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Capítulo 28

Todo el día estuvimos ocupados, organizamos los uniformes, armas y navajas que usaban en aquel lugar, nos encargamos de tener audífonos discretos para hacer más eficiente el trabajo. Nos encargamos de tener las herramientas necesarias para que no suceda ningún problema de último minuto, era mejor estar preparados para todo.

Para mi era muy importante ganar esto y derrotar a Chris ya que él nunca ha esperado nada de mi, ya es hora de cerrarle la puta boca.

—Falta una hora para atacar.

Darrick me contaba el tiempo que faltaba cada treinta minutos, ahora mismo estamos en el mismo lugar de ayer. Los cosquilleos recorrían cada centímetro de mi piel, hacían que los bellos de mi piel se erizara. Me gustaba esto.

—¿Entonces yo me quedaré aquí? —pregunte, si lograba quedarme aquí merecería un maldito premio por lograr por primera vez que esta niña obedeciera algo.

—Ese es el plan, y debes seguirlo —esta vez el me lo dijo en forma de advertencia, diciendo que si entro a ese lugar me iría muy mal.

Literalmente, me iría muy mal pero a mi me importa un carajo.

Treinta minutos después los hombres comenzaron a bajar de las camionetas en las que llegamos, todos con el mismo uniforme y armas, iguales a las que Chris.

—¡Posiciones! —gritó Darrick, todos se movieron rápidamente y tomaron posturas rectas y peligrosas —Allá dentro hay cientos de personas secuestradas, personas que solo quieren paz, nosotros nos encargaremos de matar a cada uno de los hombres que nos impidan hacer nuestro trabajo y sacaremos con vida cada una de esas personas que tienen esperanzas de seguir con sus vidas de mierda. Quiero que todos protejan a una persona y hagan lo que tengan que hacer para seguir con vida, si alguien tiene un problema no duden en pedir ayuda y así todos saldremos con vida. ¡Y lo más importante, no demoren más de quince minutos o me temo que los dejaré aquí para morir!

Todos ellos no respondieron, solo apretaron los puños en señal de estar listos para lo que viene.

Aún faltaban quince minutos para atacar y yo ya estaba muriéndome de nervios, mi cuerpo temblaba y no solo por el frío.

El tiempo corría y yo no dejaba de imaginarme más de mil escenas en donde involucré sangre, Tyron, lágrimas y yo. Debía decir que asustada era poco de lo que realmente era en estos momentos. Solo era cuestión de tiempo para Ian diera su señal y iniciar con todo el caos.

—¡Ya! —gritó Darrick, dando la permiso para iniciar con el plan de rescate.

En cuestión de segundos se escucharon disparos y gritos, aún me sorprende escuchar este tipo de cosas pero después de estar minutos presentes en un ataque te vuelves parte de él, ni siquiera temes por lo que sucederá, solo la adrenalina está al tanto de todo.

Hace unos minutos Darrick había dicho a cinco de sus hombres que se encargarían de estar de francotiradores, a otros cinco les dijo que debían de arruinar los autos que se encontraban en este lugar para que no escapen y básicamente los tuvieran encerrados sin posibilidad de salir. Yo en cambio estaba aquí fuera con un audífono en el oído, si alguien se acercaba a la fábrica es trabajo mío hacer que la información llegue hacia los francotiradores y también, si llegaba a ocurrir, disparar a las personas que intentaran escaparse por la entrada principal.

Los minutos pasaban demasiado lento en mi cabeza, solo podía escuchar disparos y aunque se que allá dentro hay un caos yo sigo aquí aburrida. Se encargaron de excluirme de la diversión.

Daba vueltas en círculos revisando todos los puntos, no sucedía nada. Revise la hora en mi teléfono y noté que apenas habían pasado cinco minutos, yo ya me moría por dentro. Necesitaba entretenimiento, ¿por que carajo me dejan sola aquí fuera? Por lo menos debieron pensar en mi y dejar un hombre con quien hablar en estos quince minutos, pero no.

De pronto una gran alarma sonó dentro de la fábrica, algo de emergencia como la alarma de incendios. Después a unos kilómetros de distancia se observaban a u par de autos venir hacia nuestra dirección, solo el espeso polvo de veía.

Avise por mi micrófono y no tardaron en disparar, hice lo mismo al mirar que unos hombres intentaban salir de los autos, hasta que todos murieron. Por lo menos, serví para algo.

—¡Quedan siete minutos! —grite por el audífono, este conectaba a un francotirador y ellos avisaban a cada uno de los demás hombres.

Pasaron diez minutos y mire como algunos hombres se acercaban con una o dos personas, todos estaban ensangrentados y llenos de tierra en el rostro, los trataron como basura allá dentro, eso lo aseguró.

—Suban en la camioneta, y espera para irnos —ordene, el hombre hizo lo que dije sin pensarlo dos veces.

Pasaban los minutos y miraba más y más personas pero ninguna era Tyson, mucho menos Darrick.

—¿Que mierda sucede? —le pregunte a los francotiradores ya que ellos debían de saber.

—No lo se.

—Darrick aún no sale y quedan tres minutos.

—Enviaré a alguien a revisar, él saldrá a tiempo —escuché la voz temblorosa en aquel tipo, estaba muriendo de miedo.

—Más vale que salga por esas puertas caminando por que no quiero cargar con su cuerpo inerte —lo amenace.

Tres hombres ingresaron de nuevo en la fábrica, por el auricular me decían que ya estaba vacío, solo había sangre salpicada en la pared y cuerpos sin vida en el suelo.

Volví a la camioneta, sabía que había dejado de hacer esto pero, ¡demonios!, necesito uno. Revise debajo del asiento del conductor y saque mis marlboros. Tome un encendedor y encendí el cigarrillo, me relajaba y alejaba la ansiedad.

—Reina, debe de ver esto.

Alguien me interrumpió, iba a decirle algo pero al mirar su rostro de angustia no dije nada. Seguí al hombre hasta mirar lo que sucedía, desde la terraza del edificio se observaba un helicóptero a punto de volar.

—¿¡Como demonios no miraron el maldito helicóptero!? Habríamos estado preparados —me giré hacia el hombre y el estaba unos metros de mi, agachaba la cabeza en señal de temor.

—Señorita —escuché que me hablaron desde el auricular.

—Dime —pronuncie, no quería imaginarme lo que me diría.

—Encontramos al señor Darrick, pero no podemos decir lo mismo de su amigo.

Escuchar esas palabras fueron como si tuviera mil dagas perforándome los pulmones, sin poder respirar.

—¿Revisaron todo el lugar? Debe de estar allí.

—Ya recorrimos todo, solo el señor Darrick es la única persona con vida, aunque no por mucho tiempo.

—¡Dime todo de una maldita vez! —le grite, ¿que significaba «no por mucho tiempo»?, ¿a qué demonios está jugando?

—Tiene que venir y ver esto con sus propios ojos.

—¡Dime de que mierda se trata imbecil! —explote, no quería saber que le podría suceder y menos en qué condiciones se encontraba Darrick.

—Tiene una bomba en su cuerpo, y mucha dinamita.

Bomba, dinamita, muerte, bomba, dinamita, muerte. Esas palabras no dejaban de repetirse constantemente.

—Hagan lo posible para que él salga con vida.

Aún estaba en dilema el lugar en donde se encontraba Tyson, pero ahora era más que obvio.

—¡No dejen que despegue ese helicóptero! —grite, allí debía de estar Tyson y si se lo llevaban era muy probable que tardáramos meses en encontrarlo.

La mayoría de los hombres tomaron un arma y corrieron en dirección a la fábrica, debían de evitar que ese helicóptero vuele. Pero era demasiado tarde, el helicóptero está subiendo y yo veía crecer mi temor, no importaba cómo haría pararlo pero evitaría que se fuera.

—Thomas —le hable al experto en bombas —, Darrick tiene una bomba pegada al cuerpo y necesito que la desactives lo más rápido posible, te daré mi auricular para que te digan su ubicación. Suerte.

Corrí hacia la camioneta llena de Armas y saqué una vasuca, corrí frente a los árboles y me acerqué, solo tenia que apuntar a las aspas y estas ya no servirían. Posicione un pie frente al otro, un movimiento erroneo y me dislocare el hombro, apunte a las aspas en movimiento, el helicóptero ya estaba a unos metros sobre la fábrica y poco a poco se estaba alejando pero aún no tomaba la suficiente altura.

—Uno —inicie a contar, al mismo tiempo que tomaba respiraciones largas —... Dos... Tres.

Dispare sin pensarlo dos veces en las aspas, este perdía dirección y poco a poco bajaba de aire.

—¡Vamos! —les grite a los pocos hombres que quedaban, corrí en dirección al helicóptero desplomado, el piloto estaba sangrando por la cabeza, y como lo espere allí también estaba Chris, y aún lado inconsciente, Tyson.

Lo saque arrastrando de sus hombros, alejándolo del helicóptero en llamas. Ordene que sacaran a Chris, este estaba en mejores condiciones que los demás pero debo decir que perdió la razón por unos segundos. Sin pensarlo dos veces le quite un arma a uno de mis hombres y le dispare en su pierna derecha, el gimió de dolor pero no me importó.

—Derek —gimoteó Tyson —¿donde esta Derek?

—¿Quien es Derek? —le pregunte poniéndome de cuclillas, pero él ya estaba inconsciente.

Ordene que lo llevaran a un auto y que también tomaran a Chris y lo dejaran en el desierto de Arizona ya que era el lugar más cercano, entre a la fábrica con ayuda de unos hombres para mirar a Darrick. Cuando llegue al lugar Darrick estaba inconsciente, solo un hombre estaba al rededor de él y le estaba tratando de quitar la bomba de su cuerpo.

—¿Es seguro que se pueda desactivar la bomba? —pregunte con nerviosismo.

—No quiero decirle que si saldrá con vida de esta por qué lamentablemente es muy difícil desactivarla, haré todo lo posible para que mi jefe salga con vida.

Es obvio, obviamente hará eso por que si él muere, toda su familia también. Eso dice su contrato, si él muere por algo que él mismo pudo evitar, él y su familia también. No puedo decir nada en contra por que es algo que ya estaba escrito, y así es en todos los casos de los demás que trabajan aquí.

No dije nada más, no necesitaba estresar más a él hombre que estaba lidiando con las bombas, solo lo veía tratando de solucionar el problema, decidí salir del lugar e ir con Tyson y mirar cómo seguía.

—¿Como está?— le pregunte a uno de los hombres que se encargó de cuidarlo.

—El está bien, solo se desmayo por que sus defensas están muy bajas. Necesita comer y guardar reposo.

—¿Le dieron comida?

—Si, si quiere verlo está dentro de su camioneta —asentí y me dirigí allí.

Junto a Tyson había un señor, no era alguien que conocía pero asumí que era alguien que acompañaba a Tyson en el calabozo.

—Hola, ¿cómo estás? —le pregunte a Tyson cuando ya estaba cerca de él.

—Mejor, sabía que me sacarías de allí.

Sonreí, él tenía esperanzas y creía en mi, solo me estaba esperando.

—¿Te hicieron algo allí dentro? ¿Te tocaron o algo?— pregunte.

Solo movió la cabeza con negación, asentí y sonreí para confortarlo. De pronto una idea pasó por mi mente.

—¿Quieres llamarle a tu hermano? —le pregunte entusiasmada. Asintió y me sonrió, era una sonrisa hermosa que decía felicidad a lo grande.

Tome mi teléfono y le llame a Matt y que Tyron aún no tenía teléfono, debo comprarle uno aún.

—¿Hola?— me pregunto, algo desconcertado.

Olvide que allí eran los tres de la mañana, mientras que aquí apenas es media noche.

—¿Estas en casa?

—¿En donde más estaría? —preguntó borde.

—Bien, solo quería decir que ahora estoy aquí con Tyson y... —me interrumpió, el maldito me interrumpió.

Active el altavoz para que Tyson escuchara todo la llamada.

—¿Enserio está contigo? Maldicion, no me la creo.

—Si Idiota, estoy aquí con tu hermana —respondió Tyson.

—¡Maldita sea!— escuché mucho ruido durante unos segundo y no sabía lo que Matt hacía al otro lado del teléfono.

El señor, Tyson y yo reímos por la estupidez de mi hermano.

—¡Hermano!— gritó Matt, a Tyron quizá.

—Deja dormir, son las tres de la mañana.

—¡Jade encontró a Tyson y ahora está con ella!— nos reímos al escuchar la conversación de los dos chicos. Más estupidos y despistados no podían ser.

Le tendí el teléfono a Tyson para que hablara pero él quería seguir escuchando a los dos.

—Par de niñas, lamento decir que Tyson está demasiado cansado y ahora es tendrá que tomar una siesta —mentí, tal vez así ahora lograban entrar en razón.

—Dime que es una broma Jade, que lo que dices es broma. No aguantaré algo así.

¡Mierda!, Tyron estaba tan roto y solo, está deprimido con solo escuchar la forma en la que hablo y todo lo que dijo.

—No hermano, aquí estoy y no dejaré de joderte —fue el turno de Tyson para hablar.

—¡Si es verdad!— gritó Tyron, pero al mismo tiempo se le quebró la voz, señal de que estaba a punto de llorar.

—Quita el altavoz —me dijo Matt, eso hice —Está llorando y no se que hacer.

Me aleje de la camioneta para hablar mejor con Matt sin que Tyson me escuchase.

—Haz lo que harían conmigo.

—Pero ahora es diferente.

¿Diferente? No veo la diferencia entre un hombre y una mujer.

—Para nada es diferente —bufé.

—¿Y si no quiere que lo abrace?

—Entonces no lo hagas y lo dejas solo, cuando no quiere que lo toquen significa que tampoco quieren que lo miren y por lo tanto quiere asumir las cosas entrando solo pero si te responde el abrazo es que necesita apoyo.

Aveces yo soy más madura pero no significa que lo sea solo por pensar un poco diferente que el.

—Bien, eso haré.

Terminó con la llamada, regrese con Tyson y él también estaba llorando, pero el señor estaba consolándolo.

—Ten— le tendí el teléfono—, si Matt llama contesta pero si es un número no agregado no respondas, ¿si?

El asintió.

—Perdone —me dirigí hacia el señor—, soy la reina. La protegida de Darrick Monet. Mucho gusto.

Mientras hablaba mire confusión en sus ojos e incluso una chispa de temor, claro, siempre pasaba lo mismo.

—¿Pensé que serias mucho más mayor? Te miras de alguien de veintitantos —dijo el señor.

—De hecho, aún no cumplo los veinte tan si quiera.

—Me llamó Derek Ramsey. Mucho gusto—el mismo apellido que Amber, que coincidencia.

—Bueno, me tengo que ir, más tarde regreso.

Fui de regreso en donde estaba Darrick, para saber si habían logrado mejorar su situación.

Me dediqué a mirar a Darrick, se que estaba insconciente por la línea de sangre que recorría el costado de su cabeza, el ojo hinchado y el labio partido. No se que haría si esto no funcionara y Darrick muriera allí mismo, lo necesito con vida.

—¿Es realmente difícil? —pregunte con la voz rota, Thomas se movía incómodo y sudaba un poco por nervios.

—Lo es, pero no imposible, podré lograrlo.

Eso me reconfortó un poco, pero necesitaba estar segura de que él podría hacer esto bien, y sacar de aquí a su jefe.

—Eso espero —me aleje un par de metros de él y lo contemple procurando no hacerlo sentir más nervioso.

Sus movimientos eran un poco lentos y torpes con sus nervios.

—Respira Thomas, se que lo lograrás —le dije para que tranquilizara un poco, no se por qué demonios estoy tan amable ahora, tal vez por que ya tengo medio plan hecho y había hablado con Matt, o tal vez tenía un poco de lastima ya que lo que quedaba dependía de él y sus manos.

Estoy segura de que yo también debería de tranquilizarme.

—Gracias, solo que estoy muy nervioso —lo se, claro que lo se. Pero no dije nada ya que eso lo pondría peor.

Espere y espere, no tenia nada más que hacer, hacia frío allá fuera y por lo tanto eso significaba que yo estaría aquí por un largo tiempo.

Las manos de Thomas se detuvieron por un instante, no se por que lo hizo, se supone que estaba desconectando la dinamita una por una y así sería mucho más fácil desactivarla y no explotaría haciendo un enorme caos.

Solo quedaban dos cables restantes y lo difícil terminaría, solo que él dudaba cuál era el que realmente debía cortar. Había uno azul y otro rojo, los dos cables eran importantes, uno haría pedazos a Darrick y el otro evitaría su muerte, un ligera gota de sudor recorrió la frente de Thomas, debo decir que se miraba atractivo con el semblante serio, sus cejas gruesas, su cabello alborotado por pasar sus manos sobre él muchas veces, su piel aceitunada y sus bíceps que se endurecían con cualquier movimiento.

¡Carajo! Debo largarme de aquí antes de que diga algo estupido, antes de hacer algo más ridiculo que estarlo viendo cómo idiota.

Decidí quedarme ya que realmente no sabía que hacer allá afuera, lo realmente bueno había terminado, ya todos descansaban y apostaba que algunos incluso ya descansaban sobre las camionetas, mientras que otros recorrían el lugar por si alguien se atrevía a atacarnos por sorpresa.

Thomas volteó hacia mi y da una sonrisa, aunque yo no se la correspondí.

—Listo. Acabo de terminar y el señor Monet ya está libre de peligro —esas palabras fueron como la gloria para mi. No están corriendo peligro de muere, él estaba vivo y estaría así por más tiempo, no se que haría sin ese viejo ahora mismo si él hubiera muerto.

Corrí hacia él y lo abracé, me lancé a sus brazos. ¿Que mierda? ¿Por que hice eso? Me baje lentamente de sus brazos. Limpie las lagrimas que recorrían mis mejillas, logré que todo el plan funcionara, todo lo que sentía era una pura felicidad, me sentía orgullosa de mi misma.

—Perdón, fue la emoción del momento —me disculpe, eso fue tan incomodo para mi y más vergonzoso si yo estaba llorando frente a él pero me sentía feliz más que todo —. ¿Puedes sacarlo de aquí?

El asintió, lo subió a sus hombros y nos dirigimos a fuera. Lo subimos a la camioneta donde yo y Darrick veníamos.

—¿Que le pasó? —preguntó Tyson.

—Una bomba, pero no pasó nada mayor, solo tienen que desinfectar las heridas y ya está.

Ya que Darrick estaba arriba de la camioneta llame a todos los hombres y de inmediato estos hicieron una línea horizontal frente a mi.

—Está noche fue difícil —inicie con mi discurso —, complicada pero logramos el objetivo, les agradezco ya que ustedes hicieron esto, cada uno de ustedes lucharon esta noche y tal vez estén cansados, heridos y sedientos, también se que murieron hombres pero ese es el plan de la vida por que tarde o temprano a nosotros nos llegará ese momento. Pido un momento de silencio ora aquellos que ya no están con nosotros—guarde silencio, todos lo hicimos y por mi mente pasaban imágenes de familias desconsoladas por la pérdida de familiares y por un momento recordé a mi madre, recordé a aquella niña que lloraba desconsoladamente a un lado del cuerpo de su madre, no querían que la separaran pero sabía que estaría mejor, fue algo egoísta quererla siempre con ella.

»Una lágrima recorrió mi mejilla derecha y la limpié con el dorso de mi mano —Nosotros perdimos hoy, pero también ganamos, logramos salvar a personas de morir pero también hicimos que algunas vidas nobles murieran, y se que... —era cada vez más difícil hablar por mi voz rota, cuando recuerdo a mi madre es imposible borrarla de mi mente de nuevo. Puse mi mano en mi pecho, justo sobre el corazón —ellos siempre estarán en nuestros corazones.

Guarde silencio, ya quería irme de aquí y olvidar lo ocurrido, estaba pensando en quemar la fábrica, dar un adiós a todo.

—Antes de irnos, deberemos quemar la fachada de la fábrica por lo que necesitaré combustible, mucho combustible.

Ellos asintieron, e hicieron eso después de que yo me aleje de ellos, me acerqué a la camioneta y me senté en el asiento de copiloto, tome mi cajetilla de cigarrillos y encendí uno.

Guarde el encendedor en el bolso de mi hoodie para usarlo después.

—Tus palabras fueron increíbles Jade.

Tyson me hablo, estaba sumida en mis pensamientos pero lograba entender lo que pasaba alrededor de mi.

—Gracias —susurre.

El me sonrió y cerró los ojos lentamente por lo que asumí que se dormiría, yo no podría dormir así de fácil y mucho menos con una venda en la cabeza como él en estos momentos.

—Listo señorita, terminamos de esparcir el combustible solo tenemos que incendiarlo.

—Bien hecho, si quieres puedes ir subiendo a las camionetas, yo me encargaré de incendiar la fábrica. Cinco autos irán frente a mi y otros cinco estarán detrás de mi, seria mejor que se alisten para partir.

El hombre asintió y después se fue dándome la espalda.

Me dirigí a la entrada de la fábrica, al llegar me detuve justo frente a la gran puerta, abrí en encendedor y lo tiré allí mismo, el fuego de inmediato se extendió y de inmediato subí a el auto.

En un par de minutos yo ya estaba demasiado lejos de la fábrica, miraba el hermoso fuego desde el retrovisor. Fue una imagen digna de una foto, pero me contuve ya que yo era quien manejaba en auto.

Detrás de nosotros de la nada se escucharen estallidos, pero no había algo para preocuparse.

—Dinamita —murmure al recordar que Thomas solo había dejado tirada la dinamita, esta tardó en incendiarse por que la habitación estaba lo bastante lejos de la entrada.

—Dinamita —se escuchó por la radio del auto, Thomas se había encargado de decir eso a las distintas radios de cada auto para que todos estemos tranquilos.

Le di otra calada mi cigarro, esto me relajo lo suficiente para poder dormir el resto de la noche. Mañana en la tarde regresaría a Detroit y probablemente tendría que lidiar con el tema de la remodelación de la nueva casa, aunque no es nada comparado con lo que acaba de hacer.

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