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Capítulo 32

—¿Y bien? ¿Como te sientes? —pregunte al momento que se subió al auto, después de que cerrara la puerta.

Pero solo se tiro hacia a mi y exigía a un abrazo, lo necesitaba, y yo se lo di e incluso le di unas palabras que la podrían tranquilizar.

—Eso fue tan difícil— murmuró en mi hombro.

—Lo se, pequeña, lo se —le susurre en su oído —. Todo estará mejor después, solo debes de calmarte y dejar que las cosas pasen.

—Aún no entiendo por qué, ¿por que a mi Jade? —su llanto se hizo aún más desconsolado, parecía que aún estaba comenzando, ella estaba realmente rota.

—¿Sabes? Esto hago yo, siempre que algo malo me sucede, pienso que todas esas cosas pasan por algo, es como decir que después de la lluvia está el hermoso arcoíris —ella no paraba de llorar, ahora yo debía de hacer que ella se calmara, no se como lo haría.

—¿Puedes hacer algo por mi?

—Dime linda.

—¿Puedes llevarme al cementerio donde está papá?

No, dime qué no preguntó eso, ella se pondría aún peor, no quería llevarla pero ella no me lo perdonaría y no quiero hacer peor a Emily.

—Hace mucho frío, es un poco tarde, ¿no crees? —excusas, malditas excusas, las odio, pero las uso para los momentos difíciles.

—Por favor —su nariz se tornó un poco rojiza y eso hizo que ella pareciera un niña pequeña.

No podría negarle algo así, se que me dolerá y tal vez me arrepienta pero ella necesita y me lo pidió por algo.

—Bien, en unos minutos estamos allá.

👑👑👑

—No tardaré mucho.

Ella se bajo del auto y siguió el camino que daba a la lápida de su padre, junto a su hermano. Cuando pensaba que lo estaba tomando mejor que antes, sucede esto, se que olvidarlo no es tan fácil, incluso para una persona que tiene el corazón como hielo sufre de un pedida, como la de tu propia madre.

No es tan fácil, en películas parece ser fácil, aveces miras que lo recuerdan e incluso hacen algo en su memoria y eso es lindo pero esto es la vida real y sinceramente, este frente el cuerpo de esa persona hacen que tú también estés junto a él, pareciera una locura pero necesitas mucho más de lo que pensaban a ese alguien.

Mi madre murió y se llevó un pedazo de mi alma, hay tantas cosas que no pude decirles, y es realmente difícil por que nunca fue muy cercana a mi madre, pocas veces le decía un Te quiero, lamentablemente soy muy mala para demostrar mi amor y todo mi cariño hacia una persona.

Baje de mi auto y camine hasta encontrar la lápida de mi madre. Desde que ella murió, yo no había venido, para mi ella no estaba muerta, ella aún seguía con vida, ella tal vez no estuviera físicamente cerca de mi pero es como si ella me mirara de alguna forma y yo me sintiera segura, pero me destruye saber que ella ya es solo polvo. Ella ya no está conmigo, desearía abrazarla y darle todo mi amor, como muy pocas veces lo hice.

—Mamá —dije después de sentarme frente a su lápida —, te necesito más que nunca, esto es muy difícil para mi, y aunque no lo aparente tú me haces mucha falta, más de lo que debería, pensé que esto sería más fácil pero no lo es en absoluto, Matt está destrozado y trata de arreglar el dolor remplazandolo con droga, chicas, fiesta y alcohol. Necesitamos algo para estar bien, tal vez si volvemos a estar juntos, pasar una noche juntos solo él y yo o haciendo un viaje con la familia, somos débiles, los dos estamos perdidos y necesitamos que nos ayudes, por favor desde donde estes ayúdanos a escombrar nuestro camino. Te extrañamos.

Limpie mis mejillas húmedas, esto dolía, dolía como si mi alma tratase de irse de mi cuerpo, tenía un horrible dolor en lo profundo de mi pecho, como si no pudiera respirar como si tuviera un enorme agujero que no tiene fin.

—Desearía que tú siguieras conmigo, desearía poder abrazarte por última vez y decirte todo lo que nunca pude cuando aún estabas conmigo —me levante de donde estaba y cuidadosamente me despedí, hasta llegar a mi auto.

De mi bolso tome un cigarrillo y lo encendí, tenía demasiada mierda en la cabeza, debería pensar mejor y esto me ayudaba a sacar todos los pensamientos negativos.

Cuidadosamente volví a pasar mi mano por mis mejillas deshaciéndome de las lágrimas, aveces desearía no tener sentimientos, así todo sería más fácil, no tendría remordimiento, arrepentimiento o dolor alguno, pero si eso sucede riera tampoco me podría sentir feliz, solo asocio todo con mi dolor. Estoy destruida por dentro, soy un monstruo con demasiados problemas.

—¿Jade? —me llamo Emily con la voz ronca, ella también había llorado tanto como yo.

—Mh–mh —hice un ruido con mis labios, no quería hablar ahora mismo.

—Estoy lista.

—Pero yo no —respondí entre llanto aún, por eso yo no quería venir aquí, me daba lástima yo misma por llorar tanto, este lugar solo te provoca tristeza, ver tantas personas bajo tierra te provoca tristeza, muchas de ellas eran buenas y realmente no merecían estar aquí.

—¿Estas fumando? —preguntó al mirarme, yo le mostraba mi espalda y por eso no me había notado.

—Lo necesito, no es tan fácil dejarlo.

—Entiendo.

Ella se acercaba más a mi hasta que estábamos a solos unos centímetros el una de la otra.

—¿Sabes como te sentirías mejor? —me preguntó, baje un poco mi cabeza hasta mirar a sus ojos.

Ella pasó sus brazos por alrededor de mi cintura y me abrazo muy fuerte, como si no quisiera soltarme nunca.

—Un abrazo hace que las personas estén felices —lo hice lo mismo que ella, debía de admitir que su acción me había hecho sonreír de ternura.

Lance en cigarrillo lejos de mí después de terminar con el abrazo, ahora ya estaba lista para salir de este lugar triste. Emily pareció leer mi mente porque se subió al auto, yo también hice lo mismo que ella.

—¿Tienes algo más que hacer? —le pregunte ajustándome mi cinturón.

—No, puedes llevarme a casa.

—Si quieres, puedes dormir conmigo.

Ella pareció pensarlo, encendí mi auto y salí del cementerio. Ella estaba perdida en su mente, no entendía lo que pensaba, tal vez podría estar llena de odio o de tristeza y su rostro no reflejaba ninguna de sus emociones.

—¿Te llevó a tu casa? o, ¿quieres quedarte conmigo?

—Llévame a mi casa, aún tengo que pedir permiso a mi madre.

—Sabes que no necesitas pedir permiso cuando estás conmigo —la mire de reojo y ella sonreía —, sabes que estás más segura conmigo que en tu casa.

—No del todo, Jade.

Claro, algunas veces pasan cosas peligrosas pero a ella no le ha sucedido alguna de ellas.

En él transcurso de ida a su casa, las dos estuvimos en silencio escuchando las canciones de mi auto, finalmente ella fue por ropa a su casa y seguimos hasta llegar a la mía, no sin antes parar por pizza.

Al llegar los chicos estaban viendo un partido de fútbol americano en el televisor.

—¡Trajimos cena! —grite al pasar por la puerta principal.

Tres cabezas se voltearon hacia mi, sedientos de comida, los tres brincaron de donde se encontraban y en segundos tomaron las cajas de mis manos.

—No se preocupen, ya comimos nosotras —murmure con sarcasmos.

Emily y yo fuimos por platos y vasos para comer, mientras que los chicos tomaron una porción de pizza. Deje los platos sobre el comedor y después tome mi porción.

—¿Que hicieron hoy? —les pregunte a los chicos.

—Solo fue con unos amigos a su casa, hace tiempo que nos los visitaba.

Matt pensaba que era idiota si le creía eso, se lo que hace pero él nunca me dice la verdad, se que sale de casa y se droga.

—Nuestro día estuvo aburrido —hablo Tyson por los dos.

Tyron se mantuvo mirando su pizza, comía de ella lentamente, como si no tuviera apetito y es entendible con lo que había hecho y visto hoy.

—¿Y tú que me dices querida Emily?

—Escuela, tareas y el resto del día estuve contigo.

Era la única que hizo algo realmente interesante, bueno, Tyron también pero no podría decir nada y mucho menos frente a Tyson.

Seguimos comiendo y aveces conversábamos un poco, cosas sin sentido. Al terminar Emily y yo fuimos a mi habitación y miramos u par de películas, hasta que ella se durmió, en cambio, yo no podía dormir.

Fui al despacho y decidí revisar mi correo, me esperaba mucha tarea de la escuela y decidí hacer un par de ellas, y si podía, tal vez terminar todo hoy pero era algo casa imposible. En dos horas yo solo había hecho tres tareas, ya me estaba durmiendo frente al computador, baje a la cocina y al pasar por la sala de estar me encontré a los chicos dormidos en el sofá cama, seguí hasta la cocina y tome un vaso y lo llene de agua.

A través de la ventana de la cocina veía como los hombres caminaban buscando algo, pero era inútil porque no sucedía nada anormal, no se por que Darrick me envío a tantos hombres si no ocurre nada.

Deje el vaso que estaba usando en el lavavajillas cuando una linterna apuntó en mi dirección, eso me dejo sin ver por unos segundos, cerré mis ojos muy fuerte y después de unos cortos segundos los abrí, se trataba de Thomas, él se estaba riendo y yo le mostré el dedo medio antes de salir de la cocina.

Debía de admitir que cuando hizo eso, fue algo que me divirtió y no me enojo, obviamente lo tome con diversión. Regrese a mi habitación y fue al balcón, las pocas ganas que tenía de dormir se habían esfumado, tome un cigarro de no sé dónde y lo encendí.

En esta casa a diferencia de la anterior no tenía una gran vista, solo se observaban las grandes mansiones de los vecinos a lo lejos y aún más lejos algunas leves de la ciudad, aquí era un buen vecindario, estaba alejado de todo y era de personas adineradas.

—Jade —escuché que Emily me llamo a mis espaldas.

—¿Si?

—Ven a dormir —me ordeno.

—No puedo dormir.

Ella pareció no estar contenta con mi respuesta por lo que se levanto y camino hacia mi.

—Hace frío —dije al verla que temblaba como perro chihuahua —, ponte una manta o un suéter.

Ella regresó al interior de mi habitación y regresó cubriéndose con una manta. Le di otra calada a mi cigarrillo y expulsé el humo.

—Pensé que había dejado de fumar.

—Es difícil de dejar, solo por unas días lo deje pero no es tan fácil como parece.

Volví darle otra calada a mi cigarrillo y expulsaba el aire, Emily al parecer estaba perdida en su mente, me senté en una silla que estaba en el balcón y Emily se sentó en la otra después de que yo hiciera.

—¿Como te sientes? —le pregunte.

—No lo se, estoy un poco feliz pero sigo estando igual de deprimida. ¿Es normal estar así?

—Si.

—Si quieres mañana podemos hacer algo para alegrarte —ella sonrió al escucharme —, después de la escuela, con los chicos podemos hacer algo, no se, podemos ir a el centro comercial.

—Eso estaría bien.

—Bueno, debemos dormir, es muy tarde.

No sabía qué hora era pero en realidad ella debía levantarse más temprano que yo.

👑👑👑

Esta mañana Emily me había despertado, ella ya estaba lista cuando lo hizo y también faltaban veinte minutos, por lo que tuve que cambiarme rápido.

—Jade —escuché la voz de Tyron en mi habitación, yo ahora estaba cepillándome los dientes —, Emily me acaba de decir que nos llevarías a la preparatoria.

Rápidamente salí del baño y asentí, ya que no podía hablar con la pasta en mi boca.

—Solo te estamos esperando abajo.

Volví a asentir a lo que dijo, ya estaba lista, me había hecho una coleta alta y me había maquillado un poco.

Los cuatros fuimos a la cochera y subimos a mi auto, ya había dejado a los chicos en la preparatoria y yo fue a casa de Steve.

—Vuelves a llegar temprano —me recibió Steve.

—¿Que hay para hacer hoy? —pregunte. Él como siempre están tras el enorme escritorio, revisando el computador y algunas veces el teléfono.

—Solo hay entregas de drogas, no hay inconvenientes, todo ha estado funcionando bien.

—Eso es muy bueno, eso significa que no hay mucho trabajo.

—Así es Jade —dijo asintiendo levemente.

—¿Como están las ventas?

Eso sabía que como había más personas que compran droga de otras personas, no iba muy bien. Había bajado un pequeño porcentaje de ventas.

—Ahora mismo no es el mejor.

—Debemos de hacer algo, ¿quien más vende en Detroit?

—Hay un nuevo mafioso ruso, Alek Stepanova.

Ese nombre, él nos atacó, principalmente a Darrick, escuché que quería tomar mi lugar pero eso sería difícil.

—Debemos de hacer algo.

—¿Como que? —preguntó inclinándose a mi.

—Puedes hablar con él y decirle que Detroit lo manejo yo, el resto del estado puede tomar lo que quiera.

—No es tan fácil.

Para mi si, se que él quiero a tener todo Michigan, yo tengo la mitad hasta ahora, pero no dejaré que sea fácil para el.

—Se que es difícil, pero no dejaré que él me quite mis ventas, él deberá hacerme un lado y no meterse en mi territorio, Michigan ya tiene dueña y en Detroit está mi imperio.

—Bueno reina, el ya tiene Washington, Florida y Nueva York, por lo que se no necesita Michigan.

—¿Cuando haremos eso?

—Cuando averigüemos en donde vive.

Bueno, eso será fácil. Le envíe un mensaje a Liam pidiéndole que consiga la dirección de Alek Stepanova. En menos de diez minutos yo ya tenía su dirección en mi teléfono.

—Bien, ya se donde vive —le dije a Steve mientras le mostraba el mensaje que me envió Liam con la dirección.

—Eres eficiente reina.

Los dos subimos a el auto que nos llevaría junto con la suficiente seguridad para salir solo nosotros dos del lugar por si sucede algo.

Al llegar a la dirección no me sorprendió saber que había un enorme muro de concreto.

—¿Ahora que hacemos? —pregunte.

Steve estaba a mi lado y checaba varias veces su teléfono.

Solo tardamos un par de segundos hasta que miles de armas apuntaban a nosotros. Steve se bajo y empezó a hablar con un guardia, el de inmediato habló por su auricular y nos dejaron pasar, tras los enorme muro se escondía una enorme mansión moderna de dos plantas de color blanco. Era hermosa con esas hermosas rosas rojas en el patio delantero, ellas adornaban todo el camino.

—Yo me bajará, tú estarás aquí en al auto.

—Yo quiero ir allá —me queje, yo tuve la idea de hacer esto, ¿por que ahora no me dejará hacer esto?

—Ya te dije que no iras, si pasa algo sales y atacas pero mientras estarás dentro del auto.

Salió un poco enojado del auto, él había cerrado con fuerza la puerta y no me quedó nada más que esperar que él regresara. Después de que él bajara un par de hombros lo escoltaron hasta que se perdió de mi vista, algunos hombres siguieron vigilando el patio delantero, donde yo me encontraba. Steve tardo más de lo previsto pero regresó con una sonrisa, él subió al auto y partimos a su casa.

—¿Y bien? —pregunte —, ¿funcionó?

—Más que eso, el no venderá en Detroit por un tiempo, me dijo que tiene cosas que hacer en Florida por lo que tendrá que viajar demasiado y no podría estar en Michigan por algún tiempo.

Eso me agradaba, pero no estaba segura de que ese hombre de allá dijera la verdad, es fácil hablar y hacer parecer todo verdad.

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