Al otro día caminaba tranquila por las calles para ir a clases más temprano de lo común. Digamos que yo no era lo que se dice demasiado puntual pero después de pasar casi toda la noche despierta salí de casa antes de lo normal. Estaba pensando en todo lo que me dijo Alexy, en el conflicto con Nathaniel y, sobre todo, en Lysandro. 

Hoy me tocaría enfrentarlo todo pero sólo de pensarlo ya me pongo a temblar. Lo mejor será que busque primero a Kentin para hablar y luego intente solucionar los problemas con Nath... Lysandro con un poco de suerte puede que se haya olvidado de todo.

Después de llegar al instituto me dirigí a mi taquilla. Guardé algunas cosas y al cerrarla me encontré frente a mí a Kim.

-Hola, Kim-volví a abrir la taquilla para sacar su gorra-. Esto es tuyo.

-Gracias-sonrió mientras se ponía la gorra-. Espero que no te costase mucho encontrarla.

-Fue bastante fácil-contesté con una pequeña sonrisa.

Me quedé hablando un rato con ella hasta que vi pasar detrás de ella a Kentin. Tenía que ir a hablar con él. Cuando quería despedirme de Kim el timbre sonó avisando de que debíamos ir a clase. Suspiré y, junto con ella, entramos al aula.

Vi que Rosalya estaba allí ya hablando con los compañeros de detrás, Castiel y Lysandro. Sentía como la mirada del victoriano se cruzaba con la mía aumentando mis nervios. En silencio me senté al lado de mi amiga intentando aparentar tranquilidad. La clase se llenó poco a poco viendo como Alexy y Armin entraban los últimos. El peliazul parecía más contento que los días anteriores.

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Cuando llegó la hora del descanso vi que Kentin salía como un rayo de clase. Había pasado todo el tiempo bastante despistado. Salí en su busca también igual de rápido que él pero no lo suficiente ya que no estaba por los pasillos.

-¡Laura!-me di la vuelta viendo a Rosalya llamándome. Miré detrás de ella y vi que Alexy estaba con Lysandro. Creí que el corazón iba a saltar de mi pecho-¿puedes despertar ya y decirme que te pasa?

Miré a Rosalya que estaba con las manos en las caderas, con el ceño fruncido y mirándome como queriendo analizarme.

-Lo siento, Rosa-era cierto que como Kentin yo también había estado despistada-. Te prometo que te lo contaré pero tengo que buscar a Kentin.

Sabía que ella iba a recriminarme pero antes de que lo hiciera salí corriendo en busca del militar. Había buscado por todas partes y no daba con él. Busqué por la planta de arriba y tampoco estaba. Entré al aula de ciencias y, para mi desgracia, me topé con Castiel. ¿Qué hacía él ahí?

Él no tardó en percatarse en mi presencia. Pensaba en salir de allí cuanto antes pero cuando iba por el pasillo para bajar las escaleras me agarraron de la muñeca. Me giré para encontrarme con él.

-¿No te han dicho que es de mala educación no saludar a alguien conocido?-preguntó con una sonrisa arrogante.

-Que sorpresa, Cassy-me solté de su agarré-. No sabía que tú me ibas a dar clases de modales.

-Paso bastante tiempo con Lysandro lo que hace que algunas cosas se contagien-vi que recargaba su espalda en la pared-. Puede que él tenga algún parecido conmigo.

Rodé los ojos. Prefería no hacer preguntas y caer en sus juegos. Ahora no tenía demasiado tiempo para él.

-Castiel lo siento pero tengo algo importante que hacer-intenté hacer que me comprendiera-. Ya si quieres luego me molestas lo que quieras pero ahora no tengo tiempo.

-¿Y quien te dijo que iba a molestarte ahora?-se puso enfrente mío para evitar que bajase las escaleras-. Tengo que hablar contigo en privado. Haber si piensas que he estado esperándote todo este tiempo en el aula de ciencias para que te largues como si nada.

-¿Me esperabas?-arqueé una ceja.

-Te recorres el instituto entero todos los días-dijo de forma obvia-. Era cuestión de tiempo que pasaras por aquí. ¿Tienes misiones todos los días o qué?

Rodé los ojos a lo que él me agarró de la mano y me llevó al aula de ciencias. Se apoyó en la puerta dándome a entender que no tenía escapatoria.

-Bueno... lo que quieras decir que sea rápido-me crucé de brazos frunciendo el ceño.

-En primer lugar quería felicitarte. Si fueras menos plana te besaría pero como no es así... Alégrate con mi felicitación-alcé una ceja viendo su sonrisa-. ¿Sabes lo orgulloso que me sentí de ti cuando dejaste al delegado con esa cara ayer?

Empezó a reírse como un loco. Hice una mueca molesta.

-¿Me das las gracias por mi pelea con Nath?-él asintió entre risas-. Él es mi amigo... Yo no me siento orgullosa de lo que ocurrió.

-Pero si fue muy bueno-Castiel siguió riéndose-. "¿¡Qué es lo que te gusta de él que no te pueda gustar de mí!?" ¡Eso fue lo mejor!

Siguió riéndose mientras imitaba a Nathaniel. Sentí como el estómago se me revolvía.

-¡Déjalo, Castiel!-silencié su risa-. Si esa era la tontería que me querías decir entonces me voy ya.

-Eso sólo fue algo que me apetecía decir-suspiró mientras intentaba calmarse después de las carcajadas que soltó-. En verdad quería hablarte de Lysandro.

Miré hacia otro lado. Ya me estaba poniendo otra vez nerviosa. No quería que Castiel me dijera nada porque él es su amigo y lo que me contase sería lo que Lysandro realmente piensa. No estaba preparada para esto.

-Castiel... te pido que si vas a reírte de mí lo hagas más tarde-algunas lágrimas empezaron a escaparse recorriendo mi rostro-. Ahora... ahora yo... yo no puedo.

Quería irme pero él me lo impidió. Me levantó el rostro y me quitó las lágrimas.

-Mira que eres rara ¿ahora por qué lloras?-preguntó con un tono suave-. Aunque te cueste creerlo no he venido a burlarme.

Él me quitó todas las lágrimas mientras me sonreía. No sé como explicar la sensación que me dio Castiel. Me transmitía mucha tranquilidad y calma. Casi me recordaba a Lysandro.

-Si te pido hablar en privado es porque conociéndote a ti y conociendo a Lysandro no hablaríais de esto ni aunque forzásemos un encuentro-me soltó y se separó un poco de mí-. Se enfadará si te digo esto pero viendo como te afecta creo que es lo mejor.

Sentí miedo cuando habló. Empecé a temblar como un flan hasta el punto de creer que me caería. Pero no fue así. Castiel me abrazó aferrándome a su pecho. 

-Tú le gustas, Laura-confesó. Otra vez sentí que el estómago se me revolvía. Mi mente empezaba a imaginar que podía ser broma de Castiel pero... Había algo en él que me hacía creerle.

Me separé un poco de él. Tenía una suave sonrisa adornando su rostro.

-Créeme-me guiñó un ojo-. Estoy harto de que hable de ti.

-Lys... ¿habla de mí?-él asintió-. ¿Por qué me lo cuentas, Castiel? No creo que sea para hacer de celestino...

-¡Encima de que hago una buena acción!-gruñó cruzándose de brazos-. Lysandro ayer estaba muy contrariado después de lo que ocurrió con Nathaniel. Siento decirte esto pero él y yo lo vimos todo.

-¿T-todo?-me sonrojé.

-Beso incluido-sonrió de medio lado-. Tenías que ver la cara de Lys. Casi parecía un Hulk victoriano pero cuando escuchó que le nombraste después del beso se quedó en shock.

Me mordí el labio con algo de fuerza. Él vio el beso. ¡Tuvo que ver el maldito beso!

-Lo pasó mal, Laura-Castiel volvió a un tono serio-. Tú le gustas y lleva como meses intentando decírtelo. Tengo que admitir que hasta por un momento pensé que se volvería violento con Nathaniel.

-Agradezco tu ayuda, Castiel-forcé una sonrisa-. Pero tampoco sé que hacer después de lo de ayer. No me atrevo a hablarle por mucho que me digas que le gusto.

-Por eso no te preocupes-volvió a sonreír de medio lado-. Castiel el celestino tiene la solución. Mañana Lysandro y yo damos un concierto por la noche en un bar. Estás invitada.

-¿Un concierto?-él asintió-. ¿Seguro que es buena idea hablar en un concierto?

-Sobre todo después de un par de cervezas-elevé la ceja mientras él se reía. Cuando me miró frunció el ceño-. ¡De verdad sois los dos igual de aburridos! Tal para cual.

-Está bien, Castiel-sonreí aguantándome la risa-. Intentaré ir después de todo lo que estás haciendo por mí.

-Pues claro. Yo soy todo un encanto de hombre por el que las chicas babean-mantuvo una postura arrogante-. La verdad me pregunto como te ha acabado gustando antes Lysandro que yo.

-¡Oh, no!-me llevé la mano al corazón-. No podría hacerlo, Cassy... ¡Sufriría mucho cuando viese que otras chicas se lanzasen a tus brazos!

-Es verdad-sonrió mientras ponía una pose pensativa-. Te hubiera partido el corazón cuando te hubiera cambiado por otra con más pechonalidad.

Le di un golpe en la cabeza para luego comenzar a reír. Salimos haciendo bromas hasta que recordé que debía ir con Kentin. El legado de Castiel celestino se pasaba a Laura celestina... Espero que a mí se me de bien.

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Buscar a Kentin fue horrible. Buscando por un lado y por otro. Estaba hasta por entrar en la sala de profesores por si estaba allí pero nada. Y yo que creía que el más difícil de encontrar en el instituto era Nathaniel... Que equivocada estaba. 

Cuando me iba a dar por rendida finalmente le vi sentado en un rincón del gimnasio. Solté un suspiro aliviada para ir corriendo a su encuentro. En cuanto me vio se levantó con la idea de irse.

-¡Ni en broma, Kentin!-le agarré del brazo-. ¿Tú sabes lo que me costó encontrarte? No vas a irte sin haber hablado antes conmigo.

-¿Y de qué demonios quieres hablar?-se soltó bruscamente mirándome con el ceño fruncido-. Tengo mejores cosas que hacer.

-Oh... ¿Marginarte en la esquina del gimnasio es importante?-me apartó la mirada enfadado-. Kentin, eres mi amigo y los amigos hablan. ¡Y tú tienes que hablar conmigo!

Le agarré de la mano llevándole a un aula que estuviera vacía para hablar con más privacidad. Al entrar él se sentó encima de una mesa, con los brazos cruzados, el ceño fruncido y mirando por la ventana.

-Kentin, quería decirte que lo que pasó ayer-giró a mirarme bruscamente-no fue algo malo. Y hablando con Alexy creo que estás portándote de una manera injusta y bastante infantil.

-¿Injusta e infantil?-apretó los dientes-. Lo que viste ayer fue un error que no se cometerá nunca más.

-Ya claro... ¿Eso es lo que le dices siempre a Alexy?-se levantó de la mesa molesto-. Kentin, él es mi amigo al igual que lo eres tú. ¡No quiero que esta situación empeore! ¿No puedes admitir que te gusta?

-¡NO ME GUSTA!-apretó los puños-. Sólo fue un maldito desliz. ¿Acaso no le puede pasar a cualquiera?

-Claro que sí pero también hay que tener en cuenta otras cosas como son los sentimientos-le miré molesta-. Tú sabes que Alexy está enamorado de ti. Esto sólo le hará sufrir.

Él iba a decirme algo. Intentaba mantener una postura calmada pero tenía miedo porque estaba muy cerca de mí con una mirada amenazante. 

-Alexy sabía las consecuencias-me habló con la voz llena de ira-. A mi no me gustan los hombres. Lo sé yo, la sabe él y lo sabes tú. ¿O acaso no recuerdas al niño que te siguió hasta este instituto porque estaba enamorado de ti?

-Claro que lo recuerdo, Kentin-le miré de arriba abajo-, y, aunque le tenga ante mí, ya no le reconozco. Ese Ken no habría hecho algo así jamás pero desde que se convirtió en Kentin parece haber olvidado algunas cosas importantes.

-¿De que hablas?-frunció el ceño.

-Yo quería a Ken como amigo y quiero a Kentin igual-le abracé sintiendo como me rodeaba aferrándome a él-. Tú querías que yo fuera tu novia pero si hubiera aceptado te hubiese hecho daño porque no te quería de esa forma. ¿Hubieras querido algo así? ¿Qué te hubiera utilizado?

 Él me apartó con brusquedad.

-Date cuenta que eso es lo que le haces a Alexy pero a diferencia de mí tú si sientes algo por él. Lo sé-sonreí dulcemente-. Por favor Kentin, habla con él. No te hará mal.

Vi como agachaba la cabeza y apretaba sus puños. Tal vez no debí haber puesto ese ejemplo pero era la única manera de que lo entendiera. Alexy sufre cada vez que está tan cerca pero a la vez tan lejos de él.

-Pero eras amable conmigo-levantó la cabeza encontrándome otra vez con ese Kentin que daba miedo-. ¿TAMBIÉN FORZASTE TU AMABILIDAD?

-Claro que no, Kentin-intenté calmarlo-. Te he dicho que te aprecio. ¿Es qué no me escuchas? ¡Esto es igual que lo que le haces a Alexy!

Él seguía gritando con indignación hasta que la puerta se abrió. Vi a Armin entrar con el ceño fruncido. Kentin como respuesta salió de allí empujando un poco al gemelo cuando chocó con su hombro. 

-¿Qué le pasa?-preguntó molesto acercándose a mí-sus gritos se oían por todo el instituto.

-No sé... pero hacer el bien no es mi vocación-suspiré mirando hacia la puerta.

Alexy ya me avisó de que se ponía brusco cuando le hablaba de este tema pero no pensé que llegaría a ese extremo. ¡Hasta Castiel vale más para celestino que yo!

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Las últimas horas en clases fueron bastante largas a pesar de que Rosalya estuvo pasándome notas preguntándome por Lysandro. Ella había hablado con Alexy y él le contó todo. Lo mío y lo suyo. Aún así habíamos quedado en ir mañana al centro comercial para hablar y comprar algo, obvio. Por la noche iría al concierto que Castiel me invitó.

Estaba impaciente por volver a ver a Lysandro encima del escenario cantando. Tenía ganas de escuchar su hermosa voz y las bellas letras que componía. Al menos ese pensamiento me envolvía en otro mundo alejándome de los problemas que me rodeaban en éste.

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¡Espero que os haya gustado este capítulo! :)

~Nephim