Hello there! Les traigo el capítulo de relleno jajaja ¿Qué creen que va a pasar?

Padme y Anakin se habían quedado toda esa semana juntos. Padme se había sentido enormemente aliviada cuando él había apagado su comunicador y la había secuestrado en su nave para llevarla a Naboo. Él se sorprendió cuando ella no puso absolutamente ni una resistencia, ni siquiera le había importado el senado, ni siquiera le había importado eso. Solo había sonreído y se había sentado a su lado, o sobre él en la nave para partir juntos y disfrutar de toda esa semana juntos.

- Voy a extrañar esto- dijo Anakin aquel día mirando el lago de Naboo junto a su esposa.

- ¿Realmente tenemos que irnos?- preguntó ella mordiéndose el labio.

Él la miro extrañado, generalmente era él quién preguntaba esas cosas. Y era ella la que enérgicamente respondía que no podían hacerlo. Ella jamás había sugerido algo así.

- Por más que quisiera decirte que si, no podemos. Mi retiro para ''meditar''- dijo el haciendo énfasis en las comillas- Ya terminó y Obi- Wan es capaz de enviar un escuadrón completo a buscarme.- dijo Anakin bromeando.

Padme sonrió comprendiendo y lo abrazó con fuerza. 

- ¿Estás segura de que no sucede nada preciosa?- preguntó él manteniéndola abrazada de la cintura y mirándola a los ojos.

- ¿No puedo querer quedarme todo el tiempo posible con mi esposo?- preguntó ella desviando rotundamente el tema.

- Claro que si- dijo él besándola cortamente- Sabes que si de mi dependiera dejaría todo y me quedaría siempre a tu lado

- Tal vez deberíamos considerar hacerlo- dijo Anakin abrazándola más fuerte mientras miraban el lago- Tal vez deberíamos olvidarnos de todo y simplemente quedarnos juntos para siempre

- Entonces hagámoslo- dijo ella y él sonrió, seguramente pensando que era una broma. 

Una pequeña lágrima cayó de la mejilla de Padme, porque ella no lo decía en broma, ella realmente lo decía en serio, no había nada más que ella quisiera en ese minuto que quedarse para siempre con su esposo en Naboo, lejos de la horrible verdad, lejos de los problemas que eso acarrearía y por supuesto, lejos de su rechazo cuando se enterara de lo que ella había hecho.

Sin embargo Padme sabía que debían irse. No le convenía que Obi- Wan enviara a buscar por su esposo. Una porque su relación quedaría al descubierto y eso perjudicaría la carrera de Anakin como jedi, y también porque Ahsoka estaría tan furiosa por eso que de seguro contaría toda la verdad. Ella no podía arriesgarse.

Cuando Anakin por fin encendió su comunicador antes de subir a la nave, notó que tenía al menos 40 llamadas perdidas de Ahsoka. Preocupado marcó de inmediato antes de que Padme pudiera siquiera decir algo.

Padme se mordió las uñas pero Anakin no lo notó. Estaba sentado en el asiento de piloto preparado para partir cuando Ahsoka contestó.

- Maestro- saludó Ahsoka a través de la holo llamada.

- ¿Ocurre algo sabionda? Tengo más de 40 llamadas tuyas- dijo Anakin rápidamente

- Si, necesitaba saber donde estabas

- Bueno probablemente sepas donde estoy- dijo Anakin y Ahsoka miró hacia atrás viendo a Padme suplicarle con la mirada que no dijera nada.

- Buenas tardes senadora Amidala- saludó Ahsoka con la hostilidad presente en su voz

- Buenas tardes Ahsoka- saludó Padme nerviosa.

Anakin pudo sentir el nerviosismo de Padme y la gran hostilidad de Ahsoka ¿Qué pasaba entre ellas dos?

- ¿Ocurre algo que no sé?- preguntó mirando a la padawan a través del comunicador y  a su esposa que dejó de morderse las uñas cuando él miró.

- Nada- dijo Anakin rápidamente- No es nada- dijo Padme

- Algo sucede entre ustedes dos y quiero saber qué es- dijo Anakin rápidamente mirando a Padme

Ahsoka miró a Padme. Por dentro la joven togruta se sentía furiosa ¿Cómo ella se había atrevido a pasar toda una semana con su maestro sin decir nada en absoluto? Ella y Rex eran unos mentirosos. ¿Cómo podían hacer eso? Ella les había dado la oportunidad de hablar. Les había dado la oportunidad de ser sinceros y ellos habían decidido mentir.

- Ahsoka, Padme- insistió Anakin 

- Lo siento maestro, no se escucha del todo bien, hablamos en Coruscant-dijo la joven y con una última mirada de advertencia a Padme colgó.

Padme sabía lo que eso significaba tenía solamente el vuelo para decir la verdad, o de lo contrario Ahsoka lo haría.

Anakin sintió el nerviosismo de Padme y no entendía que pasaba. Comenzaba a preocuparse.

Pero estaba seguro de que Ahsoka sabía algo, y si Padme no se lo decía, su padawan lo haría.

¿Qué podía haber pasado entre ellas dos para que Ahsoka actuara con esa hostilidad?

Prefirió quedarse tranquilo y observar a Padme durante el viaje. Ella parecía nerviosa y estaba en silencio. 

Padme casi nunca estaba en silencio, y había muchas actitudes extrañas en ella.

Generalmente era él quién quería pasar a cada minuto cerca de ella, pero ahora era Padme quién quería pasar cada minuto cerca de él. Quién envolvía sus brazos en su cuello y lo besaba despacio. Quién acariciaba su cabello y mordía su oreja en una broma descarada.

Ella nunca había actuado así y Anakin se sentía feliz por sentirla así, tan cercana, tan amorosa pero no podía dejar de pensar que algo iba mal. 

Fijando el curso y el piloto automático, cuando pasaron a la velocidad de la luz, Anakin se dió la vuelta en el asiento del piloto y la atrajo hacia él haciéndola caer entre sus brazos.

Ella sonrió y acarició su rostro casi con nostalgia. 

Se besaron largamente, sabiendo que pronto deberían separarse de nuevo y Padme se mantuvo muy cerca de él, disfrutando de escuchar los constantes latidos del corazón de su esposo, disfrutando de su aroma, de sus fuertes brazos rodeando su cintura

Padme lo miró a los ojos y sabía que él sospechaba algo. Intentaba mantenerse calmada pero sabía que sus nervios la delataban.

¿Cuándo se había sentido así en su vida? Ni siquiera cuando dio su primer debate político.

Sabía que él la dejaría si sabía la verdad, sabía que él jamás la perdonaría.

¿Nunca más volvería a estar así entre sus brazos?

Padme se arrepentía por no haber disfrutado esos momentos cuando tuvo la oportunidad. Por no haberlo estrechado contra su cuerpo y dicho cada minuto y cada hora que lo amaba. Sentía que todo el tiempo que llevaban casados se le había hecho corto para amarlo.

Y ahora ya era tarde, porque él sabría la verdad tarde o temprano. Y nunca más estaría con ella.

- ¿Me dirás que sucede?- preguntó él haciendo la pregunta que tanto Padme temía. 

Ella se abrazó con más fuerza a él y logró no llorar. Se sentía mal, se sentía mareada, sentía que sus labios temblaban y sabía que él podía notarlo, porque solo se dedicaba a dibujar círculos en su espalda como si quisiera calmarla. ¿Cómo podía ser él tan amable con ella? Ella no lo merecía.

- Padme, por favor- insistió él y Padme solo lo abrazó con más fuerza

- No puedo Ani- susurró ella contra su pecho- No puedo decirte

- ¿Es algo malo? ¿Ángel ha pasado algo malo?- preguntó él y ella solo lo abrazó.

Anakin sentía que comenzaba a desesperarse ¿Por qué ella no le decía nada? ¿Por qué ella no le decía que ocurría?

¿Qué era lo que había pasado? ¿Padme había hecho algo malo? Claro que no, su esposa era un ángel, ella jamás haría algo malo.

¿Pero entonces qué ocurría?

- No puedo Ani, por favor, por favor solo dame más tiempo, te prometo que te diré que pasa- dijo ella y Anakin notó que ella lloraba y temblaba en sus brazos.

- Ángel- dijo él aferrándola con fuerza y tratando de consolarla, usando la fuerza para infundir tranquilidad en ella, ella pareció calmarse y él suspiró- Esta bien ángel, no te presionaré, solo quiero sepas que siempre estaré para ti, que cualquier cosa que pase, siempre te protegeré-dijo él y ella asintió

- Te amo demasiado, eres todo para mi- dijo ella y los ojos de él brillaron con una emoción que ella nunca había visto

- ¿Lo dices en serio?- preguntó él y ella asintió

- Te amo, por favor nunca lo olvides, te amo, eres todo para mi- dijo ella nuevamente y ambos se besaron con dulzura y con pasión.

Anakin se sorprendió cuando ella lo desnudó en la cabina de la nave y con una sonrisa pícara lo sedujo lentamente hasta que ambos solo fueron uno solo, en susurros de amor y jadeos de placer. 

Él no entendía que ocurría. Y tenía miedo de no saber. ¿Pero cómo podía rechazar el tener a su esposa nuevamente entre sus brazos? ¿Cómo si era en lo único que pensaba cuando estaba en la guerra?

Ella era su ángel, su razón de vivir. Y siempre la amaría, pasará lo que pasara.