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Momento equivocado ··· Emociones ···

Un par de policías de Piltover había llegado al instituto, ambos parecían acelerados y nerviosos, preguntaban por Caitlyn a todos los que se le cruzaran, estaban entrando al comedor del instituto y allí divisaron a Leona, quien estaba acompañada de Diana, ambas sentadas en una de las mesas mientras hablaban con seriedad. Los oficiales, al igual que muchas otras personas, estaban enterados de la amistad que existía entre Leona y Caitlyn, por lo que se acercaron a la Solari.

"Elegida del sol, necesito preguntarle algo con urgencia." - exclamó con respeto el más joven de los 2 policías.

"Adelante." - contestó Leona. Diana observaba la situación sin darle mucha importancia.

"La sheriff, Caitlyn... ¿La ha visto por algún lado?"

La Solari recordó haberla visto pasar persiguiendo a Vi momentos antes, de hecho la conversación que tenía con Diana era respecto a eso, si acaso se pelearon o qué, pero aun sabiendo que sí la había visto, no sabía si debía decirle al policía exactamente donde estaban, pues intuía que las cosas entre ellas podían estar yendo muy bien, o muy mal...

"¿Pasó algo en Piltover?" - preguntó, evitando contestar la pregunta.

Los oficiales se miraron dudosos...

"Sí... - cabizbajo - la cárcel de Piltover fue atacada con bombas... y varios criminales escaparon... - explicó uno de ellos - Necesitamos que la sheriff y su compañera vayan a la ciudad, es muy urgente."

"Entiendo - contestó Leona - Diana y yo les ayudaremos a encontrarla." - contestó con decisión.

"¿eso haremos?" - preguntó Diana.

"Sí, eso haremos. - Respondió la Solari mirándola a los ojos - Ustedes dos podrían buscarlas cerca del gimnasio y el campo de tiro, es probable que estén allí. Nosotras las buscaremos en sus habitaciones, sé que son policías, pero dudo que los dejen entrar a esa zona del instituto."

"Está bien. Tomen este radio - le entregó una radio policiaca a Leona - si la encuentran, llámennos o díganle que nos llame, si nosotros la encontramos, las llamaremos para recuperar el radio. ¿Ok?"

"Entendido" - respondió seria.

El par de policías asentó con la cabeza y comenzaron su búsqueda. Rápidamente salieron del comedor del instituto para dirigirse a los gimnasios. Mientras tanto, las elegidas se dirigían a las habitaciones de las personas que buscaban.

"¿Por qué los estamos ayudando?" - preguntó Diana mientras caminaban por un largo y ancho pasillo.

"Piltover está en problemas, Caitlyn es mi amiga y quiero ayudarla. Además... seguramente está con Vi... para bien o para mal..." - comentó algo apenada.

"Hm... ¿pinky estaba muy mal cuando la viste? -Preguntó curiosa Diana, Leona la miró y sonrió - N-No es que me preocupe por ella... Es que... es solo... bueno... pinky es... - nerviosa, no quería reconocer que se preocupaba por su amiga - Solo responde..." -finalizó algo molesta.

"jaja, pues... Vi parecía dolida y enojada, no sé qué habrá pasado, pero cuando la vi, parecía que estaba a punto de llorar... - la Lunari agacha la cabeza, pensativa - Y Caitlyn tampoco se veía muy bien, parecía estar a punto de llorar también..."

"pinky no parece el tipo de persona que llora por algo"

"Lo sé, pero no importa qué tan dura parezca ser la cubierta de un libro, ni lo pesado que sea, dentro de él siempre habrán delicadas hojas de papel..." - comentó pensativa Leona.

"¿Ahora eres filósofa?" - preguntó bromeando Diana.

"No - sonríe - pero he aprendido una cosa o dos... -agregó, estaban llegando al pasillo de Piltover. -Siempre fuiste tú la pensativa, la filósofa, la paciente..."

"la hereje..." - comentó Diana.

"No empieces... - molesta - sabes cómo están las cosas... sabes cómo son, y sabes que..."

"nunca podrás perdonarme..."

"y tú a los Solari tampoco. Pero eso no significa que no podamos... - se sonroja - que no... p-podamos... - se acerca al oído de Diana - estar juntas..." - le susurra.

"¿Quién dijo que quiero estar contigo?" - bromea, con sus mejillas coloreadas en rojo.

"Oh... ¿debo asumir entonces que no quieres tenerme cerca?" - preguntó, siguiéndole el juego.

"Exacto..." - se aleja un paso de su acompañante mientras sonreía levemente.

"Hm... - pensativa, mira los pasillos para asegurarse de que no haya nadie. - Entonces... - dice en voz baja -esto no debería agradarte"

Diana la mira con cara de pregunta, sin entender nada, cuando repentinamente, la Solari se acerca y la abraza por la cintura, apretándola contra su cuerpo (lo cual era un poquito incómodo, pues ambas llevaban puestas sus armaduras).

"¡¿Qué haces?! Nos van a ver"... - asustada.

"Luna mía... aquí no hay nadie..." - dijo en voz baja, mirando fijamente los labios de Diana.

Leona trata de besarla, pero la Lunari no se deja - "Pero puede venir alguien, se supone que somos enemigas."- su rostro estaba ruborizado.

"Te soltaré con una condición..." - sonríe maliciosamente, la Lunari no sabía qué esperar.

"No es el momento, se supone que estamos buscando a Caitlyn." - comentó Diana, queriendo desviar la atención. Leona la mira con cara de 'con eso no me distraerás'.

"Está bien... ¿Cuál es la condición?" - preguntó sin mucho ánimo.

"La primera, es que respondas una pregunta que te haré, y la segunda - sonríe - que me des un beso" -finalizó, tocando los labios de Diana con su dedo índice derecho.

"Dijiste que era 'una condición'... no dos..."

"mentí."

"Leo... va a venir alguien... lo mejor es que me sueltes" - nerviosa

"no voy a soltarte si no me respondes."

"Ya-deja-de jugar" - dijo Diana, luchando para soltarse del abrazo de la Solari, pero ésta tenía más fuerza física que ella.

"pues responde y te soltaré..."

"qué odiosa eres... - algo cansada, Leona le sonríe, sabiendo que ganó - pregunta rápido."

"¿Quieres estar conmigo?" - preguntó, mirándola a los ojos.

"¿Qué?" - totalmente sorprendida, la pregunta la pilló con la guardia baja.

"Que si quieres estar conmigo." - repitió Leona, mirándola con seriedad y algo de miedo.

"¿Por qué preguntas eso ahora? Deberíamos estar buscando Caitlyn... - contestó nerviosa - no es el mejor momento para discutir sobre nuestra relación." -afirmó después, sin pensar mucho sus palabras.

Leona sonríe ampliamente - "dijiste 'relación', eso significa que quieres estar conmigo, ¿Verdad?" -preguntó nuevamente, con algo más de confianza en sí misma.

"No te recuerdo tan melosa en el pasado..." - contestó Diana, evitando contacto visual y con las mejillas rosadas.

"Pero respóndeme..." - exigió la Solari, acercándose a escasos milímetros de los labios de la Lunari.

La elegida de la luna se tomó unos segundos antes de responder. La pregunta la ponía nerviosa, la idea de estar con Leona no era precisamente incómoda, de hecho, ella quería tenerla cerca, pero saber qué es lo que quería era muchísimo más fácil para ella que reconocerlo, eso era diferente, reconocer que quería tenerla cerca, que quería estar con ella...

Evitaba el contacto visual, pues la mirada tan cálida de Leona y esos ojos castaños y claros siempre la ponían nerviosa, la Solari parecía no intimidarse ante sus ojos plateados, pero para la Lunari era distinto. En temas tan íntimos como éste, Diana siempre fue reservada, tímida, no le agradaba mucho acercarse a los demás, jamás le agradó, solo con Leona era así, y de vez en cuando se permitía abrazarla en el pasado, en aquellos tiempos en los que ambas se consideraban amigas, solía apoyarse en su hombro cuando leía, o tender su cabeza sobre las piernas de la Solari en los atardeceres, y cuando Leona tenía que entrenar, Diana siempre buscaba algún lugar desde donde observarla y admirarla desde lejos. Siempre le pareció atractiva, siempre quiso tenerla más cerca de lo que podía permitirse, pero en este preciso instante, era la Solari quien se lo preguntaba. "¿Quieres estar conmigo?" repitió Diana en su cabeza, y la Lunari bien sabía que si no fuera por el lugar en el que estaban, le contestaría con beso apasionado que podría incluso terminar en algo más...

"¿Di?" - la llamó Leona.

"Sí... - contestó sonrojada - sí quiero... estar contigo... -agregó después, avergonzada. La sonrisa de Leona no podía ser más amplia - Pero no creas que-"

La Solari se abalanza sobre ella y la besa en los labios con algo de ferocidad, y con la pasión que caracterizaría a alguien con fuego en sus venas. La Lunari se dejó llevar por el beso y cerró sus ojos, segundos más tarde empujó a Leona, recordando el lugar en el que estaban y lo que se supone debían estar haciendo.

"Leo, leo... no-no es el mejor lugar para esto..." -comentó nerviosa.

"Ja... entiendo... ¿Tal vez... - mirada coqueta - más tarde?" - sonrisa pícara.

"Tal vez..." - contestó la Lunari, sin despegar sus ojos de sus labios.

"Te cobraré la palabra" - comentó Leona sonriente.

"Como quieras..." - dijo Diana comenzando a caminar. Leona le toma la mano para frenarla.

"Aún me debes un beso..." - comentó coqueta.

"Ay por la luna..." - un poco harta de la situación, Leona sonríe sabiendo que ganó.

Diana se acerca a la Solari, la toma por la cintura y la empuja contra la pared, luego de que Leona prácticamente rebotara contra ella, la Lunari se acerca y la besa en la boca, con calma, con tranquilidad y a la vez con mucha pasión. Pasan los segundos y la Solari la toma por el cuello, pero tan pronto como siente el contacto, Diana se separa de ella.

"Listo, tienes tu respuesta y tu beso. ¿Feliz?" -preguntó queriendo sonar irritada, Leona no le creyó.

"Sí, feliz" - agregó con una sonrisa.

Ambas siguieron caminando por el pasillo de Piltover hasta llegar casi al final. La habitación de Caitlyn estaba justo frente a ellas.

"¿Deberíamos tocar?" - preguntó la Lunari.

"Nah, Caitlyn no tiene problemas si soy yo"

...

La experta en hextech y la francotiradora estuvieron abrazadas por unos cuantos segundos. Vi sentía que se le nublaba la mente cada vez que recordaba los besos de Caitlyn, su aroma, la suavidad de su piel... y a pesar de no tener mucha experiencia en estas cosas, sentía un deseo creciente dentro de ella, algo que le pedía acercarse más a la sheriff, algo que le pedía besarla, besar su cuello, sus labios, sus mejillas, su frente... todo... A pesar de su pasado y de las cosas que vivió, y aun sabiendo que después de lo que le pasó cuando niña, no quería volver a tener contacto con ningún otro ser humano en su vida, a pesar de todo, Caitlyn era capaz de borrar ese miedo y esas sensaciones, estar con ella se sentía tan bien, y su presencia era tan reconfortante para Vi, que no le importaba nada de lo que había vivido, cada uno de sus miedos se desvanecían con la sola presencia de su aroma, todos sus malos recuerdos desaparecían al sentirla en un abrazo, y todas esas malas sensaciones morían cada vez que recordaba quién estaba con ella en ese momento.

Le dio un pequeño besito en el cuello y respiró profundamente con su nariz, queriendo inhalar el perfume de la morena. Apretó la cintura de su acompañante, queriendo tenerla más cerca, su cuerpos estaban pegados, y aun así parecía estar demasiado lejos para el gusto de la peli-rosa.

La detective suspiró con algo de nerviosismo al sentir los labios de Vi rozando su cuello... era un poco extraño... nunca sintió tanta electricidad recorrer su cuerpo con un beso en el cuello, jamás pensó en esa zona como un punto débil, sin embargo, los labios de la Defensora parecían ser diferentes, especiales, únicos. Caitlyn sabía que tenían trabajo por hacer, pero no quería soltarse de ese abrazo que le hacía sentir tan segura, cada vez que estaban juntas el tiempo se detenía para ambas, y por más que quisiera hacer lo que ella consideraba correcto, estar con Vi tampoco parecía ser algo equivocado.

"Eres encantadora..." - pensó la sheriff en voz alta.

"Y tú eres muy dulce..." - contestó la peli-rosa, susurrándole al oído.

Otro beso se posó en el cuello de Caitlyn, provocando un suspiro nervioso de su parte. Vi no sabía muy bien qué pasaba, pero era evidente que ese pequeño beso le gustó a su compañera, así que la peli-rosa decidió que otro beso calzaría perfecto en la piel de la sheriff; la besó nuevamente, y luego la volvió a besar, y así la besó muchas veces más, tanto que los suspiros de Caitlyn se transformaron en una respiración acelerada, trataba de respirar normal pero no podía.

"Creo que no es... el mejor momento..." - comentó la sheriff con algo de dificultad.

Vi no contestó... sin decir absolutamente nada, con su mano izquierda acercó a Caitlyn otro poco más hacia ella, jalándola por la cintura, para luego acariciar la espalda de su compañera con su mano derecha. Acercó su rostro al cuello de la francotiradora de tal manera, que la morena sintió la punta de la nariz de Vi rozando su piel, y así mismo sintió sus labios. Era electrizante, la sheriff sabía que habían asuntos que atender, pero ¿cómo negarse a esto? ¿Cómo decirle que no a las caricias y besos de la persona que ella quería? La experta en hextech hizo que ambas giraran, dejando la espalda de la morena frente a la puerta de su habitación.

Las manos de Vi bajaron a las caderas de Caitlyn, apretó los dedos, queriendo sentir la piel que estaba bajo el vestido de la morena. La sensación era embriagante, y la experta en hextech quería intoxicarse con lo que sentía, con el aroma de su cuello, con el sonido de su voz y de sus suspiros... a ella no le importaba ni el laboratorio ni las bombas de Ziggs, no le interesaba saber quién desconectó a Blitzcrank u Orianna, lo único que ella quería era sentir a Caitlyn más cerca. Era extraño, nunca creyó que pudiese sentir tantos deseos de tener a alguien en sus manos, nunca creyó que enloquecería de esta manera con la sheriff, trataba de controlarse y de controlar sus manos, pero cada vez que besaba a Caitlyn en el cuello, ésta suspiraba de tal manera, que era imposible no querer volver a besarla.

La morena comenzó a retroceder lentamente y Vi la seguía sin despegarse de ella, la sheriff retrocedió tanto que terminó pegada contra la puerta de su habitación, y prácticamente sobre ella, estaba la peli-rosa, respirando algo agitada, con sus manos sobre las caderas de Caitlyn. Vi tenía los ojos cerrados, y sin abrirlos, continuó besándola mientras subía lentamente para llegar a su boca. La besó con tanta suavidad y delicadeza que era sorprendente, y la pasión y calor en su beso era tan inmensa que a pesar de las protestas iniciales de la detective, terminó cediendo rápidamente al sentir la lengua de Vi besándola tan apasionadamente.

Continuaron besándose por largos segundos, las manos de Caitlyn jugaban constantemente con el cabello de su acompañante, acariciaba la nuca de Vi, luego la tomaba del cuello y finalmente volvía a jugar con su cabello. Las manos de Vi, sin embargo, estaban algo más intranquilas que las de Caitlyn, sus manos estaban tan cerca de las piernas de la sheriff que a duras penas contenía sus ganas de bajarlas y tocar la piel de la morena. Era difícil resistir, era imposible hacerlo... separó sus labios de los de Caitlyn y volvió a besarle el cuello, le parecía que ese punto en particular le gustaba mucho a cupcake. La morena cerró sus ojos y se mordió el labio inferior al sentir los besos de Vi. Luchaba por controlarse, por mantenerse firme en su posición de ir a investigar el robo, tampoco quería ir tan rápido con la peli-rosa, pero sentía que cada vez se excitaba un poco más, y aunque le tenía algo de temor a la sensación, era innegable que también le agradaba.

"Vi... - dijo suspirando - el... laboratorio..."

"Eso puede esperar..." - contestó, mordiéndole el cuello suavemente.

"Ah... - suspira algo excitada, se cubre la boca inmediatamente con la mano luego de escucharse -Tenemos que... investigar..."

Vi separa las piernas de Caitlyn con su pierna izquierda, provocando otro suspiro por parte de Caitlyn.

"Prefiero seguir... - la besa en la oreja - investigándote a ti" - la sheriff se sonroja inmensamente.

"Pero... tenemos-" - Vi la interrumpe.

"Si quieres que pare... - dijo susurrándole al oído, en un tono de voz seductor - Dime que me valla..." - finalizó, rozando sus labios con la oreja de Caitlyn.

Aunque le pareció algo riesgoso o que tal vez a Caitlyn no le gustaría, la peli-rosa acarició la oreja de la detective con la punta de su lengua. A penas sintió el contacto la sheriff casi se derrite, apretó el pelo de Vi con fuerza, tanto así que Vi sintió algo de dolor, pero no le importaba, de hecho, eso fue como echarle más leña al fuego. Volvió a rozar la oreja de Caitlyn con su lengua y ésta enloqueció nuevamente, por alguna razón, sentía un inmenso placer cada vez que Vi se acercaba a su cuello o a su oreja, y se le hacía imposible ocultarlo.

"Te odio Vi..." - dijo con ironía. Amando por completo cómo la hacía sentir la peli-rosa.

"Te odio..." - repitió, con la voz perdida.

Para la experta en hextech eso había sido suficiente. Bajó sus manos hasta las piernas de Caitlyn, las separó poniéndose ella en medio, y luego alzó a la sheriff, quien se abrazó al cuello de Vi mientras ésta la tenía cargada. Los besos entre ambas se hacían cada vez más hambrientos y era imposible pensar en algo más que no fuese en seguir besando a la otra. Vi acarició las piernas de Caitlyn lentamente, mientras un beso apasionado y efusivo hacía que las dos comenzaran a sentirse cada vez más excitadas. A la sheriff le encantaba enredar sus dedos en el cabello de Vi, tanto que sin pensarlo, le quitó los lentes que Vi siempre llevaba puestos en la cabeza y los lanzó al suelo, solo para despeinarla con ambas manos.

"Te gusta mi pelo..." - comentó Vi con los ojos cerrados, con su boca pegada a los labios de Caitlyn.

"Siempre quise despeinarte" - susurró.

Un beso más se posó sobre los labios de Caitlyn, luego Vi comenzó a retroceder lentamente, sin mirar hacia donde iba, sin saber qué había detrás de ella, según sus cálculos, debía ser la cama de la morena, pero no podía decirlo con seguridad. Con la sheriff en sus brazos, la peli-rosa se detuvo de golpe al sentir que sus piernas chocaron con algo, sin mirar se dio cuenta de qué era. Sus cálculos eran correctos, se sentó en la cama y Caitlyn terminó sentada en sus piernas, quedando ambas frente a frente. Las rodillas de la sheriff estaban apoyadas en su cama.

Las cosas iban algo rápido, es verdad, pero no quería frenarse, cada beso que recibía era tan dulce que se le hacía imposible parar. La morena llevó ambas manos a los hombros de Vi y le quitó la chaqueta, la joven se dejó sin oponer resistencia, y luego de quitársela, llevó sus manos nuevamente a las piernas de Caitlyn... algo tenían sus piernas que le pedían a gritos que las tocara... acarició su piel lentamente, en la manera más delicada que podía, de la forma más cuidadosa posible. Los suspiros y uno que otro jalón de cabello repentino, le hacían saber que a Caitlyn le agradaba sentir sus manos acariciándola, y Vi no paraba de suspirar tampoco, le encantaban esos jalones de pelo, esos suspiros, y le encantaba sentir a la sheriff mordiéndole los labios cada vez que algo la electrizaba.

Poco a poco Vi fue tomando confianza, y sus besos bajaron lentamente por el mentón de la sheriff, continuó bajando con pequeños besos hasta llegar a su cuello, siguió bajando y llegó a su pecho, tomó las piernas de Caitlyn y la jaló hacia ella, obligando a la morena a inclinarse un poco hacia atrás, el único objetivo de Vi en ese momento era meterse en el escote de su acompañante y comerla a besos y mordiscos con sus labios. Esto asustaba un poco a Caitlyn, sobre todo cuando Vi tomó sus piernas y la acercó de golpe, pero al mismo tiempo le gustaba esa mezcla de brusquedad y pasión que Vi tenía, era una mujer embriagante.

A medida que los besos de Vi seguían bajando hasta llegar al escote, Caitlyn se inclinaba cada vez más hacia atrás, sujetándose del cuello y de la cabeza de la peli-rosa, quien cada vez se acercaba más y más a los pechos de la sheriff. Cuando estuvo a la altura del escote, se acercó al vestido de Caitlyn y mordió el borde, bajando el vestido con sus dientes, la morena mordió su labio inferior y cerró sus ojos, inclinándose tanto hacia atrás, que Vi tuvo que inclinarse hacia adelante para poder besarla. El cabello castaño de la detective tocaba el suelo mientras la peli-rosa acariciaba sus piernas y besaba sus pechos como si su vida dependiera de ello.

De pronto, la puerta se abrió de golpe.

"CAITLY-" - comenzó Leona, su cara y la de Diana era de shock al ver la escena.

Caitlyn abrió sus ojos de golpe viendo a las elegidas de cabeza desde su posición, y Vi se detuvo en seco, con su rostro pegado al cuerpo de la detective. Se congeló por completo al darse cuenta que alguien había entrado en la habitación, la situación era tan incómoda que ninguna de las cuatro atinaba a hacer algo.

"Ce...Cerraremos la puerta, y haremos como si esto no hubiese pasado..." - dijo Diana algo avergonzada. Luego cerró la puerta.

- En el pasillo -

"Leo... creo que..." - comenzó Diana.

"no se pelearon... ya me di cuenta..." - finalizó Leona.

"Te dije que debíamos tocar antes de entrar..." -comentó sonrojada.

"Bueno... tenías razón, jaja" - ríe nerviosa, rascándose la nuca.

- En la habitación -

Caitlyn levanta la parte superior de su cuerpo, quedando nuevamente sentada sobre Vi y frente a ella. La peli-rosa la mira fijamente a los ojos sintiéndose avergonzada, y la sheriff le devuelve la mirada sin decir nada. Cuando la morena comienza a notar que la Defensora se siente algo culpable de que las hayan sorprendido así, la abraza por el cuello, pegando su cuerpo al de ella, la sheriff tenía la parte superior de su vestido prácticamente en la cintura, pero no le importó demasiado. Besó el cuello tatuado de Vi y recién ahí la peli-rosa le devolvió el abrazo.

"Eso fue... inesperado..." - comentó Caitlyn.

"Sí... - pausa - Lo siento..." - contestó algo entristecida.

"No te preocupes pinky, está todo bien..." - se separa un poco de Vi para sonreírle y mirarla a los ojos. Vi le devuelve la sonrisa.

"¿Sabes algo?" - preguntó la peli-rosa.

"¿Qué?" - preguntó devuelta, aun sonriéndole.

"eres un cupcake exquisito" - sonríe con malicia.

"..." - sonríe avergonzada bajando la mirada.

"TOCK TOCK" - suena la puerta.

Caitlyn se levanta dándole la espalda a Vi, y se arregla el vestido con las manos, con sus mejillas sonrojadas. Luego se dirige hacia la puerta. Respira profundo tratando de quitarse los nervios por todo lo que acababa de pasar, y luego de contar hasta tres, gira la manilla de la puerta para encontrarse con Leona y Diana.

La sheriff abre la puerta lentamente.

"Ho- ahem - aclara su garganta - Hola..." - saludó Caitlyn.

"Hola - sonríe maliciosamente - lamentamos sinceramente la interrupción - agregó, con mirada acusatoria - pero hay un problema en Piltover" -finalizó, sonando seria.

"¿En Piltover? ¿Qué pasó?" - preguntó la morena, totalmente intrigada.

Vi se acercó a la puerta, quedándose parada detrás de Caitlyn. Diana la miró sonriente y Vi se sonrojó...

"pues-" - comenzó Leona.

"Atacaron la cárcel de Piltover anoche. Dos policías te están buscando porque la cosa parece ser grave. -explicó Diana, interrumpiendo a Leona, quien asentaba con la cabeza - dicen que los atacantes usaron bombas y derribaron una de las paredes... - Caitlyn la mira espantada - muchos... muchos criminales escaparon..."

La cara de impacto de Caitlyn era evidente. Era obvio que ese ataque tenía relación con el robo de bombas que le habían hecho a Ziggs durante la noche, seguro debía existir algún motivo por el que el jefe Stevens no la llamó de inmediato... la sheriff recordó las palabras del interrogatorio que le hicieron al Doctor, cuando dijo que no debería sentirse tan segura en el instituto...

'quien robó las bombas está relacionado con el ataque a la cárcel, eso es evidente...' - pensó con seriedad.

"¿Dónde están esos policías?" - preguntó seria.

"Te están buscando cerca del campo de tiro, pero le entregaron un radio a Leona para que los llames cuando te encontremos." - La Solari le entrega el radio.

"Habla Caitlyn, ¿Dónde están?" - dijo, sosteniendo la radio con su mano derecha.

"¡Sheriff! Esto es importante, atacaron la cárcel anoche. Encontrémonos en la entrada principal del instituto y le daré los detalles del ataque."

"Muy bien, voy para allá"

"Creo que necesitaremos todo el apoyo posible sheriff... tengo un... mal presentimiento." - dijo con sinceridad el policía.

"..." - Caitlyn no contestó, pero ella también tenía un mal presentimiento.

Salió de su habitación con Vi siguiéndola, la peli-rosa aun no decía nada. Aunque avergonzarse por las cosas que hacía era algo bastante raro de ver, la situación en la que se vio sorprendida la hacía sentir bastante incómoda frente a las demás.

"pinky... ¿Dónde están tus guantes?" - preguntó Diana al verla salir de la habitación.

"Ah, claro, claro... están en mi cuarto... voy por ellos" -respondió, abriéndose paso entre sus amigas para llegar a su puerta.

"¿y tu chaqueta?" - preguntó nuevamente diana, sabiendo cuál sería la respuesta. La Lunari sonreía con maldad.

"um... mi... ejem..." - aclara su garganta, luego entra a la habitación de Caitlyn.

Vi se acercó a la cama y cogió su chaqueta con brusquedad, sabiendo que la Lunari la estaba molestando por lo sucedido anteriormente. Era irritante e insoportable, pero por alguna razón sentía que era el karma, por haberse burlado del color de su cabello y de su situación con Leona anteriormente. Era evidente que Diana estaba aprovechando la ocasión para burlarse de la Defensora de Piltover.

"Aquí está mi chaqueta..." - comentó molesta, sin levantar la mirada del suelo. Caminó hacia la puerta que daba al pasillo rápidamente.

"Tus gafas protectoras siguen en el suelo Vi..." -señaló la Lunari.

Vi regresó al cuarto de Caitlyn y recogió sus gafas del suelo. La sheriff estaba parada junto a la puerta levemente sonrojada, pues aunque Diana estaba molestando a Vi y tratando de hacer que ella se sintiera avergonzada, de una manera u otra, ella también estaba relacionada con la situación embarazosa, lo cual la hacía sonrojarse de todas formas.

"Di, ya deja de molestarla, no seas cruel." - comentó Leona.

"No soy cruel. Solo me vengo de ella por llamarme anciana un par de veces - comentó sonriendo y encogiéndose de hombros. - la venganza es dulce ¿sabes?"

"De cualquier forma - habló finalmente Caitlyn -debemos irnos rápido. Esto es importante para mi ciudad y no quiero que pase nada malo. Tengo una mala sensación de todo esto y me preocupa el tono de voz con el que me habló ese policía - agregó seria -Vi, busca tus guantes y vamos a hablar con la policía, y hazlo rápido."

"va, va..." - comentó rodando los ojos, la seriedad de Caitlyn había vuelto a ella... qué alegría...

Luego de que Vi recogiera sus guantes, todas se dirigieron a la entrada del instituto, lugar en el que ambos policías esperaban a Caitlyn y Vi. El suspiro de alivio que dieron ambos al ver a la sheriff luego de buscarla por todos lados, solo sirvió para preocupar aún más a la detective.

"Sheriff - saludó uno de ellos - lo siento por la informalidad, pero Piltover podría estar bajo ataque en este preciso instante."

"No te preocupes por formalidades. Dime exactamente qué pasó."

El joven comenzó a explicar en detalle todo lo sucedido en la ciudad, el ataque a la prisión, los cortes de luz y el corte en la señal de los teléfonos. Explicó que las bombas usadas fueron de una fuerza bastante amplia, según algunos de los guardias, no fueron más d explosiones las que lograron escuchar, y sin embargo, el daño causado al edificio fue bastante devastador. Por otro lado, la prisión se vio destrozada parcialmente. Solo una de sus paredes fue derribada con las bombas, las explosiones siguientes sirvieron para crear una especie de túnel dentro de la cárcel, por el cual escaparon los criminales que allí se encontraban.

Caitlyn sospechaba que esto fue planeado. Quien sea que haya atacado la ciudad sabía cuándo hacerlo, sabía que ella no estaba allí y que Vi tampoco estaba, sabía que Heimerdinger y Ziggs apagaban los sistemas de Blitzcrank y Orianna durante las noches y sabían el horario en que lo hacían.

"Todo está relacionado... el robo de bombas de Ziggs y el ataque a la cárcel están obviamente conectados. -Dijo Caitlyn con seriedad - las horas de diferencia concuerdan con las horas de viaje de aquí a Piltover."

"¿Qué hacemos? - preguntó Vi - viajar a Piltover tomará horas, quizás no haya ciudad para cuando lleguemos"

"Lo sé, por lo mismo, tendremos que pedir permiso de invocación."

"Y eso es..." - comentó la peli-rosa, pidiendo que le explicaran lo que Caitlyn acababa de decir.

"Buscas a un invocador y le pides que te invoque a algún sitio. Sólo está permitido hacerlo cuando el campeón cree firmemente que hay peligro para inocentes al lugar al que quiere ir." - Explicó la Solari.

"Básicamente, es una invocación de emergencia..." -resumió Diana.

"¿Te dieron alguna descripción de los tipos que atacaron la cárcel?" - preguntó intrigada la morena.

"Pues... no. Pero escuché a uno de los guardias decir que... le disparó a uno de los tipos en la cabeza, y el tipo ignoró el disparo como si no le hubiese llegado." -contestó el oficial.

"Tal vez no le llegó" - contestó rápidamente Vi.

"El guardia dijo que vio cómo salieron chispas cuando la bala chocó contra el casco de aquel hombre... Eso me hace pensar que llevaban puesto algún tipo de armadura."

"El único tipo de armadura que conozco que sea capaz de resistir impactos de balas, es hextech..." - comentó la detective.

"Hextech... - repitió la peli-rosa en tono pensativo - ¿qué criminal de Piltover conocemos que pueda usar armaduras de hextech?"

Caitlyn se quedó en silencio, analizando toda la información que tenía en su mente, recordando lo que dijo el Doctor cuando lo interrogaron: 'el creador y estratega debe haberse cruzado contigo más de una vez en el instituto de la guerra' pensó para sus adentros, 'el culpable forma parte del instituto, sabe que estoy aquí, tiene control sobre el hextech...' se toma una pequeña pausa mental. 'Un enemigo de Piltover con dominio en hextech y que forme parte de la Liga...'su mente se iluminó brevemente, 'debo hablar con Jayce'.

"¿Alguien ha visto a Jayce?" - preguntó súbitamente la morena.

Miró las caras de quienes la rodeaban, una por una, todos respondieron moviendo la cabeza en negación.

"Mierda, tengo que encontrarlo, tiene que ir a Piltover con nosotras."

"¿Por qué?" - preguntó enojada Vi.

"Porque sospecho que quien está detrás de esto está relacionado con él. No sé por qué quiso secuestrarme a mí, pero quizás haya sido para atraer la atención de Jayce..."

"¿Hablas de Viktor?" - preguntó Diana, hablando por primera vez luego de mucho rato en silencio.

"Sí. Sospecho de él..."

"Pues... se supone que en el partido que tenía minutos más tarde de que nos encontráramos en el pasillo, él formaría parte de mi equipo. Pero un invocador nos dijo a último minuto que Viktor no estaba en el instituto, que tuvo asuntos importantes que atender en Zaún." - explicó la Lunari, algo insegura.

"Eso lo hace aún más sospechoso... - murmuró Caitlyn. Luego volcó su atención a los policías -Bueno, les agradezco que hayan venido hasta aquí para informarme de lo sucedido. Deberían volver a Piltover cuanto antes."

"Eso haremos sheriff - Alejandro (el policía) sonríe -Vamos Miles..."

Los jóvenes oficiales se alejaron de ellas rápidamente, queriendo volver lo antes posible a su ciudad. Las cuatro chicas se dirigieron al gran salón de invocadores, lugar en el que siempre se reunían los ancianos e invocadores más experimentados del instituto, los mismos que acordaron aceptar a Vi como campeona hace unos días atrás.

La detective les relató todo el acontecimiento y los invocadores estaban sorprendidos, a pesar de que tienen la facultad de invadir la mente de los campeones cuando crean que algo anda mal o que traman algo, descubrir qué había dentro de la cabeza de Viktor suponía un desafío. El científico siempre estaba callado, y a pesar de verse un poco tenebroso en aspecto físico, ese no era argumento suficiente para invadir su mente cada vez que se lo cruzaran, y el hecho de no conocer su rostro tampoco ayudaba a leer su personalidad sin tener que invadir sus pensamientos.

La sheriff les pidió que buscaran a Jayce y lo llamaran al gran salón, pues su presencia era importante tratándose de su enemigo. Caitlyn no tenía muy claro qué es lo que Viktor buscaba al tratar de secuestrarla y luego destruir parte de la cárcel de Piltover. No entendía cuál era su objetivo. De ser una venganza contra Jayce, sencillamente lo habría atacado a él, o al laboratorio del defensor del mañana, incluso secuestrarla a ella podía ser considerado un acto de venganza, sobre todo tomando en cuenta los sentimientos que Jayce tenía por Caitlyn, pero ¿qué tenía que ver el ataque a la cárcel, con una venganza contra Jayce?

Minutos más tarde, el inventor piltoviano llegó al salón. Se ganó una mirada de profundo desprecio por parte de Vi, y al darse cuenta de la mirada, él agachó la cabeza y se acercó a los invocadores. Entendía perfectamente por qué estaba siendo observado de esa manera por la peli-rosa, no la culpaba, pero aun comprendiéndola, la situación no dejaba de ser incómoda.

Luego de una plática llena de seriedad y algo de misterio, Caitlyn y los invocadores le explicaron la situación al inventor, él tampoco parecía entender qué tenía que ver la cárcel de Piltover con una posible venganza de Viktor contra él, pero los minutos seguían corriendo y debían apurarse.

Con el permiso de invocación concedido, Vi, Caitlyn y Jayce estaban listos para ir a Piltover y ver qué era lo que estaba ocurriendo. Leona y Diana eran espectadoras de toda la conversación que se llevaba a cabo, ninguna de las dos se sentía con el derecho a opinar sobre una ciudad que no era la suya, aunque la Solari se veía bastante preocupada por la situación.

"Caitlyn - la llamó, la sheriff la miró desde el centro de la habitación - quiero ayudarte" - manifestó después. Ella y Diana estaban junto a la puerta del salón.

"Te lo agradezco mucho Leona, pero no me gustaría que te pusieras en peligro por nuestra culpa." - le sonríe.

"Cait, el peligro es parte de la vida, y creo que tener ayuda extra no les vendría mal. - le devuelve la sonrisa - además soy un tanque, que no se te olvide." - Aclara después.

"Gracias Leo, siempre serás bienvenida en Piltover" -se acerca a la Solari y la besa en la mejilla.

Mientras Caitlyn se dirige nuevamente al centro de la habitación para que los invocadores la envíen a Piltover, Leona mira a Diana fijamente, tratando de incomodarla y de llamar su atención.

"Deja de mirarme... los invocadores se darán cuenta de que algo cambió entre nosotras." - dijo en voz baja la Lunari.

"¿No vas a ir conmigo? Podrías ayudarnos..." - susurró Leona.

"Leo, no tengo nada que hacer en Piltover." - contestó seria

"¿Y si algo me pasa?" - preguntó, poniendo cara de inocencia y mirando a Diana a los ojos.

"Eres un tanque, tú misma lo dijiste. No creo que necesites que te cuide" - seria nuevamente.

"JUM - algo molesta - tu deber como mi novia es-"Diana la interrumpe

La Lunari se abalanza sobre Leona, llevándola contra la pared y tapándole la boca con la mano para que se callara, los invocadores volcaron su atención a ellas inmediatamente, y se quedaron en silencio esperando ver qué sucedería después.

"CALLATE - susurró nerviosísima - Está bien... iré con ustedes - Leona sonríe - pero si sigues hablando así de nosotras, no pasará una semana y todos sabrán que estoy contigo. - Agregó seriamente - Ten más cuidado Leona." - le quita la mano de la boca para dejarla hablar.

"Ok" - sonríe nuevamente.

"AAAAAAhhhh - suspira profundamente - Caitlyn - la sheriff la mira - yo también iré... no preguntes por qué..." - dijo, antes de que la sheriff articulara la pregunta.

Con la ayuda de los invocadores, los 5 fueron transportados a Piltover. Viajar con este método era parecido a ser invocado a los campos de la justicia, solo que la sensación de vacío era un poco más prolongada. Cuando llegaron a la ciudad, aparecieron en la entrada del edificio gubernamental de Piltover, el mismo edificio en el que Caitlyn y Vi tenían su oficina.

El jefe Stevens sabía que era muy probable que las campeonas regresaran por medio de una invocación y no viajando como tradicionalmente lo hacen, también sabía dónde llegaría la sheriff al momento de ser invocada a la ciudad, pues lo habían discutido hace tiempo y acordaron que, el edificio gubernamental era la mejor opción por estar ubicado en el centro de la ciudad, por lo mismo, el señor Stevens envió un par de patrullas policiacas al edificio, para que éstas llevaran a Caitlyn a la estación de policía cuando llegase.

A penas sintió que sus pies tocaron el suelo, la detective comenzó a mirar a su alrededor, esperando ver a sus amigos junto a ella. Diana fue la última en aparecer, y luego de su llegada a Piltover, le fue imposible no asombrarse al ver cómo era la ciudad, vio el edificio central y su cara de asombro lo decía todo. La ciudad era bella y a la vez moderna, definitivamente, era un lugar que le gustaría volver a visitar.

Luego de verla llegar, Caitlyn buscó en la calle algún transporte que pudieran tomar, e inmediatamente divisó a un par de policías que se le estaban acercando rápidamente, casi corriendo, la sheriff caminó hacia ellos, y luego de que éstos le indicaran donde estaba el jefe Stevens, le ofrecieron llevarla caia él. La joven le indicó a sus cuatro acompañantes que se subieran a los autos. Caitlyn, Vi y Leona iban en el auto delantero, mientras que Jayce y Diana iban en el escolta. El inventor no era ningún tonto, sabía que Diana también sentía desprecio por él luego de su escena de baile con Leona en el bar, se dio cuenta inmediatamente de que la Lunari probablemente sentía algo por la Solari, y luego de la mirada que le dio Diana al verlo sentarse junto a ella, no le quedó duda. ¿Qué podía ser mejor para el Defensor del Mañana que estar en una misión con dos mujeres fatales odiándolo?

Al llegar a la estación, el jefe Stevens la estaba esperando. La morena y sus acompañantes se acercaron a él, y éste gentilmente saludó a cada uno de ellos. Luego, se paró frente a Caitlyn, quien tenía a Vi a su lado y a Leona, Diana y Jayce detrás de ellas.

"Sheriff, gracias a dios, por fin está aquí."

"Stevens, sus oficiales ya me informaron de todo en el instituto. ¿Ha sucedido algo antes de que llegáramos aquí?" - preguntó muy preocupada.

El jefe Stevens miró a Vi por unos segundos con cara de tristeza, la peli-rosa notó inmediatamente la mirada al igual que Caitlyn.

"¿Qué pasó? ¿Por qué me mira así?" - preguntó la Defensora.

"Um... Vi..."

"¿Qué pasa con Vi?" - preguntó Caitlyn preocupada.

"Tu... departamento... fue atacado." - dijo con cuidado.

"¿QUEE?" - preguntó en shock la peli-rosa.

"La cerradura de la puerta fue... quemada con un soplete o algo para soldar... y luego lo incendiaron. Los bomberos nos avisaron sobre el ataque porque notaron inmediatamente que fue algo provocado. - a Vi le costaba creer lo que escuchaba - Lo siento mucho Vi." - comentó después con tristeza, sabiendo lo importante que era para Vi ese departamento.

La joven agachó la cabeza, mirando el suelo... sin entender cómo su día cambiaba tan rápido una y otra vez. Estaba entristecida y a la vez no lo podía creer... ¿Qué haría ahora? ¿Volver a la calle? Luego de todas las cosas que debió pasar en su vida, ese departamento era una de las cosas más bellas que consideraba como algo propio, algo totalmente suyo, y ahora se lo habían arrebatado... quien haya sido, pagaría por lo que hizo.

"¿Qué pasó con el resto del edificio? - preguntó Vi, aún con la mirada baja - ¿La gente de los otros departamentos está bien?"

El jefe Stevens sonrió al darse cuenta de que aun habiendo perdido su departamento, Vi estaba más preocupada por las personas que vivían allí que por su pérdida.

"Ellos están bien. - apoya una mano en el hombro de Vi - No te preocupes, te encontraremos otro departamento, no volverás a la calle" - Vi levanta la mirada y el oficial le sonríe.

Pero tan pronto como la situación apareció, Caitlyn encontró una solución.

"Jefe Stevens, no se preocupe por otro departamento - dijo Caitlyn, ni él ni Vi entendían muy bien a qué se refería y se quedaron viéndola - yo me encargaré de eso, Vi puede quedarse conmigo. - La detective sonríe. Nuevamente, la peli-rosa estaba en shock -Llevo trabajando con ella bastante tiempo y confío plenamente en ella. - Vi sonríe - Además... - agregó la sheriff - así no volverá a llegar tarde al trabajo nunca" -Vi deja de sonreír, 'así que ESA es la razón' pensó, rodando los ojos...

"Pues... si usted no tiene problema, yo tampoco lo tendré" - afirmó el oficial.

De pronto, escucharon bullicio a lo lejos, gente que gritaba y unos ruidos electrónicos hacían eco en la calle. Caitlyn estaba segura de que era su sospechoso principal quien se acercaba.

La morena caminó hacia la calle mientras Vi la seguía, y detrás de ellas estaban Leona, Diana y Jayce, preparándose para enfrentarse a lo que sea que se acercaba. El jefe Stevens les ordenó a sus hombres armar una barricada rápidamente con los autos para bloquearles el paso a los criminales que se aproximaban, mientras él le indicaba a los civiles que se retiraran de lugar. La estación de policía era un edificio de aspecto clásico, pintado en blanco y con una escalera en la entrada, la cual tenía puertas de cristal protegidas con una reja.

Vi estaba agachada al costado izquierdo de Caitlyn, mientras que Leona y Diana estaban ocultas tras otro auto que estaba a la izquierda de la peli-rosa. El Defensor del mañana estaba en el otro borde de la calle, en la misma vereda en la que estaba situada la estación. El inventor estaba agazapado tras un contenedor de basura.

Hasta el momento solo escuchaban gritos y algunas explosiones de autos, Vi quiso acercarse a ver qué pasaba pero Caitlyn la detuvo con su mano izquierda. La sheriff sabía que tarde o temprano, los criminales se acercarían a ellos. Todo hacía parecer que se acercaban a la estación de policía, tal vez tenían la intención de destruirla, quién sabe... lo único seguro era que se estaban acercando.

Caitlyn suspiró profundamente y quitó el ojo de la mira telescópica unos segundos para descansar la vista, luego volvió a posar el ojo frente a la mira, y a lo lejos, vio a varios hombres caminando hacia la estación de policía, todos usando un traje metálico negro, el cual ella supuso que era la armadura hextech, pero pintada.

"Ahí vienen..." - le advirtió Caitlyn a su compañera.

La peli-rosa le hizo una señal a Diana, y ésta entendió de inmediato que se acercaba el enemigo.

"Mierda... no sé qué hago aquí jugando a los policías y ladrones..." - comentó en voz baja la Lunari.

"Tranquila luna mía, si algo pasa, yo te protejo." - le susurró con una sonrisa Leona.

"Eso-eso no es... - nerviosa - No tengo miedo... si es que eso es lo que insinúas..." - respondió sonrojada.

"Hm. No pienses en el miedo como una debilidad, el miedo es lo que te impulsa a pelear para sobrevivir." -Contestó la Solari.

Diana se quedó en silencio, si bien era verdad que no tenía miedo, la frase que Leona había dicho le pareció interesante, después de todo, cuando recibió los poderes de la luna, el miedo fue lo que la impulsó a defenderse y gracias a eso sobrevivió.

10 hombres con una armadura negra y cascos negros se acercaban marchando firmes, cada uno caminando junto al otro. La sheriff sabía que detrás de ellos habían más personas pero no lograba ver quién, de todas maneras, sospechaba que Viktor podía estar ahí, aunque aún no tenía pruebas suficientes que aseguren su culpabilidad, su instinto se lo decía, no entendía el porqué de su accionar, pero sabía que era él quien había planeado todo.

"Atentos" - dijo el jefe Stevens usando su radio policiaca.

Los hombres en armadura seguían acercándose, caminando con calma, como si nada extraño estuviese ocurriendo, ignorando por completo a las personas que corrían alejándose de ellos, algunas personas incluso tropezaron con ellos tratando de escapar, y aquellos hombres ignoraban el contacto por completo, como si nada los hubiese tocado en primer lugar. A Caitlyn le parecía que ese era un comportamiento muy extraño, a lo largo de su carrera como detective, había conocido a muchos tipos que actuaban de esa manera, ignorando todo a su alrededor, pero siempre tenían algún tipo de reacción, una mirada, un reflejo, algún movimiento... pero éstos tipos... estos tipos eran muy distintos, actuaban casi como robots.

Cuando estaban a unos 30 metros de distancia, el jefe Stevens les ordenó que se detuvieran, usando un altavoz para asegurarse de ser escuchado. Pero los hombres no se detuvieron... al estar a unos 20 metros, alguien que estaba detrás de ellos les ordenó detenerse, cuatro de los tipos de en medio dieron un paso a delante, y luego se separaron, 2 de ellos se movieron hacia la izquierda y los otros 2 hacia la derecha, dejando un espacio que dividía a a los uniformados de negro en 2 grupos. De entre ellos, se asomó un hombre que ya era conocido para Caitlyn, para Vi y también para Jayce.

¿D-Doc?" - Se preguntó en voz alta Vi, sin dar crédito a lo que veían sus ojos.

Al principio se sintió aterrada de ver esa cara nuevamente, Caitlyn la miró preocupada, y la peli-rosa le devolvió la mirada. Luego de mirarse a los ojos por unos segundos, Vi comenzó a sonreír lentamente y con algo de nerviosismo, la sheriff no entendía a qué se debía la sonrisa. Momentos más tarde, la sonrisa de Vi se tornó un poco más oscura, casi siniestra, y la detective entendió por qué. La defensora dejó de ver a Doc como una amenaza para ella y comenzó a verlo como un objetivo, en ese instante, Vi se dio cuenta de que esto era lo que ella había estado esperando durante tanto tiempo, el día de su venganza había llegado, y nadie le quitaría de las manos la venganza que tanto había buscado.

Detrás del doctor, se asomó Viktor, pero para Caitlyn no fue ninguna sorpresa, su cabeza ya había hecho las cuentas y él era su sospechoso principal, se habría sorprendido si el villano hubiese sido otro, pero Viktor era el único enemigo de Piltover que sabía cómo dominar el hextech, muy pocas personas eran capaces de hacerlo y él era una de ellas.

"Quédense donde están" - ordenó nuevamente el jefe Stevens.

"Mente inferior, tú no me das órdenes a mí" - contestó Viktor.

El zaunita levantó su brazo mecánico y disparó su rayo láser en dirección al oficial, a medida que el rayo avanzaba, dejando un rastro negro sobre la calle, el jefe Stevens se apuraba en salir corriendo y alejarse del auto, al igual que los otros oficiales. Caitlyn y Vi tuvieron que apartarse del lugar también, corriendo hacia la vereda que estaba en el lado opuesto de la estación de policías, allí, se quedaron junto a otra patrulla policiaca. Todos tuvieron que retroceder.

El láser era tan potente que hizo que el auto policiaco explotara, el poder de Viktor estando fuera del instituto y sin las restricciones a las que estaba sujeto en los campos de la justicia era realmente impactante, la sheriff miró a Jayce por unos segundos y se preguntó cómo es que fue capaz de derrotarlo. El inventor se veía bastante preocupado por la presencia del científico zaunita, Jayce mejor que nadie sabía de lo que era capaz Viktor si alcanzaba su máximo potencial, y sospechaba que su presencia en Piltover se debía a que quería 'algo' para alcanzar dicho potencial.

"Este es el comienzo del futuro - anunció Viktor - sino quieren morir contra mi ejército hextech, ríndanse."

Todos se quedaron en silencio. La sheriff decidió que la mejor manera de responder ante la amenaza de Viktor, era disparándole, así que le apuntó al corazón y luego disparó.

¡CLANG! La bala dio de lleno en el cuerpo de Viktor, pero la armadura que éste llevaba puesta logró protegerlo.

"Tomaré eso como un no" - comentó el científico.

"¿Por qué querías secuestrarme?" - preguntó Caitlyn en tono demandante mientras el auto policial ardía.

"Oh, Caitlyn... la respuesta es bastante sencilla - la sheriff esperaba con ansias la respuesta - Esta ciudad sin ti no sería nada, eres tú quien la mantiene libre de criminales, eres tú quien la mantiene en pie, ¿cómo podría vencer a mis enemigos si su pilar fundamental está siempre presente?"

Caitlyn se quedó en silencio, no creía en las palabras de Viktor, aun no encontraba mucho sentido a sus palabras.

"Lo que necesito para estar completo está aquí, los minerales para energizar mis máquinas sin correr riesgos, los metales necesarios para seguir construyendo prototipos, materiales que necesito incluso para forjar mis herramientas... todo lo necesario está aquí... ¿Crees que alguno de mis enviados lograría robar lo que necesito teniéndote a ti en la ciudad?"

Los hombres con armadura negra dieron un paso al frente, los policías y los campeones entraron en modo de alerta, pero Caitlyn seguía incrédula, ¿de verdad el objetivo de Viktor era ella y no Jayce?

"¿Sorprendida de que no esté detrás de Jayce? -preguntó el científico, sabiendo que Caitlyn no le creía nada - La ciudad con o sin él, siempre ha sido y siempre será lo mismo... pero sin ti, sin tu trabajo Piltover no sería ni la mitad de lo que es, nadie entiende el valor de lo que has hecho, porque no tienen la inteligencia suficiente, pero yo sí la tengo, y sé que sin ti, en esta ciudad no existiría ni la mitad de los inventos que hoy existen, porque los materiales y recursos para construirlos estarían en mi poder. Veo más allá de lo que ven los demás, y es por eso que estoy por sobre los seres humanos como ustedes..."

La sheriff no le dijo nada, se agachó poniendo una de sus rodillas en el suelo y le apuntó con el arma, se puso en posición tan rápido que hasta Vi se sorprendió.

"Ataquen" - ordenó Viktor.

Tan pronto como Caitlyn le apuntó al científico a la cabeza, se le cruzó uno de los hombres de armadura para proteger a su líder, y los otros 9 se acercaron rápidamente a los policías y comenzaron a atacar. Vi salió de donde estaba cargando su puño y se lanzó sobre uno de los criminales, al impactar contra la armadura de sus contrincantes, se dio cuenta de lo dura e impenetrable que parecía ser, era como si la armadura fuese totalmente sólida, y no simplemente algo que se llevaba encima. Comenzó a golpear a uno de los tipos tan duro como podía, sus puños sacaban chispas, y su campo electromagnético aparecía cada vez que daba un golpe. A Viktor pareció interesarle los guantes que Vi usaba, si lograba conseguirlos, y si además conseguía el martillo de Jayce, el científico sabía que se volvería imparable.

Los hombres de Viktor atacaban a los policías sin piedad, dando golpes y patadas con una agilidad increíble. Los disparos de las pistolas no hacían absolutamente nada contra las armaduras de los criminales. Diana apareció rápidamente usando su impulso lunar y se abalanzó sobre uno de los criminales, su espada curva parecía no dañar a su contrincante, la Lunari se preocupó por una pequeña fracción de segundos, trató de ver los ojos de su enemigo queriendo ver su miraba bajo el casco oscuro, pero no encontró nada, el cristal era tan opaco que lo único que la Lunari veía, era su reflejo. A Diana no le importó, continuó atacando a su enemigo, sabía perfectamente cuáles eran los puntos débiles en las armaduras, y el hecho de que su arma fuese un arma cortante, le hacía sentir que tenía ventaja.

El hombre que peleaba contra la Lunari cubría muy bien sus puntos débiles usando sus brazos como escudo, con lo poderosa que resultaba ser una armadura hecha de hextech, y con la libertad de usar sólo sus brazos para defenderse de cada estocada, parecía ser que Diana se agotaría antes de lograr derrotar a su enemigo. La Lunari buscaba en cada ataque los puntos clave para su victoria, bajo los brazos, la garganta, la parte trasera de las rodillas, esos eran los puntos que siempre buscaba, pero su enemigo se protegía tan bien y tan ágilmente que le resultaba difícil atacar en el momento justo. Leona quiso acercarse y ayudarla, pero tan pronto como comenzó a acercarse, otro individuo comenzó a luchar con ella.

La sheriff mantenía su posición, disparando a todo lo que se le cruzara, tratando de defender a los policías que se veían sobrepasados ante la potencia de los enemigos. ¿Qué clase de personas eran éstas? A penas vino la pregunta a su cabeza, Caitlyn recordó una de las cosas que Viktor recién había dicho, que en Piltover se encontraban 'los metales necesarios para seguir construyendo sus prototipos' ¿Acaso se refería a éstos? 'Viktor no hablaba de crear otros brazos mecánicos... sino que... se refería a crear robots, un ejército.' Concluyó Caitlyn.

"Ataquen a matar - ordenó la sheriff, todos la miraron extrañados ante la orden que había dado - no están peleando contra personas, son prototipos... son robots... - todos observaron a los hombres vestidos de negro, y cómo parecían ser extrañamente ágiles -Disparen y ataquen a matar, busquen el cuello" -ordenó nuevamente.

Viktor sonrió brevemente, era una lástima que alguien con la astucia de Caitlyn tuviese que morir el día de hoy... pero la inteligencia de la madre de la detective era bastante superior en temas como el hextech, y probablemente, la única manera de hacer que la científica piltoviana coopere en sus proyectos, era tener a Caitlyn como rehén.

Tan pronto como la morena dio la orden, Vi comenzó a atacar a muerte, aún quería encontrar a Doc y despedazarlo con sus manos, molerlo a golpes con sus guantes, pero no podía cegarse por su sed de venganza y dejar a Caitlyn rodeada de enemigos que probablemente la matarían, además, el doctor estaba parado junto a Viktor, llegar a él sería muy complicado con esas máquinas defendiéndolos. La peli-rosa cambió sus estrategia, y a pesar de que le encantaba molerle la cara a golpes a sus rivales, tuvo que cambiar el punto de ataque y dirigir sus puños a la parte baja de la mandíbula de su rival, con el único objetivo de arrancarle la cabeza a su contrincante. El prototipo trataba de defenderse bloqueando los golpes de Vi, pero la peli-rosa activaba la fuerza excesiva cada vez que estaba a punto de golpearlo, lo que provocada que, a pesar de que el robot bloqueara el golpe, la energía que la Defensora había cargado en su guante, impactaba de todas maneras la zona que ella quería.

El combate fue así durante un par de segundos, lo que para Vi se volvió algo aburrido. Cargó su puño derecho nuevamente mientras el robot esperaba que ésta lo atacara, la joven retrocedió un par de pasos y luego se abalanzó sobre el robot con el puño derecho por delante de ella, cuando estaba a punto de impactar al robot nuevamente, éste levantó el brazo para bloquear otra vez el ataque de Vi, pero antes de que el guante impactara contra la armadura del prototipo, Vi detuvo su puño y cambió de mano, golpeando al robot con su mano izquierda en vez de la derecha, si los robots tuvieran emociones, 'desconcierto' habría sido lo que éste prototipo habría sentido, pues al bloquear con su brazo izquierdo, dejo descubierto su lado derecho, y la peli-rosa aprovechó esa pequeña apertura para dar el golpe que tanto había buscado. El golpe fue tan fuerte y certero que la cabeza de la máquina salió volando, y el cuerpo del robot quedó echando chispas frente a Vi, luego cayó lentamente.

"Ja, no es tan difícil - dijo confiada Vi - ¿Quién quiere ser el siguiente?" - preguntó en tono arrogante.

"Saludos hermosura... - contestó Doc - ¿Te gustaría tener una cita conmigo?" - preguntó después.

Diana observó la situación desde lejos sin entender muy bien qué pasaba, pero algo le decía que él era un enemigo personal de Vi.

El doctor cargaba consigo una espada de metal verde, la cual también estaba hecha de hextech.

"Cuidado Doc, esa espada es demasiado grande para un inútil en batalla como tú." - contestó con rabia la peli-rosa.

"¿Inútil? No soy un inútil... ¿o acaso no recuerdas cuan útil fui contigo esa noche?" - preguntó, queriendo abrir una vieja herida en Vi.

"Si necesitaste la ayuda de 5 hombres para sujetar a una niñita, pues eres un inútil para mí" - contestó, sonriendo confiada.

"TSK... - no supo qué responder, no esperaba una respuesta como esa. - Es una pena tener que matarte. - Comentó después, sujetando la espada con ambas manos - por cierto... lamento haber incendiado tu casa" - finalizó, sonriendo burlescamente.

Levantó la espada y comenzó a correr hacia Vi, y ésta cargó ambos puños y comenzó a correr hacia él, cuando ambos se encontraron, el choque entre la espada y los guantes de Vi hicieron eco en la calle, así como también hacían eco el sonido de los disparos de Caitlyn y los policías, o la espada de Diana y el martillo de Jayce, o la espada y la escudo de Leona...

Hace mucho que la peli-rosa no veía pelear al ex líder de su banda, por lo que no estaba muy al tanto de la evolución de sus capacidades como espadachín, ella siempre supo que él era un aficionado y amante de las armas corto-punzantes, pero jamás lo vio usar una espada antes. El hecho de que la espada estuviese hecha de hextech la ponía algo nerviosa, no estaba muy segura de cómo reaccionaría su campo electromagnético si él lograba atacarla con la espada.

El hombre era ágil y sabía cómo moverse con una espada en sus manos, siempre esperaba que Vi lo atacara primero para tratar de sorprenderla mal parada, con la guardia baja o en mala posición para bloquear, pero la peli-rosa sabía cómo defenderse de ataques con espadas, no era la primera vez que debía combatir de esta manera, claro que el hextech la preocupaba, pero no lo suficiente como para sentirse intimidada. Decidió que tratar de atacarlo a él no estaba teniendo los frutos que ella esperaba, en lugar de querer atacar su cuerpo, se acercó a él y con el puño cerrado, simuló que lo golpearía en el estómago, tan pronto como Doc quiso desviar el golpe de Vi usando la espada, la Defensora usó su otra mano y golpeó la espada del criminal. La sorpresa en la cara de su rival era evidente, la había visto pelear antes y le pareció que la fuerza de bruta de Vi podía jugarle a favor, creyó que ella siempre buscaría atacarlo a él, jamás pensó que la experta en hextech cambiaría de estrategia en medio de la pelea.

"¿Qué pasa? ¿Tienes miedo sin tu cuchillo?" -preguntó la joven.

"Yo...-"

Fue interrumpido por un puñetazo de Vi antes de que pudiera pensar en terminar la frase, uno de los prototipos trató de defenderlo interponiéndose en el camino de Vi, pero tan pronto como se paró frente a ella, Jayce apareció de la nada y lo apartó con un martillazo, el joven inventor sabía que con eso Vi no lo perdonaría por lo que sucedió con Caitlyn en el bar durante la mañana, pero de todas maneras quería ayudarla, sabía lo que ése tipo le había hecho a Vi, y no quería que nada ni nadie se interpusiera entre ella y su venganza.

La Defensora se acercó nuevamente al criminal que estaba tirado en el suelo, con ambos labios partidos por el golpe que recibió y con la nariz sangrando, lo tomó por la ropa, levantándolo prácticamente del cuello y lo miró a los ojos. Vio cómo el miedo recorría el cuerpo de ese hombre, vio en su mirada, cómo aquel sujeto sabía que su muerte estaba cercana, estaba aterrorizado. La peli-rosa lo miró fijamente, analizando cada una de las sensaciones que el sujeto tenía en su cuerpo, y Caitlyn la observaba desde cierta distancia, cada vez que podía la miraba para asegurarse de que Vi estuviera bien, por mucho que quería que su compañera se liberara, no quería verla transformada en una asesina, y la peli-rosa estaba a un paso de convertirse en una.

"ja - ríe brevemente - Tu vida vale tan poco para mí, que hasta quitártela es una pérdida de tiempo..."

"¡Ah! - Respiró asustado - ¡por favor... no me mates!"

Vi lo bajó lentamente, el hombre apenas podía mantenerse en pie. La joven le dio una sonrisa siniestra, haciéndole saber que le debía la vida, y que él pagaría sus errores estando vivo, algo por lo que él se sentía agradecido.

"¡GR-GR-GRACIAS!" - Gritó asustado.

Tan pronto como escuchó eso, la peli-rosa le lanzó un golpe con ambos puños, tan fuerte, que el doctor voló por los aires, aterrizando de espaldas y raspándose la cabeza contra la calle. El golpe recibido fue tan dañino que sus costillas se quebraron al momento del impacto. El doctor cayó justo frente a Viktor, quien comenzaba a ver cómo su plan lentamente parecía fallar. Decidió cambiar un poco las cosas, y a través de un control que tenía en su mano derecha, ordenó que 5 de sus prototipos mataran a Caitlyn.

Los 5 prototipos que peleaban contra los policías y las fuerzas especiales abandonaron sus objetivos y comenzaron a acercarse a la sheriff. El jefe Stevens notó el repentino cambio en el comportamiento de los robots, mientras Caitlyn seguía tratando de dispararle a Viktor, quien estaba siendo protegido por uno de los prototipos como si fuese un auténtico escudo. El señor Stevens notó que los 5 robots ignoraban los disparos y se acercaban más y más a Caitlyn. Le ordenó a sus oficiales que dejaran de disparar, pues temía que alguna bala revotara y le llegara a la sheriff, e inmediatamente después, usó el altavoz para informarle a Caitlyn que los 5 prototipos se acercaban a ella.

La morena quitó su ojo de la mira telescópica y volteó a ver dónde estaban sus atacantes, al notar que estaban a escasos metros comenzó a retroceder de inmediato, estando aún en cuclillas. La peli-rosa escuchó el aviso del jefe Stevens, y tan pronto como se lo permitían sus piernas, corrió hacia donde estaba Caitlyn y cargó sus guantes de energía. La morena estaba de espaldas a ella, por lo que la detective solo la vio pasar rápidamente por su costado. Al principio los robots ignoraban a Vi, pero los golpes de la defensora eran tan certeros y dañinos, que las máquinas cambiaban de objetivo cada vez que podían para atacarla. Su mecanismo de defensa les hacía atacar aquello que les causara demasiado daño como para seguir funcionando, por lo que, cada vez que Vi se paraba frente a uno de ellos, ese prototipo cambiaba de objetivo y la atacaba a ella en lugar de buscar atacar a Caitlyn.

Mientras tanto, Jayce luchaba con uno de los prototipos. Él, al igual que todos, escuchó la advertencia del jefe Stevens, quien ordenó a sus hombres rodear todo el lugar en un radio de dos cuadras y rodear a Viktor, para negarle cualquier vía de escape en caso de que intentara huir.

El joven inventor sabía perfectamente cómo lidiar contra esas máquinas, trataba de golpear constantemente las piernas del robot, y cada vez que lo lograba, levantaba el martillo y le golpeaba un costado de la cabeza, hizo eso tantas veces, que el robot comenzaba a perder el balance cada vez de una manera más notoria. Llego un momento en el que Jayce sabía que si golpeaba suficientemente fuerte y en el lugar correcto, probablemente le arrancaría la cabeza, tal como Vi lo había hecho con otra de las máquinas. Transformó el martillo a su forma de cañón y le disparó 3 veces en una de las piernas, luego volvió a transformarlo en martillo y golpeó con fuerza la misma pierna, la máquina trató de cubrirse pero el daño en esa misma pierna era demasiado grande, el robot perdió el balance y se fue de costado hacia la derecha, Jayce aprovechó ese pequeño movimiento para golpear al robot en la cabeza, ésta salió volando, y mientras Jayce veía la trayectoria de la cabeza mientras volaba, vio de reojo que un rayo de luz roja se acercaba a él, alcanzó a cubrirse con su martillo y luego miró a Viktor, sabiendo que había sido él quien le disparó ese rayo láser.

El inventor se acercó a él con mirada amenazante, y Viktor lo esperaba con los brazos extendidos, desafiándolo. El científico estaba seguro de que ésta vez sería capaz de capturar a Jayce y derrotarlo.

Mientras Leona y Diana seguían luchando contra un robot cada una, Vi hacía lo posible por defender a Caitlyn de 5. Ni ella sabía de donde sacaba la fortaleza, pero cada vez que la sheriff podía, disparaba su rifle para ayudarle a la peli-rosa a defenderse. Cada disparo era certero, todos apuntaban siempre al cuello de sus enemigos y la morena no fallaba.

Vi tomó a uno de los robots del cuello y le apretó la garganta tanto como pudo, mientras otro de los robots trataba de golpearla en las costillas, otro de ellos quiso golpearla por su otro costado, pero la peli-rosa tomó al robot por la cintura y lo levantó. Al ser de puro metal, los robots pesaban más que una persona normal, pero a pesar de eso, ella lo levantó y lo lanzó tan lejos como pudo. Luego de lanzarlo y de seguir resistiendo los golpes del otro robot, usó la mano con la que lanzó al prototipo para golpear a aquel que sujetaba por la garganta, lo golpeó repetidas veces, hasta que finalmente le arrancó la cabeza.

Los otros dos prototipos se acercaban a Caitlyn cada vez más, a paso seguro, y aquel robot que Vi lanzó por la calle, fue masacrado a tiros por la policía. Tal vez su armadura era fuerte contra los disparos de pistola, pero las balas de escopeta apuntadas específicamente a su cuello eran otra historia.

En otro lugar de la calle, Leona usaba su escudo para golpear y para defenderse del robot, los poderes que el sol le otorgaba le ayudaban para cegar los detectores de calor del robot, los cuales utilizaba como si fuesen ojos, la Solari aturdía a su enemigo constantemente, y cada vez que el aturdimiento duraba lo suficiente, la Solari usaba su espada para tratar de cortarle la cabeza. El robot contraatacaba tan rápido como podía, golpeando a la Solari constantemente. Leona se defendía usando su escudo, pero las cosas se pusieron serias cuando el robot logró golpearla en la cara con un puñetazo que le rompió el labio inferior a la Solari.

La rabia creció dentro de su cuerpo al ver su sangre en uno de sus dedos cuando comprobó el daño sufrido en su cara, levantó su espada e invocó el poder del sol, provocando una súbita subida en la temperatura del lugar, y además, logrando que el robot se quedara inmóvil por varios segundos, Leona soltó su escudo y tomó su espada con ambas manos, tomó impulso llevando la espada hacia su costado derecho, y en un solo movimiento se abalanzó sobre su enemigo y lo decapitó.

"Qué bueno que no me rompió una uña" - comentó en voz alta, burlándose de su enemigo derrotado.

Mientras Leona peleaba con aquel robot, Diana tenía su propia pelea con otro prototipo, su paciencia se agotaba, y así como su poder era superior estando fuera de los campos de la justicia, también se le hacía más agotador tener que ocuparlos, lo mismo pasaba con Leona, pero la Lunari notó que el combate puramente físico no le estaba funcionando del todo bien, así que cargó su escudo lunar siendo envuelta por tres esferas de luz plateada, y se lanzó nuevamente sobre su rival. Con un impulso lunar lo atacó por la derecha, cortando parte de su cuello, con otro impulso atacó el lado izquierdo de su enemigo, cortando otra parte de su cuello, y con un impulso final, atravesó su cuello desde atrás hacia adelante. Al terminar su ataque, apoyó una de sus rodillas en el suelo, sujetando su espada con ambas manos y respirando agitadamente, detrás de ella estaba el cuerpo sin cabeza de su enemigo.

Vi cambió de objetivo, hartándose de sentir tantos golpes en sus costillas; el dolor que sentía era tremendo, pero tan rápido como pudo, usó sus guantes y bloqueó los golpes de aquel robot. El prototipo alcanzó a golpearla una vez más, y esa zona de su cuerpo estaba tan dañada por los golpes previos, que la peli-rosa podía jurar que sintió cómo se quebraba una de sus costillas. Dio un pequeño quejido de dolor y golpeó a la máquina de lleno en el centro de su cuerpo, no apuntó a ningún lugar en específico, lo único que quería era quitarse al robot de encima. Todo esto ocurría mientras ambas elegidas aún luchaban contra sus enemigos.

El robot se acercó nuevamente a Vi, pero ella lo ignoró y cargó sus puños de energía nuevamente, no sabía cómo, pero le quedaban fuerzas para seguir peleando, ella jamás permitiría que esos robots le hagan daño a Caitlyn. Se impulsó hacia adelante y se interpuso en el camino de ellos otra vez. Aprovechando la distracción que Vi había provocado, la sheriff le disparó tanto como pudo al robot que venía persiguiendo a Vi. Disparó tantas veces en el mismo punto, que las balas habían hecho un círculo perfecto en el cuello del robot. Caitlyn cargó su arma nuevamente y apuntó otra vez, la bala salió de su rifle y perforó nuevamente el cuello del prototipo, éste se quedó parado por unos momentos y luego cayó de espaldas a la calle. La sheriff respiró aliviada.

Jayce se acercó a Viktor rápidamente, tomó el martillo con ambas manos y trató de golpearlo con el mazo de su arma, producto de la adrenalina, el joven inventor gritó cuando intentó golpear al científico. El Heraldo mecánico bloqueó el golpe de Jayce cruzando sus brazos en forma de X, y aunque el inventor logró hacerlo retroceder un par de pasos, su ataque no fue suficiente para derribarlo, Viktor trató de atacarlo con su láser inmediatamente, pero Jayce se cubrió con el mazo de su martillo. En ese momento, Viktor utilizó su campo gravitatorio para inmovilizar a Jayce, y luego lo atacó usando la 'transferencia de potencia' para robar la energía del martillo de Jayce y poder usarla él. El peli-negro no pudo hacer mucho, pues estaba inmovilizado.

"Tus emociones te traicionaron humano..." - comentó Viktor con su acento extraño.

El científico lanzó un último ataque, "Tormenta del Caos", las corrientes eléctricas de aquel ataque dejaron a Jayce en el suelo, el inventor estaba con vida, pero inconsciente.

Uno de los prototipos atacó a la Defensora por la espalda y el otro la atacó de frente, al ver esta situación y al escuchar el quejido de dolor que dio Vi al sentir el golpe en su espalda, la sheriff se puso de pie inmediatamente y golpeó al robot que atacó a la peli-rosa usando la culata de su rifle, esto llamó la atención de la máquina, y la experta en hextech aprovechó el momento para atacar al prototipo que tenía frente a ella, el cuál le había propinado un golpe en la cara cuando ésta arqueó la espalda por el golpe recibido.

El otro prototipo, se acercaba cada vez más a Caitlyn, la sheriff trató de apuntarle con su rifle pero el robot golpeó el artefacto, lanzándolo a unos cuántos metros de distancia, la máquina dio un par de pasos rápidos y tomó a la morena por el cuello, levantándola en el aire y ahorcándola, Vi se percató de la situación y empujó con ambos puños al robot con el que peleaba, notó que Jayce estaba inmovilizado por el cambo gravitacional de Viktor, pero en este momento su prioridad era rescatar a Caitlyn. Se acercó al robot y lo tomó por la espalda, abrazándolo y apretándolo fuertemente, tanto que el prototipo dejó caer a la detective, quien se quedó tendida en el suelo, sobándose la garganta con suavidad. Vi lanzó al robot al suelo y el otro se le lanzó encima dando golpes de puño, la joven bloqueó los golpes con sus guantes, pero mientras trataba de protegerse, el otro robot se acercó por su espalda y rompió el controlador de presión que la peli-rosa llevaba en la espalda.

Todo su mecanismo de defensa y los ataques que requerían energía ya no podían ser utilizados, pero a ella no le importaba, podrían arrancarle los brazos y seguiría luchando. Pateó al robot que rompió su controlador para darse algo de tiempo y golpeó al otro en la cabeza tantas veces que su respiración se agitó de sobre manera. La cara del robot se molió, Vi pateó el cuerpo sin vida del prototipo para alejarlo de ella. El otro robot nuevamente la atacó por la espalda, lanzándose sobre ella, la joven tomó uno de los brazos del prototipo y lo lanzó frente a ella, cuando lo vio caer a sus pies, dio un salto para impulsarse con más potencia y luego, con el puño cerrado, se dejó caer con toda su fuerza y peso sobre la cabeza de la máquina. Habían vencido a los 10 robots, pues Diana y Leona estaban terminando de luchar también.

La peli-rosa estaba de espaldas a Viktor, y antes de que girara para ver cómo estaba Caitlyn sintió que algo fuerte golpeó su espalda. La sonrisa que se había dibujado en el rostro de la sheriff al ver a su compañera triunfar ante sus 2 enemigos desapareció al ver el láser de Viktor golpeando su espalda y quemándola.

"¡AAAAARRGHH!" - gritó Vi, sintiendo un dolor insoportable.

La joven cayó de rodillas, el dolor era tan grande que no podía girar para ver a su atacante, Caitlyn se puso de pie de inmediato para acercarse a la peli-rosa, pero ésta cayó de frente en el suelo, incapaz de sostenerse derecha al sentir su espalda y sus costillas tan heridas.

"¡VIII! - Gritó desesperada Caitlyn - ¡Vi! ¿Estás bien? Dime que estás bien" - preguntó, pero ya conocía la respuesta...

"Claro que... estoy bien..." - dijo a duras penas.

La sheriff hizo girar el cuerpo de Vi para que ésta quedara recostada boca arriba. La morena tomó el torso de su compañera y la abrazó luego de arrodillarse junto a ella, acariciando el pelo de la defensora, la aprisionó contra su pecho queriendo sentirla cerca, sabiendo que estaba mal herida. La peli-rosa tenía la vista algo perdida, conocía su cuerpo mejor que nadie y sabía que sus heridas eran graves, creía firmemente que no moriría hoy, nada la alejaría de Caitlyn, pero se sentía tan... perdida, tan mareada, trataba de mirar a la sheriff a los ojos y la veía borrosa, quería escuchar sus palabras pero sonaban distantes.

"¡Vi, con un carajo! - expresó, temiendo lo peor - Que ni se te ocurra dejarme... no ahora..." - agregó después, con sus ojos humedecidos.

La peli-rosa no dijo nada, no porque no pudiera, no se sentía tan débil como para no poder hablar, pero recordó vagamente algo... ni ella sabía por qué recordaba esto ahora, era algo totalmente sin importancia, pero bromear con el tema le pareció buena idea en el momento.

"No me iré... aún me debes... un... me debes un pastelito... me debes un... c-cupcake" - dijo adolorida, apretando los ojos.

La sheriff no entendía muy bien a qué se refería Vi.

"C-cuando trabajaste con Jayce... me prometiste un cupcake... para el día siguiente..." - Caitlyn recordó de qué hablaba... y al darse cuenta de que entendió a qué se refería, Vi le regaló una sonrisa.

"No me iré... a ningún lado... sin... mi cupcake..." - dijo en forma pausada, mientras sus ojos se cerraban lentamente.

La sonrisa de Vi comenzó a desvanecerse a medida que sus ojos se cerraban.

A Caitlyn ya no le importaba nada, de un segundo a otro las cosas cambiaron, de un momento a otro, sintió que lo más preciado que había encontrado en la vida le estaba siendo arrebatado de sus brazos, de sus manos, de sus dedos. No pudo contener el llanto, se inclinó para acercarse a ella y la besó en la mejilla, mientras sus propias lágrimas mojaban la cara de su compañera.

"Yo soy tu cupcake..." - le susurró, para luego besarla en los labios.

"Las emociones... son la debilidad del ser humano..." -comentó en voz alta Viktor.

Diana y Leona observaban la situación atónitas... incapaces de creer lo que veían. La Lunari volcó su atención a Viktor, quien estaba distraído observando cómo Caitlyn parecía despedirse de Vi.

"Leona... - susurró - está distraído..."

La Solari miró a Viktor y lo vio con la vista fija sobre Caitlyn y Vi. Ambas elegidas se miraron a los ojos, sabiendo inmediatamente qué era lo que debían hacer. Con Jayce aún inconsciente, ambas se lanzaron sobre Viktor, Diana usando el impulso lunar, y Leona usando su espada para acercarse a él. Al mismo tiempo llegaron al cuerpo metálico del científico, Leona invocó al sol para cegar a Viktor, y la Lunari cortó el brazo mecánico de la espalda del zaunita.

"¡Caitlyn!" - la llamó Leona. Mientras Viktor trataba de liberarse del agarre de las elegidas.

La sheriff levantó la mirada, al ver la situación, supo inmediatamente lo que tenía que hacer. Dejó a Vi gentilmente sobre la calle mientras los policías se acercaban para atenderla, y la detective se acercó a su rifle, lo tomó y luego caminó hacia Viktor, quien estaba inmovilizado por Leona y Diana. La morena se paró frente a él y le apuntó a la cabeza con el rifle, la Solari, que sostenía el brazo derecho del científico la miró asustada, la sheriff no era una ejecutora, pero la rabia que sentía en este momento luego de ver cómo Viktor atacó cobardemente a Vi por la espalda, la estaba consumiendo. Antes de que Leona pudiese decir algo, Diana habló.

"No lo mates... - Caitlyn la miró seria, furiosa - No le des la salida fácil, no le des lo que él quiere... no lo dejes sin justicia..." - dijo con seriedad y la voz cargada con algo de rabia.

La sheriff miró a Viktor, quien no decía nada, luego, ella bajó el arma.

"Las emociones son tu debilidad... - dijo el inventor -Si tan solo tu madre hubiese sido zaunita..." - agregó después.

La morena levantó el rifle nuevamente, le disparó a la rodilla izquierda de Viktor, luego a su rodilla derecha, cuando el inventor cayó de rodillas, la piltoviana le disparó en una de sus manos, en la derecha. El científico se retorcía de dolor en el suelo.

"¡El dolor es una emoción, maldito imbécil de mierda! - dijo con rabia la detective. - Apuesto que te 'duele' no tener tu preciada mano para seguir inventando porquerías..."

"¿Estás bien?" - preguntó Leona.

"No... - contestó Caitlyn, con sus ojos llenándose de lágrimas - ¿pueden... llevar a este tipo al instituto?..." -preguntó, con un nudo en su garganta.

"sí, no te preocupes..." - contestó Diana.

Caitlyn se acercó a Vi nuevamente, quien estaba tirada en el suelo, inconsciente, el jefe Stevens había llamado ambulancias y bomberos apenas vio que se desataría una batalla en el centro de la ciudad. Cuando la morena llegó junto a Vi, ya habían paramédicos atendiéndola.

"¿Cómo está?" - preguntó inmediatamente.

"Lo de su espalda parece ser muy grave... - contestó serio y cabizbajo el paramédico - no sé si podamos salvarla si sigue así..."

El corazón de Caitlyn se hizo mil pedazos al escuchar eso. Junto a ellos, estaban trasladando a Jayce, quien había despertado segundos antes de su inconsciencia, alcanzó a escuchar lo que dijo el paramédico de Vi, y como pudo, trató de articular palabras.

"Cait- ¡Caitlyn! - la llamó, mientras otros paramédicos le pedían que se tranquilice - Sor-¡Soraka! ¡Soraka puede salvarla!" - gritó desde la camilla, los paramédicos lo forzaron a recostarse.

La sheriff se secó las lágrimas y llamó a su último invocador mentalmente, aquel que la ayudó a llegar a la ciudad. Le rogó desde el fondo de su alma que usara la invocación para llevar a Soraka a Piltover, que era urgente, que la vida de una campeona estaba en peligro, y ante las sinceras súplicas de Caitlyn, el invocador cedió.

Al ser informada de la situación, Soraka sintió que debía acudir en ayuda de la piltoviana herida. No la conocía, pero salvar una vida era lo que a la hija de las estrellas más le importaba.

Viajó a la ciudad, y luego de estar toda la tarde realizando curaciones y rezándole a las estrellas en el hospital, el ser celestial sintió que había terminado su trabajo.

"Caitlyn... ella estará bien, pero necesita dormir, y va a dormir mucho, así que no te asustes." - dijo con su tono de voz calmado y característico.

"¿Cuánto va a dormir?" - pregunto asustada la sheriff.

"Como máximo podría dormir hasta por tres días, pero no te preocupes, lo peor ya pasó" - afirmó con una sonrisa.

Caitlyn se acercó a ella y la abrazó fuerte, claramente agradecida de lo que había hecho por Vi.

"Muchas gracias Soraka, - dijo entre lágrimas - de no ser por ti... ella habría..."

"Ni lo menciones Caitlyn, - la interrumpió - no pienses en lo que pudo ser, piensa en lo que es. Ella sigue aquí, lo que pudo haber pasado ya no importa." - finalizó, sin soltarse del abrazo.

Lágrimas de felicidad brotaban de los ojos de la morena, al entender que su preciada compañera estaba bien, sana y salva, pero vaya susto que le hizo pasar...

Un día pasó y Vi aun no despertaba, Caitlyn pasó con ella todo el día y toda la noche, sin despegarse de ella, se mantenía siempre tomándole la mano derecha y acariciándola, haciéndole saber que estaba allí. Dormía junto a ella, acercando una silla a la camilla en la que Vi descansaba y cubriéndose con una manta, así pasó su primera noche junto con la peli-rosa.

Al segundo día, mientras estaba recién saliendo el sol, la peli-rosa comenzó a despertar al sentir la luz en su cara, se preguntaba por qué carajo la cortina de su departamento estaba abierta, ella nunca las dejaba así. Lentamente comenzó a recobrar sus 5 sentidos y así mismo sus recuerdos fueron volviendo a su cabeza. Miró el techo blanco del lugar en el que estaba y luego miró a su derecha, vio a Caitlyn cubierta con una manta verde oscuro, y tomándole la mano, al mirarla mientras dormía pacíficamente, recordó los detalles de todo lo que había ocurrido, no estaba muy segura de cuánto tiempo había pasado durmiendo, pero esperaba que no haya sido demasiado.

Los minutos pasaban y Vi seguía observando a Caitlyn mientras ésta dormía, hasta que la sheriff lentamente comenzó a despertar. Abrió sus ojos, luego miró a su compañera, que la miraba con esos ojos azules y brillantes, como si nada hubiese pasado. La morena se quedó inmóvil por unos segundos, pestañó un par de veces y se lanzó sobre la camilla en la que estaba Vi, prácticamente acostándose sobre ella.

"¡VI! - Exclamó emocionada - ¿Cuánto llevas despierta?"

"Tal vez unos... 30 minutos... - contestó de manera muy natural - es lindo verte dormir" - comentó sonriendo.

"Tonta... - exclamó nuevamente, con los ojos brillantes -Te amo..." - dijo repentinamente después.

"¿Por qué me dices eso tan repentinamente?" -pregunto sonrojada Vi.

"Creí que iba a perderte, estuve contigo tan poco tiempo y sentí que casi te pierdo... - dijo emocionándose, sin soltar a Vi del abrazo - me encantas... me encanta tu pelo rosado, tus ojos azules, tus labios gruesos... me encantan tus besos, tus caderas, tus piernas largas... amo el tatuaje que tienes en el cuello, me gusta tu risa loca, me encanta tu dulzura y me encanta tu locura... amo tu fortaleza, y admiro tus ganas de vivir y hacer las cosas bien..." -confesó llorando.

"¿Cupcake? ¿Estás bien?" - preguntó preocupada, la voz de Caitlyn sonaba quebrada.

"Sí... estoy bien..." - dijo después de suspirar.

La sheriff se acurrucó junto a Vi, apoyando su cabeza sobre el brazo derecho de la peli-rosa. Vi tomó el mentón de Caitlyn con su mano izquierda y la miró a los ojos.

"Tú también me encantas..." - dijo suavemente.

Caitlyn entendía que esa fue la manera en la que Vi le dijo 'yo también te amo'. Se acercó a la Defensora y la besó en los labios con ternura, luego, volvió a apoyar su cabeza sobre el brazo de su compañera.

"y... ¿qué pasó con Viktor?" - pregunto la peli-rosa.

"Está en el instituto de la guerra como prisionero... -respondió seria - luego de ser reparado, fue encarcelado... su única manera de ver el cielo, es siendo invocado para luchar... no volverá a ver un laboratorio en su vida..." - sonrió satisfecha.

"hm.... Justo donde más le duele ¿no?" - preguntó algo burlesca.

"Sí..." - suspiró profundamente, acercándose más a Vi.

Se quedaron en silencio por el resto de la mañana, abrazándose mutuamente. La felicidad de tenerse la una a la otra era suficiente, las palabras sobraban, el momento era único y las sensaciones de reencuentro hacían que todo parezca perfecto.

Salvar a Caitlyn casi le costó la vida, pero poco le importaba, pues logró su objetivo, ella siempre sería su protectora, sin importar los riesgos que corra. Y Caitlyn siempre estaría ahí para ella, sin importar lo que digan, sin importar lo que opinen.

Ella siempre será su cupcake, y Vi siempre será su pinky.

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