Capítulo 16
Meses más tarde, Mathew sostenía a su hermana mientras veía a sus padres en otra de sus discusiones. Ya se volvieron costumbre para todos. Los gemelos estaban en la sala, jugando con una antigua consola que Frederick tenía en el sótano. Él tenía un enorme vientre de seis meses, y estaba realmente feliz de que todo estuviese yendo bien con el embarazo.
De vez en cuando, sentía los malestares más pedazos que nunca. Pero, lo único que llenaba sus días de alegría era su hermana, por la cual sus padres estaban discutiendo. Frederick apostó sobre que si era un niño, Aiden olvidaría el tema de que él se dejaría follar por él. Pero, el niño resultó ser una niña y ahora con cuatro meses de nacida, seguían las discusiones.
— Vamos a visitar a nuestro vecino en lo que nuestros padres siguen discutiendo — salió por puerta trasera, no sin antes abrigarla bien — Hola, Sasha.
— Hola, Mathew — saludó desde la ventana — ¿Quieres pasar? Mis padres salieron a comprar cosas para navidad.
— Entonces ábreme la puerta, hace mucho frio — caminó hacia la puerta que estaba en el garaje — ¿En donde están las galletas?
— Aquí — Sasha salió con una bandeja — Gracias por venir a visitarme otra vez.
— Aquí es mejor que estar en mi casa y escuchar a tus hermanos decir lo fabulosos que son mis hermanos... y qué bonito tienen el cabello — rodó los ojos — Además, ella necesita salir más a menudo de ahí.
— Es una bebé muy linda, y dormilona — miró a la pequeña Anne — Muy diferente a ti.
— ¿O a mis hermanos? — Sasha se sonrojó — No tienes porque avergonzarte. Aunque tengas siete años, eres muy bonito y estoy seguro de que en algún momento ellos se fijaran en ti.
— No lo creo, pero puedo vivir sabiendo que ellos son felices con alguien más — se encogió de hombros — ¿Cómo llevas lo de tu embarazo?
— Bien, ya todos los malestares están menos dolorosos que antes — colocó mejor a su hermana sobre su brazo — Ya terminaré la universidad el próximo semestre, sólo tengo que viajar a tomar unos exámenes y listo.
— Vaya, algún día seré así de inteligente como tú — comió una galleta — Mis papás dicen que no saldré de aquí jamás porque estoy enfermo.
— Cuando quieras puedo ayudarte a que tu problema no se siga agravando. Soy bueno ayudando a las personas, pero no a mi — tomó galleta — Pero al final del día se que estaré bien porque mis padres me ayudan, y de vez en cuando hablo con mis amigos.
— ¿Ellos vendrán a visitarte alguna vez?
— No, iré a verlos en a mediados de enero — le sacó los gases a la nena — Esta vez no terminó por vomitarme con toda y su porquería que consumió.
— Debes de tenerle paciencia, tal vez no lo haga siempre — rió — Me alegra mucho de que seas mi amigo.
— No es nada — tomó un par de galletas — Me iré, creo que escuché a tus hermanos despedirse de los míos.
— De acuerdo, gracias por venir.
Mathew sacudió el cabello del menor, y salió por donde había entrado. Justamente cuando la puerta principal se abrió.
*****
Mathew entrelazó sus dedos detrás de su espalda cuando llegó a la universidad. Podía hacerlo, podía llegar y buscar las hojas que necesitaba para hacer sus pasantías, pero estaba fracasando al desear caminar hacia allá.
— ¡Mathew! — Luka lo vio desde la entrada y corrió hacia él — Estás aquí.
— Sí — lo abrazó — Vine para hacer las pasantías... a buscar los documentos que necesito.
— ¿Cómo llevas la vida de un universitario que está casi dando a luz? — Acarició su vientre — Está muy grande.
— Ya tengo casi seis meses — sonrió — ¿Y cómo van las cosas aquí?
— Bien, en lo que cabe la palabra — iniciaron una caminata — Archie se fue con sus padres cuando las cosas se pusieron feas, también está terminando la universidad en Estados Unidos.
— ¿Y te quedaste tu solito? — Apretó las mejillas de su amigo — Eso es genial, ya eres todo un hombre.
— No se siente viene estar solo. Pero, ya término en este semestre — aplaudió — Deseo ser así de inteligente como tú.
— Ya lo serás, mejor amigo — entraron a la dirección — Buenas tardes, soy Mathew Hilton y vine a buscar los documentos que necesito para mis pasantías.
— ¿Las hará aun debiendo materias? — preguntó la secretaria, buscando en el computador.
— Vine a que me pusiera las notas en las faltantes, llamé para eso. El director les dijo a mis padres que sólo debía de hablar con los maestros que me darán las últimas clases, para que pusieran exámenes.
— El profesor, aquí están los documentos y en donde debe de ir para que le digan si debe de tomar los exámenes — le dio una sonrisa, ensayada.
— Gracias.
Salieron de ahí, y Mathew se tuvo que sentar en una silla al ver el nombre de la persona que se suponía que debía de darle los exámenes. De todas las personas que deseaba ver por última vez, estaba en lo último de su lista.
— Creo que debes de esperar unos minutos antes de ir, tiene una clase que termina en media hora — posó su mano en el hombro de éste — ¿Quieres que vaya contigo?
— No, estaré bien. Debes de ir a clases — metió las manos en sus bolsillos — ¿Él a preguntado por mi?
— Todo el tiempo, pero le dije que no sabía nada de ti... como me lo pediste cuando saliste del hospital — lo ayudó a ponerse de pie — Sabes que siempre cuentas conmigo, ¿No?
— Sí, lo sé... y te ayudaré a que Archie regrese aquí.
— No lo creo. Somos dos omegas, sus padres se ven que son el tipo de persona alfa y omega — suspiró — Y lo peor de todo es que ninguno de los dos podemos.
— Puedo decirle a mi papá que los ayude, somos los primeros lobos en habitar la tierra, y sabes que hay algo que pueda ayudarlos — lo abrazó — Llámame cuando desees ayuda o puedes decirme antes de irme.
— Lo haré, pero primero debo de hablar con Archie.
— Bien, me parece perfecto — con un ademan de manos caminó hacia el salón de Vítale.
Como deseaba tener sus frituras en ese instante mientras esperaba que todos los estudiantes salieran. Se tuvo que meter en un salón de clases cuando vio a Steve acercarse. Como odiaba a ese alfa tan asqueroso, si pudiese matarlo lo haría... le diría a su papá que lo haga.
Esperó unos minutos y lo único que se podía escuchar eran los giritos de ambos. Al parecer había problemas en el paraíso, y eso le encantaba. Steve salió cerrando la puerta detrás de él, y en su intento de asegurar la mochila que tenía, se le cayó algo que él no dudo en tomar de inmediato. En ese momento la puerta fue abierta con un fuerte golpe, y él saltó en su lugar, apretando los documentos que tenía en sus manos.
— ¿Mathew? ¿Qué estás haciendo aquí? — preguntó Kyle, sin poder creerlo — Pensé que era una ilusión.
— No diría que me da gusto de verlo, porque estaría mintiendo — levantó las cejas — Sólo vine para que me diga que tengo que hacer para poder tomar mis pasantías. ¿Puede por favor decirme lo que tengo que hacer?
— Entra — se hizo a un lado para que pasara — ¿Cuándo llegaste?
— Llegué hace tres días — se encogió de hombros — Pero no estamos aquí para hablar de mí, ahora dígame que debo de hacer.
— Deja de tratarme de usted, pequeño alfa...
— No vuelvas a decirme pequeño alfa en lo que te queda de vida... no lo hagas a menos que te conviertas en mis padres — gruñó — Ahora, revise mis notas, y dígame que tengo que hacer para tomar mis pasantías.
— ¿Cómo está el bebé?
— La bebé, no me le cambies el sexo a mi hija — se cruzó de brazos, después de entregarle los documentos — Dime lo que debo de hacer para irme.
— ¿Podemos hablar sin la necesidad de que me quieras matar? Necesito saber cómo está mi hija — dejó los documentos sobre su escritorio.
— Está creciendo muy saludable, no le hace falta su otro padre. Todo está perfecto, ahora dime que debo de hacer para irme a mi casa.
— Ya te dije que esperaras... ¿Qué es lo que tienes en las manos?
— Nada que te importe — escondió la memoria en su bolsillo — Hagamos esto rápido, me dices lo que debo de hacer, regreso a mi casa, hago lo que sea que me vayas aponer y tú sigues siendo la perra de Steve como lo has estado siendo hasta ahora...
— No hables de esa manera — sacudió la cabeza.
— Tienes su asquerosa marca en tu cuello, ¿Sabes por todo lo que pasé ese fin de semana que no estuviste aquí conmigo? Te llamé día y noche y el lunes apareces con él agarrados de las manos como si fueran la mejor pareja de todo éste puto lugar — sus ojos se llenaron de lagrimas — Casi pierdo a mi hija por tu culpa, mientras estabas teniendo sexo — golpeó el pupitre — ¡Ni siquiera fuiste a visitarme al hospital!
— No sabía en dónde estabas...
— ¡¿Entonces de que sirve que seamos almas gemelas?!
— Cálmate...
— Que me calme — bufó, incrédulo — ¿Por qué dejaste que te marcara?
— No voy a responderte algo que no sé — desvió la mirada hacia la ventana — Pero se supone que Steve es mi alma gemela, es lo que siento y no puedo hacer nada para evitar tenerlo cerca de mí.
— No es tu alma gemela, soy yo — se señaló a sí mismo — ¿Es que eres ciego? ¿O que más pruebas quieres aparte de nuestra hija? Te están usando... esa marca no puede ser de tu alma gemela si soy yo...
— ¿Entonces como explicas que la tenga y que esté sellada? — se la mostró — Responde a eso.
— Supuestamente eres un maestro y no sabe absolutamente nada sobre las marcas que son hechas por personas que ni al caso — quiso salir del pupitre pero el omega lo detuvo — Tengo que regresar a mi casa, ser un alfa soltero con una hija, mientras su padre se queda por alguna parte del mundo teniendo sexo sin compromisos.
— Mi fecha de matrimonio está pautada — Mathew tenía unas tremendas ganas de ponerse a llorar — Lo siento, pero no hay nada que pueda hacer para evitar casarme con él.
— Nada de lo que digas importa ahora — suspiró, para evitar que mas lagrimas siguieran saliendo — Sólo vine a éste lugar para terminar la universidad. Pero al parecer siendo tú mi mentor será imposible — Kyle siguió sin dejarlo salir — Por favor... déjame ir... ya nuestros secretos están en el olvido... te casarás y yo seguiré sufriendo porque sé que la persona que debe de estar conmigo en mi embarazo está con otro.
— Es que...
— ¡Él no es tu alma gemela! ¡Soy yo! — Le dio un puñetazo en el rostro — ¡Es que eres tan ciego que todas las personas te ven de estúpido! — Logró quitarse el pupitre de encima — ¿Es que nada de lo que hiciste por mi valió la pena? ¿Ni siquiera el pedirle ayuda a tu sobrino para estar conmigo?
— Todo lo que hice por ti valió la pena, y lo haría otra vez si fuera necesario — se limpió el labio — No tienes que hacer nada, te mandaré un examen al correo que tienes en esos documentos. Que tenga un feliz resto del día, joven Hilton, y que su embarazo siga un curso favorable.
Mathew asintió bruscamente, y lanzó el pupitre. Saliendo del saliendo del salón de clases. Cuando estuvo seguro de que estaba lo suficientemente lejos del salón de clases, comenzó a llorar sosteniéndose de la pared.
Cuando estuvo calmado, salió de la universidad, y tomó un taxi hasta el hotel en donde se estaba quedando. Lo primero que hizo fue mirar lo que había dentro de lo que se le había caído a Steve.
Pero fracasó al desear retener el omito que salió de su boca. Era un largo video que sólo pudo aclarar las dudas que tenía.
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