La mujer dio la vuelta y regreso a su recamara abrió un cajón de un armario y saco un puñado de llaves con manos temblorosa escogió una y regreso a la recamara matrimonial de su hijo metió la llave a la chapa de la puerta esta cedió, movió el picaporte y la puerta se abrió, la mujer llego en el preciso momento en que su hijo y su nuera estaban a punto de tener relaciones sexuales un grito los paró en seco.

_¡¡Guillermo¡¡¡ - ¿Qué está pasando? Ven conmigo en este momento

- ¿Señora con qué derecho irrumpe en nuestra habitación? Este lugar es privado.

- Te equivocas insolente, yo tengo todo el derecho de entrar dónde yo quiera por eso soy la dueña de esta casa, y si no te parece te puedes ir por donde llegaste.

-Muy bien señora usted lo ha dicho en este mismo momento dejamos su casa mis hijos mi esposo y yo.

-Ah, no, tú te vas con tus hijos, pero GUILLERMO SE QUEDA.

-Está bien tú decides te vas conmigo y con tus hijos o te quedas con tu madre.

Guillermo no contesto, vio a las dos mujeres y salió de la casa, su madre corrió tras él, mientras tanto Olivo empacaba su ropa y la de sus hijos, ya no iba a esperar más en esa casa, No se dio cuenta cuanto tiempo paso con esa tarea, el cansancio la venció y se quedó dormida, despertó cuando escucho las pisadas de su marido, pero pasaron de largo ella abrió la puerta se asomó y alcanzo a ver a su marido entrar a la recamara de su suegra, hasta ese momento se dio cuenta que había pasado mucho tiempo desde la discusión todas las luces de la casa estaban encendidas paso a la recamara de sus hijos, estos dormían plácidamente, después de todo su suegra contaba con varios sirvientes muy eficientes, aparte del aseo de la casa también se encargaban de sus hijos.

Su suegro en vida había sido fanático de la cultura africana, e hizo varios viajes a África en cada viaje venia cargado de cosas de aquél país, Olivo entro a la sala donde tenían su tesoro como el finado decía, había cosas muy bellas entre ellas estaba una lanza tenía la punta muy filosa, salió de allí se dirigió a la cocina quería comer un refrigerio antes de volver a su recamara quería que el tiempo pasara volando para dejar esa casa cuanto antes ya no le importaba si su marido se iba con ella o se quedaba.

Cuando paso por la recamara de su suegra escucho unos mormullos ahogados, ella faltando a las buenas costumbres que le habían enseñado, puso el oído en la puerta y se dispuso a escuchar.

-Madre mañana salimos de esta casa Mi familia y yo.

-No hijo tu no me puedes dejar sola en esta casa, recuerda tenemos cincuenta años de casados y sólo por esa intrusa me vas a dejar.

-Madre, madre escúchame por favor, yo no soy tu marido, soy Guillermo tu hijo.

-No, no tu eres Guillermo mi esposo.

-¡¡No, no madre, recuerda mi padre murió, yo soy tu hijo¡¡

-No, Guillermo, no, tú no puedes estar muerto recuerda que nos juramos amor eterno.

-Por favor madre, vuelve en ti, soy tu hijo, mañana salgo de esta casa con mi mujer y mis hijos.

-Está bien Guillermo si te quieres ir vete, pero hazme el amor por última vez, soy tu esposa tienes que cumplir con tus obligaciones maritales

-¡¡No, no madre que haces¡¡

lo que más te gusta, mi amor lo que más feliz te hace.

-Madre, madre no hagas eso, Oh, madre Oh sigue así, no pares, Oh bien sabes lo que me gusta.

Olivo ya no pudo más, abrió la puerta y ahí estaba su suegra de rodillas y su esposo de pie tomando la cabeza de la mujer y diciendo.

Así, mi amor, así.

Madre e hijo estaban en lo suyo que ni siquiera oyeron cuando la mujer abrió la puerta, está llena de coraje fue hasta la sala de trofeos de su suegro fallecido, tomo la afilada lanza y regreso hasta la recamará donde estaba su suegra y su esposo, tan solo se tardó unos cuantos minutos llena de furia enterró la afilada lanza en el cuello de la mujer, lanzando un grito lleno de odio.

-¡¡¡MUERE MALDITA¡¡¡

Fue hasta esos momentos que su marido reacciono al ver a su madre con el cuello atravesado con la lanza unos milímetros más y también le atraviesa su virilidad.

Sólo unos instantes antes el seguía con las manos en la cabeza de su madre y está moviendo la boca rítmicamente.

La mujer aflojo el cuerpo, y cayo desmadejada en el suelo por su boca salía un líquido blanco y lechoso, que rápidamente se confundió con los borbotones de sangre que salía de su cuello, Guillermo lanzo un alarido de angustia, miraba atónito a su madre y a su mujer que reía como desquiciada, el rápidamente compuso sus ropas y se acercó a su mujer y la abofeteo para que volviera a la realidad.

-Sal de aquí rápidamente, vete a tu recamara antes que venga la servidumbre.

Ella no solo salió de la recamara fue a la recamara de sus hijos los despertó y salió de esa casa para siempre, cuando estuvo más serena, recordó las palabras de la hermana de su esposo abrió la puerta de la recamara de su madre y salió horrorizada y le aconsejo que saliera de la casa cuanto antes, ella vio la misma escena que ella.

-Su esposo declaro a la policía que no se explicaba cómo había pasado ese lamentable accidente, los sirvientes también declararon, dijeron que ellos creían que la señora había terminado con su vida ya que desde que había muerto su marido ella actuaba como si estuviera loca.

Y así quedo en el acta de defunción, había sido un lamentable accidente.

Olivo ya no quiso volver a ver a su marido, el por su parte se quedó viviendo en la casa de su madre, varios años después lo encontraron muerto abrazado a un vestido de su madre, por lo que se deduce que también estaba loco.

-Y gracias a mi cuarto secreto. me entere de todo cuando mi pobre hermana Olivo les contó todo a mis padres.

Afortunadamente Heraclio volvió cuando su esposa murió de hepatitis. mi hermana lo recibió con los brazos abiertos, envejecieron juntos.