- (hay que recordar que en esos años no existían los aparatos modernos que ahora tenemos,l para ver al feto desde antes de nacer)

Está bien doctor lo que sea mejor para mi mujer y el niño.

Fabián ayudo a su mujer a subir al asiento de atrás del automóvil, para que fuera más cómoda y doctor subió a su lado.

-Natalia por favor cuando lleguen mis suegros y mis padres les dicen que vamos al hospital.

-Sí señor, vayan sin cuidado, la virgencita de Guadalupe va a interceder por su mujer y su hijo.

Cuando llegaron al hospital, el doctor reviso a Paulina, comprobó que en algunos minutos más iba a empezar el trabajo de parto, la condujeron hasta la sala de partos, el doctor le aviso a los familiares que a esa hora ya estaban los padres de los dos, en un lugar más apartado se encontraba Natalia con rosario en mano, rezándole a todos los santos para que a su niña le fuera muy bien en su parto.

-Todos esperaban ansiosos, de vez en vez salía una enfermera y les comunicaba que todo iba bien.

-En la sala de operaciones empezó el descenso del bebe, apuraron a Paulina que pujara y pronto estuvo fuera, era un niño normal no le sobraba ni faltaba nada, pero el doctor se sorprendió, el esperaba un niño de más peso él bebe presentaba bajo peso pero no tanto que peligrara su vida,

lo que lo hizo sospechar que pronto nacería otro bebe le dijo a la enfermera.

-Póngale al bebe la pulsera en su bracito y ponga la hora exacta de su nacimiento.

-Sí, doctor, ya que lo aseen se los enseña a los familiares por favor.

La enfermera salió con el niño se los enseño a la familia.

-Oh que hermoso bebe, ¿pero mi mujer cómo está?

-Está bien, perdón, pero tengo que regresar

-Llevo al recién nacido a los cuneros, un doctor especialista en neonatología, reviso muy bien al niño, la criatura estaba completamente sano, con la leche materna y una formula vitaminada de apoyo el niño pronto iba a recuperar su peso normal.

Mientras en la sala de maternidad, Paulina daba luz otro niño, que rápidamente fue aseado y en su manita le pusieron su pulsera con la fecha exacta de su nacimiento, la enfermera hizo lo mismo que con el primer niño, se los llevó a los familiares y de ahí a los cuneros, el doctor checo a la segunda criatura con el mismo resultado en niño estaba completamente sano.

En la sala de maternidad el doctor estaba sacando la placenta del vientre de Paulina cuando esta lanzo un grito de dolor.

- ¿Qué pasa señora?

-Tengo una contracción siento que algo me baja.

-Señora eso que siente son contracciones normales, pero ahora mismo le vamos a poner una inyección para el dolor.

-Ella lanzó otro grito y asomo una tercera cabecita, por su mitad.

-Oh señora no lo va a creer, pero tiene otro hijo, No, no, no es niño es una hermosa niña, ahora comprendo el tamaño de su abdomen,

-Asearon ala pequeña después de ponerla en los brazos de su madre como a los otros bebes, rápidamente la llevaron al cunero no sin antes enseñárselas a su padre y abuelos, todos no cabían de alegría, el padre de Fabián le dijo.

-Cuantas bendiciones hijo tres hijos de una sola vez.

-Si padre son muy bendecido.

-El doctor salió con una amplia sonrisa.

-Señor Fabián, en unos minutos más pasaremos a la señora Paulina a su cuarto para que la puedan ver, me anuncia el doctor neonatologo que sus hijos están muy saludables un poco bajos de peso, pero con la fórmula y unas vitaminas pronto van alcanzar su peso normal.

-Gracias doctor.

-Media hora más tarde la señora Paulina estaba cómodamente en su cama charlando con su familia más cercana, su, maridos sus padres, sus suegros su querida Natalia su nana, unos minutos más tarde entraron tres enfermeras llevando en sus brazos un bebe cada una, dos envueltos en una cobijita azul y una de color rosa.

-Paulina pronto volvió a su hogar con sus tres hijos, todo siguió igual en la vida de los esposos, salvo que ahora Paulina dividía su tiempo entre los deberes de la iglesia y sus tres hijos, Fabián le dejo toda la responsabilidad de crear a sus hijos ella los creo dentro de lo que manda la santa iglesia católica.

Pasaron diez años, al parecer ese matrimonio era el perfecto, nada de pleitos, todo, todo marchaba muy bien entre ellos, nunca volvieron a tener relaciones sexuales por lo tanto solo tuvieron sus tres hijos.

-Un buen día Paulina recibe una llamada telefónica.

- ¿La señora Paulina?

-Sí, dígame en que le puedo servir

- Señora tiene que venir inmediatamente al hospital de la Trinidad, su esposo sufrió un accidente.

-Gracias, voy inmediatamente.

-Paulina fue inmediatamente acompañada de Natalia su nana, cuando llego al hospital inmediatamente pregunto por su esposo.

-Señora por favor pase por aquí.

-Un hombre al parecer un doctor que vestía una bata blanca, la condujo hasta una especie de oficina, Natalia en ningún momento se separo de ella.

-Señora me temo que no son buenas noticias

- Qué dice usted, quiero ver a mi marido inmediatamente

-Cálmese señora lo va a ver, pero antes tengo que comunicarle que su esposo falleció.

Parte/37

A Paulina se le aflojaron las piernas, Natalia inmediatamente la ayudo a sentarse, aunque se sentía muy mal no perdió el conocimiento, respiro hondo, se dispuso a deglutir la noticia que acababa de escuchar.

-Me puede informar que le pasó.

-Su esposo sufrió un infarto, aunque se le dio la atención inmediata no logro sobrevivir.

- ¿Pero ¿dónde le paso eso? ¿Quién lo trajo?

-El lugar donde le pasó no sabemos, lo trajo un hombre, se estuvo todo el tiempo que tratamos de revivirlo, cuando le avisamos que murió, prácticamente se volvió loco de dolor, creemos que se trata de un familiar o alguien muy allegado a él.

- ¿Puedo hablar con ese hombre?

-Lo siento señora, pero el hombre desapareció, en cuanto se sintió mejor, antes de irse le dio una nota a la enfermera donde estaban los datos de usted rogándonos que le avisáramos.

-Todo era muy extraño, pero en esos momentos Paulina se sintió muy abrumada como para ponerse a hacer conjeturas, poco después el mismo doctor la llevó hasta el cuarto del hospital donde yacía su marido muerto, cuando levantaron la sábana para descubrirle el rostro al verlo; la mujer ya no tuvo la menor duda de que se trataba de su esposo.

Un grito histérico salió de la garganta de la mujer seguido por un llanto incontrolable, a una seña del doctor una enfermera llego hasta ella le descubrió el brazo y la inyecto, poco a poco ella fue recobrando la calma. Salió pidió la cuenta del hospital, pero el doctor le dijo que el hombre misterioso la había liquidado.

Ella salió del hospital siempre apoyándose en su querida nana Natalia.

Aviso a los padres de amoXײ"1