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Capítulo 40

Los días pasaron con gran velocidad, un día era jueves y de pronto ya estabas en sábado, estaba ansiosa por la llegada de domingo, ya teníamos todo listo. El plan ya estaba terminado, las armas ya estaban listas e incluso todo el personal, pero ¿si algo salía mal? ¿Si alguien estropea algo o nos descubrían? Seguramente atacaríamos dejando a un lado todo el plan y causaríamos muchas muertes.

Estaba tan ansiosa que aumente el número de cigarrillos que fumaba a la semana, eso me preocupaba demasiado, pero me decía que solo sería esta semana y solo trataba de pensar que todo era provocado por el futuro ataque, después de atacar a Chris dejaría de fumar tanto.

Wes y yo ya no volvimos a hablar, por el bien de los dos. Admito que necesitaba escuchar eso, incluso algunas veces me sentí feliz al escuchar su lado de la historia porque pensaba que no tenía razón o que usaría excusas estupidas, realmente sentí como mis sentimientos dieron un vuelco en mi corazón. El es Wes, mi primer novio y la primera persona por la que sentí atracción y algo emocional, con él siente las famosas mariposas en mi estómago pero ahora con Thomas siento algo más especial y diferente.

Thomas y yo queremos algo serio, algo de estabilidad y sentirnos felices. El me hace sentirme segura y especial, no me hace sentir cientos de mariposas y que mi pulso se acelere la mayor parte del tiempo, él me provoca seguridad y paz con solo mirarlo, me hace sentirme bien y libre. Me gusta estar con él todos mis días, él también me ha dicho que le gusta compartir el tiempo conmigo. Él me admitió lo que quería y lo que sentía, yo no iba a mentir y le dije lo que sentía, le dije todo lo que me preocupaba.

Sinceramente prefiero estar con Thomas y quedarme con todo lo que él me hace sentir. Wes ya no debería causarme problemas o por lo menos yo no debería pensar en el, las cosas entre los dos acabo y yo sigo pensando en cómo podríamos terminar nuestra relación, solo debería dejar que las cosas se dieran solas.

—¿En que piensas? —se interpuso Tyron entre mis pensamientos.

Lo observé por unos segundos y me encogí de hombros, el asintió levemente sin entender lo que traté de decir pero no volvió a preguntar.

—¿Que haremos hoy? —ahora fui yo quien preguntó.

Thomas sacó un par de cosas de la nevera e inicio a hacer su desayuno.

—Probablemente nada, en la noche tal vez pelee un poco para ganar dinero.

—Que bien, te veré pelear —hable con emoción, es que realmente quería verlo en la jaula y mirar sus movimientos —. Creo que ganarás, aquí todos son muy idiotas para esas peleas.

—¿Segura? —entró Thomas en la conversación, fue agradable que se entendiera tan bien con los gemelos como conmigo, pero sigue sin agradarle a Matt — ¿Todos son idiotas? Yo recuerdo a un tipo que peleaba muy bien, incluso se dice que pudo entrar en la UFC pero por problemas con la droga no entró.

—Bueno, excepto el.

No sabía de ese tipo, debería de ser muy famoso en las calles, por lo menos debí de escucharlo al menos una vez.

—¿En donde escuchaste eso? —le pregunte a Thomas —Tengo entendido que tú no eres de Michigan pero sabré si estuviste un tiempo aquí.

—Cariño —inició, agrandó su sonrisa coqueta mientras ponía sus codos sobre la isla, justo frente de mi. El parecía recién salido de una sesión de fotos para la revista GQ —, hay muchas cosas que no te he contado de mi.

—Decirlo de esa forma solo hizo que se escuchara de una mala manera, ¿sabes, cariño?

Hice un chasquido con mi lengua a lo que Thomas solo respondió con una sonrisa, Tyron solo volvió a disfrutar de su desayuno e incluso aveces me dedicaba miradas que significaban miles de palabras.

Tyson no se donde carajo esta, tal vez está durmiendo ya que aún es muy temprano. Thomas me había despertado, el siempre despierta temprano.

Matt por otra parte, casi nunca salía de su habitación o lo hacía cuando yo no estaba en casa, salía de su habitación solo ora tomar comida y volver con su plato y dejarlo allí. No me molesta en absoluto que haga eso, él siempre fue así. Matt es tan inmaduro por no enfrentarme y decirme cual es su problema, no soporto verlo así y saber que no quiere verme a los ojos.

Hoy no teníamos planes interesantes, el resto de la mañana estuve en mi habitación tirada en la cama mientras enviaba mis trabajos de la escuela por medio de mi correo. Al finalizar, puse a llenar la ducha con agua tibia cosa que aveces es rara en mi pero el clima lo amerita. Ingrese en ella y allí estuve por algunos treinta minutos, si estaba un minuto más en ese lugar me podría dormir fácilmente.

—Jade —escuché como me llamaban, murmure un aquí mientras me cubría con una toalla el cuerpo y usaba la secadora para, ¡Vaya! Secar mi cabello —. Me preguntaba si tú y yo...

La puerta del baño se abrió de manera lenta, solo una persona que conocía hacía eso, esto solo se tarareaba de Thomas.

—¿Si? —lo llame, había dejado la frase al aire en el momento que sus ojos se pasaron por la única cosa que cubría mi cuerpo, y aunque yo solo me mostraba indiferente él parecía haber perdido la conciencia —¿Que me decías?

Él recorrió mi cuerpo con mucho descaro, en este momento su lado tímido se había ido al carajo. Tanto tiempo que compartimos me hizo aprender que él tenía muchas facetas, cada una de ella me encanta. Ahora él estaba en la cual me hacía sentir la mujer más sexy del mundo, sus ojos se oscurecieron haciendo que un Thomas se hiciera aún más sexy.

Él se acercó a mi con osos lentos y seguros, no estábamos un lejos, solo unos cuantos metros nos separaban pero él al parecer se tomaba su tiempo al dar cada uno; o eso lo hacía parecer. Al estar a unos pocos centímetros de mi, paso sus enormes manos por mi cintura y después una de ella hizo que me tomara de la barbilla y lo mirara a los ojos. Su mirada aún seguía igual, su respiración estaba entrecortada y sentía como sus manos algunas veces temblaban cuando se acercaba a mi.

Hace minutos había apagado la secadora y ahora no había ni un solo grillo que indicara el enorme e incómodo silencio que se había formado entre los dos. Acerque uno de mis ambos a su mandíbula, haciendo que él acercara su rostro al mío para después juntar sus labios con los míos. Nos inundamos entre un beso húmedo y lleno de deseo, nuestras lenguas algunas veces chocaban dejando pequeñas descargas eléctricas a su paso.

Mis manos dejaron de estar en su rostro y una bajó a su abdomen recorriendo sus reñidas tabletas de chocolate, es algo irónico llamarlas así después de que no me guste el chocolate pero el nombre sigue siendo el indicado al observar el tomo hermoso de Thomas y el escultural cuerpo que mantiene.

—Jade —Su voz se escuchó más como si fuera un gemido por lo que se alejó de mi y aclaró su garganta después —, ¿querías salir conmigo?

¿Que si querría? Claro que si, podría pasar el día con él y esta vez podría ser diferente. Todas las semanas hemos salido pero solo por cuestiones de trabajo.

—Claro, ¿a qué hora?

—En una hora podríamos salir, cuando esté lista.

Asentí, me acerque a él y pase mis manos por su cuello volviendo a unos nuestros labios. Mordía y succionaba de su labio superior con fuerza, pasaba mi lengua por su labio y trataba de acercarlo aún mas a mi, finalmente nos separamos por falta de aire.

El paso sus manos por su vestimenta comprobando que todo esté en su lugar y de manera correcta. Yo aún seguía con la toalla cubriendo mi cuerpo.

—Te estaré esperando en el auto, tal vez podrías usar un vestido —Se dio la espalda y me fue inevitable no mirar su trasero, demonios, podría ser mejor que el mío pero nunca podría admitir eso.

👑👑👑

La hora se había ido como un maldito como un rayo, me preparaba y maquillaba sin darme cuenta que el tiempo se me agotaba. Y como me había dicho Thomas, yo usaba un vestido rojo que hacía que mis caderas y senos resaltaran aún más, cubría mis hombros y brazos con un pequeño saco denim que tenía por allí y atraía puesta unas sandalias crema. No era mi atuendo favorito pero admitía que me hacía sentir más linda y me quedaba perfecto, el cabello lo había dejado al natural con los risos, mi maquillaje había sido natural y para nada extremo. Parecía una chica normal.

Tome mi pequeño bolso Gucci después de llenarlo con mi teléfono, mi labial y mi revólver. Al bajar Thomas ya me esperaba a un lado de los escalones, amaba cuando vestía con un simple jenas negro, unas botas negras y un suéter gris, amaba cuando podía parecer un chico normal.

Ahora los dos vestíamos como dos personas normales, y haríamos cosas de parejas normales, lo normal me aburriría, lo se.

—Te ves muy linda — hablo después de que terminara de bajar todos los escalones.

—Lo se, siempre estoy linda.

El solo río y me dio su mano para enlazarla con la mía y salir de casa, poco después subimos al auto e iniciamos el camino a no se donde, Thomas aún no me ha contado a donde me llevará.

En el camino ninguno de los dos hablo, yo solo cambiaba de canciones y las tarareaba de vez en cuando, Thomas algunas veces ponía su mano en mi muslo o aveces jugaba con una de mis manos. Esos pequeños toques me podían sentirme entre las estrellas, me gustaba que él hiciera todo esas cosas pequeñas.

—Ya llegamos, cariño.

Mi vista recorrió las calles, debía decir que en Detroit no estaban las mejores cosas y mucho menos era una ciudad espectacular pero también admito que en esta calle es realmente linda, me había traído a un restaurante de comida japonesa. Él sabe cuánto me encanta.

Baje del auto después de que Thomas me abriera la puerta, pasó su mano por la parte baja de mi espalda e hizo que caminara hacia la puerta del restaurante.

—¿Te gusta? —murmuro cerca de mi oreja, yo sonreí y asentí.

Después de un rato una chica se acercó a nosotros y nos indicó bien que la siguiéramos. Nos llevó a una mesa lejos de todas las personas.

—Es lugar es muy lindo, nunca había venido aquí —realmente lo era, habían cientos de luces pequeñas que colgaban desde el techo y las paredes rojas hacían el lugar más lindo, después estaban las mesas circulantes con hermosas decoraciones. Este era un lugar de comida japonesa y parecía ser un restaurante italiano.

—Pensé que este lugar te encantaría —me sonrió, pasó su mano sobre la mesa y tomo la mía.

—Me encanta, debería venir con más frecuencia pero solo si la comida es buena —bromee.

Una chica llego a nosotros y nos tendió el menú, dijo que después volvería para después irse, y no pase por alto que la mayor parte del tiempo miro a Thomas y no a mi. Debe de ser normal, Thomas es Thomas.

—¿A qué se debe que salgamos de casa? —fui honesta y directa, no había nada malo en que hiciera esto pero me sorprende ya que pocas veces o nunca salíamos así por los suceso anteriores.

—¿No puedo hacer esto? —chasqueó su lengua para después poner una sonrisa coqueta, su hoyuelo adornó su rostro mientras yo mojaba mis bragas por la vista que me daba.

—Mh-mmh

Aclare mi garganta y decidí pensar lo que comería, baje mi vista al menú y recorrí todas las futuras opciones que tenía. Todas sonaban deliciosas pero no era lo mío pedir algo tan extravagante, por lo que opté por un simple rollo de sushi de salmón.

—Solo me sorprende que salgamos, siempre estamos juntos pero nunca salimos a comer o caminar por la ciudad y... —él me interrumpió, pero se disculpó con la mirada aunque siguió hablando.

—¿Te gustaría hacer esto más seguido? Tú y yo a solas mientras comemos en un restaurante diferente en cada ocasión o caminar por las calles tomados de la manos.

Escucharlo de esa forma lo hizo sonar un tanto romántico y no soy de esas chicas que ruegan por unas rosas o regalos tiernos, soy más de una chica que busca y quiere obtener pequeñas cosas, caminar tomados de la mano mientras vamos a un McDonald o por un helado, no me gustan que me den regalos solo así, me gusta que me den un beso en mi coronilla y pasar la tarde mirando películas mientras estamos recostados en una cama. Soy una chica básica, nada extravagante y muy simple que busca amor en las pequeñas cosas y significantes que pueda haber.

—Eso me gustaría, ¿crees que pueda ser posible?

—Todo puede ser posible, solo se necesita una razón y pronto se hará posible.

La chica volvió a nosotros y nos pidió nuestras órdenes, Thomas le dijo lo que quería y yo por mi parte y un poco cortante le pedí lo mío para después pedir las bebidas. Ella se fue hachando fuego por las orejas después de que nos mirara tomados de las manos, era una puta en estar prestando atención solo en Thomas y nunca en mi. Por poco le digo que deje de ser ofrecida y que haga su trabajo, pero Thomas noto mis intenciones y me dio un pequeño apretón en mi mano.

—¿Por que hiciste eso?

—Marco mi territorio, Thomas —mi lengua volvió a tener vida sin siquiera pensar dos veces lo que digo, ahora eso sonó muy posesivo de mi parte.

—Nunca había visto tu lado posesivo.

—Haces sacar lo mejor y peor de mi, querido.

—¿Como que? —siseo.

—Como no controlar lo que digo e intentar ser mejor persona para todos, aunque eso sea la cosa más difícil.

Él elevó sus cejas y sus ojos tomaron un brillo particular, nunca lo había visto.

—¿Ah, si? —asentí, el río ligeramente y acercó mi mano a sus labios para dejar un beso en ella.

—Bueno, querido —era tiempo de conocerlo bien, nunca hemos tenido tanto tiempo para nosotros y lo aprovecharé para conocerlo mejor —. ¿Cuéntame algo de ti? ¿Por que iniciaste trabajando para Darrick Monet?

El suspiro y apretó sus labios haciendo que formaran una línea. Y cuando pensé que no diría nada, me sorprendió cuando me inició a contar la historia.

—¿Sabes de esas típica historia del adolescente que se hundió en las drogas? —yo asentí entendiendo a donde iría todo esto — Me ocurrió, estaba tan pedido en ese mundo que ni siquiera sabía lo que ocurría a mi alrededor, solo sabía que la droga me hacía sentir tan malditamente bien que me olvide de todos y de las personas que estaban en mi vida; solo era la cocaína y yo. No tenía en donde dormir y un día Darrick fue por mi y estuvo a punto de matarme por que le debía mucho dinero. Ese día le dije que podría trabajar para él y pagarle todo lo que le debía, el acepto no sin antes darme una golpiza por idiota.

Lo mismo me sucedió pero entendí que esa muerda solo me destruía a mi y a todas las personas que estaban cerca de mi, mi mundo se había vuelto solo la droga y yo. Después de una sobredosis me prometí que dejaría de hacer eso y aunque fue dicil logré salir de eso al tercer intento.

»Él hizo que entrenara por años, primero fue peleando entre los mismos hombres de él, al dominar eso seguía aprender usar un arma y eso a mi se me bada muy bien al parecer, no tarde mucho y cuando menos me di cuenta hacía cursos para aprender a hacer bombas y desarmaras, se diría que esa era mi especialidad y desde entonces me hice uno de los favoritos de Darrick.

La chica regresó con nuestra comida y como era de costumbre solo prestó atención a mi hombre, estaba molestándome cada vez que lo miraba y no era solo una mirada fugaz o mucho menos disimulaba.

—Gracia, ahora lárgate y déjanos solos —murmure borde, la chica se giró sorprendida pero se fue sin chistar, si se quedaba un segundo más cerca de mi juro que habría salido un ladrido de mi boca solo ora asustarla.

—¿En serio?

Me encojo de hombres y tome unos palillos para tomar un trozo de sushi a mi boca, esta mierda estaba delicioso, no se como algunas personas pueden decir que esto es asqueroso o que no tiene sabor. No saben lo que realmente es rico para el paladar.

—Ahora es tu turno.

Pase el sushi por mi garganta con ayuda de agua y me dispuse a contarle mi historia a Thomas, algunas veces Preciado estar sorprendido y aveces se divertía.

—Tú historia es de película —murmuro divertido. Si supiera la historia de Steve, esa si es de película.

—Para nada, la mía es normal, la tuya si es de película —reí haciendo un ademán con mi mano —. Hay quienes solo ingresan a esto para encontrar a familia perdida o quienes lo hacen por falta de dinero y después terminan muertos por hacer mal el trabajo.

—Bueno, cuando entras aquí debes de tener la cabeza fría.

Levante una de mis cejas al recordar su historia, él no tenía la cabeza fría y ahora está aquí haciéndome de niñero.

—Ajá, si eso dices niño —bromee, tome otro trozo y lo acerque a mi boca saboreando su rico sabor —. Ahora dime de tu familia.

—Por lo que tengo entendido no tengo padres, ellos me dejaron en una casa hogar cuando eran unos adolescentes y tampoco tengo familia, mucho menos hermanos —su voz sonó tan despreocupada que me hizo pensar que no tenía sentimientos, lo dijo con tanta velocidad e incluso lo hizo sentir como lo normal. Asentí al escucharlo y volví a acercar otro trozo a mi boca.

Tener una familia o alguien que no esté contigo es tan difícil, la vida es difícil sin alguien con quien desahogarte o con quien estar compartiendo, no lo puedo imaginar de pequeño en un lugar desconocido o mientras entraba en la adolescencia y aceptaba que no tenía padres o alguien que le compartiera amor. Incluso a alguien que tiene todo aveces se siente tan infeliz, hay cosas peores o personas que viven con mierda todo los días para sentirte infeliz teniendo lo que alguien desea.

Puse mi mano sobre la suya por encima de la mesa y la tome con fuerza, él puso su vista en mis ojos y pude ver lo lastimado que estaba, entendía que para él era difícil hablar de eso pero por alguna razón me la compartió a mi sin problema e incluso de una forma tan natural que te causa escalofríos.

—¿Sabes que puedes confiar en mi? —el asintió lentamente, le tendí una sonrisa y con dificultad fue correspondida —No te juzgaré, soy la menos indicada para hacerlo, no te dire que entiendo todo lo que sientes pero trataré de entenderlo.

—No te pido que lo hagas, se lo difícil que es hacerlo. Soy yo el que debe de cuidarte y no tú.

—Para mi no hay ningún problema, yo tengo corazón de mamá después de todo —bromee tratando de aligerar el ambiente, cosa que funciono por que escuché su risa contagiosa. Ahora algunos pares de ojos estaban sobre nosotros.

—Continuemos con nuestra comida, primor.

—¿Primor? —pregunte entre risas, aún —¿Quien dice eso?

—El que tiene corazón de abuelo, cariño —ahora fue su turno de bromear.

—Me gusta un abuelo, eso sonó feo —reí, ahora los dos nos reímos sin sentido alguno.

—Te gusta esta abuelo, este abuelo tiene su toque que enamora a todas.

Mi sonrisa y risa desaparecieron por completo, estoy segura que su plan era hace eso solo para molestarme. Qué manía de los hombres hacer enojar a sus parejas y después decir : Que sexy te ves enojada. ¡Por favor, eso es de más cliché y patético que puedan hacer en sus vidas! Supérenlo y solo no lo hagan por su bien.

—Estas jugando con fuego, querido —Trate de olvidar lo que sucedió hace unos segundos y le hice una última pregunta —. ¿Cual es tu apellido? Nunca lo has mencionado.

—No lo dije por que nunca lo haz preguntado —giré mis ojos poniéndolos en blanco, cosa que hizo que Thomas bufara, lo haré más seguido solo para molestarlo —, pero respondiendo a tu pregunta Wilson, me llamo Thomas Jay Wilson.

—¿Jay? —nunca lo había escuchado pero suena realmente lindo en el, Jay es un nombre tierno y hace que Thomas lo sea más. Me gusta.

—Así es, señorita.

—Mucho gusto señor Wilson, me llamo Jade Ventura.

—Lo se, la he estado vigilando —siguió con mi broma.

—¿Es un acosador? —bromee fingiendo sorpresa.

—¿Te molestaría que lo fuese?

—Nop —remarque la ultima letra.

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