Capítulo 12: "Invitación"
El Café Literario se convirtió en nuestro lugar de reuniones, nuestro lugar seguro, por lo que decidimos reunirnos ahí para hacer juntos unas tareas de literatura, o más bien era una excusa para pasar el rato y tomarnos un rico café.
—Gracias a Eva los trillizos Adams se ganaron dos semanas haciendo limpieza en las áreas verdes y sirviendo el almuerzo de la escuela. —Dijo Jordan mientras veíamos como la camarera se retiraba con nuestra orden.
—Las caras que pusieron cuando les entregaron los gorros para trabajar en el comedor fue épica. —Comentó Lucy y todos echamos a reír.
Justo en ese instante nuestros teléfonos comenzaron a sonar a la misma vez.
Qué raro ¿Será alguna llamada de alerta?
No…
Es un mensaje de texto…
"Hola a todos, como deben saber el domingo ocurrirá un eclipse lunar, pero no es cualquier eclipse, en este la luna se volverá roja, de ahí su icónico nombre de "Luna de Sangre". Como soy fan de esas cosas raras y únicas, están invitados a mi fiesta en el bosque. ¿Motivo principal? ¡Vamos a ver juntos este fenómeno! ¡Eso sí, si las nubes nos dejan!"
Atentamente: Marcos Dickersons"
—¿Y bien? —Sonrió —¿Qué les pareció la sorpresa?
—¡Wow! ¡Tus fiestas son épicas amigo! —Dijo Jordan rompiendo con el silencio.
—¿Pero en qué momento pasó esto? ¿Cómo preparaste todo sin mí? —Lo miró amenazante —¡Siempre hacemos eso juntos, Marcos! —Le reprochó Lucy.
—Bueno, mi abuela me cedió una parte de la herencia de mis padres, me dijo que el testamento así lo decía, y que soy lo suficiente maduro para manejar el dinero —Una risa se le escapó de los labios.
—¿Maduro? —Rió —Si en cuanto te dió el dinero planeaste una fiesta. —Comentó Jordan.
Mientras que ellos reían, yo aún no entendía una cosa.
—¿Herencia de tus padres? —Pregunté.
Mis amigos se miraron entre si... Los conozco desde hace tres semanas, es obvio que hay cosas que no me van a contar de un tirón, pero la curiosidad me ganó y no pude evitar preguntar… aunque ya me temía la respuesta.
—Los padres de Marcos murieron en un accidente de auto cuando él era pequeño, desde entonces está al cuidado de su abuela —Explicó Lucy.
—Lo siento mucho amigo mío, no fue mi intención preguntar —Lo abracé.
—Tranquila —Sonrió a boca cerrada —Creo que tenemos demasiada confianza entre nosotros como para contarte los secretos de nuestras familias. —Me susurró Marcos.
—¿Los secretos de sus familias? ¿Hay más?
—También la madre de Jordan murió en un... accidente en el bosque —Continuó diciendo mi amiga y no podía sentir más pena y dolor por mis amigos.
Ambos perdieron a sus padres…
—Jordan yo... —No dije nada, no hay palabras que puedan reconfortarlo, así que solo lo abracé.
—Hay algo más que tenemos que decirte, sé que eres nueva y no tienes idea de los apellidos importantes del pueblo… Pero es justo que lo sepas. —Habló Marcos.
—¿Apellidos importantes? —Los miré incrédula —No me digan que son parte de alguna mafia.
—Marcos y yo somos parte de dos de las cinco familias fundadoras de Aston.
—Wow…
—Queríamos estar seguros de que eras de fiar... La mayoría se nos acercan por algún interés, claro, tú no sabías, pero no estábamos seguros de que tu amistad sería sincera en cuanto lo supieras —Respondió Jordan.
—¿Así que me probaron? —Fingí molestia —¿Pasé la prueba?
—¡Claro tonta! —Habló Marcos sin pensar y todos comenzamos a reír. Pero luego algo vino a mi mente... No es justo saber sus secretos y tristezas y que ellos no conozcan el mío.
—Chicos, tengo algo que decirles —Me miraron atentos —Yo no conocí a mi padre —Mis ojos se llenaron de lágrimas con tan solo mencionar esa oración en voz alta —Dice mi madre que murió cuando yo era muy pequeña.
Nunca conocí a mi padre, esa ausencia siempre me ha dolido, es como tener un espacio en tu corazón que no logras llenar con nada.
Lucy se levantó de su silla y corrió a abrazarme, enseguida los chicos hicieron lo mismo y se nos unieron. Aquel lindo gesto se convirtió en un lindo y reconfortante abrazo de personas que en poco tiempo se habían convertido en parte de mi pequeña familia.
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Esta vez le tocó a Marcos llevarnos a casa, antes de salir del Café me dijo que necesitaba hablar conmigo de algo importante, por lo que me dejaría de última en casa.
—Escucha Eva —Miró hacia afuera para comprobar que Lucy ya había entrado a su casa —Compré este rastreador para plantarlo en el auto de Luke, así vamos a saber qué hace y con quién se reúne —Me dijo mientras me mostraba el pequeño artefacto.
—Pero... —Lo miré sorprendida —¿Cómo lo vamos a hacer?
—Por eso organicé la fiesta... vas a entregarle esta invitación —Me mostró un pequeño sobre negro con la Luna de Sangre impresa en él.
—Le dirás que toda la escuela va ir y que como yo no tengo su número no pude enviarle el mensaje de texto, por eso le mandé este sobre.
—Marcos —Lo miré a sus ojos —Luke y yo no duramos ni cinco minutos sin discutir, y desde que me salvó la vida no le he vuelto a hablar.
—Mejor así, háblale de cualquier cosa y distraelo, que yo entraré al garage y le pondré el rastreador al auto —Sinceramente, me quedé sin palabras, moría de miedo porque Luke se diera cuenta de todo.
—Marcos, tengo que decirte algo.
Llevaba días dudando si decirle esto, últimamente él había estado pasando mucho tiempo con ella: La chica pelirroja.
—Lucy y yo vimos a tu amiga pelirroja hablando con Luke, parecía que se conocían.
—¿Nerina? —Me miró sorprendido —Ella me dijo que no conocía a nadie aquí.
—Lo siento amigo, pensé que era mejor que supieras.
—Hiciste bien —Inhaló y luego exhaló —Después vemos qué hacemos con ella... Primero ocupémonos de Luke.
Justo cuando íbamos girando para salir a mi calle, vimos a lo lejos el Jeep de Luke, el cual aún estaba estacionado frente a su casa.
Marcos detuvo el auto un poco antes de llegar a mi casa, y apagó el motor y las luces para que no nos viera. Entonces fue cuando lo vimos salir del carro con una bolsa de basura en una de sus manos y su celular en la otra, estaba hablando con alguien que parecía que lo estaba sacando en serio de sus cabales.
—¡Tú no hagas nada! ¡Los voy a matar con mis propias manos! —Escuchamos que gritó.
—¡Es ahora o nunca! —Marcos abrió cuidadoso la puerta de su auto —Te envío un mensaje cuando termine ¡Corre, ve! —dijo segundos antes de salir.
¡Maldita sea Marcos! ¿No escuchaste la parte de que va a matar a todos?
Yo di una carrerita sin hacer ruido y me puse frente a mi casa sin que Luke me viera, para que pareciera un momento "ocasional", desde ahí comencé a caminar hacia él tranquilamente, aunque por dentro moría de miedo.
—¡Hey, tú! —Lo llamé y él enseguida se volteó mientras guardaba su celular.
—No estoy de humor ahora —Suspiró cansado —¿Qué quieres?
—Eres un imbécil ¿Sabías? Solo vine a darte las gracias por salvarme la vida… si tú no hubieras llegado hoy…
—Estarías muerta por la estupidez de cruzarte la línea. —Respondió sin más.
Y justo en ese instante me miró detenidamente y se acercó más a mí, causandome una extraña sensación de cosquilleo que no podía explicar. Una vez estando frente a mí sostuvo delicado mi suéter y comenzó a alzarlo con cuidado, sus dedos hicieron contacto con mi piel erizando me por completo y no sabía por qué le permitía tal cercanía conmigo. Lo subió con cuidado hasta dejar el descubierto la herida que me hizo la bestia aquella noche, la cual ya comenzaba a sanar.
—Veo que estás sanando bien —Sonrió a boca cerrada y luego sus ojos verdes se encontraron con los míos —Por lo general las garras de los Uros infectan las heridas… Pero no a tí.
—¿Y tu herida? —Traté de ver su brazo pero este estaba cubierto por una chaqueta —¿Está bien?
—Solo fue un rasguño. —Le restó importancia.
—¿Cómo sabías qué clase de criatura era esa?
Él sonrió.
—¿Te está matando no saber? ¿No es cierto?
—Y tú lo estás disfrutando.
—Escuchame bien, pequeña. Lo único que te voy a decir es, que si quieres seguir con vida, no hagas tantas preguntas. —Sonrió a boca cerrada.
—Precisamente por no saber nada es que casi muero… pero eso no es culpa tuya —Suspiré —Ten, esto es para tí —Le entregué la invitación y él la abrió con cuidado.
—No me gustan las fiestas… —Se limitó a decir.
—No importa —Encogí mis hombros —Solo cumplo con entregarla.
Mi celular comenzó a sonar, no pude evitar sonreír disimuladamente, pues se trataba del mensaje que esperaba con ansias:
"¡Misión cumplida amiga! Buenas noches"
Esa era mi alarma para salir de ahí…
Esa noche estaba haciendo demasiado aire y el frío otoñal se comenzaba a notar. No veía la hora de estar debajo de mis suaves y calentitas cobijas.
—Tengo que irme, mi madre me llama —Le dije fingiendo sobre la marcha aquel plan de fuga.
—¿Los mensajes de tu madre te hacen sonreír de esa manera? —Su comentario me obligó a detenerme al instante.
—¿Qué te importa? —Él sonrió sutílmente.
—¿Te da miedo responder con la verdad, o simplemente te gusta atacarme? —Volvió a sonreír de medio lado mientras enarcaba una ceja.
¿Cómo logra sacarme de mis cabales?
—No tengo nada que hablar contigo… —Me dí media vuelta y comencé a alejarme.
—¡Espera! —Dijo rápido y algo intenso, haciendo que me detuviera al instante.
Me voltee a verlo y él el caminó hacia mí. Sus ojos verdes se veían tan cálidos gracias a la luz de la farola de la calle. Verlo caminar de esa forma hizo que tragara saliva tratando de mantener la calma.
¡Demonios! ¿Por qué logra ponerme tan nerviosa?
Cada vez se acercaba más, provocándome escalofríos en todo el cuerpo, pero, curiosamente, no era miedo lo que sentía hacia él. Una extraña fuerza impedía que me moviera del lugar, y lo más curioso era, que no quería hacerlo bajo ningún concepto.
Se acercó tanto que tuve que alzar mi cabeza para poder verlo. Sus ojos recorrieron mi rostro y luego se dirigieron hacia mi cabello. De repente acercó su caliente mano a mi mejilla, el contacto de ella con mi frío rostro aceleró mi corazón, poniéndome bastante nerviosa, mi cuerpo temblaba... y no precisamente por el frío. Sus dedos continuaron avanzando hacia mi cabello enredándose entre mis largos mechones ondulados, esta vez la piel se me erizó y mi respiración se aceleró al instante, lo miraba aún sin entender qué estaba haciendo, mientras que él estaba tan calmado y en silencio, mientras que sus ojos no se apartaban de los míos para mirar mi cabello... Fue ahí cuando sacó la hoja de un árbol que me había caído encima debido al viento.
—Tenías esto en tu cabello —Su voz se escuchaba suave y calmada.
—Gracias... —Ese gracias se escuchó tembloroso, suerte que podía culpar al frío que estaba haciendo en ese momento.
—Ahora ve —Sonrió a boca cerrada —Tu madre te espera.
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Hola, hola.
En multimedia tienen a Eva y a Luke ❤️
¿Qué les pareció?
¿A dónde nos llevará ese rastreador?
¿Les gustó el encuentro con Luke?
Nos vemos en el próximo capítulo❤️
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