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Saint Jude (Extra-1)


Marcos hablando:

    ¿Sáben lo que es la fase de negación?

     Cuando experimentamos una pérdida o algo realmente traumático, nuestra mente entra en una fase de negación.

¿Qué significa?

Pues significa que nuestra mente encierra en una cápsula ese dolor y se desvía hacia algo que la mantenga feliz u ocupada.

   Yo estaba en fase de negación.

El haber perdido a mi abuela de esa forma tan desgarradora, verla despedazada y no poder hacer nada para ayudarla, eso me traspasó el alma, me desmoroné, una parte de mí murió ese día… Pero, dejé a un lado el dolor y me concentré en vengar su muerte, en salvar a Lucy y en pasar tiempo con Nerina.

  Todo cambió cuando regresamos a casa hace seis meses… En cuanto puse un pie dentro de casa y me vi solo en el espejo de la sala de estar me desmoroné. Fue ahí cuando la fase de negación se fue a la mierda y entré en la fase de ira, donde me culpé por todo, todos los que estaban muertos habían muerto por mi culpa. Jamás debí insistir con ver esa maldita película fuera de Aston, de no haber sido así, mis padres aún estuvieran vivos. Debí haber matado a Lucian aquella noche en el bosque, no debí alejarme de mi abuela el día del funeral, si hubiera sido así, ella jamás hubiera muerto de esa forma tan terrible.

      Sentía frustración, impotencia, yo era el culpable de todo, yo y nadie más. Pasé seis meses encerrado en casa, sin ver a nadie, ni siquiera podía ver a Nerina, no quería que ella me viera así de destrozado…


        Seis meses estuvo el despacho de mi abuela cerrado con llave, no quería si quiera oler su perfume, no quería ver nada que me recordara a ella… Pero todo eso cambió ¡¡Ya no más!!  Busqué las llaves en mi habitación, caminé con miedo por el desolado pasillo, hasta que llegué a su despacho…

   Con cuidado abrí la puerta y, en efecto, lo primero que golpeó mi nariz fue su perfume. Unas lágrimas salieron de mis ojos nublando mi vista al instante, por mi mente pasaron incontables recuerdos de mi abuela, mis padres, mi querido abuelo.

   Fui directo a su caja fuerte…

La contraseña es tu fecha de cumpleaños…

Puse la contraseña, y abrió…

    Habían unos diez diarios escritos a mano, uno más antiguo que el otro. Las fechas eran desde hace quinientos años, seguí rebuscando y encontré en el fondo un sobre con el sello de la abuela…

Qué raro, ella no me dijo nada…

Lo abrí con cuidado…

Es la letra de la abuela, es una carta, ¿Una carta para mí?

“Mi ángel:

  Si estás leyendo esta carta, significa que morí…

¡Jamás dejaría que abrieras mi caja fuerte, si no fuera por esa razón!

  Te amo mi ángel, eres todo para mí. No sé cómo morí obviamente, no soy adivina, pero solo te puedo decir que ninguna de las desgracias que hemos vivido han sido tu culpa ¡Ninguna, me oyes! Te pido que seas fuerte, ningún dolor es para siempre, todo mejorará, eso te lo aseguro, mi corazón ha sufrido muchas pérdidas. 

   Llora mi ángel, si tienes que llorar, llora. Saca todo ese dolor de adentro, pero luego levántate, seca tus lágrimas y sigue adelante. Ahora el espíritu de los Dickersons vive dentro de ti...

                                  Te ama, tu abuela.“

                

      Terminé de leer su carta con mis mejillas llenas de lágrimas y mis ojos rojos a más no poder, pero la abuela tenía razón, tengo que ser fuerte, tengo que seguir adelante.

      Tomé mi celular y el primer número que marqué fue el de ella…

—Hola… ¿Cómo estás? —Habló con dulce voz, una voz que solo utilizaba con muy pocos.

—Estoy mejor… gracias por entenderme.

—Tranquilo, yo también pasé por eso, te entiendo, entiendo que necesitabas tu espacio.

—Te amo Nerina —Dije sin pensar.

«Escuché una risita nerviosa a través del teléfono»

—Yo te amo mucho más, Marcos.

—Voy a visitar sus tumbas —Dije.

—Te veo ahí.

Una hora más tarde…

     Era una tarde agradable, los árboles tenían sus primeros retoños y los animales comenzaban a salir de sus refugios.

     El cementerio Saint Jude, luego de seis meses, aquí estaba otra vez, ahora mi familia entera descansa en estas tierras tranquilas y sin vida.

—Hola mamá —Sonreí con tristeza al ver su tumba —Hola papá, cuánto tiempo sin vernos —Dije mientras dejaba unas lindas rosas blancas sobre sus lechos.

Esas flores eran las favoritas de mamá, recuerdo que siempre tenía en su recámara un jarrón con un ramo de ellas, incluso recuerdo haber ido una vez con mi padre a la florería para comprar el arreglo más grande que tuvieran para regalárselo en su cumpleaños...

—Lamento no haber venido antes —Una lágrima corrió por mi mejilla y enseguida la sequé con mi mano —Los extraño tanto —Me arrodillé frente a sus tumbas y puse mis manos sobre ellas —Ojalá no hubiéramos ido a ver esa película aquella noche —Diciendo esto no pude contener más tiempo mis lágrimas.

—Hola abuelo —Dirigí mi atención hacia su tumba, la cual estaba a su lado —Extraño tanto tus historias sobre Aston —Sonreí —Tal vez por eso me gustan tanto las historias de fantasía... Aunque al final sí había algo de cierto en ellas —Miré con cara burlona hacia su lápida como si él estuviera sentado ahí observándome.

A mi mente vinieron esos lindos recuerdos  en los que de pequeño me sentaba a los pies de mi abuelo para escuchar sus historias de magia... A medida que iba creciendo más crecía mi fascinación por este mundo, él se encargó de eso...

—Abuela... Cumplí mi promesa —Mi entrecejo se arrugó —Le corté el brazo a ese maldito, y ahora está muerto —Continué diciendo y más y más lágrimas salían de mis ojos, pero esta vez eran producto de la rabia que estaba sintiendo.

  De repente, un fuerte viento azotó mi rostro, haciendo volar las pocas hojas que habían en el suelo... Y luego un destello de luz cegadora apareció de la nada formando una especie de portal mágico, entre cerré mis ojos para tratar de ver de qué se trataba y fue cuando los ví...

¡No lo puedo creer!

Froté mis ojos para comprobar que lo que estaba viendo no era un sueño...

—¡Hola mi pequeño! ¡Qué grande estás ya! —Dijo una voz que reconocía bastante bien.

En ese momento salieron de aquel umbral mágico dos personas, y no podía creer lo que mis ojos estaban viendo...

—¿Mamá? ¿Papá?

—¡Ven acá campeón! —Gritó mi padre corriendo hacia mí junto a mi madre.

Llegaron a la vez y los dos se abalanzaron sobre mí dándome un fuerte abrazo y llenándome de besos...

¡No lo podía creer! ¡Tenía a mis padres frente a mí! 

Lloraba cada vez más mientras vivía ese momento que una vez pensé que jamás volvería a vivir...

—¡Los extrañé tanto! —Los miré a ambos y luego acaricié sus rostros —¡No se imaginan cuánto!

—Nosotros también mi amor —Ambos se vieron con tristes ojos —No ha pasado un solo momento en el que no pensemos en ti —Dijo mamá entre lágrimas y los tres volvimos a abrazarnos fuerte.

—¡Jajajaja! ¡Mis historias sobre "Saint Jude" era ciertas, muchacho! —Esta vez gritó otra voz conocida, interrumpiendo nuestro abrazo al instante.

Miré hacia el umbral y fue cuando pude verlo...

—¡Abuelo! —Grité con felicidad.

—¡Mi cazador! —Gritó él.

El abuelo siempre me llamaba así "Mi cazador" Yo lo veía como un apodo cariñoso, pero al final resultó ser cierto...

—¡Abuelo! ¡Qué bueno volver a verte! —Nos abrazamos.

—¿Y la abuela?

¡Vaya! Pensé que no me extrañabas —Dijo con fuerte voz —¿Tan mal te crié? —Agregó irónica.

Al escuchar esa voz solo reí aún más fuerte, y fue cuando la ví... era mi linda abuela.

—¡Abuela! —Corrí hacia ella y la levanté en el aire dando vueltas con ella en mis brazos —¡Cumplí mi promesa! ¡Ese maldito sufrió al morir, le corté el brazo y...!

—¡Tranquilo! ¡Lo sé! —Acarició mi mejilla mientras me veía con esa linda mirada cariñosa de siempre —Lo sé mi amor —Una sonrisa triste se dibujó en su rostro —Te hemos estado observando desde allá arriba...

—Los quiero tanto —Los miré a todos —¿Qué se supone que voy a hacer ahora? ¡Estoy solo!
—Una lágrima corrió por mi mejilla.

—No, no estás solo hijo mío —Mi madre secó mis lágrimas con delicadeza —Siempre nos tendrás aquí —Puso su mano en el lado de mi corazón.

—¿Qué me dices de esa linda pelirroja que te espera allá arriba? —Interrumpió papá sonriente mientras señalaba hacia Nerina que acababa de llegar en su moto.

—Por cierto... Dale las gracias de nuestra parte —Ambos la miraron —Ella asesinó a los desgraciados que nos mataron —Continuó diciendo mamá.

Aquella noche Nerina estaba matando a los vampiros que nos atacaron... Los mismos que acabaron con una parte de mi vida. La juzgué en ese momento sin darme cuenta de que ella inconscientemente también estaba vengado a mis padres.

—Es hora de irnos mi pequeño cazador —Dijo el abuelo.

—¡No, no! —Me interpuse en su camino —¡Es muy pronto! ¡Hay tanto de lo que tenemos que hablar! ¿Cuándo puedo volver a verlos?

Mi voz se escuchaba asustada, les había preguntado algo de lo que lamentablemente ya conocía la respuesta... El abuelo me contó esa leyenda cientos de veces, era mi favorita, sabía mejor que nadie que el velo solo se abre una vez para cada persona...

—Creo que sabes la respuesta mi amor —Acarició mi mejilla y luego la besó —Tu abuelo te contó esa historia miles de veces —Agregó la abuela.

—¡Los quiero tanto! —Dije entre lágrimas.

Los abracé con todas mis fuerzas mientras que las lágrimas humedecían mi rostro, y poco a poco mi familia se fue desvaneciendo... Lo último que ví fueron sus sonrisas, y eso jamás lo voy a olvidar...

~~~•~~~~•~~~~•~~~~•~~~~•~~~~•~~~~•~

Y hasta aquí el primer capítulo extra.

¿Les gustó?

A mí me encantó. Si recuerdan en el capítulo “Funeral” hago un breve comentario sobre el cementerio Saint Jude, y ¡Aquí tienen!

En Aston hay pura magia.

Me encantó que Marcos pudiera ver a su familia por última vez.

#EPDFAMILIADICKERSONS

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Los quiero ❤️

                       

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