No podía dejar de verlo asombrada...

Luke estaba como si nada hubiera pasado, como si no hubiera sufrido ningún dolor la noche anterior. Su tatuaje sanó por completo y su cuerpo estaba tan fuerte como siempre.

¿Cómo es eso posible?

Esa pregunta daba vueltas en mi cabeza una y otra vez mientras veía al chico caminar hacia un pequeño armario. Inconscientemente me fijé en su espalda desnuda, cuando caminaba ¡Se le marcaban todos los músculos! ví cómo su tatuaje comenzaba a cubrírsela y a mi mente vinieron las escenas de cómo fue que apareció. Ni siquiera soy capaz de imaginarme el dolor por el que pasó.

—Sé que te debo muchas explicaciones —Dijo mientras volteaba a verme terminando de acomodarse su suéter.

—Qué bueno que lo sabes —Lo miré con seriedad —Primero vas a decirme ¿Qué pasó con mi madre? ¿Cómo es que ella es la culpable de que tú estés maldito? ¡Qué diablos significa eso Luke! —Lo desafíe con la mirada mientras me colocaba en frente de él —Y ¿Quién demonios era esa mujer?

Hubo un incómodo silencio entre nosotros, a leguas se notaba que él no sabía cómo responder a todas mis preguntas.

—Creo que ya sabes lo que es tu madre, eso no tengo que decírtelo.

—¿Una… bruja? —Él asintió.

—Una muy poderosa, una capaz de crear una maldición que te asesina lentamente.

—¿Qué? —Realmente me había quedado sin palabras.

—Ella maldijo a mi padre…

—¿Lo maldijo? —Sus ojos se encontraron con los míos —¿Por qué lo haría?

—Porque se lo merecía…

Se sentó en el sofá donde dormimos juntos la noche anterior.

—Esa mujer se llama Einar, es la líder del aquelarre al que Tarah pertenecía... —Continuó diciendo.

¿Una bruja?

¿Aquelarre?

¿Por qué mi madre no me contó nada de esto?

—¿Entonces… mi madre es una bruja que maldijo a tu padre, y la mujer que se la llevó anoche era su líder? —Hablé mientras mi mente analizaba todo lo que me acababa de decir —¿Qué mierda hacía su líder llevándosela? ¿Por qué carajos me pusiste una runa de maldición en mi libro? ¿Y por qué esa bruja te dijo que mi madre te maldijo? ¿Y qué carajos hacían tú y Nerina matando a unos hombres que, según lo que he visto, ya no es una locura decir que eran vampiros?

    Simplemente lo acribillé a preguntas. Eran tantas mis dudas que sólo me quedaba aclarar las más que pudiera con él.

—¿Qué dijiste? —Me miró sorprendido —¿Tú me seguiste al bosque? —Asentí mientras cruzaba mis brazos sobre mi pecho.

—Realmente eres valiente… ¿Me seguiste sola al bosque?

—No estaba sola...

—¿Ah no? —Ladeó su cabeza mientras tensaba su mandíbula.

—Marcos me acompañó…

Me miró a los ojos en silencio.

—Esas escorias tuvieron lo que se merecían... —Apretó sus puños de sólo mencionarlos.

—¿Ah sí? ¿Qué hicieron para merecerse semejantes muertes?

—Asesinaron a la hermana de Nerina…

—Eso es… terrible —Mi rostro se entristeció.

—No solo hicieron eso... ellos son los responsables de las muertes “accidentales” de excursionistas en el bosque.

—Ellos eran los malos…

—¿Pensaste lo contrario? —No tuve que hablar, mi mirada habló por mí.

—¿Por qué mi madre maldijo a tu padre? ¿Por qué lo haría? Ella no sería capaz de dañar a nadie.

—Ya te lo dije… él se lo merecía.

—Entonces ¿Por qué tú también estás maldito?

—Porque la maldición no va dirigida a la persona, sino a su sangre. Es un veneno que corre por tus venas constantemente, que te obliga a permanecer en la forma de lobo para que se detenga —Lo miré al instante.

—Pero tú siempre eres humano y… ¿Por qué detuviste el cambio si es lo único que detiene el veneno? ¿Qué era esa cosa que te inyecté?

—Eres buena analizando las cosas —Rió para adentro —Como te conté, la maldición era para mi padre. Tarah la creó para obligarlo a permanecer en su forma de bestia, de no ser así, un tatuaje, igual al mío comenzaría a cubrir todo su cuerpo, cuando ya no quedara un espacio en la piel, su tinta desprendería un veneno que lo mataría en cuestiones de segundos.

—Eso es terrible… —Puse mi mano sobre la suya y él me miró al instante.

—No sé exactamente qué fue lo que mi padre le hizo a tu madre pero, como ya te dije, se lo merecía —Tensó su mandíbula —Mi padre lo único que ha hecho es hacer daño y destruir todo a su paso, él creó un imperio a base de mentiras y muertes.

Me queda claro, él odia a su padre…

—¿Lo que te inyecté anoche era para detener el cambio? Estoy casi segura de que no tenías pulso. —Luke alzó la mirada y sus ojos verdes se encontraron con los míos.

—Cuando nací, mi madre y mi nana me llevaron a escondidas de mi padre para que una bruja me ayudara. Esa bruja no logró quitarme la maldición, eso sólo lo puede hacer quién la creó, pero sí pudo frenarla parcialmente. Puedo estar en mi forma humana y mi tatuaje no va a crecer... él solo crece en la luna llena, cuando la transformación es inminente, lo que lo hace más rápido de lo normal… La inyección que me diste anoche es el único antídoto que puede detener el tatuaje hasta la próxima luna, es una mezcla de acónito y plata fundida.

—¿Eso no es letal para… los lobos? —Mientras yo lo miraba con curiosidad y decía esa palabra con miedo a estar diciendo una locura, él sólo me sonrió a boca cerrada.

—Puedes decirlo sin miedo, soy un licántropo, y si tu madre no te contó nada, es porque quería mantenerte alejada de este mundo, una vez que conoces la oscuridad ya no puedes escapar de ella, así que no la culpes… y sí, tus sospechas son ciertas, estuve muerto por unos segundos. La muerte es la segunda opción para detener la maldición.

—Por eso le pedías ayuda a mi madre… —Él asintió —¿Y Einar, y la muerte de Matt? ¿Qué tienen que ver esas brujas con mi madre? ¿Cómo fue que murió Matt? —Una lágrima corrió por mi mejilla de sólo pensar en la muerte de mi amigo y en mi madre siendo raptada por esa bruja.

Luke inhaló y exhaló pesadamente, y luego miró hacia el suelo como si estuviese huyendo de mis ojos.

—Yo huí de mi manada, vagué semanas por el bosque hasta que me encontré con una aldea... se trataba de Einar y su aquelarre. Ellas se estaban escondiendo de mi padre, él tenía montada una cacería de brujas. Las capturaba para que lo ayudaran con la maldición. Él sabía perfectamente que la única que podía quitarla era Tarah, y aún así perseguía a esas mujeres hasta lo más profundo del bosque, y al no poder ayudarlo, terminaban en el foso de los Huargos.

—¿Qué son los Huargos?

—Créeme... no quieres saber lo que son.

—Me alié con las brujas para que me dieran el antídoto que detiene la maldición…

—¿Y a cambio? —Pregunté mientras que él me miró a los ojos por unos pocos segundos.

—A cambio, las entregaría a tu madre y a ti luego de que Tarah me ayudara, por eso puse esa runa en tu libro, para romper el hechizo de protección que Tarah tenía en la casa.

—¡Eres un maldito! —Saqué mi daga sin pensarlo y lo amenacé con firmeza. Aunque él podía defenderse y dejarme inutilizada, simplemente ignoró mi amenaza.

—¡Discúlpame, por favor! ¡No era mi intención, pero ví la oportunidad, ví que ellas pudieron quitarme mi agonía y no pude rechazar la oferta, no hasta que te conocí! —Mientras que él mostraba arrepentimiento con sus ojos tristes, yo lloraba de rabia e impotencia.

—¿Y Matt? —Las lágrimas nublaron mi vista —¿Qué le hiciste a mi amigo?

—No quería cumplir con mi parte del trato, tuve miles de oportunidades de acabar con ustedes, en cambio solo ponía excusas para no entregarlas… Pero una vez que haces un trato con las brujas, ya no puedes librarte de ellas. Ellas necesitaban de mí, porque los licántropos podemos pasar la barrera protectora que tiene Aston cuando estamos en nuestra forma humana… Pero de alguna forma lograron debilitarla y una de ellas entró, encontró a Matt en la puerta de tu casa y…

—Fue mi culpa… —Rompí a llorar, porque era la culpable de su muerte, porque lo invité a estudiar conmigo. Si él no hubiese ido, hoy estuviera vivo, pero en cambio, murió por ir a mi casa, por ir a verme.

—Matt peleó, Eva —Lo miré al instante —Él peleó valientemente contra una bruja de al menos unos mil años y logró matarla, pero se lo llevó junto con ella. Sus últimas palabras fueron que te protegiera a tí y a tu madre. Él murió como un héroe, y no quiero que te culpes, por favor, siempre cúlpame a mí —Noté que sus ojos estaban cargados de lágrimas —Puedo vivir con esa carga, pero no puedo vivir con la carga de que tú te culpes por su muerte porque no es así. —Sin pensarlo me abrazó fuerte, tan fuerte que me sentí protegida, sentí sus brazos rodeándome, me sentí aliviada porque de alguna forma estábamos juntos en esto.

—Estoy sola, Luke —Me aferré más fuerte a sus brazos.

—No lo estás… y juntos vamos a encontrar a tu madre. —Lo miré al instante.

—¿Qué te hace pensar que ella no está muerta?

—Una vez escuché a Einar decir que lo que sea que tengan planeado para Tarah, tienen que hacerlo en la próxima luna llena.

—Tengo que buscarla. —Intenté levantarme y él me sujetó fuerte por el brazo.

—Vamos a buscarla… ya te lo dije, no estás sola Eva.

Mi celular comenzó a sonar. Miles de mensajes y llamadas perdidas entraron a la vez. Nos encontrábamos en una zona con poca señal y al parecer mi teléfono había alcanzado un poco de cobertura en ese momento...

Me di cuenta de que todos los mensajes y llamadas perdidas eran de Lucy, Jordan y Marcos, y justo en ese instante entró una llamada de Marcos.

—¿Marcos? ¿Pasa algo?

—¿Eva, estás bien? nos tienes preocupados...

—Sí, no te preocupes, estoy con Luke, pero ¿Pasó algo?

—Un lobo mordió a Jordan...

—¿¡Qué!? ¿Está bien?

—Sí, Jordan está bien, pero encontramos a Matt… encontramos su cadáver.

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Hola, hola.

¿Les gustó el capítulo?

Este fue un capítulo de mucho diálogo, Pero les prometo que el próximo será de mucha acción.

¡Casi nos acercamos al Prefacio!

Nos vemos en la próxima ❤️