Esteban

Observo el reloj y miro la hora, mi mujer se está demorando y no ha llegado aún con mi hijo.

Llamo a su móvil y este suena y suena, pero no responde.

¿Qué estará pasando?

Llamo a la escuela y me dicen que ella ya ha ido por el niño, así que pienso que no va a demorar, pero pienso pasa y nada que llega.

La planificadora de bodas está esperando en la sala de espera mientras yo me estoy empezando a impacientar en su oficina. Camino de un lado a otro y decido llamar a sus padres si saben algo.

―Señora Hampton, ¿Cómo se encuentra?

―Bien querido, ¿Cómo están y cómo está mi pequeño?

Trago con fuerza sintiendo un nudo en mi garganta, eso quiere decir que ella no está con Melisa y mi hijo.

―Disculpe, ¿Usted no ha estado hoy con Melisa? ―Pregunto ―Es que ella quedó en ir a casa para empacar algunas cosas y regalar otras.

―No querido, hoy mi esposo y yo no hemos estado en casa. Se lo dije a mi hija anoche.

Cierro los ojos controlando la ira.

Espero que no haya hecho lo que estoy pensando.

―Disculpe, necesito hacer una llamada.

Cuelgo sin esperar, despedirme y salgo de la oficina.

―Despacha a la planificadora―Le digo a la secretaría y empiezo hacer llamadas.

No va a ver boda, lo que va a pasar es un funeral.

Mis hombres ya me esperan con el auto encendido y nos vamos de prisa hacia la casa de los padres de Melisa, espero por el bien de ella y de su familia no se haya desaparecido.

Al llegar a casa no la encuentro y salgo para la escuela, ya no hay niños, pero logré contactar a la profesora del niño y cuando la llamo me confirma que mi prometida fue por mi hijo temprano, dizque porque quería prepararme una sorpresa.

Vaya sorpresa la que me tenía preparada.

Soy un estúpido, un imbécil, como pude confiar en ella.

Me maldigo una y otra vez y empiezo a buscarla. Emito una alarma para que ella no salga del país, pero me doy cuenta de que es demasiado tarde, hace unas horas salió en un avión hacia España, se fue y se llevó a mi hijo.

Maldita sea, voy a destruirla cuando la encuentre. Se va a arrepentir de haberse burlado de nuevo de mí.

No debí confiar en ella de nuevo, hace unos años cuando la conocí me pareció dulce, tierna y algo tímida, me sorprendió saber que no era virgen.

Al principio parecía rechazarme y luego me dijo que yo le parecía a un personaje de sus libros y así empezamos a salir, a los días estuvimos juntos y fue maravilloso y de un momento a otro desapareció sin dejar rastro.

Ahora lo ha hecho de nuevo y esta vez sospecho que hay algo detrás de todo esto, ya que estoy seguro de que cuando estuvimos juntos en la primera noche había rastros de sangre. Sabía que cuando me introduje en ella la había sentido diferente, demasiado estrecha y más aún cuando la bese fue muy diferente que la primera vez que lo hicimos.

Mi cabeza es un caos, debo de estar imaginando cosas donde no las hay, lo único seguro es que no descansaré hasta encontrarlos.

He sido muy bueno con los negocios, nadie es capaz de meterse en mi camino, no me confio en nadie y esta vez que lo hice fui traicionado, eso no va a volver a pasar.