Tarah hablando:

   Me levanté temprano esta mañana, hoy es nuestro primer día de clases, sí, "nuestro", porque gracias a mi amigo logré obtener un puesto de trabajo en la preparatoria de Eva, ahora soy la nueva profesora de historia de primer año. También gracias a él logré inscribir a Eva aún estando tan próximo a comenzar el año escolar, no hubiera estado haciendo todo esto a la carrera de no haber sido porque decidí cambiar de destino a último momento, eso es lo que pasa cuando no tienes ni idea de a dónde vas a huir.

Tengo tanto miedo de que algo le ocurra a Eva, pero no puedo tenerla de un lado para otro toda la vida, después de todo crecí en estos bosques. Nadie se imaginaría que volví a donde todo comenzó.

—Eva, es hora de despertar —Le susurré delicadamente en el oído a mi pequeña de ojos pardos.

—¡Por favor! ¡Déjame dormir un poco más! ¡Aún no amanece! —Protestó mientras se retorcía entre las sábanas blancas.

—¡Niña! Quita las sábanas de tus ojos —Dije divertida mientras se las despegaba del rostro.

—¡Vamos! ¡Que hoy es un gran día!

—Abrí las cortinas de par en par, permitiendo que entraran los primeros rayos de sol.

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Eva hablando:

—Te voy a separar la carne de tus huesos débiles. —Esas palabras me atormentaban hasta en mis sueños, las escuchaba una y otra vez cada vez que cerraba mis ojos.

En cuanto mi madre me despertó, el primer recuerdo que me vino a la mente fueron esas palabras amenazantes.

¿En verdad lo habré escuchado?

Juraría que ese lobo me entendió.

¿Me estaré volviendo loca?

Probablemente eso es lo que pensaría mi madre de mí si le cuento que creí escuchar a un lobo hablar…

Mejor trato de olvidarlo y seguir adelante…

Finalmente hoy es mi primer día de clases. Estoy tan emocionada de saber que ya no vamos a mudarnos, esta vez daré todo de mí para hacer amigos… Me vestí bastante casual como suelo hacer: Unos pantalones de mezclilla gastada que me quedaban anchos y un suéter negro. Todo lo acompañé con mis tenis negros favoritos y como siempre, dejé mi cabello suelto y lo adorné con una gorra negra.

Mamá y yo llegamos juntas al Instituto "Everhood", un lugar bastante grande que tenía la edificación de una mansión antigua y misteriosa; con sus colores oscuros y sus ladrillos antiguos me daban la seguridad de que este lugar en su antigüedad fue la mansión de algún adinerado.

Mientras bajaba del auto y me despedía de mamá, veía toda clase de estudiantes: Algunos nerds con sus libros y grandes gafas, otros que parecían haber salido de un desfile de modas por sus impresionantes combinaciones de ropa, también habían chicos que vestían orgullosos la chaqueta del equipo de fútbol de la escuela, y otros, que como yo, simplemente existían en esa gran selva social.

En la entrada de la escuela me esperaba una chica bastante sorprendente. Sabía perfectamente que me esperaba a mí, pues en sus manos traía un cartel con mi nombre escrito y algunas florecitas dibujadas en los bordes… Su cabello era largo y lasio y de color castaño oscuro, sus ojos azules se escondían detrás de unas gafas redondas que me recordaron a Harry Potter. Tenía un suéter negro fajado con una falda color crema, combinados a la perfección con unas botas sin tacón del mismo color que su suéter.

—¡Bienvenida! —Saludó sonriente en cuanto me vió acercarme —Debes de ser Eva, me llamo Lucy y soy quien te va a dar el recorrido por la escuela —Me estrechó su mano amigable.

—No sabía que me esperaba un comité de bienvenida —Sonreí mientras le devolvía el saludo.

—Tranquila, solo soy yo —Sonrió —En Heverhood aún creemos en la cortesía —Me entregó una hoja con todos mis horarios.

Entramos juntas en la escuela, y efectivamente ¡Era enorme por dentro!

Una escalera en el centro y grandes pasillos a los lados que llevaban a varias secciones. Pero el color de sus paredes era más claro que el de la fachada, tal vez solo querían dejar la estructura original, pero si no aclaraban sus paredes aquello parecería un lugar tenebroso en vez de una escuela para adolescentes.

—Este lugar… es enorme —Comenté mientras veía cada detalle original de sus molduras y sus techos increíblemente altos.

—En la antigüedad, esta era la mansión de una de las familias fundadoras de Aston, los Woolfmoon. —Lucy no tardó en responder.

—¿Y dónde viven ahora? —La miré con curiosidad, porque si esta era su antigua mansión, posiblemente su actual hogar es mucho más grande.

—Según las leyendas fueron malditos —La miré incrédula —Sea como sea, simplemente desaparecieron.

Continuó caminando hacia un enorme mural que estaba en la pared frente a nosotras.

—Aquí en este mural están los clubes disponibles, no es obligatorio pertenecer a uno, pero puedes unirte al que más te guste. —Se acercó a mi oído —Eso ayuda a elevar el nivel académico —Susurró mientras que yo voltee a verla —Seguramente no lo necesitas, pero te divertirás mucho.

Había clubes de natación, costura, pintura, lectura... incluso había una vacante para unirse a las porristas.

—Yo pertenezco al de lectura, somos un grupo pequeño, si quieres puedes unírtenos —Me invitó emocionada.

Lucy acababa de conocerme y me trataba como si me conociera de toda la vida.

—Me lo pensaré, la verdad me encanta leer —Sonreí.

Ya nos disponíamos a seguir nuestro recorrido cuando al voltearme, alguien chocó conmigo bruscamente tumbándome al suelo junto con todos mis libros, los cuales salieron volando por todos lados, dispersándose a mi alrededor. Lucy al instante me ayudó a levantar, y al alzar mi vista para ver quién me había tumbado, mis ojos se quedaron fijos a los de él...

¡Sus ojos son de otro mundo! Era imposible dejar de verlos, eran de color verde, tan verdes como dos esmeraldas que contrastaban a la perfección con su cabello negro, el cual estaba despeinado y le quedaba endemoniadamente bien y algunos de sus mechones le caían por la frente. Era un chico alto y fornido. Vestía con un pulover negro y encima tenía una chaqueta de cuero de igual color. Su fresco aroma se quedó impregnado en mi nariz, era un olor que me resultaba familiar, pero no recordaba de dónde.

—¡Ten cuidado por donde caminas tonta! —Casi que me gritó mientras me alcanzaba de mala gana los libros. 

—Mejor mira tú por donde vas —Le discutí, este idiota se cree que va a venir a hablarme así.

—Debieras estar más atenta —Sonrió burlón —Con ese tamaño que tienes es difícil verte.

Caminé hacia él, me le acerqué tanto que tuve que alzar la vista para verlo a los ojos, pero aún así no me doblegué ante él ni por un segundo. Mi voz era desafiante mientras que él me miraba sonriente como si disfrutara burlarse de mí.

—Tal vez eres tú el ciego.

Él acercó su rostro al mío, estaba tan cerca que me sentí intimidada.

—Para tu mala suerte sí veo bien y ¿Sábes que es lo que estoy mirando en este momento? —Sonrió y mi corazón comenzó a latir fuerte cuando acercó sus labios a mi oído —A una pequeña irritante que pide a gritos que no la ignoren —Y diciendo esto se fue con una sonrisa de victoria en sus labios que me enfurecía aún más.

—¡¡Idiota!! —Le grité, fue tan fuerte mi grito que algunos alumnos que pasaban se me quedaron viendo como si fuese una rarita.

Genial Eva, es tu primer día de clases y estás llamando la atención de la peor manera, y para colmo un imbécil te dice en la cara que estás necesitada de atención.

—¿Quién es ese imbécil? —Pregunté mientras veía cómo se alejaba sin tan siquiera mirar atrás, caminando con aires de grandeza por todo el pasillo.

—Él es Luke, es un alumno nuevo de último año, la verdad, él es un misterio. Se matriculó justo una semana antes de comenzar el curso. Según he escuchado vive solo en una gran casa en la calle Grimsby, aunque, ahora que lo pienso bien, ustedes tienen mucho en común —Voltée a verla ingenua.

—¿Qué puedo tener en común con ese idiota?

—Bueno… a parte de las chispas evidentes que saltaron entre ustedes —La miré furiosa mientras que Lucy sonrió con picardía ¿Acaso no vió cómo me trató ese idiota? —Tú te matriculaste hace dos semanas.

—Mamá nunca dejaría de último mi matrícula, aún sabiendo que iba a trabajar aquí.

—Tal vez fue un error en tu expediente. —Respondió sin darle importancia.

—¿Vive en Grimsby dijiste?

—Sí.

—He estado tan ocupada instalándome en mi nueva casa, que ni cuenta me dí de que ese idiota es mi vecino.

—¡Wow! —Me miró sorprendida —¡Así que también vives en Grimsby! Otra cosa más en común —Llevó su dedo índice al aire.

—No digas tonterías.

Continuamos caminando por el pasillo hasta el final, ya casi comenzaban las clases, por lo que lo estudiantes estaban adentrándose en los salones, perdiéndose en el sin número de pasillos que ahí habían.

—Bueno Eva —Nos paramos frente al salón —Esta es tu clase, te veo luego.

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Hola, hola.

Abro debate sobre Tarah, ¿Qué creen que oculta?

Díganme ¿Qué les pareció el encuentro con Luke?

¿Y Lucy? Qué chica tan linda no es cierto.

¿Qué tipo de alumno eran o son ustedes? Yo era una nerd, pero sin gafas.