Cuando Alfredo encontró al hombre lo enfrentó, le enseño el recibo de la casa de empeño.

- ¿Es está tu firma?

-Puede ser, o no puede ser,

-No te hagas el gracioso, sé muy bien que es tu firma, tiene tus huellas digitales

-Buenos, si ya sabes que es mi firma, para que me haces perder el tiempo, ¿Qué quieres?

-Quiero saber quién te pago tu cochina droga con las joyas, que llevaste a empeñar al monte de piedad.

-No, pues eso si va a estar cañón, para que recuerde, ¿sabes cuanta gente viene por aquí?

Mira no te hagas pendejo, sabes muy bien que estas joyas son únicas

-Lo único que te puedo decir es que me pagaron una mercancía de importación, pero fue por medio de un intermediario, fue el huesos el que hizo el trato.

Alfredo ya no dijo más, sabía muy bien que no iba a sacar ninguna información del hombre, ya sabía que iba a ir con el huesos este lo iba a mandar con otro y así sucesivamente, a esos delincuentes solo se les podía detener con las manos en la masa, o sea cuando el delincuente estaba haciendo el trato, antes de irse le dijo al hombre.

-Te voy a estar vigilando

-Fue hasta la residencia de la señora Cecilia para entregarle las joyas

-Señora hago entrega de sus joyas

-Oh señor las pudo recuperar

-Sí señora desafortunadamente, no identificamos al ladrón ¿Se le ha perdido algo más?

-No señor y creo que los sirvientes nada tuvieron que ver con este robo.

-Usted más que nadie conoce a las personas que están a su servicio, pero no está de más que este alerta, yo de todas maneras voy a seguir investigando.

Gracias señor, le agradezco mucho sus atenciones.

Paso algún tiempo, en el que Tanaka sufría los estragos de su terrible adicción a la heroína, al no encontrar más joyas en su casa, empezó a falsificar recibos de negocios inexistentes, cuando su hermano Fabián hizo una auditoria, se dio cuenta que su hermano tenía un sinfín de recibos cobrados que no concordaban con sus cifras, tuvo una junta con su padre y su hermano Eduardo, era muy serio lo que estaba pasado, la cifra defraudada por su hermano ascendía a varios cientos de miles de pesos.

Cecilia estaba preocupada ya que su marido había cambiado mucho, estaba muy delgado, pese a que comía muy bien, el color de su piel, era grisáceo, últimamente lo notaba muy distraído y había hecho un descubrimiento que no le gusto mucho.

Pese a que las joyas del hombre habían desaparecido, a él no le importo mucho cuando ella le pregunto por ellas el solo le contesto.

-Mi amor porque no usas tu argolla de matrimonio y tu reloj, tampoco usas tu cigarrera de oro que te regale, ¿en dónde las tienes?

-No te preocupes por ahí han de estar ya sabes que soy muy descuidado.

Como no le gusto la respuesta que le dio empezó a sospechar que algo andaba mal con el hombre, también estaban sus ausencias sin ninguna explicación, como mujer enamorada inmediatamente sospecho que su esposo andaba con otra mujer, y sus sospechas fueron más allá, posiblemente él había robado sus joyas para regalárselas a la mujer y esta las había empeñado, es por eso que consiguió a un detective privado quería saber todos los pasos de su marido, ella no iba a ser como la mayoría de sus amigas que sabían perfectamente que sus maridos tenían una amante y ellas se hacían las desentendidas solo por seguir siendo la esposa, ella era de la nueva generación de mujeres, prefería divorciarse aunque este generara un escándalo social a ser la esposa burlada, le dio al detective una fotografía reciente de su marido un pago inicial.

Esa misma tarde antes de abandonar su oficina Tanaka fue confrontado por su padre y su hermano Eduardo, para los hombres no pasó desapercibido lo mal que se veía su hermano muy desmejorado aparte estaba muy desaliñado.

-Necesitamos hablar contigo.

Puede ser en otra ocasión estoy muy cansado quiero irme a descansar.

-Siéntate por favor, ¿qué significa esto?

Diciendo esto Eduardo le enseño la hoja de cálculo del contador y los recibos firmados de recibido, con grandes cantidades de dinero sin justificación.

-Queremos la verdad ¿En qué andas metido? ¿A donde ha ido a parar todo este dinero?

-Eduardo sabía por experiencia propia que una amante salía muy cara, y a él no se le ocurría otra cosa más que su hermano andaba enredado con una prostituta.

-Yo no sé de qué me hablan

- ¿Ah no sabes, es esta tu firma o no?

-Sí, pero lo puedo explicar

-Eso es lo que te estamos pidiendo desde que llegamos.

-Tanaka empezó a temblar convulsivamente en parte por el miedo que le tenía a su padre recordaba perfectamente sus palabras cuando les dijo a todos sus hijos en general.

-Óiganme bien todos, yo les puedo perdonar cualquier falta, menos el robo, si yo descubro que uno de usted roba, aunque sea una pieza de pan, yo mismo lo entrego a la policía.

-Perdón, pero ese dinero se lo preste a mi suegro, él ha tenido algunos problemas con sus negocios, pero en breve lo va a pagar.

-Si eso es cierto porque no se dirigió directamente a mí; le dijo su padre.

-Por pena, no quiere aparecer como un derrotado, me tiene más confianza a mí que a ustedes, perdónenme que no les haya dicho nada, pero como el plazo ya se va a cumplir, me va a regresar el dinero integro, pensé que ustedes no se iban a dar cuenta antes de regresarlo, así mi suegro no iba a sufrir la humillación de que ustedes supieran él se sentiría muy mal.