La mujer se quedó con el corazón oprimido, se sentía culpable de la partida del joven, si ella hubiera parado a los muchachos cuando descubrió de sus encuentros amorosos no estuviera pasando eso, pero ya era tarde para lamentarse, ahora tenía que prepararse para consolar a Olivo cuando se diera cuenta de que su amado se había ido sin siquiera despedirse de ella.

Y así fue, Olivo sufrió mucho cuando busco al muchacho y este no apareció por ningún lado, espero días y días, pero nada, Rosaura no se cansaba de repetirle que era por su bien, que era lo mejor para ellos.

Los preparativos de la boda siguieron, ella no participaba en nada, solo obedecía, cuando veía a su prometido ella siempre contestaba con monosílabos, si, no, desde luego, como usted diga, me parece bien, etc. Él no se desesperaba creía firmemente que cuando se casarán todo iba a ser diferente.

Se llegó el día de la boda, todo mundo estaba feliz menos la novia, ella no podía dejar de pensar en su amado, deseaba con todas sus fuerzas que el hombre al que le estaba prometiéndolo amar y respetar hasta que la muerte los separe, fuera su Heraclio.

Pero tenía que aceptarlo Heraclio no era para ella, aún si volviera ellos ya no podía estar juntos ella pertenecía a otro hombre y lo acepto, ya no se opuso al destino y se propuso a olvidar a Heraclio y cumplía con los deberes de una buena esposa tal como su madre le enseño, tenían tres meses de casados cuando encargo a su primer hijo, un niño que vino a alegrar la vida del matrimonio, llevo el nombre de su padre Guillermo, todos le decían memo, no bien el niño tenía tres meses, cuando encargo al segundo, esta vez fue una niña la que llevó su nombre Olivo.

Al paso del tiempo Heraclio quedo en su mente como un bonito recuerdo, Rosaura recibió la primera carta de Heraclio a los tres meses de su partida, una carta que apenas se le entendía, la letra como la de un niño que apenas empieza a escribir, pero al paso del tiempo, la letra mejoro y mejoro, las últimas cartas eran de una letra perfecta, como de una persona estudiada, así le fue contando su vida, como fue su llegada a la frontera de los Estados Unidos, encontró un trabajo bien renumerado, encontró a una joven, que con mucha paciencia lo enseñó a leer y a escribir, lo animo a estudiar y de ser el cuidador de caballos se convirtió en el administrador de una hacienda y se casó con la joven que lo enseñó a leer y a escribir, tienen tres hijos dos hombres y dos mujeres.

Las cartas siempre terminaban así.

Reciba saludos calurosos de Heraclio que la quiere como una madre, espero que algún día nos volvamos a ver deseo que la señorita Olivo haya encontrado la felicidad como la encontré yo.

Suyo Heraclio Espino B.

A Rosaura le daba gusto que el muchacho fuera feliz era lo que más le pedía a Dios y a la virgencita de Guadalupe, al parecer se le había concedido el milagro que con tanto fervor les pedía.

Pasaron doce años en los que la vida de Olivo pasó feliz ella como se lo dijo su marido se enamoró de él, pero un desafortunado evento vino a cambiar todo.

El padre de Guillermo murió sorpresivamente de un infarto al corazón, la madre de este enloqueció del dolor.

Guillermo tomo el lugar de su padre, tanto en el manejo de los negocios, como en las decisiones del hogar, él tenía dos hermanas más, pero para su madre solo existía Guillermo, su hijo la complacía en todo, la primera petición de la madre fue que fueran a vivir a su residencia, porque según ella se sentía muy sola.

Olivo acepto, veía como sufría la señora.

La segunda petición fue que Guillermo ya no durmiera con su esposa, exigió que su hijo durmiera en su recamara.

Olivo le dijo.

Pero como es posible eso raya en la locura, tu eres su hijo, no su esposo, ¡¡su esposo ya está muerto¡¡

-Olivo por favor ten paciencia solo será un tiempo, pronto se le va a pasar.

-¡¡Pero cuando ya van dos años y tu mamá cada día está más loca¡¡

-¡¡Mírate si ya eres una réplica de tu padre te hace que uses su ropa¡¡ ¿Qué más sigue? ¿Qué te acuestes con ella?, tu madre necesita a un loquero, no a ti.

Pero su marido, no la escucho y se fue a dormir a la recamara de su madre, Olivo quedo devastada, pero aun así siguió en la casa de su suegra, en una ocasión que una de sus cuñadas paso a la recamara de su madre, vio algo que la horrorizo, salió de la habitación y le dijo a su cuñada.

-Olivo por favor sal de esta casa inmediatamente por el bien tuyo y de tus hijos.

Y salió de la casa rápidamente, sin dar más explicaciones, Olivo se quedó anonadada, ¿por qué su cuñada le pedía eso?

Ella le puso un ultimátum a su marido o volvían a su casa o allí terminaba su matrimonio.

Guillermo abrazó a su mujer cariñosamente y le dijo

-Tu eres una buena mujer, comprende que no puedo dejar sola a mi madre cuando sufre tanto por la muerte de mi padre.

-Sí, pero comprende nuestro matrimonio se está derrumbando tu madre interfiere en todo a mí no me trata como tu esposa que soy, me trata como si fuera un miembro más del servicio.

-Por favor mi vida te lo pido, sólo un poco más.

-Guillermo empezó a besar a su mujer tomándola de la cintura la condujo a su habitación cerrando con seguro por dentro se dirigieron a la cama y la acostó suavemente, pero no contaban que unos ojos llenos de odio miraban la escena sin perder detalle, cuando vio que la pareja entraba a la habitación y cerraba la puerta detrás de ellos, dirigió rápidamente hacia ella movió el picaporte para abrir la puerta, pero esta no cedió.