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12. Notas.

Miré a Dake que se acercaba hacia nosotros con esa sonrisa que le caracterizaba de chico creído. No sabía que hacía en el instituto ahora que estábamos en exámenes además de no haber ningún evento como el teatro.

-¿Qué haces aquí, Dake?-pregunté mirándole un poco desconcertada.

-He venido a hablar para vuestra clase-Nathaniel y yo nos miramos extrañados-. Os voy a informar mejor de vuestras vacaciones en la playa.

-¿Tú?-preguntó Nathaniel tan sorprendido como lo estaba yo.

-El mismo-Dake se puso a mi lado y me rodeó por la cintura-. ¿De que quien creéis que fue la idea? Si no se lo hubiera dicho a mi tío él no habría hablado con la directora y en ese caso no tendríais vacaciones.

-Que amable por tu parte, Dake-me aparté de él poniéndome al lado de Nathaniel-. Te tomas muchas molestias innecesarias.

-Todo sea por volver a verte, preciosa-me guiñó el ojo.

-¿Has montado todo esto sólo por verla a ella?-Nathaniel empezó a mostrar su peor lado-. No tienes ningún respeto ni...

-Ya, ya-interrumpió a Nathaniel-. Sólo espero veros en la clase.

Volvió a guiñarme el ojo y sin decir nada más se dio la vuelta y nos dejó solos. Nathaniel soltó un gruñido mientras giraba a mirarme.

-¿Cómo soportas a ese idiota?-me preguntó lleno de rabia.

-Cuando no es tan empalagoso suele ser divertido-intenté justificarlo. Él levantó una ceja incrédulo-. No me gustan los problemas, Nath, y mirándolo por el lado positivo vamos a irnos una semana a la playa gracias a él.

Él quería responder pero yo le interrumpí con un abrazo. Él me correspondió y tras un rato hablando salí de la sala. Miré hacia el pasillo al escuchar un ruido.

Pensé que sería Dake caminando por los pasillos pero mi sorpresa fue otra al ver a mi amigo Alexy hablando muy cómodamente con un chico que parecía ser de cursos mayores. En ese momento pensé que podría ser el que dijo Rosalya que podría utilizar el gemelo para darle celos a Kentin.

El chico era moreno y tenía los ojos oscuros. Era bastante atractivo y vestía muy parecido a Castiel.

-¡Tabla!-di un salto al ver a Castiel gritándome al lado. Tenía el ceño fruncido, los brazos cruzados y una mirada asesina que me alertaban e incitaban a salir corriendo-. Me has dejado tirado para hablar con ese idiota.

-Tenía que hablar con él, Castiel-justifiqué mientras de reojo miraba a mi amigo y al otro chico-y Lysandro debe hacer lo mismo.

-¿Te piensas que vives en un arco iris o algo así?-le miré directamente. Estaba mucho más que enfadado-. ¡Ese idiota no te va a dejar! Va a romper lo que tengas con Lysandro, idiota.

-¿Y tú vives en el mundo de los matones o algo así?-contesté con su mismo tono de voz-. Nathaniel es sólo un chico normal. Como tú y como yo. No es un hombre que busque la destrucción del mundo a base de romper relaciones.

-Es un ninja que es peor-él seguía con sus brazos cruzados-. ¡Si te digo que te traerá problemas hazme caso!

-Lo siento, Castiel, pero no voy a dejar de hablar con Nathaniel por los problemas que hayas tenido con él-miré de nuevo a la dirección de Alexy pero ya no estaba allí.

-¿Sabes qué?-volví la mirada al pelirrojo-. Haz lo que te de la gana pero si te la juega luego no vengas a buscar consuelo porque yo no estaré ahí ni siquiera para decirte "Te lo dije".

Castiel se fue dejándome sola en medio del pasillo. Parecía que le afectaba bastante que me llevase bien con Nathaniel pero tal vez tenga razón a su manera. Él aun cree que fue el delegado el culpable de su ruptura con la víbora de Debrah. Puede que se preocupe de que ocurra lo mismo con Lysandro y conmigo pero eso era imposible. El pelirrojo debía abrir los ojos con Nath...

Cuando llegó la hora de la segunda clase entré y me senté al lado de Rosalya. Obviamente la intenté matar por lo que me hizo el otro día al invitarme a la tienda cuando era todo una trampa. Ella me dijo que en el descanso le debía contar todo.

Vi que Alexy también estaba en la clase, sentado junto con Armin. Castiel no estaba y Lysandro todavía no había llegado. Dake no había venido aún para darnos indicaciones sobre las vacaciones que él mismo había planeado.

~~~~

Sonó el timbre del descanso. Nos levantamos de nuestros sitios y nos fuimos al patio. Alexy se fue por otro lado. Me fijé que Kentin se iba en dirección opuesta así que no estarían juntos. Por mi parte estaba con las chicas de clase, incluida Karla, a excepción de Ámber y sus dos amigas.

Nos sentamos donde había estado por la mañana con Castiel. Allí nos quedamos hablando hasta que Rosalya saltó gritando como una loca histérica mientras me miraba.

-Entonces ¿cómo fue con Lysandrito?-todas las chicas se giraron a verme. Obvio... no sabían nada de lo ocurrido-. ¡CUÉNTALO YA!

-¡Rosa!-grité avergonzada. Estaba tan impaciente por saberlo que no pensó en la compañía. Aparte de Karla también se encontraba Peggy...

-Ellas no dirán nada-dijo mirando a las chicas. Kim, Violeta, Iris y Melody no dirían nada pero las otras dos...

Negué con la cabeza. No pensaba ser parte de burlas de Ámber y compañía y mucho menos la portada del próximo periódico de Peggy. Miré hacia un lado y vi a Lysandro que había llegado ya al instituto. Me fijé que no apareció solo. Estaba acompañado de ese chico que tocaba el bajo en el concierto. Era... ¿Matt? Sí. Era peor que Dake.

-¿Qué ha pasado con Lysandro y contigo?-miré a Peggy que estaba enfrente mía con los ojos brillantes.

-Fui a su concierto-contesté fríamente-. Ahora vengo.

Me fui del lado de las chicas. Escuchaba los gritos de reproche de Rosalya y Peggy. Una decía que quería hablar conmigo y la otra me hacía preguntas. Ignoré a ambas y me acerqué a Lysandro. Él me vio y sonrió. Cuando me puse a su lado pasó su brazo por mi cintura y, con elegancia y dulzura, depositó un beso en mis labios.

Escuchamos como alguien tosía. Nos separamos y miramos a Matt que estaba de brazos cruzados.

-No sabía que estabais juntos-comentó con una leve sonrisa.

-Laura es muy especial para mí-me sonrojé al escucharle mientras me miraba a los ojos.

-Ya... bueno-Matt cambió enseguida de tema-¿Castiel?

-Le mandé un mensaje hace un rato pero aun no contestó-Lysandro miró su móvil. Me pregunto si seguirá enfadado conmigo.

-Lys-él me miró son una dulce sonrisa-, tengo que hablarte de algo.

-¿Qué ocurre?-miré a Matt de reojo.

-Si no te importa prefiero que sea en privado-el chico soltó un gruñido y a regañadientes desapareció de nuestra vista.

-¿Ha ocurrido algo?-Lysandro se puso muy serio.

-Esta mañana estuve un rato con Castiel hablando de lo nuestro-intenté evitar temas estúpidos que él soltaba-. Nathaniel apareció y aproveché para aclarar los problemas con él. Ahora todo está bien pero Castiel esta enfadado por que piensa que va a arruinarnos la relación.

-Los problemas de Castiel contra Nathaniel no concluirán nunca-suspiró relajándose-. Es su forma de ser. ¿Cómo fue con Nathaniel?

-No le quedó otra que aceptar lo nuestro-él sonrió y acarició mis mejillas.

-Iré a hablar con él yo también-me besó en la frente-. ¿Por qué no buscas a Castiel? Seguro que acabará entrando en razón.

-Tú le conoces mejor, Lys...

-Castiel no lo reconocerá nunca-me agarró de la mano y me guió hasta dentro del instituto-. Él te aprecia como a una hermana pequeña. Le pasa igual con Iris.

-Si tú lo dices...-él sonrió y acarició mi mano con suavidad. Volvió a regalarme un beso antes de despedirse.

-Confío en ti, Laura-le vi tocar la puerta de la sala de delegados para luego entrar cuando le dieron permiso.

Me encontraba sola por los pasillos mientras pensaba en la idea de buscar a Castiel para aclarar los problemas que tenía con Nathaniel. No sabía ni por donde empezar a buscar.

Salí corriendo por los pasillos mientras abría las puertas de las aulas para ver si me encontraba con alguien pero en el momento que iba a abrir otra la voz de harpía de Ámber me hizo cambiar de opinión.

-¡Ya verás como encuentre a esa niñata!-su voz se escuchaba a kilómetros de donde estaba-. ¿Cómo se atreve?

-¡Cálmate, Ámber!-esa era la voz de Li-. Seguro que nos la encontraremos pronto y podrás vengarte.

-¡La dejarás más fea de lo que es!-escuche la voz de Charlotte.

-¡Claro que lo haré!-abrió la puerta de golpe encontrándose conmigo. Me miró con el ceño fruncido mientras apretaba con fuerza los dientes-. ¡Qué fácil me lo has puesto, Laurita!

Me agarró del brazo y me metió en la clase cerrando la puerta tras de si. Vi a Li y a Charlotte mirándome con la misma cara que su líder.

-¿Se puede saber que quieres ahora? No te he hecho nada-contesté con frialdad.

-¿Cómo que no? ¡Te crees que me chupo el dedo!-me dio un empujón haciendo que chocara contra la pared. Sus amigas empezaron a reír mientras yo me quedé estática. ¿Se atrevió a atacarme?-. Te he visto esta mañana con Castiel a solas. ¿Qué hacías con él? ¡Acaso no sabes que es mío, estúpida!

En ese momento no pude evitar soltar una carcajada.

-No voy a pelearme contigo por un chico, Amber-me aparté de la pared para evitar que me acorralasen entre las tres-. Mucho menos me pelearé por Castiel. Él es mi amigo.

-¿Y mi hermano?-se cruzó de brazos-. Después de ir de chica fácil con Castiel luego te echas a los brazos de Nathaniel. ¡Eres patética!

La vi acercarse para pegarme pero en ese momento le cayó encima un montón de agua. El cabello mojado le tapaba la cara pero podía verse entre los mechones como el maquillaje le recorría todo el rostro.

-Estás muy acalorada, Ámber-escuché la voz bromista de Alexy. Suspiré al saber que estaba salvada.

Ámber soltó un grito de histérica y como alma que lleva el diablo salió de la clase empujando a Alexy que se reía como un loco. Sus amigas echaron a correr detrás de ella intentando consolarla pero en algunos momentos se les escapaban unas carcajadas.

-¿Estás bien?-preguntó Alexy acercándose a mí.

-Gracias a ti, sí-él me abrazó mientras soltaba un suspiro-. ¿Cómo sabías que estaba en peligro?

-Vi que Ámber te metía a la fuerza aquí y supuse que estabas en peligro-se separó de mí mientras ponía una pose de héroe-. Escuché un poco de la conversación ¿qué pasó con Castiel y Nathaniel?

-Nada malo-resoplé-. Castiel quería que le hablase de como van las cosas con Lysandro y en ese momento Nathaniel apareció. Tuve que aprovechar la oportunidad para aclarar todo con él.

-Si Ámber termina con Castiel me voy del instituto-comentó con humor. Me extrañé ante su reacción. ¿Es qué no estaba mal con la situación que tenía con Kentin?-. Y si le buscas a él pierdes el tiempo. Se fue antes a su casa. Estaba cabreado.

Genial... ¿Ahora como iba a hablar yo con ese idiota? En ese momento sonó el timbre que recordaba que el descanso había terminado. Suspiré agachando la cabeza.

-¿Volvemos a clase?-preguntó mi amigo a lo que yo asentí.

~~~~

Cuando entramos a clase me di cuenta que Lysandro y Nathaniel estaban hablando como siempre lo habían hecho. El victoriano al verme sonrió y yo imité su gesto. Por otra parte Kentin estaba sentado en su mundo y me di cuenta de que Alexy ni siquiera le miró cuando pasó por su lado.

Me senté al lado de Rosalya que me mataba con la mirada. Supongo que le debo explicaciones pero no pensaba hablar con ella delante de Peggy y de Karla sobre Lysandro.

Después de que el profesor apareciera llamaron a la puerta. En ese momento entró Dake y empezó a explicarnos un poco sobre el viaje. Me sentía incómoda porque no paraba de mirarme.

En un momento noté que algo caía en mi mesa. Miré el papel que venía de atrás. Lysandro...

"¿Te veo después de que terminen las clases? Quiero estar contigo antes de irme a casa"

Me sonrojé al leerlo. Miré de reojo a Lysandor que seguía con su hermosa sonrisa. Volví la mirada al papel decidida a contestarle.

"¡Claro! Te invito a comer en mi casa. Mis padres no están y así podremos hablar."

Le tiré disimuladamente el papel mientras veía como Rosalya me miraba. Obviamente se dio cuenta de que hablábamos por notitas.

-Todavía tenemos una conversación pendiente-me recordó con voz fría en un susurro audible para las dos.

Pensaba contestarle pero volví a ver el papel que Lysandro tiró. Empecé a leerlo.

"Quiero besarte"

Tragué saliva al leerlo. Me estaba poniendo de mil colores. ¿Qué le contesto yo a eso?

-Laura-la voz del profesor Farrés me despertó de mi pensamiento. Arrugué la nota escondiéndola con disimilo mientras intentaba mantener una compostura normal-, le pregunto por quinta vez. ¿Tiene la autorización de sus padres?

Yo asentí. Saqué de mi mochila la autorización y se la entregué al profesor. Por un momento los nervios me comían. En mi mente todavía seguían esas palabras. "Quiero besarte".

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