, sino también pensaban en asesinar a alguien más, a ese tal Ray.
Owen debía encontrarlo. Debía advertirle y hacerlo hablar con la policía. Si era cierto que los vio aquella noche en el campamento, entonces eso, sumado con el testimonio de Owen, podía resolver el homicidio de Madison.
Lisa caminaba por los pasillos sin gran apuro. Ya había decidido no asistir a esa clase. Tenía asuntos más importantes que resolver.
Entró al baño y recargó sus manos en el lavabo, observándose fijamente en el espejo. Esperó durante varios minutos. Revisó que los cubículos estuviesen vacíos, tarareó varias canciones, miró la hora en su celular demasiadas veces...
Creyó que la persona que la había citado ahí ya no llegaría. Era de esperarse, supuso.
Lisa era conocida en la preparatoria. No por sus excelentes notas o por su grandioso estilo de moda. Sí por su historial lésbico. Ella había dormido con más chicas que cualquier otro chico. Quizás el único que tenía un historial similar era Kent. Ambos llevaban una competencia interna de quién podía conquistar más chicas por una noche. La lista no era tan larga, a fin de cuentas era un pueblo pequeño, sin embargo, era un juego divertido para ambos.
También era conocida por ser la primera experiencia lésbica de casi todas las mujeres en esa preparatoria. Desde las de primer año hasta las de último. La mayoría de las chicas solo querían experimentar y Lisa les ofrecía la oportunidad de hacerlo sin ningún compromiso de por medio. Tenía la certeza de que ninguna salía decepcionada.
—Lamento llegar tarde. Owen me detuvo.
Lisa dirigió su atención a la puerta, de donde había provenido la voz. Iris la trabó con una escoba que siempre estaba en la esquina del baño.
—Owen, ¿el nuevo?
Lisa recargó su costado en la pared, observando a Iris. Aquella chica era un caso peculiar. Le causaba intriga a Lisa, no sabía por qué deseaba mantener en secreto lo que pasó días atrás. Ya a casi nadie le importaba si las personas gustaban de hombres o mujeres, lo único que importaba era que respetaran. Sin embargo, Iris aún se mantenía en la oscuridad, fingiendo ser heterosexual cuando difícilmente podía sentir algo además de pena por los hombres.
Lisa de alguna manera entendía. Para ella fue fácil decir que era lesbiana. Sabía que para otros no era así. Mucha de esa facilidad se la debía a Félix, su exnovio. Él lo notó incluso antes que ella. Lisa adoraba a ese hombre, era una gran persona. La había ayudado a comprender y a abrirse ante la sociedad. Después de eso, él admitió que era gay, por lo que Lisa ya no se sintió tan mal después de su noviazgo. Sintió que estaban a mano. Ambos se habían ayudado, por ello seguían siendo buenos amigos a pesar de que no hablaban tan a menudo.
—Exacto —respondió Iris. Claramente se encontraba nerviosa. Lisa ya tenía experiencia con chicas nerviosas.
—¿Qué quería? —cuestionó nuevamente Lisa, intentando aminorar la tensión de Iris.
—Estaba buscando a Ray, algo de Jude y Brad y... no entendí. Habló muy rápido. Lo único que pude decirle fue que Ray no ha aparecido desde lo de Madison. A él le afectó bastante.
—Sí... Hope dijo que Ray no ha salido de su casa —comentó con genuina lástima. Ray era un buen chico, Lisa no lo conocía mucho, pero sabía que él había querido a Madison—. La única vez que lo vio fuera de ahí fue cuando nos llamaron para interrogarnos.
—¿Mi padre no fue muy duro contigo en la interrogación? —Iris se acercó al lavabo y recargó su cadera en él, quedando frente a Lisa.
—Para nada. —Lisa le restó importancia. —Sé que no le agrado mucho porque no soy "lo que Dios creó" —dramatizó su imitación. —Aún así, sabe mantenerse profesional. Lo admiro por eso.
—Es buen detective, sé que encontrará al culpable.
La sonrisa de Lisa flaqueó durante un segundo tan corto que casi pareció un tic. Debía cambiar de tema antes de que Iris notase algo.
—Yo creo que si le dijeras lo que sucedió entre tú y yo, él entendería —mencionó como si nada. Era momento de hablar sobre el elefante en la habitación... baño. —Eres su hija, no dejará de amarte. Solo él y Minerva son los que creen que ser lesbiana es un problema, al resto del pueblo les importa un carajo.
Iris frunció el ceño con confusión.
—¿Llamas a tu madre por su nombre?
—A Minerva no la considero mi madre, la considero más como la mujer que me parió y que por obligación me mantendrá hasta que entre a la universidad —explicó con naturalidad.
Quizás eso había sido lo que Lisa vio en Iris. Esa desagradable similitud que las unía. Sus padres no aceptaban que a las chicas podían gustarles chicas, no obstante, el hecho de que no lo aceptasen no iba a cambiar sus gustos. Eso era lo que Lisa intentaba hacerle ver a Iris.
—Mi padre y yo somos unidos, ¿sabes? Me gusta hablar con él y decirle la verdad. Sentí terrible cuando me interrogó y le mentí. Yo sé que tú no hiciste nada y yo tampoco... —Lisa por un momento dejó de escuchar a Iris. Algunos recuerdos llegaron a su mente de aquella noche. Recuerdos que la perseguían en sus pesadillas. —... El punto es que no quiero llegar a ese nivel con mi padre donde yo lo llame por su nombre. Sin ofender.
Lisa retomó el hilo de la conversación con naturalidad. Sonrió.
—No me ofendí. Entiendo a lo que te refieres, Iris, de verdad que sí. Pero necesitamos decirle a tu padre que estuvimos juntas esa noche después de la fiesta.
—¿Por qué? Dijiste que me apoyarías y esperarías a que estuviera lista, no entien-
—Te apoyo y esperaré hasta que estés lista. —Lisa se separó de la pared para tomar las manos de Iris. —Solo que esto no puede esperar, ¿de acuerdo? Ocurrieron... cosas esa noche. Un secuestro y después un asesinato. Tenemos que decir la verdad.
—Lisa, me estás asustando. —Iris frunció el ceño. —Sí, lo de Madison ocurrió esa noche. Nada más. A nosotras no nos ocurrió nada. Estuvimos juntas casi toda la madrugada.
—¿Casi?
—Bueno a excepción de ese momento donde saliste a utilizar el teléfono público. Solo fueron un par de minutos, no puedes asesinar a nadie en un par de minutos sin que se escuche algún tipo de alboroto.
Lisa asintió lentamente.
—Tienes razón. Solo creí que no recordabas lo del teléfono, pensé que estabas dormida.
—Lo estaba, hasta que desperté. Me asomé por la ventana y te vi en la calle.
Lisa sintió que palideció.
—¿Me viste? ¿No viste nada más?
Iris frunció el ceño con confusión.
—¿De qué hablas? Eran como las tres de la mañana, Lisa, ¿a quién voy a ver a esa hora?
A Madison.
—A nadie. —Lisa soltó las manos de Iris. —Estoy delirando un poco. Esto de un asesinato no es algo que hay que tomarse a la ligera.
Iris colocó una mano en el hombro de Lisa. En cualquier otro momento ella se hubiera reído por lo poco experta que Iris era al interactuar con una chica más allá de la amistad.
—De acuerdo. —Lisa suspiró, olvidando esa noche por un momento. —No le diremos nada a tu padre hasta que estés lista. Aunque tampoco esperes que yo esté feliz escondiendo algo nuestro, Iris. No sé lo que somos exactamente, así que por ahora no tengo problema. El problema será si nuestras sesiones de besos y sexo se vuelven exclusivas, porque entonces seremos algo serio. Y a mí me gusta presumir a mis novias, no esconderlas.
Iris sonrió.
—Nunca has tenido una novia oficial —comentó con diversión.
—Tú tampoco —rebatió Lisa.
Miró a Iris a los ojos. Podía llegar a gustarle de verdad. Por el momento sentía atracción, sin embargo, había algo en Iris que sabía que tarde o temprano la haría caer por ella.
Se dejó llevar por el impulso del momento y la tomó delicadamente de su mentón para acercarla a ella. Iris no se resistió, lo cual dio una perfecta señal a Lisa para besarla.
La diferencia de estatura no era mucha. Permitía a Lisa besar cómodamente sin tener que hacer un esfuerzo extra parándose sobre las puntas de sus pies como hacía habitualmente. Tomó a Iris por la cintura para acercarla a ella lo máximo posible. Caminó de espaldas sin dejar de besarla hasta chocar contra el muro donde había estado recargada.
Giró junto con Iris para intercambiar posición, dejándola a ella contra la pared. Iris gimió ante la rudeza, aunque Lisa sabía que le había gustado. Iris podía no admitir ser lesbiana y parecer una santa, sin embargo, le gustaba jugar sucio. Lisa lo había descubierto desde la primera vez que compartieron cama.
Continuaron así por largos minutos. Lisa mordisqueando y lamiendo los labios de Iris a su antojo, y ella gimiendo levemente en respuesta.
Sus gemidos aumentaron de volumen cuando Lisa comenzó a besar su cuello mientras colaba su mano dentro de su falda. Iris era tan inexperta que simples acciones la enloquecían. A Lisa le encantaba sorprenderla.
Estaba por quitarle el sostén cuando alguien tocó la puerta del baño. Iris rápidamente fue la primera en alejarse y entrar a un cubículo. Lisa se tomó su tiempo para arreglar su ropa y cabello antes de retirar la escoba. Ignoró las preguntas de la chica que estaba en la puerta, continuando su camino como si nada.
Lisa tendría una charla con Jude. No había mejor manera de esconder un secreto que teniendo una coartada en común.
N/A
No sé si ya lo notaron jajaja, pero repito mucho los nombres de los personajes. Esto para que no resulte tan confuso de primera, porque sé que son bastantes y como lector a veces es difícil recordar quién es quién. Además, la trama siento que va ir muy rápido, lo cual es nuevo para mí porque suelo tomar mi tiempo para hacer que las cosas ocurran jsjsjsjs.
Los puntos de vista comenzarán a rotarse. El protagonista obviamente seguirá siendo Owen ya que es el nuevito y no sabe absolutamente nada de las relaciones de cada uno de los personajes de Imedown jajaja.
Iré dando unas cuántas pistas para ver si logran descubrir a quién le pertenecían cada una de las declaraciones que se hicieron en el capítulo 0.
Espero que les vaya gustando c:
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