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Cap1: Estudios

Se llamaba Karen, ¿Como lo sabia? Fácil, busque a todos en las redes sociales.

El viernes quedamos en estudias juntos para un examen, Karen me dijo "Yo te envío un mensaje" pero lo único que pensé fue, "Ella no tiene mi número".

En eso me llega una notificación, era Karen es de una red social, tal vez sabía mi nombre o hizo lo mismo que yo.

"Hey! Vendrás hoy?"

Le respondí rápido.

"Si, pero no se donde vives"

Karen me mando su ubicación.

"Ahora o mas tarde?"

"Puedo ir ahora."

"Bien, te estaré esperando"

Despues fui caminando a su casa.

Cuando llege vi que no era una casa como la mía. Yo vivía en una casa de dos pisos, pero era pequeña, dos habitaciones, un baño y una cocina y sala de estar miy pequeña, en cambio la casa de Karen era enorme. Se notaba que venía de una familia con mucho dinero.

Toque el timbre, me abrió una señora de más o menos cuarenta años.

—Hola, ¿Se le ofrece algo? —¿A qué venía esa pregunta?

—Soy un compañero de clase de Karen, ella me invitó a estudiar —Dije intentando no tartamudear ni trabarme.

—Oh, eres tú, pasa.

"¿Eres tu?" ¿A qué se refiere?

Entre, me dijo que esperara y llamó a Karen. No tardó mucho.

—Hola ¿Que tal? —Me dijo con una sonrisa.

—Hola, Bien ¿Y tu? —Le respondí.

—Bien, ¿Vamos? —Me miro esperando una respuesta.

—Si, pero... —No me dejo continuar y me tomó de la muñeca para guiarme hasta llegar a un pasillo.

En una habitación estaba su hermano acostado con su celular pero no le dió importancia.

Llegamos a la habitación de Karen y estudiamos por horas, le entendí muy bien todo lo que me explicó.

—Chicos ya vamos a cenar —Dijo su mamá y se fue.

—Bueno yo, creo que debería irme —Dije poniéndome de pie.

—No no, quedate a cenar ¿Si?

—Pero es que... —Dije, ¿Que pasa si no querían que los acompañe?

—Quiero que te quedes, vamos —Me interrumpió.

Cenamos, estaba solo su madre y su hermano.

—Casi me olvido, el es mi hermano Diego —Su hermano volteo a verme.

—Hola —Dijo.

–Hola —Respondí.

No hubo más contacto entre nosotros.

Cuando volvíamos para seguir estudiando alguien llama a Karen.

—¿Hola?, si, ¿Que?, claro, ahora mismo voy para allá —Dijo y colgó —Perdona me llamaron del hospital, mi novio tuvo un accidente con su moto, tengo que ir a verle.

—Esta bien, yo iré a mi casa... —Dije, iba a decir algo mas pero me interrumpió.

—No por favor, ¿Puedes esperarme? No tardaré mas de dos horas... —Dijo.

Suspiré.

—Esta bien, te esperaré.

—¡Lee los apuntes! —Grito mientras salía de su casa.

Yo le hice caso, y seguí estudiando.

Despues de un rato escuché la puerta abrirse, pero no era Karen, si no su hermano.

—Mi baño está mal y tengo que ducharme ¿Te molesta? —¿Que? Pero si es su casa.

—No, es tu casa tu mandas aquí.

—Bien.

Entró al baño, pero se le olvidó su teléfono en la cama de Karen.

Despues de un rato su teléfono le empezaron a llegar miles de mensajes, no me iba a meter en su vida pero Diego habló.

—¡Hey! ¿Es mi teléfono? —Alzo la voz para que lo escuchase.

—Si —Respondí en voz alta para que me oyera.

—¿Puedes entrar a darme mi teléfono para leerlos?

Okey, quedé en shock.

¿Conocí a este tipo hace menos de una hora y quería que entrara al baño mientras se duchaba?

Pero no le di tanta importancia, a mi no me gustan los chicos, no pasa nada, pero en otro contexto, nunca había visto un hombre desnudo además de mi.

Estaba a punto de abrir la puerta cuando habló.

—¡Espera! El baño solo tiene un vidrio dejame cubrirme antes.

"¡¿Es enserio?!" Pensé.

Cuando me dijo "¡Ya!" entre, y efectivamente solo había un vidrio.

Le pase su teléfono y el empezó a leer las conversaciones de un grupo. Yo me voltee para irme pero me habló.

—¿Puedes esperar? No tardo.

—B-bien.

Espere y cuando me dijo me voltee pero no se percató que mis ojos sólo miraron su miembro erecto, ¿Que hacia con si teléfono como para quedar así? Pensé.

—Dejalo donde lo encontraste.

—S-si.

Salí lo mas rápido que pude y cerré la puerta dejé su teléfono encima de la cama donde lo tomé y me vi el espejo, estaba sonrojado y sudando, además de una gran ereción.

Después de un rato se pasó y Diego salió del baño y se tumbo en la cama de Karen con su teléfono.

Paso unos minutos así, yo seguía leyendo lo mío.

Después de un rato habló.

—Oye, ¿Que edad tienes? —Me preguntó.

¿Que tan malo sería decirle?

—Diesisesis —Respondí, pero la curiosidad me mató —¿Y tu?

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