Me dirigí hasta el recinto dónde me esperaba un magnifico piano y las personas que iban a calificar mi desempeño, saludé con una reverencia me dirigí hacia el piano me senté en el banquillo, ahí en el piano estaba la partitura que el jurado había escogido para mí, era sonata para piano No.3 de Beethoven.

Empecé a tocar, me concentré solo en la música todo lo demás desapareció ahí sólo existíamos el piano y yo, mis manos recorrían el teclado con la misma energía que sentía cuando tocaba con mi maestro de mis sueños, termine toda la pieza musical me sorprendí, el jurado me había dejado tocar hasta el final, cada estudiante por lo regular tocaba unas cuantas estrofas, todos los presentes estaban de pie aplaudiendo, no solo el jurado también mis compañeros y otros profesores, por un leve momento creí ver lágrimas en sus ojos.

MARAVILLOSO, MARAVILLOSO, me decían, un anciano de los invitados dijo algo que me sorprendió mucho.

-Por un momento pensé que era el maestro Adrien Leblanc quién tocaba ese piano-

-El nombre se me hizo familiar, pero en ese momento estaba tan emocionada que pronto olvide ese detalle.

El director nos dijo a dos estudiantes y a mí que pasáramos a un salón donde nunca había estado. De las cuatro paredes colgaban varias fotografías de distinguidos músicos famosos de todos los géneros, mientras, de pronto vi al hombre de mis sueños, abajo del cuadro había una placa de latón con el nombre de Adrien Leblanc.

-Sentí que un escalofrío me recorrió toda mi columna vertebral, en ese momento sentí una mano en mi hombro, volteé mi cabeza, era el director.

Este es el maestro Adrien Leblanc ¿alguna vez su maestro les hablo de él?

-No, pero yo siento que lo conozco, ¿usted lo conoció?

-No, jovencita el perteneció a otra época, yo apenas era un niño cuando él ya era un joven virtuoso del piano, pero mi padre si lo conoció el me conto la siguiente historia.

La familia del maestro y mi familia eran buenos amigos ellos pertenecían a la clase conservadora, su abuelo llego a México de Francia y se instaló en esta ciudad, fueron de las personas, cuando Benito Juárez, llegó a la presidencia los conservadores se opusieron, se pusieron contentos cuando se anunció que iba a venir un emperador y que ese emperador era Maximiliano de Hamburgo, estuvieron muy felices el maestro Adrien los deleito con su música, eran muy felices pero esa felicidad duro poco escasos tres años, cuando Benito Juárez ordeno el fusilamiento de Maximiliano, todos los conservadores fueron perseguidos y encarcelados por traidores a la patria.

-Muchos de los conservadores huyeron del país, otros terminaron en la cárcel, se supo que la familia del maestro huyo, pero el maestro Andréi se quedó, creía que con el fusilamiento del emperador, las cosas se iban a calmar, pero no fue así, al poco tiempo la casa fue confiscada por el Gobierno, por un tiempo fueron oficinas gubernamentales, pero cuando la calma volvió al país, los bienes confiscados fueron regresados a sus antiguos dueños, la familia del maestro regreso, pero el maestro no vino con ellos, el nunca llego a Francia con su familia, investigaron, pero nunca apareció el hombre, la última vez que se le vio fue entrar a su casa, pero nadie lo vio salir, se supo que algunos de los sirvientes fueron muertos en la revuelta, es por eso que es un misterio y todos nos hacemos la misma pregunta ¿qué paso con el maestro.

-Después de algunos años de buscar, su familia se hizo a la idea de que había muerto, vendieron la casa y volvieron a Francia.

-Bueno señorita ahora vamos a nuestro asunto, sabes que eres una de las afortunadas, te has ganado una beca por tu brillante actuación...

Mientras el maestro hablaba yo recordaba mi sueño las escenas que pasaron en mi sueño, no sé cuánto tiempo paso cuando el maestro termino de hablar me entrego unos folletos para que escogiera a que conservatorio elegía ir. Nos despedimos, yo salí de la oficina del director pasé por el salón de dónde colgaba la fotografía, del maestro Adrien, le dije.

-Voy a cumplir mi promesa te vas a reunir con tu familia.

Mi familia me esperaba en el vestíbulo, cuando me vieron fueron a mi encuentro me abrazaron efusivamente, felicitándome también ellos habían escuchado mi actuación.

-Hija estuviste maravillosa, estoy segura que te ganaste la beca.

-Así es madre, el director me dio los folletos para ver en qué conservatorio quiero seguir mis estudios.

Felicidades hermanita, toda la familia estamos muy orgullosos de ti.

Cuando salimos del conservatorio, fuimos directamente a un restaurante de lujo a un salón especial donde me esperaba el resto de mis hermanos con sus respectivas familias, y algunos amigos más, mi única mejor amiga Soraya me abrazó efusivamente diciendo.

-Lo lograste amiga, sabía que tu podías, y como no, si tocas como los mismos ángeles.

-Gracias Soraya, lo único malo es que nos vamos a tener que separar.

-Pero que estás diciendo, nada de separar yo voy a donde tus vayas, Crees que te voy a dejar sola que vayas al otro lado del mundo, por eso tengo un padre millonario para que cumpla todos mis caprichos.

- ¿En verdad te irías conmigo?

-Claro que sí, ya sabes que lo mío es viajar, quizás al otro lado del charco encontremos a nuestra media naranja.

-Al ver la solidaridad de mi amiga le dije.

-Soraya me urge hablar contigo urgentemente, ahora no se puede, pero si puedes mañana.

-Claro que sí, debe ser algo muy importante

-Sí, muy importante, pero quita esa sonrisita no se trata nada de hombres, o más bien si, se trata de un hombre muy especial.

-¡¡¡De un hombre¡¡¡ y no me habías dicho

-Hay mujer, pero no es nada de lo que te imaginas, mañana lo vas a saber.

Ella iba a refutar algo, pero la voz de mi hermano Eduardo la detuvo.

Parte/55