Capítulo 16 : "Inocente"
Luke hablando:
La noche del encuentro…
Me pareció haber escuchado algo entre los árboles mientras apilábamos los cuerpos. El crujir de las ramas secas me hizo dudar de si estábamos solos o no, después de todo nos encontramos en territorio de cazadores, tenemos que estar alerta cuando se trata de ellos, aún si lo que acabamos de hacer fue hacer su trabajo.
Lo ignoré, ignoré el ruido porque estamos en medio del bosque. Podría haber sido cualquier cosa, y si hubieran sido enemigos ya nos hubieran atacado, además ¿Quién estaría deambulando por estos lugares a esta hora de la madrugada?
Nerina y yo somos cuidadosos, no hemos hecho nada para levantar sospechas en el pueblo...
Un joven de buena posición económica que vive solo en la casa que le rentaron sus padres para que terminara sus estudios de preparatoria en un lugar tranquilo y familiar, lejos de los problemas, lejos de todo y que sólo tiene buenas calificaciones; eso es lo que piensan de mí.
¿Y de Nerina?
Una estudiante de intercambio, que vino de una de las preparatorias más prestigiosas de la ciudad para ver cómo es el sistema de estudio en Aston. Sus padres están considerando mudarse al pueblo y por eso la enviaron para ver si se acostumbra al cambio...
Nadie sospecha que nos conocemos de antes, nadie sabe quiénes somos realmente...
Enterramos los cuerpos donde nadie pudiera encontrarlos y dejamos sus camionetas en el fondo del lago. Eso nos tomó buen rato, pero al final borramos todo rastro que nos pudiera incriminar.
—No estás sanando como deberías ¿Sigues reprimiendo tu poder cuando se acerca la luna llena? —Preguntó Nerina mientras examinaba mis heridas.
Me quedé en silencio, pero para ella solo bastó eso para recibir la respuesta que esperaba, su cara lo decía todo... Ella se preocupa por mí, sabe lo que significa que yo reprima mi poder, pero también sabe que no hay nada que pueda hacer.
—No te preocupes, eso fue solo una vez. Las personas con las que me alié me están ayudando con mi problema —Traté de tranquilizarla, pero solo logré que me mirara con esos ojos tan expresivos que guardan una inmensa tristeza en su interior.
—¡Ya eres libre Nerina! ¡Te vengaste de Vladimir! ¡Vete lejos de aquí! ¡Maldición! ¡Sé feliz!
Ella solo me miró furiosa y cruzó sus manos sobre su pecho.
—Me asocié a personas muy peligrosas ¡No quiero que te veas involucrada en esto! ¡No quiero que estés aquí si algo sale mal!
—¿Cuándo te he hecho caso en algo? Eso no es opción para mí, esta vez no te voy a dejar solo en esto, Luke.
—No quiero que seas cómplice en esto, Nerina, no quiero que manches tu conciencia.
Ella caminó hacia mí, me tomó ambas manos y luego hizo nuestro gesto de hermanos, ese que pensé que ya no volvería a sentir: juntó nuestras frentes con suavidad y eso me hizo suspirar cansado.
—Tiene que haber otra forma, esta no puede ser la única opción que tenemos. No quiero que te vean como el villano, cuando tú sólo eres una víctima. —Me dijo en voz baja.
—Creeme, que si la hubiera lo haría sin pensarlo… Pero no la hay.
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El día de la clase de defensa.
En la noche.
Luego de estar tanto tiempo separados, ya no quería que esa distancia nos volviera a castigar, así que le exigí a Nerina que tenía que mudarse conmigo…
Estuvimos toda la tarde afuera preparando la mudanza. Si alguien comenzaba a hacer preguntas, simplemente les diría que somos novios y que habíamos decidido vivir juntos.
En cuanto entramos en casa, mis sentidos me alertaron de algo.
Huelo algo...
Huelo hierbas, tierra, animales... huelo sangre.
—¿Lo hueles? —Susurró Nerina mientras cerraba cuidadosa la puerta de la entrada.
—No estamos solos —Respondí mientras colocaba cuidadoso en el suelo una de las tantas cajas de la mudanza.
Revisamos la primera planta de la casa y no encontramos nada. Luego subimos al segundo piso y vi la puerta de mi habitación abierta.
Nunca la dejo abierta, así que entramos ahí.
—¿Qué haces aquí? ¡Tenemos un trato! —Le grité a la mujer que se encontraba frente a nosotros.
—Te has demorado pequeño príncipe, tu plazo se acabó... Mañana es la Luna de Sangre y aún no tenemos a Tarah —Dijo la mujer mientras sujetaba fuerte por el cuello a un chico rubio con gafas que reconocí al instante.
—Me encontré a este ratoncito justo cuando iba a llamar en la puerta de al frente —Dijo sonriente, mientras que el chico forcejeaba sin éxito para librarse de su agarre.
—Dejalo libre, él no tiene nada que ver en esto. —Traté que mi voz se escuchara valiente, pero sabía perfectamente que no era así.
—Decidí darte una lección... —Curvó sus labios hacia arriba de forma siniestra —Cosas malas pasan cuando no obtenemos lo que queremos, pequeño príncipe —Dejó ver una de sus manos, una mano que no era humana y que estaba cargada de garras largas y negras.
El chico no dejaba de forcejear. A simple vista la anciana se veía débil, pero la realidad es que no puedes pelear contra una bruja de casi mil años.
Tengo miedo, me preocupa la vida de él, mi corazón palpitaba fuerte con sólo ver a esa peligrosa mujer amenazar a ese inocente...
He visto a esa mujer antes, he visto de lo que esas garras son capaces: filosas como navajas, sus puntas son finas y precisas.
Siempre supe que algo malo me podía ocurrir cuando de las brujas se trata... pero nunca me imaginé que iban a estar involucradas personas inocentes.
No sabíamos que hacer, la impotencia de no poder atacar y salvar la vida de ese muchacho me estaba matando por dentro. Estábamos atados de manos, si atacábamos, ella lo mataría sin pensarlo y luego nos mataría a nosotros.
Esa mujer no se andaba con rodeos, y aunque parecía una simple anciana a la que podías derribar fácilmente, no lo era. En solo cuestión segundos puede hacer que toda la sangre de tu cuerpo desaparezca, o que tus pulmones se llenen de agua sin estar dentro de ella, o que los ojos te quemen tanto hasta el punto de que quieras arrancarlos con tus propias manos, y todo esto con solo mirarte a los ojos... Solo me quedaba negociar con ella .
—Deja al chico libre, te diré donde vive Tarah. —Le pedí.
—¿En serio crees que estás en condiciones de pedir algo a cambio? —La sonrisa curvada hacia arriba seguía en su rostro.
—¡¿Dime dónde vive?! —Gritó la mujer mientras encajaba sus garras en la garganta del chico.
El muchacho simplemente me miraba a los ojos en silencio, lo único que hizo fue un gesto de dolor en cuanto las garras atravesaron su piel. En sus ojos color miel notaba su miedo aunque no lo expresaba, y desde mi posición podía escuchar su corazón desbocado.
—¡No le digas nada! —Gritó el rubio, y eso atrajo la mirada de la bruja.
—O eres estúpido, o la conoces —La bruja lo interrogó con la mirada mientras su boca volvía a curvarse hacia arriba.
Mierda...
—¡Déjalo libre, él no tiene nada que ver con esto! —Le pedí.
—Te equivocas, pequeño príncipe, algo me dice que él sabe lo suficientemente. —Agarró al chico y lo volteó hasta quedar en frente de ella.
—Dime, humano ¿Dónde vive Tarah?
Giré a ver a Nerina, y su mirada decía todo lo que necesitaba saber…
Saqué una de mis dagas y se la lancé a la bruja, el impacto contra su hombro derecho la hizo gritar de dolor y esa fue la oportunidad para que el chico quedara libre. Nerina le entregó varias dagas al rubio y él enseguida se puso en posición de defensa, mientras que mi amiga y yo corrimos hacia la bruja para atacar.
Esquivamos la primera embestida que hizo con sus garras, mientras que el rubio le lanzó una daga que no reconocí a su pierna derecha y luego a otra a su pierna izquierda que la puso de rodillas. Nerina se lanzó sobre ella y le cubrió los ojos mientras que yo metí con fuerza mi mano dentro de su estómago.
La bruja gritó de dolor, y luego unas sombras comenzaron a cubrirnos, dejándonos indefensos dentro de la oscuridad absoluta de la habitación. Justo en ese instante una mano me tocó el brazo y este comenzó a quemarse como si fuese ácido lo que me habían derramando, obligándome a sacarla del interior de su estómago. Luego escuché el grito de agonía de mi hermana seguido del grito del chico rubio junto con el crujir de unos huesos. Y en un abrir y cerrar de ojos las sombras desaparecieron, permitiéndome ver a mi alrededor: El rubio estaba en el suelo retorciéndose de dolor mientras se sujetaba su brazo izquierdo, que a juzgar por su deformidad estaba seguro de que estaba roto… Y Nerina.
Nerina estaba de pie, estática y temblorosa, mientras que sus ojos comenzaron a sangrar. Luego comenzó a salir sangre de su nariz, y de su boca.
—Luke… duele —Mi hermana me miró asustada y yo no sabía qué hacer.
Y por si fuera poco, luego comenzó a toser desesperadamente mientras sostenía su garganta asustada. Mi hermana se estaba ahogando frente a mí, trataba de alcanzar desesperada alguna bocanada de aire, mientras que sus ojos verdes mezclados por el rojo de la sangre me miraban desesperada...
No sé en qué momento ocurrió, pero mientras yo estaba aterrado por mi hermana, el rubio apareció detrás de la bruja mientras la amenazaba en su cuello con una daga que era diferente a las de mi hermana. Su mano izquierda estaba destruida, pero su mano derecha sostenía con fuerza aquella daga, al punto de que hizo sangrar a la bruja.
—Dejala —Le ordenó el chico mientras hacía más fuerza sobre el cuello de la bruja y Nerina dejó de sufrir.
—¿Sabes qué es lo más curioso de los humanos? —Habló la bruja mientras el rubio seguía amenazandola.
—Que somos más inteligentes —El chico curvó sus labios hacia arriba formando una sonrisa siniestra.
—¿Eso crees? —La bruja volvió a sonreír como si no le importara que su cuello sufría debajo del filo de una daga.
—Sí… ¿Cuántas veces te corté? ¿Tres, cuatro veces? ¿Cuánto tiempo crees que tienes para tomar el antídoto de las dagas mortales? —La bruja abrió los ojos a más no poder.
—¿Eres un cazador? —Dijo ella.
—Así es, y siempre llevo una daga mortal en mi cinturón.
—Una hora… —Respondió ella de la nada.
—¿Qué?
—Me queda una hora para decirle a mi aquelarre que Tarah vive en la casa de al frente. No me fue difícil atar cabos, cuando el príncipe se mudó justo aquí y cuando yo te atrapé tocando a su puerta.
Mi corazón se aceleró de solo escucharla hablar y el rubio abrió los ojos a más no poder. La bruja sonrió de forma siniestra segundos antes de agarrar la mano que la amenazaba. En un movimiento rápido le torció la mano sana en la espalda y lo pegó a su pecho, inmovilizandolo por completo.
—Ya no te necesitamos. —Me dijo.
Diciendo esto degolló al muchacho con sus propias manos y luego simplemente se esfumó en el aire, dejando una nube de humo negro en la habitación.
Corrimos hacia el chico, el cual se estaba ahogando con su propia sangre.
—No, no, no. —Nerina hizo presión en su cuello sangrante.
—Protégelas… —Me dijo, mientras me miraba aterrado con esos ojos que gritaban desesperados que lo ayudáramos.
—Te lo prometo, Matt —Unas lágrimas corrieron por mis mejillas cuando vi su rostro sin vida frente a mí.
El rostro de un inocente.
Puse mi mano sobre sus ojos abiertos y los cerré delicadamente...
Esto es mi culpa…
—Luke… ¿A dónde lo vamos a llevar? Sabes de quién es hijo, nos van a culpar por su muerte.
Me quedé en silencio por unos segundos, mirando su rostro sin expresión alguna, odiando la idea que estaba maquinando en mi cabeza, pero si no lo hacíamos de esa forma los cazadores nos matarían sin pensarlo.
—Vamos al bosque, por su herida en el cuello parece que lo atacó un animal, y su brazo pudo haberselo herido mientras huía, eso es lo que pensarán cuando lo encuentren ahí.
—Luke... ¿Qué vamos a hacer? —Mi hermana estaba arrodillada frente a mí, con sus manos manchadas con la sangre de Matt.
—Protegerlas…
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Hola, hola.
¿Qué les pareció el capítulo?
Aquí los que quieren llorar por Matt.
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