Capitulo 13
Estoy sentada en el piso al lado de la cama, del lado izquierdo, de modo que si alguien entra a mi habitación no me verá hasta que dé la vuelta. Tengo la luz apagada excepto una lucecita de mesa a unos centímetros míos. Estoy sonriéndole a la pantalla, a Leo. Me está contando de su día, me está diciendo chistes, es la tercera noche que video chateamos por Hablus.
Aún sigo castigada y no puedo estar en un perímetro de cinco metros de la casa de mis vecinos. Ni verlo en otra parte, así que solo me conformo hablando con él.
¿Qué somos? vecinos. Y lo peor es que no me habla del beso, ni nada alrededor de eso. Solo hablamos como si fuéramos amigos, y eso me decepciona.
—Me gusto besarte, —Tocó su quijada—, ¿quizás quieras volverlo hacer?
Me incliné hacia delante, escondiendo una sonrisa. —No puedo salir de casa, por tu culpa, ¿te acuerdas?
—¿Pero mañana no vas al colegio?
Me enderecé. —Si —respondí desinteresada—, ¿y?
—No vayas, te voy a esperar en la esquina de la otra vez. Lleva ropa cómoda en tu mochila.
Después se movió, y sonrió.
—¿Quieres que falte al colegio?
—Quiero que faltes al colegio... para verme, para que yo te muestre algo.
—Oh, bien, eso suena genial, y nadie en la vida se dará cuenta, nope, ¿Cómo creerías?
—Tal vez solo quiero besarte de nuevo.
Sentí que mis orejas ardieron.
♥
—Leonardo Gabriel Torres Mariano, niño prodigio consigue apagar el sistema de una oficina pública después de que perdiera toda la tarde esperando una acta de nacimiento para inscribirse en la universidad.
—¿Estas segura que es el mismo Leonardo?
—Micaela vuelve a mirar la foto de la noticia. —Pide Dago.
—Si. —Es Micaela la que coge el teléfono esta vez.
—Ponme a Dago.
—Okay.
La línea se queda en silencio por un tiempo, después Dago coge el teléfono. No sé qué tan rápido se movió de su lugar.
—¿Si?
—¿Es cierto lo que dice Micaela?
—¿Sobre qué tu enamoramiento era un niño prodigio?, no, de hecho, terminó la escuela a los trece y la universidad a los diecisiete.
—Si era tan famoso, ¿Por qué su fama se esfumó?
—¿Recuerdas a ese hombre que podía comer fuego en la noticias?
—¿Aja?
—Eso mismo Mara, dejó de hacerlo y desapareció del mapa. Aquí dice que iba a estudiar tecnología mecatrónica e ingeniero en software, pero que al final se especializó en agente de ventas.
—Wow, que decepcionante.
—Lo es, según esta noticia, es mucho más inteligente que yo, ¿sabes lo grande que es eso? ¡Apagó los servidores de todo un edificio!
—Suena como algo grande —Abrí los ojos. La verdad es que yo no le veo lo grande.
—Esto está acorde con su perfil, es un buen hacker. Hackeó nuestras computadoras, creó Hablus, tal vez los periódicos no le cogieron el rastro pero sí que aprovechó su intelecto.
Me levanté de la cama, camino hasta al baño. —Entonces no entiendo porque está perdiendo su vida con la vieja de Natalie, y viviendo como una persona normal en vez de seguir explotando su intelecto.
—Eso es lo que hace.
—Puf, ¿Cómo podrías saberlo?
—Creó Hablus y se lo envió a varias personas. Puede hacerlo para estafar, para pishing u otras cosas de esas.
—¿Cómo podemos averiguar a qué personas se lo envió?
—Buscar su dirección IP, ver su historial, robar su información del sistema para obtener su contraseña y después entrar a su correo. Paf, lo vemos.
Oí a Micaela protestar—: Idiota, ¡eso es ilegal!
—¿Y qué? —Se queja Dago.
—¿Nos vamos a meter en lo mismo que él?, ¡cuánta lógica!, ¡solo llamemos a la policía!
—Vengan a mi casa para hablar. —De repente estaba ansiosa, tenía pánico de que alguien estaba escuchando nuestra conversación. Y colgué el teléfono.
♥
—Tú sabes que no me gusta que hables con Beatriz.
—Tú sabes que ella es mi amiga. —Contrarresté.
Dago se pone en medio de nosotras, se recuesta de nuestros hombros. —¿Otra vez peleando?
—Mara me canceló para salir a correr bici con Beatriz. —Micaela me acusó con Dago.
—Dice que su tío está buenísimo, y Micaela, necesito a alguien para olvidarme de Leo. —Esas son mis defensas mientras me alzo de hombros.
Micaela bufó. —¿Es que tu solo quieres hombres mayores?
—No... —Pensé unos segundos—. Bueno, si los de mi edad no fueran tan estúpidos...
—Auch, disculpen, —Dago dejó de recostarse—, me voy de aquí antes de que mi ego pueda salir más herido.
—¿De qué hablas? Toca deportes, es hora de ir a la cancha. —Micaela lo mira.
—Corrección, —Alzó un dedo—, a ustedes les toca deporte, a mí me toca butaca con libros y cuestionarios que llenar.
—Lo que sea. —Seguí caminando al patio.
—Y Mara, ya conseguí lo que me faltaba, mañana voy a tu casa. —Anuncia Dago.
—¿Puede ser hoy? Mañana voy a salir con Beatriz y mi papá no estará en casa hoy. —Me detengo y espero.
—¿Ves? —Micaela chilló—. ¡Nos deja por otros!
Rodé los ojos y seguí caminando hacia al patio. Algunas veces hay que ignorarla.
Beatriz fue y es mi amiga desde que estábamos en maternal. La razón de por la cual no nos juntamos tan a menudo es porque Micaela nunca se ha llevado bien con ella y la ha eliminado parcialmente de mi vida.
Es difícil mantener una amistad así, pero hago lo mejor que puedo. Por eso, decidí que era tiempo de estar con ella, aún seguía enojada conmigo porque no compartí tiempo con ella en mi cumpleaños.
♥
—Entré. —Dago está ansioso y mueve sus dedos en el aire antes de volver a teclear.
—¿A dónde? —pregunta Micaela.
—A ninguna parte. —Se quejó después—. Está muy protegido el estúpido.
—No le digas así Dago. —Le reprocho. Me cruzo de brazos.
—¿Lo sigues teniendo en Hablus? —preguntó Micaela.
—Si... ¿por? —respondí luciendo sospechosa.
Alzo las cejas ofendida. —No cumples tus promesas.
—Disculpa. —Le sonreí—. No es mi culpa que sea tan simpático.
—¿Marca su correo electrónico en Hablus? —Dago pregunta dejando de mirar a la pantalla.
—Es el mismo que su user más una arroba, punto y f-r-e-e. —Deletreé mientras el escribía.
—Okay. —Estaba sonriendo, me asusté por sus ocultas pretensiones.
—¿Qué vas a hacer? —Estaba claramente preocupada.
—Buscar qué tipo de cuentas tiene. —Miró a la pantalla entusiasmado.
♥
Cuando yo corro bicicleta me siento en otro mundo, aunque esté pedaleando, siento que estoy volando sin esfuerzo, cierro mis ojos y suelto las manos del guía. Estos momentos solo duran pocos segundos porque después abro los ojos y trato de retomar el equilibrio, o si no me voy de bruces al suelo.
Pero ahora, no estoy en mis momentos de querer sentir el viento, estoy solo corriendo bicicleta porque es la única forma de salir de la casa después de que fuera descubierta mi mala maña de estar robando en casa ajena.
Doy varias vueltas a la manzana a un paso lento, con toda mi calma posible. Disfruto del aire limpio de la noche y del cielo nublado sin estrellas. Cuando llego a mi calle, veo que Leo acaba de llegar, una estúpida idea me llega y la dejo fluir.
Choco con su auto y caigo al pavimento, no contaba con que mi mamá iba a ver todo. Sale gritando de la casa, pero claro, esto me lo estoy imaginando con lo que escucho, estoy tirada en el piso con los ojos cerrados quejándome porque... auch... fue una mala idea lanzarme a un auto, me duele el trasero.
Abro los ojos y veo a un ángel, o tal vez solo estoy viendo a Leo sonreírme agachado al lado de mí. Mi mamá llega a la escena rápidamente, me toca la mejilla y me levanta, sacude mis rodillas, Leo ve todo con las manos en los bolsillos y ocultando una hermosa sonrisa. El pensamiento de que sus labios besaron los míos me traen cosquillas y empiezo a sonreír.
—Mara, ¿estás bien? —Mi mamá pregunta.
Asiento, ocultando la risa.
—Basta de bicicletas.
—Lo siento Mara, por tener mi auto en el medio de la calle.
—Disculpe vecino, ¿le hizo alguna abolladura al carro? —preguntó mi mamá.
—No. —Fue a revisarlo—. No hay nada visible, Mara solo perdió el control.
Con eso, mi mamá me halo hacia dentro y me metió en la casa.
♥
Beatriz está sacando su bicicleta y la que me va a prestar. Después de ponernos los cascos, las rodilleras y coderas que su mamá nos obligó a usar, trato de poder subirme a la bicicleta, —que es muy alta para mi gusto—, sin caerme. Logro subirme y empiezo a pedalear para no perder el equilibrio. Beatriz me alcanza.
—Esto es un barrio tranquilo —me dice.
—Ya veo —comento debajo de mi casco. Trato de dar la vuelta para seguir la cuadra pero Beatriz me detiene gritando un "¡Noo!" caigo al piso, agradezco estar tan acolchada.
—El estadio está cerca, y muchas personas van a correr bici, cuando digo personas me refiero a chicos lindos.
Esta es otra de las razones por la cual amo a Beatriz, le gusta ver chicos lindos, yo amo ver chicos lindos. Paramos en un lugar para quitarnos los cascos y las rodilleras y nos metimos en el estadio. Había muchas personas, tal vez eran lindos, pero no nadie era Leonardo Torres. Descubrí que tan seria era la cosa entonces.
♥
—Deep web, o web profunda.
Nuble la cejas, —¿De qué estás hablando?
—Hay un sitio donde puedo navegar sin restricciones y conseguir información de tu vecino.
—¿Cómo es eso? —Micaela preguntó, ella estaba de cabeza acostada en mi cama.
—Solo busco, y ya, debe estar en algún lugar de aquí. —Se ve muy concentrado en su asunto. No le tomo mucha importancia hasta que me doy cuenta que no está usando su notebook sino un vejestorio.
—¿Me repites de nuevo porque estas usando este vejestorio?
—Por esto —dice señalando la pantalla, se ha vuelto negra y tiene un oso panda con una carita triste.
—He tenido que formatear esta cosa miles de veces y aun no consigo nada de ese psicópata, ¿Qué has investigado tú?
—Nada. Me la he pasado estudiando, olvidándome de su beso, y tratando de arreglar mis amistades. —Me alzo de hombros mientras veo a Micaela picarse la nariz.
Se da cuenta que hablaba de ella, deja su nariz tranquila y rueda los ojos. —Si te quiero Mara, deja ya de berrinchar.
Sonrío. —Gracias eh, que iba a llorar ya. Beatriz quiere hacer las paces contigo.
—¡Solo quiere metérsele por los ojos a Dago! —Hizo un ademan con las manos mientras se ponía de pie, se volvió a sentar.
—Oh mierda. —Dago parecía en otro mundo, o quizás solo nos estaba ignorando y estaba muy sumergido en lo que hacía.
—¿Qué? —pregunta Micaela.
—¿Huelen eso?
Micaela y yo olfateamos, pronto mis fosas nasales detectan cables quemados. —¿Se quema tu vejestorio?
—¡Si!
—Oh Dios, ¿Cómo? —Micaela parece estar preocupada, pero suena sarcástica.
—Un virus de la web profunda, a esa gente no le gusta que te metas ahí.
—¿Qué gente Dago? —pregunto—. ¿Leo está en eso?
—Yo no sé Mara, solo quería averiguar sus archivos ocultos como registros médicos o cuentas bancarias. Más nada.
—Voy a preguntarle.
—¡De ninguna manera Mara del Rosario vas a seguir hablando con ese... ese...! ¡Ese tipo!, ¿es que no te das cuentas que nos vamos a meter en líos?, dañaron su vejestorio. —Señaló la ahora quemada notebook de Dago.
—Auch, no me imaginaba eso de ti Mica... —Dago dice herido.
—Mi amor, sabes que era un vejestorio.
—Me costó treinta dólares en eBay, ¿sabes cuánto es eso en pesos?, ¡casi mil pesos! Y yo no trabajo. —Me miró—. ¿Podemos usar la tuya?
Lo quemé con la mirada.
—La mía costó diez veces más que tu vejestorio más cien dólares, así que no creo que quiera dañarla. Mi papá me mataría.
—¿Y tu papá, verdad? —Micaela pregunta.
—Ah, ustedes saben que cuando tiene reunión con gente importante no me lleva, toda esta semana ha sido así. —Me alzo de hombros, no es que me importara.
—Tu feliz. —dice Micaela leyendo mi mente.
—No tanto, —dije apenada—, Leo está súper raro conmigo. —Cambio el tema y adopto una voz triste.
—Y que siga así —dijo Micaela—. Sino va ir preso porque no dejaré que haya nada entre ustedes...
—Estas siendo muy egoísta Micaela —Salí del cuarto y tranqué la puerta. Estaban en mi casa, pero yo me escondí en mi cuarto de redes. Sé que es mala educación dejar a tus amigos solos siendo tú el anfitrión, pero cuando ellos son unos completos idiotas hay que dejarles el lado.
Y repito, porque nadie parece entenderme, yo no quiero una relación, yo quiero tres besos, tengo uno, voy por dos más.
Phishing o suplantación de identidad, es un término que denomina un tipo de abuso informático y que se comete mediante el uso de un tipo de ingeniería social caracterizado por intentar adquirir información confidencial de forma fraudulenta (como puede ser una ).
En este capitulo ya se va conociendo más de Leonardo Torres, y da alguna pista sobre lo que podría estar escondiendo él! Gracias por leer, en serio.
Por favor voten y comenten!♥
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