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Secretos de familia: el inicio.


Un día normal en la vida de Molly Galow comenzaba con ella despertando para ir a la escuela, comiendo el desayuno preparado por su padre y siendo ayudada por su madre para vestir el uniforme escolar. Luego ambos la acompañaban hasta la parada del bus que la llegaba a su colegio y se reunía con su amiga Octavia, caminando y conversando animadamente hasta que llegaban al salón de clases, donde constantemente tenía riñas con la hija más pequeña de la familia Von Eldric: Helsa. No era intención de la niña pelearse con su compañera, pero Helsa solo se burlaba de su origen humilde, insultándola cada vez que podía.

Pero Molly hacía lo posible de ignorarla y dar lo mejor de sí en los estudios, no era la chica más lista de su clase, pero trataba de dar lo mejor de sí para ganar Stellas y llegar a ser una académica imperial, para de ese modo ayudar a su padre.

Pero siempre, al final del día, sus notas, aunque buenas no eran lo suficientemente altas para los estándares que se requerían. Aun así, Molly no pensaba darse por vencida. Porque tenía una gran misión que cumplir.

—¡Volví a casa! —grito nada más entro por la puerta de la casa. Inmediantamente, una mujer rubia voluptuosa y de alegre sonrisa le recibió en el pasillo.

—Bienvenida a casa Molly ¿Cómo estuvo tu día? —le pregunto.

Esa era la mama adoptiva de Molly, una oficinista en la oficina nacional de correos de Ostania: Charlie Gallow (antes Morningstar). Era una mujer extremadamente dulce y gentil que, aunque era un desastre en la cocina, cuidaba de Molly como su verdadera hija, atendiendo sus necesidades, ayudándola en lo que necesitara y acompañándola en su crecimiento.

—E-Estoy muy bien, mis notas mejoraron un poco en los exámenes semanales de la escuela —anunció, siendo recompensada con un abrazo de oso de parte de Charlie.

—¡Me alegra tanto! Tu padre estará muy orgulloso de eso —aseguró, aliviando el semblante nervioso de Molly. Dejando su mochila en su cuarto, corrió hasta la sala donde un hombre de cabellos castaños de lentes y sonrisa inalterable leía el periódico sentado en el sillón.

—¡Papa! —corrió a abrazarlo, deteniéndose de golpe al recordar como este le desagradaban los toques sin su permiso. Así que espero que este la abrazara de cuenta propia, aceptándolo gustosa y feliz—Buenas tardes —lo saludo.

—Buenas tardes pequeña Molly ¿Tuviste un buen día cariño? —le pregunto acariciando sus rubios cabellos. La niña se retorció feliz por el gesto.

—¡Si! Hoy Octavia y yo jugamos en el jardín del colegio, pero luego la segunda apareció con su grupo y comenzaron a decirnos cosas feas —menciono, jugando nerviosamente con sus manos.

—Entiendo, espero que pueda ser complicado, pero debes tratar de llevarte bien con todos tus compañeros —expreso, tratando de aparentar ser un padre comprensivo.

—Lo sé —hizo un puchero—, pero la segunda es muy mala conmigo —admitió, bajando la mirada.

Alastor lo entendía, la niña Von Eldrich tenía un carácter difícil y revoltoso, siendo la más pequeña de la adinerada familia. Pero era fundamental que Molly se llevara bien con Helsa para las conexiones que necesitaba alcanzar. Estuvo a punto de decirle algo más a su hija cuando vio la hora en el reloj de pared.

—Oh, deberás disculparme cariño, ya son las cinco —inquirió levantándose del mueble y doblando el periódico—. Ve a darte un baño mientras yo voy preparando la cena.

Molly asintió y junto a su madre tomaron un baño juntas mientras Alastor preparaba la cena escuchando la radio de la tarde. A los pocos minutos, terminado el baño, Charlie peinaba el cabello de su hija mientras tarareaban juntas una canción infantil que aprendieron en la escuela. Llave dormía plácidamente en el regazo de Molly, y la pequeña se sentía muy feliz por esos momentos.

Cuando la cena estuvo lista, la feliz familia compartió la comida conversando amenamente, Charlie halago la cena realizada por Alastor, siendo una de sus favoritas al momento, el hombre simplemente dijo que fue una receta que consiguió en el libro, pero, aun así, su pecho se encontraba hinchado por la adulación de la que era objeto. Cuando terminaron, Alastor lavaba los platos mientras Charlie limpiaba la mesa, Molly veía su programa favorito en la sala en compañía de su adorable gatito que reposaba en el mueble, pendiente de los movimientos de su humana. La vida hogareña era bastante sencilla para los tres, quienes, sin poder evitarlo, disfrutaban de la comodidad de una noche en familia, hasta que por supuesto, algo singular sucedía. El teléfono del hogar resonó en el lugar, captando la atención de la familia.

—Yo contesto —se ofreció la rubia sonriente, yendo a contestar el teléfono—. ¿Si, familia Gallow?

Desde el auricular un mensaje encriptado fue emitido, generando que la faz siempre dulce de Charlie se escureciera en una mueca, entrecerrando sus ojos y escuchando con atención lo que la voz tenía que decirlo.

—Entendido, me encargare de ello —y sin mayores comentarios, cortó la llamada para dirigirse hacia su familia, apremiante—. Deben disculparme, ha habido un gran problema por una correspondencia que se perdió en mi turno y debo ir a revisar los archivos para verificar el destinatario y el destino que tomo al final —se excusó, yendo hacia su habitación para tomar ciertas cosas.

Por otro lado, un auto rojizo parpadeo sus luces en dirección a la ventana donde Alastor se encontraba, él sonrió divertido, terminando de limpiarse las manos para llegar a la sala donde Charlie terminaba de arreglarse para salir.

—Yo también debo salir querida, hay una noticia de último momento y el director de la estación quiere discutirlo conmigo antes de que salga mañana al aire —expreso, volteando a ver a Molly—. Husk vendrá a cuidarte un par de horas mientras regreso, procura no meterte en problemas y dormir temprano ¿está bien? —inquirió, acariciando sus rubios cabellos.

Molly asintió, despidiéndolos de forma inocente, pretendiendo ser una niña buena mientras esperaba pacientemente la llegada de su "niñero". Sin embargo, planeaba quedarse despierta jugando con Husk y su gato Llave mientras esperaba a sus padres, quienes llegarían con sus cabezas llenas de información de sus respectivas misiones como asesina y espía.

Porque si, aunque se vieran normales por fuera, su familia no era para nada normal.

Porque en un mundo envuelto por el conflicto y la intriga, en la que las naciones de todo el mundo se encuentran involucradas en una feroz guerra de información a puerta cerrada, seres excepcionales deben tomar acciones que instituyan el camino a la victoria de esa guerra fría. Todas las personan tienen una parte de sí mismos que no puede mostrar a los demás.

Charlie y Alastor Gallow no eran la excepción. La primera, pese su dulce apariencia y carácter encantador, escondía una fiera salvaje que fácilmente podía tomar las vidas de quienes le asignasen como objetivo. Siendo una asesina profesional, su principal motivación era proteger la felicidad de quienes amaba aun si tenía que ensuciarse las manos. Mientras tanto el segundo, bajo la fachada de ser un ciudadano ejemplar, trabajando como locutor de la radio regional, secretamente se movía en las sombras como agente encubierto de la División de Inteligencia de Westalis (WISE) en una misión de suma importancia que le había conferido la tarea de dejar sus versiones anteriores, desempañando el personaje de esposo y padre de familia como orden de la operación Strix, un rol que le obligo a adoptar a una niña que pudiera convertirse en su entrada y excusa para acercarse a un político centrado en esfuerzos para desestabilizar la paz entre ambas naciones. Este fue el caso de Molly, una pequeña de cinco años que, aunque parecía una niña normal, poseía poderes telepáticos que la ayudaban a saber lo que pensaba la gente.

Claro, ninguno los integrantes de esa curiosa familia sabían con certeza los secretos del otro, pero eso es lo que hacía interesante su historia ¿Cómo llegarían a cumplir sus objetivos sin ser el obstáculo del otro? ¿Hasta cuándo duraría esa paz ilusoria entre ellos?

Molly fue la primera en darse cuenta de esa frágil burbuja en la que vivían. Desesperadamente, se negaba a perder la felicidad que había alcanzado con ellos. Por eso, para tener una familia unida y feliz, viviendo y criándose como una niña normal, necesitaba ayudar a sus padres a mantener sus respectivos secretos. Porque de lo contrario, todo terminaría para ellos.

Claro, había otro aspecto que era fundamental para cumplir esa otra misión que tenía.

Desde su despacho, Alastor repasaba los detalles de la reunión de la noche pasada en la agencia. Las tensiones entre Ostania y Westalis iban creciendo a medida que ciertos eventos se iban suscitando, y aunque no escatimaban esfuerzos para mantener la paz, las acciones del el Partido Nacional por la Unidad de Ostania no parecían facilitar las cosas. Por ello la importancia de su presencia ahí, tenía que acercarse desesperadamente a su líder, y la única forma de hacerlo sin levantar sospechas era mediante las reuniones que se realizaban entre los hijos y padres de los académicos imperiales de la academia Eden, de modo que convertir a Molly en una académica imperial era fundamental para la misión.

Sin embargo, llegar a ese escalafón era sumamente difícil y requería de habilidades en diferentes áreas, que no serían sencillas de cultivar en un niño cualquiera. Revisando el último reporte de los avances de Molly, notó como poco a poco las notas de la pequeña iban aumentando. Pero aun no eran suficientes para llegar al grado de académica imperial ¿acaso debería presionarla más?

Por un momento, un recuerdo fugaz surco su mente, un recuerdo lleno de gritos, lagrimas, agresiones físicas y los sollozos ahogados de una figura femenina. Inconscientemente, Alastor paso su mano por su brazo marcado de cicatrices.

No, pensó negando la posibilidad. Poner más peso sobre los hombros de una niña apenas cinco años pudiera tener un efecto contraproducente y reducir los avances de la operación, quizás debiese buscar más incentivos y revisar otras alternativas para mejorar su capacidad académica, Molly tenía el potencial, solo había que saber la forma correcta de explotarlo.

Aun así, esa operación era una de las más curiosas y largas que había llevado a cabo, teniendo que depender de la acción de terceros para llevarla acaso, un verdadero reto que no hubiese tomado jamás. La paz entre dos países nunca había sido su prioridad, personalmente, él no veía caminos positivos a esas alianzas. El ser humano era una criatura que disfrutaba del conflicto, la sangre y el caos, su existencia era la clave primaria de ello. No obstante, tomar vidas y disfrutar de la carnicería de la guerra podía llegar a tornarse aburrido, él era un hombre que necesitaba un poco de chispa para sentirse vivo en ese escenario que era el mundo. Pero por, sobre todo, tenía una deuda que pagar con aquellas personas a las que tenían tenía estima.

Había sucedido hace al menos seis años. Una mujer de al menos cincuenta años, cabello castaño corto y un elegante traje se encontraba frente a un Alastor, que recién estaba entrando a los treinta. Llevaba varios años trabajando como asesino privado de la milicia Westalis, encargándose de la basura que los altos mandos no podían tirar por sus propias manos. Le parecía curioso que una vieja amiga de su vida antes de la guerra hubiera cambiado tan drásticamente de oficio, quizás el hacer vestidos y trajes de medida había perdido su encantó.

—Se bien que la paz no es algo que te llame la atención, si fuera por ti, la guerra hubiera durado más tiempo —comentó una voz femenina. Alastor soltó una pequeña risa, asintiendo sus palabras—pero, ya me encuentro cansada de todo esto... de tanta muerte, de tanto conflicto, si tan solo hubiese un momento para poder tomarme las cosas en paz.

Por su parte, el hombre simplemente se encogió de hombros, respondiendo sin prestar mucha seriedad en el asunto.

—Siempre puedes retirarte, este tipo de vida no necesariamente debe ser eterno para ti Rosie—le expreso, pero esta negó, sonriendo suavemente.

—Soy demasiado orgullosa para dejar que las cosas, así como así, pero como vez, ya estoy entrando a cierta edad, y necesito a alguien calificado y de confianza que pueda apoyarme en esto —le extendió la mano— ¿Qué me dices? ¿Nos ayudaras?

Alastor solo rio, dejando las formalidades y acercando para verla con una suave expresión en el rostro, muy diferente a su máscara de cordialidad.

—Es un trato entonces querida —y le tomo la mano, aceptando su propuesta.

De ese modo se convirtió en RadioDemon, uno de los mejores espías de la WISE y al que le fue convertida la misión ultra secreta para vigilar los movimientos de Seviathan Vol Eldrich, quien dirige el Partido Nacional por la Unidad de Ostania, responsable de bombardear los esfuerzos de paz entre ambos países.

Las formas para acercarse a él fueron en demás controvertidas para lo que usualmente estaba acostumbrado a hacer, pero ya estaban metidos en ello, jugando a la dulce casita mientras esperaba el momento de acercarse al escurridizo de Von Eldrich ¿Quién sabe? Si las cosas se tornaban por el camino equivocado, levantar su mano contra él tendría un maravillo sentido revestido de justicia.

—¿Alastor?

La suave voz de "su esposa" ingreso por el portal, captando su atención de sus inadvertidos pensamientos.

—¿Si, querida? —respondió, encontrándola en el marco de la puerta sin atreverse a entra. Aquella imagen le genero un sentimiento de ternura, invitándola a pasar a su despacho.

—Venía a preguntar si querías acompañarme a comer unos panecillos dulces, una compañera del trabajo me los obsequio y de verdad son muy deliciosos —dijo mostrando la caja de dulces con cierta timidez.

El espía no era un gran afanado a los dulces, los aborrecía en algunas ocasiones por su empalagoso sabor, pero al ver la expectante mirada de su esposa, sintió que, por una vez, disfrutar de algo dulce no lo iba a matar.

—Me parece una idea perfecta cariño, preparare algo de café para acompañar —ofreció, levantándose de su asiento para dirigirse ambos a la cocina.

Caminando por la sala, Alastor prendió la radio donde comenzó a sonar una pegajosa canción a Jazz, mientras preparaba los utensilios para preparar el café. Charlie iba acomodando los panecillos en una bandeja, dirigiéndose a la cocina para buscar de un poco de mantequilla y mermelada para untar en ellos. Sin poder evitarlo, siendo un poco escaso el espacio para transitar en el estrecho pasillo de la cocina, ambos chocaron de espaldas mientras organizaban sus respectivos enseres. Y como había comenzado a ser usual entre ellos, se tomaron de las manos compartiendo un numero de baile improvisado, riendo y cantando las estrofas de la canción, saliendo de la cocina para llevar su danza a la sala, donde las vueltas los tomaron y con gran euforia, cantaban viendo el rostro del contrario.

Cuando la canción finalmente termino, sus rostros y cuerpos estaban demasiado cerca, las expresiones risueñas no habían desaparecido de sus rostros, estas permanecían acompañadas de una cálida calma que los envolvió, haciéndolos sentir cómodos y felices. A vista de cualquier otro, ellos eran un feliz matrimonio que disfrutaba de una cálida tarde en compañía del otro. Alastor sabía que en ellos había una química con la que era fácil de engañar a todos los demás, nadie podía negar que parecían un matrimonio de años, sus expresiones y gestos los ayudaban a mantener esa careta conveniente para ambos, pero a decir verdad ¿era tan artificial como querían creer? ¿no había comenzado a materializarse algo más entre ellos sin que se dieran cuenta? Charlie se había preguntado eso. Aunque había aceptado entrar en un matrimonio falso para escapar de la mira del State Security Service (SSS), poco a poco sentía que la convivencia familiar que tenían iba calando en ella, hasta no ser capaz de concebir el hecho de que, en algún momento, ese acuerdo falso debía terminar ¿Acaso estaba mal si quería llegar a que fuera un matrimonio real? ¿Alastor estaría de acuerdo con esa posibilidad? se preguntaba la joven mujer. Para el espía era algo más complejo que eso, el jamás pensó en tomar nupcias a pesar de que fueran necesarias para la misión, no era algo en lo que él se viera reflejado, siendo un claro obstáculo en sus objetivos de vida. Sin embargo, la misma Rosie la había advertido que veía algo diferente en él, algo derivado de su actual y que estaba intrínsecamente relacionado con Charlie. No podía alejarse de ella por la misión, y no podía reducir las distancias cuando habían llegado a ese nivel de afinidad. Pero si seguía de este modo, entraría a un abismo desconocido en el que estaría vulnerable de innumerables peligros, dependiente de la cercanía y felicidad de un ser solo irradiaba luz, deslumbrando y encantándolo más de lo que estaba dispuesto a admitir.

—Mama y papa están coqueteando —Molly los sorprendió entrando por la sala mientras ambos se separaban el uno del otro con los rostros enrojecidos. Charlie se tomaba entre sus manos sus mejillas enrojecidas con gesto avergonzado, mientras Alastor retomaba su postura rígida, tosiendo nerviosamente mientras colocaba sus manos detrás de su espalda.

—¡No es así! —exclamaron, negando el hecho, pero la niña solo se rio de sus reacciones.

—Definitivamente mama y papa se quieren mucho —comentó risueña para el bochorno de los dos adultos.

Molly sabía que, dentro de sus corazones, algo divertido y hermoso se iba gestando en ellos, haciendo que la misión de unir a sus padres fuera más sencilla día con día, podían ser en ese momento una familia falsa, pero la pequeña no perdía la fe de que algún día, fueran una verdadera y amorosa familia. 

¡Hola! Espero se encuentren muy bien, gracias a todos los bellos comentarios que me hicieron en mis diferentes cuentas decidí continuar este Charlastor con tematica de Spy x family, esto uniendome al reto anual de octubre el fictober donde seguire una serie de promts que le daran un toque interesante a los One shots que pretendo hacer para ustedes.

Estos son los promt que usare, los cuales fueron propuestos por  @kittYhoaZ  y que sinceramente quedaban tan bien con mi propuesta que no pude evitar guiarme de ellos. 

Espero sinceramente puedan leerme desde el día sabado 01 de octubre para descubrir nuevos horizontes de este maravilloso, divertido y familiar AU Charlastor

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