Parte/ 43
Ella estuvo a punto de decirle que estaba enamorado de otro, pero en ese momento, se escucharon unos leves pasos acercarse, ella levanto la vista y vio a Rosaura la nana de ella y de sus hermanos.
-Niña Olivo su mamá la busca
-¡¡¡Mi mamá¡¡¡
-Perdón joven, solo será unos momentos.
-Está bien aquí espero
Se alejaron; - cuando Rosaura estuvo segura que nadie la oyera le dijo.
-Pero niña ¿Qué va hacer?
-Pero de que hablas Rosaura
-Perdón niña Olivo, pero usted estuvo a punto de decirle al joven Guillermo que usted está enamorada de Heraclio, acaso quiere que lo corran o lo maten.
- ¿pero de que hablas?
-Por favor niña yo sé que seguido se ve con Heraclio yo cuido de que ninguno de sus hermanos se acerque, para que no la vea, yo también fui joven y sé que ustedes están muy enamorados, pero entienda niña Heraclio y usted son como el agua y el aceite, no se pueden mezclar.
-Y que voy hacer, Rosaura que voy hacer yo quiero a Heraclio, lo amo
-Mire niña si en verdad lo quiere, cásese con el señor Guillermo y olvídese de Heraclio, deje que el haga lo mismo con una mujer de su misma clase.
Por favor vaya con el señor Guillermo, pero por vida suya no le vaya a contar nada de Heraclio.
Olivo volvió al lado de su prometido.
-Perdón ya estoy de vuelta_ ¿Qué me decía?
-Bueno lo que le estaba diciendo es que ahorita no estamos enamorados, pero eso viene con el tiempo, vas a ver que la voy hacer inmensamente feliz.
Olivo lloraba en silencio, como hubiera querido que esas palabras se las estuviera diciendo Heraclio.
Mientras tanto, Rosaura corría hasta las caballerizas, en busca de Heraclio lo encontró cepillando a un hermoso caballo.
-¡¡Heraclio¡¡
- ¿Qué pasa doña Rosaura? - ¿se le ofrece algo?
-Sí, Heraclio, si se me ofrece – Necesitas irte de esta casa inmediatamente antes de que pase una desgracia.
¿Pero por qué me pide eso? -yo no me puedo ir de esta casa, yo estoy a gusto con mi trabajo y...
-Y con la señorita Olivo ¿verdad?
-Usted, usted como sabe que la señorita Olivo y yo... bueno usted sabe.
-Si muchacho sé que ustedes se ven aquí mismo, y gracias a mi nadie más de la casa sabe eso, pero eso tiene que parar, la niña Olivo se va a casar con un hombre de su igual, y tú vas a ser lo mismo, busca a una joven igual que nosotros, no puedes mirar tan alto, te tienes que ir.
-No, no yo no me puedo ir.
- ¿Sabes que estuvo a punto de pasar? – La señorita Olivo estuvo a punto de decirle al joven Guillermo lo de ustedes sabes lo que pudo haber pasado si yo no impido eso, te pueden correr, pero eso es lo de menos, esta gente es muy poderosa, te pueden hasta matar. Y a la señorita Olivo no quiero ni pensar que le haría su padre. - ¿Eso quieres?
-No, yo quiero eso, no quiero que le pase nada a Olivo
-Mira muchacho, tengo este dinero que he ahorrado, llévatelo, ya sabes que estoy sola no tengo familia ni nunca me casé, tu eres como mi hijo
-Pero señora yo no, puedo aceptar ese dinero, son sus ahorros de toda su vida, si deberás me quiere como su hijo guarde su dinero, yo también tengo mis ahorros, le voy hacer caso, me voy a ir al norte a ver si puedo entrar a los Estados Unidos.
Esa misma noche Heraclio se fue de la casa con el corazón roto, pero amaba demasiado a su niña Olivo como para provocarle un mal, él sabía que nunca la iba a olvidar, esa niña recientemente convertida en mujer era su primer amor y siempre lo seria, apenas escuchaba la voz de Rosaura que le estaba dando su bendición.
-Que Dios te bendiga, en el nombre del padre, en el nombre del hijo y en el nombre del espíritu santo, amén.
-Gracias señora Rosaura, me voy lejos de la señorita Olivo para que sea feliz, aunque yo sea muy infeliz para toda mi vida.
-No, mijo (hijo), no digas eso, tú vas a encontrar a una muchacha buena de tu mismo nivel, y vas a tener tus hijitos, no me dejes sin saber de ti, escríbeme por favor para saber en dónde te encuentras.
-Pero como quiere que le escriba señora Rosaura, si ni siquiera sé leer ni escribir, usted sabe cómo estaban mis padres de pobres antes que Dios se los llevará, desde muy chico empecé a trabajar y ya no he parado de hacerlo, pero le prometo que yo sabré cómo hacer para que usted sepa dónde estoy.
-Mira mijo, en este papel esta apuntado mi nombre y la dirección de esta casa guárdalo muy bien, no lo pierdas.
-No, doña Rosaura y no se preocupe tanto, voy a estar bien.
-Mira mijo, te traje esto, guárdalo bien.
- ¿Qué es doña Rosaura?
-Cuando el muchacho vio lo que la mujer le dio gruesas lagrimas salieron de sus ojos y beso la pequeña fotografía que Rosaura le dio.
-Gracias, gracias, ya me voy antes que me arrepienta.
-Guardando la fotografía en la bolsa de su camisa a un lado de su corazón, tomo sus pocas pertenencias y salió de la casa sin volver la mirada hacia atrás.
-Rosaura lo vio salir de la casa ella se quedó en la puerta de la caballeriza por donde salió el muchacho y allí se quedó hasta que el joven se perdió en la lejanía.
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